Gracias a Miriam que no se había saltado ni una hora en darme las medicinas, además de que no se había despegado de mí en todos estos días... ahora me sentía mejor. Ella me trató tan bien que había funcionado.

-Hm... me habías asustado, preciosa... -el rey me acaricia los brazos-. Es un alivio que estés con vida...

-Sí... me sorprende igual... -respondí.

Me besa la mano mientras me sostiene por la cintura. Él estaba sentado en su trono y yo sobre su regazo. Dejó de besarme al fin y yo suspiré aliviada por eso.

-Ve a hacer lo que quieras, te mereces un descanso.

Yo asentí levantándome y fui al jardín enseguida, era el mejor lugar para estar según mi criterio. Me senté en el borde de la fuente, miré el agua de esta pero volteé a ver a un lado, deseando que así como Aren, Lex también volviera trotando hacia mí y hacerme compañía. ¿Por qué no Aren sobre Lex? Mi alegría se duplicaría si los viera a ambos aparecer juntos.

Deseaba que Aren apareciera ahora mismo e intentara hablarme a escondidas de su padre. Que todos estuvieran a nuestro favor para avisarnos cuando alguien se acercaba.

Miré el agua nuevamente y vi a los peces nadando.

Toqué allí con un dedo haciendo que un pez que nadaba por ese lugar se fuera con rapidez. Suspiré y agaché la mirada un momento en lo que pensaba y recordé mis momentos con Aren.

Volví la mirada al cielo para ver las nubes y recordar cuando ambos nos quedábamos horas acostados mirándolas y buscándoles formas. También recordé cuando Aren me enseñó a pelear...

Bufé frustrada.

-Solo me sirvió para sobrevivir en las calles... -murmuré para mí misma y bajé la mirada-. Aquí... eso es inútil.

Suspiré y me levanté por fin. Fui de nuevo adentro del castillo y me paseé un momento mientras pensaba. Todos los días fui a todos los rincones de este castillo pero nunca había encontrado a mi madre...

No supe nada más de ella desde esa vez que Aren me dijo sobre cómo estaba. Había preguntado a Miriam si sabia algo pero tampoco...

Y simplemente... me había rendido... como me había rendido al intentar que el rey dejase de tocarme... Resoplé y caminé hacia la biblioteca.

Recordé nuestros encuentros intensos con Aren aquí, pero esta vez solo tomé uno de los libros que llamó mi atención y me fui a sentar para empezar a leerlo tranquila. Esperaba que el rey no me encontrara ni tampoco me mandara llamar para su actividad favorita de todos los días... Mi piel se sentía tan manchada que ni tallándome con fuerza en la bañera podía quitar la sensación.

Quería olvidarlo.

***

***

Me levanté de la cama quitando el brazo del rey de mi cintura y caminé hacia la ventana. Me apoyé en el marco de esta y suspiré mirando las estrellas.

A estas alturas... ya dudaba si Aren planeaba regresar...

Había pasado tanto tiempo... no creo que se acuerde de mí... o si lo hace... creo que no le importará tanto..Lo mismo pienso de Lars y Axe... Ellos tres son hijos del rey de una nación, pueden hacer lo que quieran...

¿Por qué preocuparse por alguien pobre e insignificante como yo?

Aren, él... él puede hacer lo que quiera y conseguir a una mujer tan rápido y fácil como pestañear.

La idea de Aren con alguien más me hizo sentir una fuerte opresión en el pecho y un revuelco en el estómago. ¿Habrá estado con otra mujer?

Me separé de la ventana sin ganas de seguir pensando en aquellas cosas que me atormentan tanto.

-Delia... vuelve aquí, preciosa.

Hice una mueca más y me acerqué de nuevo hacia la cama. Me coloqué junto al rey quien sonríe mientras me observa y no tarda en pasar sus manos sobre mí otra vez. Cerré los ojos, al menos no quiero verlo cuando lo hace. Él vuelve a quitarme la ropa y tocarme a su antojo. Otra noche más... nuevamente este dolor que tanto odio y quiero hacer que desaparezca.

No sé si pueda resistirlo más. Sé lo que le he prometido a Aren pero... este dolor, esta depresión que siento... son mas grandes de lo que pensábamos. Quiero ser fuerte, realmente quiero ser digna de alguien como Aren... pero ¿hasta cuándo tendré que soportar esto? Es horrible.