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Capítulo 7

Un poco más... y... ¡Lo tengo!

-¡Hey, devuelve eso!

Salí corriendo enseguida y aquel hombre me persigue. Comencé a saltar hasta subir a los techos para perder a ese hombre que seguía gritándome. Yo sonreí al lanzarme y quedar en el suelo de un callejón y esconderme tras unas cajas. El hombre siguió de largo.

-Ja...

Sonriendo agarré la bolsa y vi lo que tenía dentro. Me relamí los labios al oler el pollo asado. Cerré la bolsa y miré a los lados para asegurarme de que no hubiera nadie, salí del callejón con cautela y fui a casa con rapidez.

-Mamá, aquí estoy -anuncié entrando a casa y dejé el pollo junto a ella. La ayudé a sentarse.

-¿Aren te lo dio? -pregunta viendo el pollo.

-Sí, así es -respondí sonriendo.

Agarré inconscientemente el collar que él me había dado. Mi sonrisa flaquea pero no dejé que desapareciera. Aún no entiendo porqué se había ido... hace cuatro años que no lo veo y mamá no sabe que él no está, sinceramente... prefiero que no lo sepa.

Esto me ayuda a no decirle que tengo que robar. A ella no le gusta que lo haga, me puedo meter en problemas y no es bueno robar algo que le costó a otra persona conseguir o hacer. Lo entiendo y me siento mal por robar... pero no quería dejar a mi madre sin comer.

Su estado empeoraba cada vez... las medicinas normales ya casi no funcionaban. Ella siente tanto dolor y no puedo hacer nada...

-¿Estás bien, Delia? -pregunta mi mamá.

-Sí... estoy bien -respondí con una sonrisa más grande.

Ella se me queda mirándome dudosa pero comienza a toser y presionarse el pecho con dolor. Yo corrí a buscar agua y sus medicinas. La escuchaba toser tanto por lo que me apresuré.

Hice que tomara su mecidina junto al agua. Ella los toma casi desesperada y luego de un par de segundos su tos se detiene. Suspiré más tranquila cuando eso. La hice acostarse de nuevo y puse la tela húmeda en su frente.

-Descansa, madre... -besé su frente antes de levantarme y salir de casa.

Me recosté contra la pared mientras me abrazaba a mí misma. Tomé entre mis manos el dije del collar y comencé a juguetear con él mientras pensaba.

¿Por qué se fue? ¿Hice o dije algo malo...?

Lo extraño...

***

***

-¡Oye! -salí corriendo de nuevo.

Me burlé de aquellos tipos mientras corría hasta llegar a mi casa, pero mi sonrisa desaparece al darme cuenta de que me habían seguido hasta aquí.

-¡No escaparás de tu castigo!

Me atraparon por los brazos hasta pegarme contra la pared y amarrarme.

-¡¿Qué hacen?! ¡Suéltenme!

-Ahora vas a ver, maldita ladrona.

Miré a los hombres por encima de mi hombro. Vi las espadas en la cintura de estos tipos y sus uniformes... ¡¿Guardias reales?! ¡¿Estaban allí?!

Un golpe en seco me alerta y noté que estaban entrando a mi casa luego de derribar la puerta.

-¡Aléjense! -forcejeé- ¡No entren ahí!

Golpeé a uno con mi hombro, conseguí darme la vuelta y patearlo pero enseguida me retienen de nuevo. Golpean mi mejilla haciendo que cayera al suelo y escupiera un poco de sangre.

-Ya verás, encerrarte no parece ser suficiente. El rey decidirá tu castigo por robar del carruaje real y golpear a un oficial.

-Dejenme en paz... -apreté los dientes.

-¿Delia...?

Levanté la mirada rápidamente al ver como traían a mi mamá a la fuerza, ella mira a todos lados y me mira sorprendida.

-¡Mamá! -traté de ir con ella pero me sujetaron con fuerza- ¡No la toquen!

Ellos me levantan del suelo y nos obligan a caminar. Mi madre iba casi cayéndose por el camino.

-¡Levántate! -le gritan mientras le obligan a que se ponga de pie.

Yo me di vuelta con más ira acumulada y conseguí patearlo en el rostro hasta tirarlo al suelo.

-¡Delia! -miré a mamá que me veía molesta.

Aquello me desconcentró y ni vi el golpe que nuevamente me dieron en la mejilla.

-Solo eres una sucia rata. ¡Vámonos!

Me vuelven a sujetar y nos empujan a ambas hasta subirnos al carruaje, en la parte de atrás y encerrarnos allí. Miré a mamá apenada.

-Lo siento... -murmuré.

Ella no dice nada solo me mira, hasta que suspira e intenta mostrarme una sonrisa. Yo casi estaba llorando.

Esto era mi culpa... Nos matarán a las dos por mi culpa...

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