Narrador: Jesica.

Cuando llegamos a la escuela, Nico me pregunta:

-¿Estás bien?

-¿Cómo te sentirías si tu auto se descompusiera en medio de la avenida y alguien  que trajera a la escuela a lomo de burro frente a toda la gente de aquí? –digo molesta.

-No sé ¿Cómo? –no entiende mi pregunta.

-Desperdicio mi tiempo… -yo cuelgo mi mochila por el hombro y entro a la escuela. Cuando el timbre toca para que las clases comiencen, entro a mi aula en compañía de mi mejor amiga Sabrina; lo ha sido desde los 5 años.

-Hola, amiga. –me da un fuerte abraso -¿Cómo pasaste tus vacaciones?

-Horrible. –suspiro sentándome en el banco más cercano, ella se sienta a mi lado para escuchar atentamente todo.

-¿Por qué? ¿Qué pasó? –pregunta un poco angustiada.

-¿Que no pasó? Es la pregunta; primero mis padres se divorcian, después mi camioneta se descompone y por último, conocí un idiota que me trajo a la escuela en un burro. –contesto molesta, atándome mi cabello con una liga. En ese momento, entra el profesor y, como siempre, deja su portafolio en el escritorio y hace que todos se pongan de pie para saludar.

Cuando todos tomamos asiento, el profesor nos presenta a un nuevo compañero:

-Quiero presentarles a Nicolás, él es un nuevo estudiante.

-Hola… -Nico saluda a todos pero sólo se escucha en sonido de un grillo en el lugar.

-No puede ser… -me digo, tratando de esconderme detrás de mi libro de historia. 

-Te sentarás al lado de unos de mis mejores estudiantes para que comiences este año con el pie derecho. –propone el profesor.

-Sí, no hay problema. –Nico acepta.

-¿Dónde está Lucas? –pregunta a la clase.

-Me salvé, Lucas es el mejor… -pienso aliviada pero todos responden:

-No vino a la escuela hoy porque tiene gripe.

-Entonces Nico se sentará con Jesica. –ordena que Sabrina se cambie el lugar.

-Que suerte tienes, es re lindo el nuevo. –me dice en voz baja cuando se va al banco de atrás.

-Sí, que suerte. –digo irónicamente. Él se sienta a mi lado, se ve algo emocionado y no tarda en hablarme:

-Hola, hace poco conocí a una chica que también se llama Jesica, pero no es muy sociable que digamos. –me cuenta, Nico no sebe que soy yo porque aun sigo escondida detrás del libro.

Entonces lo cierro dejando al descubierto mi cara.

-Ah, eres tú… -dice poniendo su mochila por el respaldo de la silla.

-Hola, soy Sabrina, ¿De dónde eres? –interrumpe asomando su cabeza por encima de mi hombro.

-Vengo del campo. –responde apoyando sus brazos sobre la mesa.

-¿Quien te trajo? Porque el camino es muy largo. –pregunta curiosa.

-Jesica me trajo en su camioneta. –dice sonriendo, en ese momento, yo estaba tomando un poco de agua de mi botella y casi me ahogo.

-¿Qué? –Sabrina se sorprende.

-No, es que, mi camioneta se paró en medio de la ruta y él la arregló, entonces lo traje hasta la ciudad. –le explico tosiendo.

-Ah, qué lindo gesto, entonces ustedes ¿Ya se conocían? –Comentó Sabrina mirándome muy sonriente.

-Sí, después yo la traje hasta acá en mi burrito –Agrega jugando con sus dedos.

-¿Tienes un burro? –Pregunta Sabri, él asiente y ella me susurra – ¿Este es el chico del burro del que me hablaste…? Es adorable.

-Es un idiota –Murmuro harta escondiendo mi cara entre mis brazos.