Narrador: Jesica.

-¿Qué hicieron ustedes? –le pregunto a Sabrina.

-Eh… fuimos a la escuela y nadie pudo reconocer a Lucas. –contesta, puedo notar un hilo de nerviosismo en su voz.

-Mmm… -dudo.

-Nos invitaron a una fiesta en la playa esta noche. –comenta Lucas alzando su brazo sobre el respaldo del sofá.

-¿Una fiesta? –Repite Nico.

-Shh… cállate. –murmuro en voz baja.

-¿Qué? ¿Por qué?

-¿Quieres ir conmigo? –Propone Nico sosteniendo mi mano.

-Por eso no quería que lo menciones, no quiero ir a ninguna fiesta. –refunfuño molesta.

-Ja ja ja, tú eres antisocial, no sabrías comportarte en una fiesta. –se burla Sabrina.

-¿Quieres apostar? –La desafío –Yo iré a la fiesta y me voy a divertir.

-¿A sí? Entonces atrévete a llevar un lindo vestido. -me reta.

-Claro, pero tú tendrás que llevar eso anteojos y no te maquillaras. Si yo gano nos ayudaras con los robos. –redoblo la apuesta.

-Trato hecho. –acepta y nos damos la mano para cerrar el acuerdo, es un verdadero reto para mí estar en una fiesta y para Sabrina no tener maquillaje.

-¿Entonces irás? –insiste Nico sonriendo.

-Sí. –contesto haciendo una mueca, él se alegra por la respuesta y besa mi mejilla.

-Nos vemos allí. –susurra.

Ya está anocheciendo y me preparo para ir a la playa, estoy es la casa de Sabrina porque la mía es, ahora, un baldío quemado con muchos escombros.

Tengo un viejo vestido que Sabrina me regaló en mi cumpleaños cuando cumplí catorce, pero nunca lo pude usar porque nunca me invitan a ninguna fiesta. Tiene la falda corta a cuatro dedos encima de la rodilla pero es blanca y trasparente, tiene un escote en V que se une en a la cintura, también lleva una larga y azul cinta como cinturón. 

-Veamos. –sostengo el vertido sobre mí cuerpo y miro como queda frente a un gran espejo que Sabrina tiene en su habitación.

-Te queda muy bien, pruébatelo. –dice Sabrina mientras busca la ropa que llevará. Salgo del baño con el vestido puesto, me queda perfecto y luce muy bien mis piernas pero hay un pequeño detalle que no me gusta nada; mi ropa interior se nota demasiado a través de la falda trasparente.

-No quiero mostrar mi trasero a todo el mundo. –me quejo, pero Sabrina no me escucha, entonces tengo una idea, tomo un trozo de tela azul y la corto un poco para darle estilo, luego la coso por la cinta de mi cintura, la tela tapa un poco la falda blanca y así mi ropa interior pasa desapercibida.

-Listo.

-¿Qué opinas? ¿Este o este? –ella me muestra un vestido rosado y otro violeta.

-No, nada de eso, llevarás esto. –tiro sobre la cama un jeans rojos,  una musculosa negra con estrellas de brillo plateado y, para completar, unas zapatillas deportivas grises.

-¡¿No llevaré eso?! –niega con la cabeza.

-Entonces yo gano.

-¡Eso no! –Sabrina toma la ropa y se la pone, le queda muy bien, ata una cola de caballo y una hebilla de mariposa sujeta su flequillo lacio.

-¿Vez? No es tan malo. –digo sonriendo.

-No creas que esto se quedará así. –me advierte, ella se agacha y saca de debajo de la cama una caja de zapatos, lo pone sobre la mesa y en su interior hay unas sandalias de tiras negro con unos tacos de unos 15cm.

-No… -retrocedo pero Sabrina termina poniéndome las sandalias.

-No es tan malo. –repite mi frase, me pongo de pie y mis piernas tiemplan un poco, doy un paso y casi me caigo, de no ser por el respaldo de una silla, ya estaría tirada en el suelo con el pie roto.

-Bien, aprenderé a caminar para refregártelo en la cara. –digo molesta mientras practico los pasos.

-Eso lo veremos. –Su celular comienza a sonar y se trata de una llamada de Lucas.

-¿Si? –Sabrina atiende felizmente.

-Hola, Nico y yo las pasaremos a buscar en media hora, nos vemos.

-¡No puede ser, en media hora, tengo que maquillarme! –habla alterada.

-No, el trato es sin maquillaje. –le recuerdo.

-Es cierto, entonces… te maquillaré a ti. –me toma de los hombros y me obliga a sentarme frente al espejo, de los cajones saca pinturas de uñas, rímel, labial y rubor, también una planchita de cabello y un enrulado.

Sabrina me pinta las uñas de negro para que combine con el vestido, realza al volumen de mis pestañas con una mascarilla y coloca una sombra azul en mis ojos, para finalizar pinta mis labios con un labial rosa.

-Ya estás lista. –dice satisfecha con su trabajo.

-¿Por qué no me pintas como un payaso? –hablo sincera, Sabrina alisó mi cabello e hizo unas ondas en las puntas, así luzco mi cabellera bien arreglada.

En la puerta un auto negro de detiene y toca el claxon.

-¡Deben ser los chicos! –dice nerviosa abriendo la puerta de su cuarto.

-Espera… -La detengo y le paso los anteojos, ella los mira un poco insegura pero termina poniéndoselos.

-Vamos. - me toma del brazo y me arrastra a la salida.

-No tan rápido. –digo caminando torpemente con las sandalias, Sabrina abre la puerta y salimos, Nico se encuentra recostado por la puerta del auto y Lucas apoya sus brazos sobre el techo; la cara de ambos es tanta de sorpresa que me gustaría sacarles una foto de recuerdo.