En su camino, va silbando una melodía irritante parecida al canto de aves, a su vez Robú come una zanahoria y mufa cansado de los silbidos. Cuando termina su zanahoria se levanta sobre sus patas traseras, echando a Nico de espaldas al suelo.

-¡Hey! Ya verás… -Sonríe y lo persigue, a pesar de tener patas cortas Robú es bastante rápido pero Nico tiene muchos trucos para atraparlo -¿Quién quiere una zanahoria? –Pregunta sacando una del bolcillo de su pantalón, el burrito se detiene y regresa a toda prisa, casi le come la mano a Nico al morder la zanahoria pero siempre hace lo mismo -De tantas zanahorias que comes te volverás un conejo por completo, ya tienes las ojeras y los dientes -Le dice, vuelve a montarlo y avanzan un poco más hasta llegar a un lago.

 Saca una caña de pescar y se sienta en orilla, mucho tiempo después y a pesar de que nada haya mordido el anzuelo, él no se rinde y se acuesta en el pasto con los brazos detrás de su cabeza, ya la tarde está llegando y no atrapó nada en todo ese tiempo, Robú, impaciente, comienza a empujarlo con la cabeza como diciendo que ya es hora de regresar.

-Espera un poco más, tenemos que tener paciencia –Susurra para no asustar a los peces, entonces Nico siente que algo se engancha y lo atrae lo más rápido que puede a la tierra -Ves, te dije que atraparía algo –Dice emocionando pero sólo su trata de un trozo de rama -Está bien, probaré otra vez… -No se rinde, Robú le da una patada lanzándolo al lago, Nico sale caminando, mojado de pies a cabeza, con una expresión de seriedad -Eso me dolió… -Habla molesto, mientras que su amigo agacha las orejas de la vergüenza -Mira lo que pesqué -Sonríe mostrándole un gran pez de unos 4 kilos más o menos, Robú se alegra y hace que Nico suba y ambos regresan a la casa -No sé qué haría sin ti amigo –Dice dándole una zanahoria y rascándole la cabeza.

Al llegar a la casa su abuela lo recibe.

-¿Dónde estabas? –Pregunta angustiada.

-En el lago –Responde desenvolviendo los trapos que cubren el pez.

-Voy a cocinar esto enseguida –Ella lo lleva a la cocina mientras que Nico se baña en la ducha.

-“Ella es el aire, el sol y mi vida

Sin ella moriría de soledad

Es una bella flor que perfuma mis días

Y la quiero para todo la eternidad” –Canta en la ducha.

-Ya está la cena –Le avisa su abuela.

-Voy en seguida -Responde mientras seca su cabeza con una toalla, cuando termina de vestirse, llega al comedor y se sienta en la mesa esperando la cena, su abuela pone en centro de la mesa una fuente en dónde está el pescado cocinado con verduras, ella sirve dos platos.

-Se ve delicioso –Avanza con la intención de morderlo en un ataque de hambre.

-Espera, ¿Qué es lo que se debe hacer primero? –Pregunta su abuela dulcemente.

-Dar las gracias, “Te agradecemos naturaleza por estos alimentos que vamos a comer, digerir y que después regresaran a la tierra” –Él da las gracias. Mientras cenan, ella le pregunta:

-¿A quién le estabas cantando esa hermosa canción?

-A la chica que amo –Responde sincero con una pequeña y tierna sonrisa.

-¿Quién es esa chica? –Al ser un poco curiosa no se resiste a preguntar.

-Todavía no la conozco pero cuando la encuentre no seré capaz de déjela ir –Contesta mordiendo el pescado. Su abuela le sonrie enternecida.

 Ahora ya deben tener una idea de cómo es él, pero eso no es nada y no se hagan ilusiones;

 Yo no soy esa chica.