Ya aburrida, comienzo a jugar al solitario, tengo todo para hacer los trabajos, libros, internet, etc. Pero no tengo las ganas y eso es lo más importante.

Entonces Lucas entra por la puerta, levanta su vista y observa todo el lugar, en la última computadora de tercera fila me divisa y comienza a caminar hacia mí.

Rápidamente saco el solitario y pongo en el buscador “Biología”, cuando él se acerca la computadora muestra varias informaciones sobre el tema.

-Wau… ¿Tú estudiando? Lo veo y no lo creo. –habla inclinándose un poco para ver el monitor.

-Ja ja, que gracioso. –Es una risa irónica y junto las cejas para que sepa que no me gustó su chiste.

-Solo bromeaba… -sonríe de costado, él toma una silla y se sienta a mi lado –Biología ¿eh? ¿Quieres que te ayude? –me pregunta, mis ojos se llenaron de un brillo y no puedo decir nada solo asiento con la cabeza.

Mientras busco todas las respuestas y anoto lo más importante, Lucas no deja de mirarme atentamente, como antes lo hacía, desde el primer asiento que está junto al escritorio del profesor.

-¿Sí? –pregunto deteniendo mi trabajo para mirarlo.

-Sigues siendo igual de linda que antes. –susurra.

-¿A sí? –rio nerviosa.

-No. –contesta seco.

-¡¿Qué?!

-Eres más hermosa. –agrega, no me agrada nada sus bromas pero qué se le va a hacer, además no puedo enojarme con él, es muy lindo.

-Ajá. –digo seria, intento leer algo del monitor, pero las letras se ven algo borrosas, froto un poco mis ojos.

-¿Qué te ocurre? –me pregunta.

-Es que… no puedo leer nada, veo las letras borrosas. El doctor dijo que tengo que usar anteojos pero me veo como una nerd… –contesto y me quedo callada de repente al ver la expresión de su rostro.

-¿Una nerd? –habla arqueando la ceja.

-No, lo siento, no quise decir… -trato de disculparme pero me detengo al ver que busca algo en su mochila.

-Ten esto, es un regalo de mi parte. –dice poniendo en mis manos unos anteojos, son pequeños y el marco es de color morado.

-Son tus anteojos… -murmuro, también por eso se burlaban de él.

-Sí, ahora tú los necesitas y de paso es mi venganza por lo mal que me trataste. –explica.

-Me parece justo. –respondo agachando la cabeza.

-Espera. –Lucas toma mi mentón y levanta mi vista, me mira fijamente a los ojos mientras me pone los anteojos, todo a mi alrededor se vuelve mucho más claro, en alta definición.

-¿Mejor?

-Mucho, gracias… -suspiro hipnotizada por sus ojos verdes, los míos también los son pero con una mezcla de marrón.

-Podemos ir a la playa después de la escuela, claro ¿Si tu invitación sigue en pie? –Comento cruzándome de piernas, esto lo emboba y una gota de baba sale de su boca.

-Eh… sí, sí. -Responde deprisa limpiándose la cara, es igual a los demás chicos pero él me gusta mucho y puedo tolerarlo.

 Cuando toca el timbre de salida, ambos nos dirigimos al estacionamiento, mientras Lucas saca su moto, Luz y sus amigas se acercan.

-Hola… -saludan alegres.

-¿Y ahora que quieres? –digo cruzándome de brazos.

-No quiero hablar contigo ¿Y esos anteojos? Ahora pareces una nerd. –Frunce el seño – ¡Alex, podemos hablar!

Él no responde entonces lo codeo diciendo entre dientes: -Se refiere a ti.

-¿De qué quieres hablar? –interrumpe Lucas sosteniendo la motocicleta.

-Haremos una fiesta en la playa esta noche, espero verte allí. –ella le guiña el ojo mientras se aleja, Lucas no puede apartar la mirada del trasero de Luz, no lo culpo, ella usa polleras tan cortas que parecen minifaldas y casi ya usa trapos de tela nada más. Me aclaro de garganta teniendo una actitud seria.

-Sube. –indica mientras monta en la moto.

-Sí… -digo poniéndome el casco.

Al llegar a su casa, ambos nos sentamos en el living a hablar sobre la tarea de biología.

-Tú ya no debes ir a la escuela. –rio cuando me muestra todos sus trabajos con súper calificaciones de 10.

-Me gusta aprender. –menciona.

-Bueno… debes aprender a besar. –hago una crítica constructiva.

-¿Qué?

-El beso que mi diste me gustó, sí pero… le faltó pasión. –comento, soy una profesional en ese tema.

-Ja ja ja. Tú besaste a muchos chicos antes ¿No? No puedo discutir contigo sobre eso. –dice en un tono burlón, la indirecta me hace creer que está insinuando que soy una fácil.

-Ya estoy cansada de tus bromitas, no soy una fácil. –lo enfrento molesta.

-Yo no dije eso, malinterpretas las cosas. –Responde serio, avanza un poco y toma mi rostro con sus manos –Pero te vez tan hermosa y sexy con esos anteojos que no puedo enojarme contigo.

-¿E-enserio? –Siento un fuerte ardor en mi cara y mis mejillas toman un rubor rojo.

-¿Puedes enseñarme a besar? –me pregunta.

-Primera lección, no lo pidas… róbalo. –le aconsejo, Lucas se acerca aún más y nuestros labios se rozan, entonces la puerta se abre y golpea fuertemente haciendo que nos asustemos y el sofá termina volteándose para atrás arrojándonos al suelo.

-¡No puedo creerlo! Ninguno de tus planes funcionó. –se queja Jesica molesta entrando junto con Nicolás.

-¿Sabrina? ¿Qué haces ahí? –pregunta Nico.

-Nada. –respondemos Lucas y yo al mismo tiempo, él me ayuda a levantarme, en ese momento Jesica ve que tengo los anteojos puestos.

-Ja ja ja. –comienza a reír.

-Ya basta. –digo molesta.

-No, en serio te quedan bien. –Jesica se traga toda su risa y vuelve a estar seria.

-¿Dónde estaban? –le pregunta Lucas con curiosidad.

-Primero nos sentaremos, quiero relajarme un poco ¡Este día fue un desastre! –responde Jesica casi arrancándose el cabello.

-¿Por qué? ¿Qué pasó? –la tomo de los hombros y la obligo a sentarse.

-Es una larga historia, primero se nos ocurrió inscribir a Robú en una carrera de caballo. –explica Nico.

-¿A Robú? Pero es un burrito.

-Los organizadores no tuvieron problemas con eso, pero justo cuando estaba por cruzar la meta, vio un puesto donde vendían verduras, Robú rompió la barra de contención y terminó devorando todo. –cuenta Jesica molesta.

-¿Y después?

-Ofrecimos un show de ópera en el teatro de la cuidad, con la señora Gómez como la cantante. También terminó mal. –continúa Jesica.

-¿Cómo? Una ópera es linda. –comenta Lucas.

-Sí… pero la señora Gómez gritó tanto que el candelabro de cristal que colgaba del techo, terminó cayendo sobre el público y todo corrieron aterrados, por suerte no hubo heridos. –dice Nicolás.

-Después Nico casi termina preso porque salió a vender dulces por la calle. –se queja Jesica.

-¿Qué? No es nada malo. –él se encoje de hombros.

-Mmm… seguramente creyeron que era un pedófilo. –pienso seria.

-Pero Nico no está de acuerdo con mi idea…

-No, debe haber otra manera. –interrumpe parece inquieto.

-¡Escucha, ese tipo robó tus tierras, tú no tienes por qué pagarlas es injusto! Además ya intentamos todo por las buenas, debemos hacerlo por las malas. –Jesica le da un sermón, Nico solo asiente en silencio, no es para menos ella esta asustándonos.

-¿Cuál es tu idea? –pregunto seria arqueando la ceja, debe ser una locura.

-Robaremos toda la fortuna de ese empresario y con ella compraremos las tierras y reconstruiremos la mitad de la ciudad. –contesta.

-Me parece un buen plan. –Lucas está de acuerdo.

-¡¿Qué?! Terminaremos en la cárcel o peor ¡Muertos! –interrumpo para hacer conciencia pero no me escuchan.

-Él ya intentó matarnos, creo que será lo mejor, debo recuperar las tierras… -Murmura Nico aceptando la idea.