Agaché la cabeza casi pegándola contra Lex mientras lloraba y él corría tan rápido que el viento golpeaba mi cuerpo con fuerza. Nos alejamos del castillo juntos pero pronto escuché a alguien llamarme.

-¡Delia, espera! -miré atrás y vi a los chicos persiguiéndome en sus caballos.

Volví a mirar al frente notando la muralla que dividía los terrenos del castillo con el pueblo... Noté unas carretas y cajas de madera apiladas al frente de esta.

-Vamos -le hablé a Lex.

Él corrió aún más rápido y yo me aferré a él para no caer. Se subió a la carreta y luego usó las cajas como escaleras para dar un gran salto por la muralla y salir de aquí. Estaba con el corazón realmente acelerado. Escuché los gritos de alerta de los guardias atrás.

Los ignoré y me alejé de ellos.
Por mi mente no pasaba nada más que irme y desaparecer... quería escapar, mi cuerpo dolía y ardía por sentir aún el toque del rey sobre mí. ¡Lo odiaba!

Cerré los ojos mientras sollozaba y trataba de pensar en otra cosa pero me era imposible, hasta que me dolió sentir un par de ramas golpeando mi rostro. Entonces fue cuando supe que estábamos en el bosque. Comencé a esquivar las ramas junto a Lex, pero escuché movimiento cerca nuestro. Creí que eran los chicos pero no...

-Mierda, lobos... -murmuré.

Uno apareció frente a nosotros y eso asustó a Lex haciendo que se levantara en sus patas traseras y provocando que me desestabilice y lo suelte hasta caer al suelo.

-¡Lex!

El caballo se fue corriendo asustado y yo me quedé en el suelo con los lobos comenzando a rodearme mientras gruñen amenazantes. Mi cuerpo temblaba... no sabía que hacer ahora, uno de los lobos salta hacia mí y yo me encogí en mi lugar asustada pero una flecha lo atraviesa por el costado haciendo que la manada se diera vuelta.

Axe y Lars preparan sus flechas y espantan a algunos lobos mientras que Aren se baja de su caballo, corre hacia mí y me abraza para cubrirme mientras mantiene su espada frente a nosotros.

-A..Aren... -murmuré al verlo.

Él me mira de reojo y me sonríe para calmarme, lo consigue... de nuevo me sentía mejor con él aquí. Cerré los ojos y me aferré a su cuerpo mientras los lobos nos amenazaban.

Ya no me importaba nada. Yo solo quería sentirme segura...

Otro lobo esquiva la flecha de Axe y salta sobre nosotros pero Aren me cubre con su capa y estaba segura que por el chillido de dolor él había matado al lobo. La manada se va corriendo y los príncipes se acercan a nosotros, Aren me destapa pero no deja de abrazarme ni yo a él.

-¿Qué sucedió esta vez? -pregunta Axe.

No quería decirlo, me aferré a Aren quien dejó su espada y me abrazó con ambos brazos.

-¿Delia...?

Sollocé volviendo que cubrir mi cuerpo, Aren usa su capa para ayudarme al ver que era lo que quería hacer.

-I..Intentó violarme... -conseguí decir.

Todos se quedan en silencio, yo seguía llorando. Aren es el primero en reaccionar y estrecharme con cariño entre sus brazos.

-Lo voy a matar -murmura muy serio y molesto, pero aún seguía tratando de consolarme.

-Ya no quiero seguir con esto... y..ya, ya no lo soporto... Aren. Ni siendo tan pobre deseé morir tanto como ahora lo quiero... Solo quiero desaparecer...

Mis palabras parecen afectarlo porque lo sentí tensarse. Todos quedan en silencio sin contar mis sollozos, pero entonces escuchamos caballos acercarse y las voces de los guardias que nos habían encontrado.

Dos guardias se bajan de sus caballos y se acercan a nosotros, yo me aferré a Aren sin querer soltarlo.

-Príncipes, por órdenes del rey, tenemos que llevar a la muchacha de vuelta al castillo.

Aren me aprieta con más fuerza pero sin lastimarme, se levanta y me hace hacer lo mismo pero no deja de abrazarme.

-Yo la llevaré personalmente, ustedes no se atrevan siquiera a tocarla.

Vi a los guardias mirándose de reojo pero terminan asintiendo, Aren me guía hasta su caballo y me ayuda a subir para después subirse tras de mí. Agarra las riendas y hace que el animal comenzara a caminar.

No quería volver, pero no tenía elección... mi madre está allá.

Mi madre... ¡Oh por Dios! ¡¿Qué hice?! ¡Van a matarla por mi culpa!

-Aren... -lo miré desesperada y tal vez fue por eso que supo en lo que pensaba.

-Tranquila, él no se deshará de lo que te mantiene a su lado... Odio decirlo pero es así. Quizás no mate a tu madre pero... no sé lo que le hará.

-¿Qué pasa si hace que dejen de atenderla? ¿Y si su enfermedad avanza otra vez? No quiero que eso pase... me dijiste que se estaba recuperando.

-Haré lo que pueda, tranquila... conseguiré que no dejen de hacerlo. Tu madre se recuperará, lo prometo...

Besa mi frente con disimulo pero con más cariño. Suspiré más tranquila y volví a apoyar mi cabeza en su pecho, su aroma... es tan dulce. Tan relajante y perfecto como él.

Aspiré un poco y decidí calmarme. O al menos eso fue lo que intenté hacer... pero era casi imposible, después de todo... lo que me esperaba al llegar era terrorífico.