Narrador: Jesica.

Todos los que se reían de mí, cerraron la boca hasta el profesor me felicita por mi muy sincera respuesta.

-Nicolás, ¿Qué piensas si te digo la palabra “vagina”? –pregunta siguiendo con el examen.

-¿Por qué sigue haciendo esas preguntas? –pienso rodando los ojos.

-Eso sería un órgano del aparato reproductivo de la mujer. –responde filosóficamente. Todos lo miramos con los ojos abiertos porque esperábamos otro tipo de respuesta, una más zarpada.

-Muy buena respuesta, ¿Dónde aprendió eso? –le pregunta el profesor a Nico, un tanto sorprendido.

-Mi abuela colecciona muchos libros de historia, ciencias naturales, lengua, matemáticas y también tiene muchas enciclopedias que leí muchas veces. –contesta mientras cuanta con los dedos de sus manos para no olvidarse de mencionar alguno.

-Ya que ustedes dos hablan del sexo en término “teórico”, los inscribiré en la feria de ciencias. –comunica.

-¡¿Qué?! –digo alarmada.

-¿Qué es una feria de ciencias? –me pregunta Nico.

-No puede inscribirme. –me niego.

-Si puedo, de hecho aquí mismo tengo la hoja de inscripción y ya anoté sus nombres. –contesta sacándose los anteojos y dejándolos sobre la mesa.

Refunfuño apretando fuertemente los dientes, entonces escucho unas risitas a mis espaldas que son de Sabrina.

-Me gustaría ser tu compañero en la feria de ciencias, sea lo que sea. –agrega Nico sonriendo.

-Sí, como si eso me hiciera sentir mejor. –hablo tomando mi libro de historia y actúo como si lo estuviera leyendo.

Entonces alguien golpea y la persona que se encuentra detrás de esa puerta es la respuesta y la solución a todos mis problemas o eso es lo que creía.

El profesor atiende y deja pasar a una chica; ella no es de la escuela porque yo llevo desde el primer año aquí y nunca la había visto. Ella es un poco bajita, por no decir petiza o enana, su cabello es castaño, liso y largo, usa una cinta con moño de color rojo como bincha y también lleva un vestido azul con la falda por encima de las rodillas.

Por la expresión de idiota que puso Nico cuando la ve, llego a la conclusión que le gusta y mucho. Rápidamente se me ocurre que puedo hace que él se enamore de ella y que me deje en paz a mí, sólo con las ganas de ver la cara que pondrá Sabrina.

-Hola, me llamo Ana. –saluda y Nico es el único que responde.

-Hola soy Nico.

-Ana me explicó que llegó tarde, demasiado, porque vive en un pueblito muy lejano. ¿Quien la ayuda a buscar un asiento? –dice el profesor. Sin dudarlo me pongo de pie con todas mis cosas diciendo:

-Ana puede sentarse en mi lugar, yo no tengo ningún problema en quedarme en el suelo o puedo sentarme con Sabrina.

-No, Ana se sentará con Sabrina. –se niega, entonces ella camina hacia nosotros mientras que Nico la mira embobado.

-Sí, ella me está ayudando a deshacerme de Nico sin saberlo. –pienso.

-Hola me llamo Jesica. –La saludo volteando –Y ella es mi mejor amiga. –le presento a Sabri.

-Mucho justo. –dice malhumorada sabiendo lo que estoy haciendo.

-¿Enserio vive en un pueblito muy lejano? –pregunto apoyándome sobre el respaldo de mi silla.

-Sí, está muy lejos de la ciudad. –aclara.

-Ah, igual que Nicolás, ¿Verdad? –lo codeo tratando de que diga algo o que emita alguna señal de vida.

-Eh… sí, vengo del campo, con mi burrito. –responde saliendo del transe.

-Me encanta los animales. –habla Ana sonriendo.

-Después puedes conocerlo. –propone él.

-Que buena idea y no te preocupes por la feria de ciencias, yo me encargo de todo. –digo, Sabrina me mira casi con odio por lo que estoy haciendo pero tengo mis razones.

Todo esto pasó el primer día en el que Nicolás asistió a la escuela y desde el primer momento que lo conocí arruinó mi vida; mi camioneta de descompone de la nada, Sabri se mete demasiado en mi vida y por su culpa estoy en la feria de ciencias, pero todo esto sólo es el comienzo del desastre.