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CAP 17: "Visita inesperada"

Cuando a la puerta de su casa dieron tres toques, lo que menos se esperaba la señora Jeon era que su hija apareciera bien alegre y campante frente a ella. Obviamente se puso nerviosa, hasta trató de disimularlo con una mueca de asombro y posterior felicidad, pero Jisoo sabía que solo estaba fingiendo.

—Jisoo, querida ¿Por qué no avisaste que vendrías?— preguntó algo inquieta la mujer. La susodicha solo la abrazó y entró a la casa con una maleta detrás de ella.

—Quise darte la sorpresa, mamá. Voy a quedarme con ustedes un par de semanas y me iré antes del fin de año— respondió, yendo directamente hacia la sala —¿Dónde están papá y Jungkook? Quiero saludarlos.

En ningún momento, Jisoo apartó su mirada de las expresiones de su madre, por lo que no tardó en descubrir que algo malo estaba pasando, pues al escuchar nombrar a su esposo e hijo, se puso más nerviosa y le dijo que estaban en el jardín haciendo no-sé-qué-cosa. Claramente, su hija no le creyó.

—¿Y viniste sola? ¿Por qué no trajiste a Hesseung y a Jaejin? Quería ver a mi nieto— le reclamó, queriendo cambiar el tema disimuladamente. Jisoo quiso soltarse a reír ahí mismo.

—Hesseung está en pleno proceso de pasantías, por lo que no pudo venir, y con respecto a Jaejin, ha estado con temperatura y no quise traerlo para no exponerlo al frío, la nieve solo le haría más daño.

Su madre pareció convencerse de aquello y le anotó varios remedios que podía darle al pequeño para que su salud mejorara. Jisoo le agradeció el gesto y guardó la nota en uno de sus bolsillos antes de encaminarse hacia el jardín para buscar específicamente a su hermano.

Nada.

Sabía que su madre le estaba mintiendo descaradamente ¿Quién se atrevería a hacer trabajos de jardín en pleno invierno? Regresó al interior de la casa y negó con su cabeza, viendo a su madre.

—Iré a buscarlo a su habitación.

—¡No!— la menor se sobresaltó por el grito —¿Por qué no lo saludas más tarde?

—No, quiero verlo ahora.

Sin dejarse disuadir por su madre, subió las escaleras con determinación y caminó hasta llegar a la habitación de Jungkook. Pudo ver que la puerta estaba entreabierta y se escuchaban unos fuertes ruidos dentro del dormitorio. Con algo de nervios, se acercó y abrió un poco la puerta, solo para darse la desdicha de presenciar cómo su padre golpeaba brutalmente a su hermano, quien yacía en el suelo y trataba de sacárselo de encima.

—¡¿Qué diablos te pasa?!— entró de golpe, alarmando a su padre y sacando a éste de encima de su hermano —Kookie ¿Estás bien?

El susodicho la miró como si estuviera viendo un espejismo. Levantó su mano y tocó el rostro de la mayor, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas al ver que, verdaderamente, su hermana había venido.

Cerró sus ojos con fuerza y tosió un poco de sangre, tenía numerosos moretones en el rostro y su labio inferior roto. Desde que perdió la consciencia hasta ahora, su padre se había dedicado a golpearlo por haberse escapado. Su cabeza dolía a horrores y lo único en lo que podía pensar era en que quería irse de ese lugar.

Su padre, quien aún no decía nada por estar presenciando la escena, se retiró de la habitación para bajar a la sala y reclamarle duramente a su esposa el no haberle avisado que su hija mayor había venido.

Cuando estuvieron solos, Jungkook le pidió con un ademán que cerrara la puerta, por lo que su hermana rápidamente lo hizo y volvió a su lado para ayudarlo a levantarlo. Algo que no pasó desapercibido para ella fue la ventana rota con una sábana sobre el marco y una tabla tirada en el suelo. Desconocía lo que había pasado, pero con lo que había visto hasta el momento, era suficiente.

—Kookie, voy a traer algo para curarte, espérame aquí— se levantó de la cama, pero antes de que pudiera alejarse lo suficiente, el menor la agarró por el brazo para evitar que se fuera.

—No te vayas... Por favor, quédate aquí— su tono de su voz entrecortado le rompió el corazón a la pelinegra.

—Solo iré por un botiquín, descuida, no te abandonaré y mucho menos ahora— acarició su cabello antes de soltarse del agarre y salir de la habitación.

El baño del segundo piso no tenía botiquines, por lo que debía bajar y eso implicaba encontrarse con sus padres. Éstos, al parecer, la estaban esperando en la sala, pero ella solo los ignoró y pasó de largo hacia el baño. Con el botiquín en sus manos, se dispuso a subir, pero la voz de sus padres la detuvieron en el pie de la escalera.

—Jisoo, necesitamos hablar.

La susodicha sonrió sin gracia y se giró a verlos —Por supuesto que vamos hablar, pero después de que termine de curar a mi hermano por los golpes que le diste— señaló a su progenitor.

—Tú no entiendes lo que pasa...

—Puede que no, pero si de algo estoy segura es que no tienes ningún derecho a golpearlo de esa manera— sin darles chances de responder, subió las escaleras y se encerró en la habitación del menor.

Al llegar, lo encontró llorando en silencio. Se sentó a su lado, dejó el botiquín sobre el colchón y acto seguido, tomó el rostro del azabache con ambas manos para hacer que la mirara.

—Ya lo sé todo, Kookie. Sé que papá y mamá los descubrieron— el azabache parecía sorprendido con esta declaración, pues desconocía cómo su hermana se había enterado de la situación, dudaba mucho que sus padres se lo hubieran contado —Pero quiero que sepas que voy a hacer hasta lo imposible para sacarte de aquí y que vuelvas a ver a Taehyung— al decir ésto último, el menor se lanzó a sus brazos y escondió su rostro en su cuello antes de susurrar un "Gracias" que le encogió el corazón.

No podía quedarse de brazos cruzados viendo cómo su hermano sufría de esta manera. Jamás se había revelado ante sus padres, pero para todo había una primera vez y sería dentro de muy poco.

Luego de curarle las heridas, Jungkook cayó profundamente dormido. Después de acomodarlo, lo arropó muy bien con varias frazadas, pues al tener la ventana rota, el frío se colaba a la habitación y lo que menos le convenía ahora era que el menor se resfriara. Le dio un último vistazo y salió del cuarto, cerrando la puerta tras de sí. Bajó las escaleras y tras dejar el botiquín en el baño, se encaminó hacia la sala y se sentó en uno de los sillones, mirando reprobatoriamente a sus padres.

—¿Por eso no querías que subiera?— comenzó, mirando a su madre —No querías que viera cómo mi padre golpeaba a mi hermano ¿Verdad?

—Jisoo, nosotros solo estábamos reprendiendo...— fueron interrumpidos.

—¡¿A quién estaban reprendiendo?! Miren todo esto, esta casa parece el escondite de un psicópata ¿Se volvieron locos o qué?

El señor Jeon frunció notoriamente el entrecejo —Te prohíbo que nos hables en ese tono, jovencita. Puedes estar casada y tener tu propia familia, pero todavía tengo el derecho de ponerte una mano encima si hace falta— ante las palabras de su padre, la pelinegra rió sin gracia.

—¿Me vas a golpear como lo hiciste con Jungkook? Anda, quiero ver cómo lo intentas— lo retó, poniéndose de pie y mostrándole su mejilla para que el mayor la golpeara.

Y estaba dispuesto a hacerlo, sino fuera porque su esposa lo detuvo y lo hizo sentarse de vuelta. Su corazón latía a mil, esta era la primera vez que le hablaba así a sus padres, pero ni loca daría un paso atrás. Volvió a sentarse, cruzándose de brazos y poniendo una pierna encima de la otra.

—Los escucho.

La señora Jeon fue quien comenzó —Bien, tal vez ahora nos ves como los malos de la historia, pero el que verdaderamente está mal es Jungkook. No sé si ya te enteraste, pero ese niño resultó siendo homosexual.

Bien, ahora mismo daba inicio al plan.

Tras escuchar esto, la cara de Jisoo se deformó en una mueca de total asombro y desconcierto. Miró hacia las escaleras y luego de vuelta a sus padres.

—¿Cómo que Jungkook es homosexual? ¿Me están tomando del pelo?

La mujer negó con su cabeza —Me gustaría que así fuera, pero no. Lo peor del caso es que era novio de Taehyung ¿Puedes creerlo?— Jisoo negó con su cabeza —El muy maldito llevaba seduciéndolo desde hace tiempo y Jungkook terminó cayendo y siendo igual a él. No sabes la ira que sentí cuando lo vi besándolo en el hospit...— dejó de hablar al percatarse de que la había regado.

—¿Hospital? ¿Quieres decir que mi hermano estuvo en el hospital y no me dijeron nada?— reclamó con el entrecejo fruncido, por lo que sus padres se encogieron en su sitio.

—No quisimos preocuparte, hija. Ya bastante teníamos con el asunto de Jungkook para involucrarte también en esto— se excusó su padre y sino fuera por el gran autocontrol que tenía, ya hubiera mandado todo a la mierda.

—Pues hicieron muy mal, yo también tengo derecho de saber lo que pasa con mi familia.

Lo único que pudieron hacer los señores Jeon ante esto fue disculparse. Reconocían que habían hecho mal al ocultarle algo tan importante a su hija, pero ya no había marcha atrás. La conversación en todo momento tuvo a Jungkook como tema principal, pero aunque le molestara, sabía que podría sacar buena información de esto.

Gracias a la lengua suelta de su madre, logró descubrir la dirección de la familia de Jennie y lo que había pasado con ésta. A excepción de lo que creía, a ella sí la habían dejado seguir viviendo en Corea, pero su situación era muy parecida a la de Jungkook. Sus padres la tenían retenida en su casa sin ningún tipo de medio por el cual comunicarse. Sabía que debía ayudarla, pero no tenía idea cómo. No era como si pudiera ir y exigirles a sus padres que la dejaran vivir su vida. La única solución que veía no era convencional, pero era la más efectiva.

A la hora de la merienda, subió con una bandeja de galletas a la habitación de su hermano y para su sorpresa, éste ya estaba despierto. Sin esperar nada, se sentó a su lado y le ofreció la comida.

—¿Cómo planeas ayudarnos, Jisoo?— cuestionó segundos antes de llevarse una galleta a la boca.

La pelinegra le sonrió y palmeó su hombro con suavidad —No te preocupes por eso, tengo todo bajo control.

El estado de salud de Taehyung no parecía mejorar y su padre se veía cada vez más preocupado. El castaño ya no quería ir más al hospital, pues estaba cansado y no tenía muchos ánimos de salir de su cuarto, ni siquiera cuando su padre lo invitaba a dar un paseo para despejarse.

Lo único que lo aliviaba a duras penas eran los numerosos inhaladores que debía usar a determinadas horas del día. Se sentía enfermo y débil, la mayor parte del tiempo se la pasaba en cama y solo se levantaba para ir al baño. No quería salir ni hacer nada, había perdido el interés por todo, bueno, a excepción de cierto azabache, por el cual su corazón se oprimía cada vez que pensaba en lo que podría estar haciendo.

Este era el primer invierno en el cual no salía a jugar en la nieve. Sus ojos cansados se mantenían fijos en la ventana, podía ver que se aproximaba una tormenta y lo único que quería era dormir hasta que todo mejorara.

Estaba dispuesto a hacerlo, pero el timbre de su casa resonó, llamando su atención. Su padre y él casi nunca recibían visitas, mucho menos ahora que las personas solo querían permanecer en sus casas para mantenerse abrigadas. Sin embargo, no se levantó. Cerró sus ojos y esperó a que su padre abriera la puerta.

—Vaya, qué sorpresa verte por aquí, Hesseung.

Sus ojos se abrieron de golpe, con las pocas energías que tenía, se levantó de su cama y salió de su habitación para ir a la sala. Al ver a su concuñado con un pequeño niño en el pórtico de su casa, su corazón se detuvo por un segundo ¿Qué hacían ellos aquí?

Después de que Gongyoo los invitara a pasar, el hombre se adentró con el niño de cinco años que veía con sus ojos brillosos a Taehyung.

—Parece que te recordara— comentó con una pequeña sonrisa, viendo preocupado el estado en el que se encontraba el castaño. Cuando su esposa le informó que debían viajar a Corea de inmediato por una emergencia, no pensó que encontraría al novio de su cuñado de esa manera.

Taehyung sonrió débilmente y se acercó a ambos para ver de cerca a Jaejin, ese pequeño niño que cuando era bebé, inconscientemente, había provocado que Jungkook y él se dieran su primer beso. Una lágrima rodó por su mejilla al recordar aquel momento con nostalgia. Se limitó a dejar un pequeño beso en la frente del infante antes de levantarse y poner toda su atención en el mayor.

—¿Hace cuánto llegaste, Hesseung? ¿Y Jisoo?

—En realidad, acabamos de llegar. Jisoo está en la casa de sus padres ahora mismo— al escuchar esto, el corazón de Taehyung se aceleró.

—¿Quieres decir que está con Jungkook? ¿Ella puede traerlo?— preguntó desesperado, sintiendo su respiración agitarse de a poco.

Hesseung asintió —Ya sabemos lo que pasó y vamos a hacer hasta lo imposible por volver a reunirlos, pero todo a su tiempo ¿De acuerdo? Nos veremos con ellos esta noche.

Al oír esto, no pudo evitar esbozar una sonrisa y derramar unas cuantas lágrimas por sus mejillas ¿De verdad vería a Jungkook hoy? Esto debía ser un sueño del cual no quería despertar.

Pero...

—¡Taehyung!— su padre alcanzó a detenerlo antes de que su cuerpo se estrellara contra el suelo.

©AlejaDeMin

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