Capítulo 16
-Axe... ¿cómo está él? ¿Lo curaste? -pregunté.
-El príncipe está bien, por suerte no tiene nada grave como algo roto. Lo atendió un doctor más especializado.
Yo suspiré sintiéndome más tranquila por la noticia. Al menos eso era algo bueno.
-Aren quiere saber si estás bien... -comenta de repente.
-Dile que sí.
-Quiere escucharlo de ti -responde.
-No puedo... le dije al rey que me alejaría de sus hijos... no quiero arriesgarme a que alguien nos vea hablando y vaya a contárselo.
-A Aren no le gustará esa respues.
-Lo sé... pero es por su bien. El rey mismo me dijo que no aceptará una segunda vez y sin importar cual de sus hijos sea... lo... m..matará.
-Esa criatura cruel sin corazón... -murmura con molestia.
Me abracé a mí misma frotando mis brazos y ella pone sus manos en mis hombros.
-Bien... se lo diré... cuídate cariño -menciona mientras se levanta.
Asentí sonriendo muy levemente estando de nuevo agradecida con Miriam por escuchar y ayudarme.
-Tú igual, Miriam.
-Nos vemos...
-Adiós.
Miriam se va cerrando la puerta tras ella y yo me quedé sola en la habitación. Mi rostro dolía y mucho.
***
***
-El rey solicita su presencia para cenar.
Asentí levantándome y suspirando con pesar. Me pasé la muñeca por los ojos y traté de ocultar cualquier rastro de llanto de toda esta tarde. Bajé junto al guardia y entré en el comedor llamando la atención. Vi a los mismos de antes, aunque también habían otras personas como el duque y demás, pero Axe no estaba por aquí...
Era de esperarse, tendría que estar en cama luego de aquellos golpes en su espalda.
Me senté junto al rey sin mirar a ningún otro. Todos empezamos a comer pero apenas y podía hacerlo. Me dolía al abrir la boca y cuando la comida o los utensilios tocaban mi herida el ardor era muy fuerte. Hice muecas de dolor y simplemente dejé de comer. Pero eso llamó la atención del resto.
-¿No te gustó la comida? -inquiere el rey mirándome.
Yo abrí la boca para responder pero Aren se me adelanta y lo hace él.
-¿Realmente preguntas eso? ¿Luego de casi quitarle la mandíbula con ese golpe que le has dado?
El lugar se vuelve silencioso pero muy incómodo, Aren apretaba los dientes y el rey lo miraba como si fuera alguien sin importancia.
-Se lo merecía.
-No, tú no necesitabas golpearla.
-Joven Aren... -llamé su atención y volví a agachar la cabeza-. Está bien... Fui yo quien hizo enojar al rey, así que sí me merecía ese golpe.
Sentí la mano del rey en mi hombro haciéndome tensar y apretar mis manos.
-¿Lo ves? Ella misma lo admite.
-¡Tú...! -corté a Aren antes de que sucediera algo más y peor.
-Quisiera retirarme... -pedí en un murmullo.
-Claro... puedes hacerlo -dice el rey quitándo su mano de mi hombro.
Yo me levanté de mi asiento y comencé a caminar tras el rey, pero antes de alejarme él me vuelve a agarrar el brazo y me jala hasta besarme frente a todos.
Quería escupirle, quería vomitar sobre él y humillarlo.
-Nos vemos, preciosa -susurra contra mis labios. Me aparté apretando los puños.
-Buenas noches.
No me atrevía ni a mirar a Aren después de eso, me di vuelta y llevé mi mano a mi boca cubriéndola disimuladamente y aguantando las arcadas.
Escuché una silla correrse de golpe junto los cubiertos haciendo un estruendo al chocar contra el plato. Cerré los ojos por saber quién era y escuché el portazo que dio al salir por la otra puerta. Salí casi corriendo pero al cerrar la puerta del correr realmente corrí para alejarme, fui al jardín aunque fuera de noche.
Allí corrí más rápido, quería escapar de todos por un momento.
Encontré una fuente en medio del jardín y me tiré en frente a esta y miré mi reflejo. La luna alumbraba bastante por lo que sí lo alcanzaba a ver con claridad.
Golpeé el agua espantando a los peces que habían allí sin querer. Estaba tan molesta por verme de esta forma que no pude evitarlo.
Me miré el cabello el cual estaba peinado de una manera que yo nunca lo hubiera tenido. Me quité las ligas y hebillas para soltarlo hasta dejarlo caer sobre mis hombros.
Me pasé el brazo por los labios aunque me doliera un poco bastante. Volví a mirarme en el agua, suspiraba agitada.
-Si supiera dónde estás mamá... -apreté los dientes con fuerza y los bordes de la fuente con mis manos.
Escuché un relincheo y cuando me vi vuelta vi a Lex pastando cerca de mí. Me acerqué confundida.
-¿Tú que haces aquí? -toqué su cabeza y acaricié su frente consiguiendo sonreír un poco.
Él bufa leve antes de acercarse a la fuente y beber del agua. Estuve a su lado tocando su pelaje.
-¿Quieres escaparte conmigo por un momento? -cuestioné aunque sabía que no me respondía, es un caballo después de todo.
Levanta su cabeza y la vuelve a bajar hasta beber otra vez.
Me subí en el borde de la fuente, él parece saber que hacer porque repentinamente se coloca de costado frente a mí. Lo miré sorprendida, este caballo era muy inteligente, ¿no? Dejé de pensar en eso, puse mis manos sobre su lomo para luego subirme de un salto y con esfuerzo.
Lo agarré por el cabello y él comenzó a caminar. Me equilibre cuanto pude y traté de no caerme, no sabía como sujetarme pero me aferré con mi vida, y mis piernas, a sus costados.
-Okey, Lex... no me dejes caer, por favor.
Él relinchea un poco más levantando levemente sus patas delanteras, me aferré asustada de caerme y lo sentí empezando a galopar. Bueno... por el momento no caía de encima suyo.
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