Capítulo 4
Me levanté temprano para ir al mercado, pero antes de siquiera poder pensar en robar algo para comer, Aren me encontró.
-Hola -él aparece frente a mí con dos sándwiches en mano.
-¿Y esto? -pregunté observando los sándwiches.
-Para ti, claro -responde mientras me tiende uno.
-Pero... -me interrumpe.
-Nada. No puedes negarte, para entrenar tienes que comer o te agotarás y te desmayarás.
-No quiero aprovecharme... -mencioné.
-No lo haces, en realidad yo te estoy obligando a aceptar lo que te estoy dando, vamos -sonríe.
Seguí negándome un poco más hasta que me hace agarrarlo y comerlo a la fuerza. Yo me quejé aún así con la comida en la boca pero no pude evitar seguir comiendo resignada. Él me miraba sonriendo. Envolvió el otro sándwich.
-Vamos, que este es para tu madre.
Yo suspiré profundo. Él me agarró la mano y me jaló haciendo que vayamos a casa donde él me dio el sándwich y me empujó adentro de casa mientras que se quedó esperándome afuera. Volví a suspirar y me acerqué a mi mamá, arrodillándome a su lado.
-Mamá... es para ti -le tendí el sándwich.
-Primero la manzana... ahora esto... ¿De dónde estás sacando esto? Delia... dime que no lo robaste, por favor -negué.
-Aren me los dio... Nos está ayudando aunque sea con esto.
Ella me mira por un momento mientras que yo hacia que agarre el sándwich.
-¿El niño de esa vez?
Asentí como respuesta. Ella suspira antes de dar el primer mordisco al sándwich.
-Es muy amable... -comenta.
-Sí, lo es -respondí sonriendo un poco.
Me levanté y me fui hasta afuera, donde dejé a Aren; él, al verme sonríe y me lleva de nuevo al lugar de ayer para seguir entrenando.
***
***
-N..No... no doy más -me tiré al suelo respirando agitada y cansada.
-Bien, tranquila, descansaremos -dice Aren sentándose a mi lado-. Pero debo decir que has mejorado, eso es muy bueno, Delia.
-¿En serio? Si me sigo cayendo...
-Pero no como antes.
Volví la mirada la cielo mientras dudaba un poco, él lo nota y se coloca en mi campo de visión.
-Es en serio, no tengo porque mentirte -habla.
-Aha, aha.
Sonreí antes de soltar una leve risa y empujarlo para que saliera de enfrente y poder ver el cielo de nuevo. Me quedé pensando y repentinamente mi sonrisa desaparece.
-Oye, Aren...
-¿Hm?
-¿Por qué eres mi amigo? -solté sin mirarlo, ni querer hacerlo.
Tal parece que mi pregunta lo tomó por sorpresa ya que se quedó mirándome un momento, podía sentirlo. Lo escuché suspirar antes de acostarse a mi lado con sus manos tras su cabeza.
-¿Qué pregunta es esa? Porque me agradas, eres muy buena y linda.
Yo sentí mis mejillas arder un poco mientras me sorprendía. Lo volteé a ver pero él estaba mirando al cielo y sonriendo. Hice lo mismo. Veíamos las nubes moverse lentamente sin decir nada por un tiempo.
-Mira, esa parece un conejo -Aren levanta su mano, apuntando al cielo, hacia una nube.
-¡Sí, es verdad! -respondí al ver eso.
-Y esa otra un caballo.
-Que lindo -sonreí.
Miré otras nubes y levanté mi brazo apuntando a una de ellas.
-Esa parece una tortuga, mira.
-Es verdad, lo parece.
Nos quedamos mirando las nubes y viendoles la forma que tenían. Reímos un buen rato hasta que yo me senté animada.
-Sigamos entrenando, ya hemos descansado lo suficiente.
-¿Sí?
Asentí sonriendo. Él se levanta junto a mí y ambos sonreímos el uno al otro. Nos posicionamos y nuevamente volvimos al entrenamiento.
***
***
Alguien atrapa mi brazo hasta lanzarme dentro de un callejón y tirarme al suelo.
-¡Oye!
-¿Qué pasa niña? ¿Dónde está tu guardia ahora? -otra vez son esos tres chicos.
Me levanté y retrocedí sintiéndome intimidada... Ellos sonríen al ver mi reacción y se acercan.
-¡A..Aléjense! -exigí pero claro que no me harían caso.
-He esperado mucho tiempo porque pagues por lo que tu amado novio nos hizo esa vez. Ahora es cuando.
El del medio se le acerca demasiado y levanta su brazo para golpearme. Abrí los ojos de par en par sintiendo como mi cuerpo se movía solo y en un acto reflejo esquivé su puño y le di un rodillazo en el estómago.
-¡M..Mierda...! Maldita niña... -se queja retorciéndose del dolor.
Retrocedí sorprendida por lo que acababa de hacer hasta que al levantar la mirada a los otros dos ellos se me estaban acercando. Retrocedí unos pasos hasta salir corriendo sin dejar que me atraparan cuando pasé por su lado.
-¡Atrápenla! ¡Idiotas! -el otro grita molesto.
Salí del callejón escuchabdo sus pisadas trás de mí. Los vi fulminándome pero me concentré mejor en esquivar a los demás y tratar de perderlos. Doblé varias veces pero uno de ellos aparece en frente, no me detuve y en cambio me tiré al suelo para deslizarme por debajo de aquel chico y evitando así que me atrapara.
Me levanté y volví a correr. Doblé por varias calles hasta esconderme tras un montón de cajas. Ellos pasaron gritando y preguntándose dónde me había metido.
Sonreí y salí del callejón con cautela para que no me vieran, miré a ambos lados.
-¡Allí!
Salí corriendo otra vez y maldiciendo. Ellos me perseguían hasta que alguien tras una pared agarra mi brazo y me deja contra esta. Abrí los ojos de par en par pero mi sonrisa aparece al igual que la suya.
-¡¿Dónde...?!
Los tres chicos se detienen de golpe al ver a Aren junto a mí, me crucé de brazos y miré a los chicos con superioridad.
-Preguntaste por él, ¿no? Pues aquí está.
Los tres chicos se veían nerviosos y no tardaron en irse corriendo asustados de nuevo. Vuelven a gritarnos pero yo volteé hacia Aren sonriendo. Ha aparecido justo a tiempo.
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