El auto se estacionó frente a nosotros, era el mismo que ví está mañana. Escuché que antes le pregunto si podían llevarme y parece que si. Fritz me abrió la puerta y yo subí, saludé al conductor y al chico que iba a su lado. Mi compañero se subió al lado mío.
Quien manejaba era un chico de cabello castaño, por el espejo pude ver qué sus ojos eran celestes. A su lado, era un chico rubio, del mismo color de ojos.

- ¿Quien es tu amigo Fritz? - cuestionó el de cabello castaño.
- Su nombre es ___, ___, ellos son Mike - señaló al castaño - y Jeremy - y luego señaló al rubio.
- hola, es un gusto, y perdón por las molestias - estaba apenado.
- tranquilo, no es ninguna molestia ¿Dónde tienes que ir? - cuestionó el rubio.
- la calle Evergreen, al 304...
- nos queda de paso - hablo Mike - ¿Por qué se atrasaron?
- ¿Se acuerdan que les dije que chica estaba destrozada? - los chicos asintieron - bueno, estuvimos bastante para arreglarla.
- ¿Vieron esos juguetes dónde a los tantos fallos salta una alarma o el de el tiburón o cocodrilo que al presionar un diente se cierra? - ambos chicos asintieron - era si, pero cada vez que fallabamos, salía aceite.
- y esa cosa cubría donde teníamos que ajustar, teníamos que limpiar y volver a revisar y como volvíamos a fallar otra vez desde cero - siguió mi compañero.
- me impresiona la paciencia que tuvieron, yo me hubiera rendido a la cuarta o quinta vez - hablo Mike.
- digamos que nos centramos mucho en eso - respondí - incluso ni préstamos atención a la hora.
- que bueno que estaba el guardia, no hubiera aguantado volver a estar encerrado allí toda una noche.
- ¿Otra vez? - mire a Fritz confundido, pude ver cómo la sangre abandonaba su rostro, dejándolo completamente pálido.
- el cabezón, cuando era niño se quedó dormido en un lugar donde ni los guardias lo encontraron y se despertó a mitad de la noche - explico Mike.

El tono de tranquilo del conductor era bastante convincente, pero el nerviosismo de Fritz aún me hacía dudar...
Llegamos a mi casa, les agradecí por llevarme y me bajé. Según recuerdo, tengo una sopa instantánea.
Solté un suspiro y entre a mi casa, estaba agotado. Solo quería comer, darme un buen baño e irme a dormir.
Realicé todo y me acosté. Definitivamente estaba muy cansado, puesto que no se en que momento me dormí, solo sabía que mi primera alarma ya estaba sonando.
Realicé la misma rutina de todas las mañanas hasta llegar a la Pizzería.
Justo estaba saliendo el Guardia que nos encontró ayer trabajando hasta tarde. Me acerque a él para saludarlo, pude leer en su placa que su nombre es Jeffrey.

- no fue nada, espero que está vez no les vuelva a pasar - saludó bajando un poco la gorra y siguió su camino.

Por mi parte fui a la zona en la que trabajo. Los únicos animatronicos que quedaban allí eran los 3 que reparamos con Fritz y el pobre Bonnie en el sueño.
Dejé mis cosas en el mismo lugar de siempre y comencé a inspeccionar un poco mejor el lugar. Hasta el momento, no me había dado cuenta que tan deteriorado estaba está zona. Era grande, lleno de cajas con respuestos y estanterías algo viejas y con óxido. Las paredes estaban manchadas por el paso del tiempo, incluso ví algunos cables pelados.
Vi algo extraño, una caja que parecía estar oculta. Curioso, tome la escalera y la coloque directo al lugar donde estaba la caja. Me subí y la tomé con cuidado.

- ___ buenos días - tambale un poco al escuchar a Fritz, me había dado un susto - ¿Que haces?
- nos olvidamos de esta caja el otro día.

No sé que pasó, pero la escalera volvió a tambalearse. Está vez, perdí el equilibrio y caí.
Sentí el fuerte dolor en la espalda y como me quedaba sin aire.

- ¡___! - escuche los pasos rápidos de Fritz, sentí como trataba de darme aire.

Comencé a escuchar que gritaba otros nombres, pero estaba muy aturdido. En el techo, ví lo que pareció ser una sombra de ¿Conejo? Era una silueta similar a la de Toy Bonnie.
Poco a poco me recupere del golpe, en gran parte gracias a ayuda de mi compañero. Luego comencé a llevarme un gran regaño por no asegurar bien la escalera y por no haberlo esperado.
Luego del regaño, revisamos lo que había en la caja, quedando completamente sorpendidos.

- son los repuestos faltantes de Bonnie - mire a mi compañero, el estaba tan o más confundido que yo.
- ¿Que hacían en un lugar tan oculto? - Fritz se rascó la cabeza, analizando las razones - bueno... Dejemos esa incógnita de lado, tenemos lo suficiente para acabar el trabajo hoy ¿Vas a poder? ¿Ya te sientes bien?
- si, estoy bien, no te preocupes - trate de sonreírle para calmarlo, pero seguro que lo que salió fue una mueca.

Bonnie estaba en igualdad de condiciones que Chica. La cubierta que simulaba ser el rostro fue arrancada, quedando pequeños pedacitos aferrados a lo que sería la unión cabeza/rostro. Con unos destornilladores tuvimos que aplicar modo palanca para quitar esos pedazos. Lo malo, es que sucedió lo mismo que con chica, y cada ciertos pedazos, llegaba un baño de aceite.
Terminamos de retirar todos los Trozos, me encargue de colocar los nuevos ojos y el nuevo covertor, mientras que Fritz se encargaba de la programación de la vista del conejo.
El que había hecho este destrozó, tampoco fue muy amable con el pobre conejo. Cada vez estoy más convencido de que solo quiso destruirlos porque si.
Al igual que ayer con chica, tardamos muchas horas en terminar con Bonnie, pero al ver la felicidad del conejo no pude evitar sonreir. Sin duda, quien hizo el programa base de los animatronicos es un genio.

- bueno, terminó nuestro trabajo aquí - Fritz se estaba limpiando el aceite.
- si, es una pena, ya me había acostumbrado a tu compañía...

Soy alguien bastante solitario, pero Fritz tenía cada cosa, que hacía que el ambiente fuera más tranquilo.

- bueno, te puedo pasar mi número, además, si algún animatronico falla nos van a llamar - Fritz dió una gran sonrisa, yo le devolví una leve.

- ¿Ya se van muchachos? - el jefe entro a la sala.
- si, terminamos con nuestro trabajo - respondió Fritz.
- Mañana van a venir dos nuevos animatronicos ¿Podrían llegarse a primera hora para ver qué tal funcionan? - Fritz y yo nos miramos entre nosotros, primera hora era MUY temprano, creo que justo cuando termina el turno del guardia nocturno - les voy a pagar extra.
- aceptamos - dios, somos unos vendidos... Pero dinero es dinero.

-*-*-*-*- Omnisciente -*-*-*-*-

A la mañana siguiente te encontrabas bajando del bus. En esa época del año, el frío era insoportable. No era nada comparable el clima a las 6 de la mañana, que estaba todo completamente oscuro, al de las 10:30 de la mañana, que por lo menos el sol ya llevaba afuera un tiempo. No tardaste en distinguir a tu compañero, el estaba tan abrigado como tú.

Se saludaron con la mano, Fritz llevaba la llave, así que abrió el local y entraron. No tardaron en escuchar un estruendo y como varias cosas caían.

- ¿Eso vino de la oficina de Jeffrey o de partes y servicios? - preguntaste viendo a Fritz.

El tono de tu compañero de volvió tan blanco como el papel, y a eso se le sumaba un rostro de terror absoluto.

- ¡Ve a ver a Jeffrey! ¡Yo voy a partes y servicios! - Fritz salió corriendo a la zona donde ustedes trabajaban.

No entendías el comportamiento del pelinaranja, pero simplemente hiciste caso a su orden y fuiste a la oficina del guardia. Allí estaba todo hecho un desastre, pero el encargado no estaba allí. En ese momento, escuchaste el grito de Fritz, no dudaste en correr hacia la zona que fue el.
La puerta estaba abierta, podías ver una persona de rodillos en el suelo y otra de pie con lo que parecía ser una palanca.

- ¡Fritz! - entraste lo más rápido que pudiste.

Aquella persona se dió vuelta, estaba cubierta de aceite y su mirada estaba una cruza de terror y confusión. Era el guardia del turno nocturno.

- ¿J-jeffrey? - no podías creer que esa persona era aquel guardia amable que conociste.

Jeffrey levanto la palanca y salto dispuesto a atacarte. Claramente Jeffrey estaba fuera de si.

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No era yo si no lo dejaba en un momento Crítico.
Hasta aquí tengo escrito, bueno, este capítulo y parte del siguiente.
Podríamos calificar esto como oficialmente mi regreso.
¡Espero que les haya gustado! ¡Nos leemos pronto!