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CAP 15: "Rechazo"

Después de aquel incidente, todo fue de mal en peor.

Los padres de Jungkook no dejaron que ninguno de sus amigos lo visitara, hasta llegaron a llamar a los guardias de seguridad para que los sacaran del hospital porque, supuestamente, estaban haciendo un alboroto en la habitación de su hijo y solo querían perjudicarlo más en su estado.

Así que ahora no solo no podían entrar a su habitación, sino que también tenían prohibida la entrada al hospital.

Al llegar a sus casas, las cosas no mejoraron, pues sus padres se habían enterado de todo por medio de los señores Jeon. También habían visto los videos en las redes sociales, subidos por chismosos que estaban presentes y que, sin saberlo, habían perjudicado en gran manera a aquellos tres jóvenes.

Sobra decir que los padres de los tres chicos, a excepción de Gongyoo, los reunieron e insultaron de todas las maneras posibles. Llegado hasta cierto punto, el padre de Taehyung decidió intervenir por ellos y encaró a los demás padres, gritándoles en la cara que ellos no merecían tener unos hijos tan buenos, si los iban a tratar peor que basura por tener gustos diferentes.

Sunhee, más que nadie, se sorprendió por esto, pues desconocía que su ex esposo supiera de la orientación sexual de su hijo y peor aun, que lo apoyara. En ese instante, le gritó las peores cosas que antes no le dijo y además, le restregó en la cara que no se arrepentía de haberle puesto el cuerno con un hombre que "sí valía la pena".

El señor Kim no se dejó ver afectado por ello, simplemente tomó a Taehyung por el brazo sin llegar a lastimarlo y lo sacó de la casa, no sin antes pronunciar unas cuantas palabras para su ex esposa.

—No sabes cuanto me alegra que me hubieran dado a mí la custodia de nuestro hijo. Realmente no te mereces ser la madre de Taehyung.

Esa noche tuvo que consolar a su hijo mientras éste lloraba y respiraba entrecortadamente, claro que se preocupó cuando el ataque empeoró y Taehyung tuvo que hacer uso de su inhalador. Ya sin poder ocultarlo, le contó a su padre sobre los ataques de asma que continuamente sufría, debido a esto, recibió un regaño bastante severo por haber ocultado algo tan delicado e importante, pero después fue abrazado fuertemente por su progenitor.

—No te voy a dejar solo en esto, Tae. Aunque tu madre no te apoye, sabes que me tienes a mí— ante estas palabras, Taehyung abrazó a su padre y escondió su rostro en su cuello. Necesitaba calma, necesitaba que alguien lo abrazara ¿Y quién mejor que su padre? Aunque tampoco se quejaría si los brazos que lo acobijaban ahora mismo, fueran los de Jungkook.

Jungkook.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al recordar las últimas palabras del padre de su novio. Por supuesto que su compromiso tenía validez, pues sabía que el azabache hablaba completamente en serio a la hora de pedirle matrimonio y todos estos años se lo había demostrado. Sin embargo y a pesar de esto, tenía miedo. Miedo de que los padres de su novio lograran apartarlo de él, porque sabía que no lo soportaría. Durante casi toda su vida estuvo al lado de Jungkook, el amor que le profesaba fue incrementándose con el pasar del tiempo y ahora, simplemente, no concebía su vida lejos de él.

Observó el anillo en su dedo por un par de minutos. No, si Jungkook lo amaba sinceramente, estaría dispuesto a luchar hasta contra la voluntad de sus propios padres para estar a su lado.

¿Verdad?

Al abrir sus ojos, lo primero que vio fue la silueta de sus padres sentados junto a la camilla. Su visión era borrosa, por lo que tuvo que abrir y cerrar sus ojos unas cuantas veces para aclarar su vista, una vez hecho esto, pudo verlos mejor.

Los señores mantenían una expresión seria en el rostro, ni siquiera mostraban un atisbo de felicidad por verlo despierto y eso lo preocupó. Trató de sentarse, pero el dolor en su abdomen se lo impidió.

—Aún estás delicado, el doctor dijo que no podías moverte mucho— informó su progenitor con un tono de voz neutra.

Jungkook se extrañó por esto, pero trató de no demostrar nada en su mirada. Se acomodó y, con sumo cuidado, logró sentarse. El silencio sepulcral era sumamente incómodo, lo único que se escuchaba eran los ruidos que hacían los aparatos del hospital. Iba a decir algo, pero su madre habló primero.

—Ya lo sabemos todo.

Sus ojos se abrieron inmediatamente y un temor muy grande se estableció en su pecho, no se necesitaba ser un adivino para comprender lo que quiso decir con eso. Atrapó su labio inferior con sus dientes y bajó su mirada, ahora entendía la razón de su seriedad.

—¿Cómo se enteraron?

—Taehyung estuvo aquí. El muy descarado tuvo el atrevimiento de besarte mientras estabas dormido— pronunció con asco su madre.

—Mamá, yo...

—No digas nada, no hay nada que puedas decir que remedie lo que hiciste, Jungkook— cerró su boca de inmediato y sus ojos se cristalizaron. Lo primero en que pensó fue en Taehyung ¿Cómo habrían reaccionado sus padres con él? Dios, esperaba que no le hubieran hecho nada.

Su progenitor se apoyó en su madre —Creo que entiendes lo que va a pasar después de esto.

Jungkook negó con su cabeza —No, no lo sé, pero si hay algo de lo que estoy seguro es que amo a Taehyung y ni ustedes ni nadie van a poder separarme de él.

Su padre se levantó de golpe y alzó su mano en el aire, dispuesto a golpearlo, pero en ese instante, una enfermera entró a la habitación e impidió que lo hiciera.

—¿Qué está haciendo, señor? No puede golpear al paciente, si lo hace, tendré que llamar a seguridad.

—Es mi hijo— se excusó.

—Puede ser su hijo, pero no vamos a permitir ese tipo de agresiones en este hospital. Haga el favor de salir, señor.

Muy a su pesar, el señor Jeon tuvo que salir de la habitación para evitar ser echado por los guardas. Cuando la enfermera también hubo salido, su madre se sentó en la camilla y lo miró fijamente, transmitiéndole algo de nervios.

—Yo no te voy a golpear, Jungkook, pero si voy a tomar cartas en el asunto, no me quedaré de brazos cruzados viendo cómo te conviertes en un maldito homosexual.

Dicho esto, se puso de pie y, posteriormente, salió de la habitación, dejando a su hijo con un dolor muy profundo en el corazón y unas cuantas lágrimas rodando por sus mejillas.

Un mes había pasado y hoy le darían salida del hospital.

Se sentía mal porque, durante los últimos treinta días, no había podido comunicarse con Taehyung y ya estaba enterado de que sus padres habían hecho de todo para impedir que él lo visitara. Tampoco le entregaron su celular, aun cuando la policía los contactó para entregárselo a su respectivo dueño. De esta manera, estaba totalmente incomunicado y eso lo estresaba; jamás en su vida había pasado tanto tiempo sin saber del castaño ¿Cómo estaría en estos momentos? ¿Habría comido bien? ¿Qué estaría haciendo en este instante?

Trató varias veces de escabullirse de su habitación para usar el teléfono del hospital, pero en todas ellas, fue descubierto por su madre y devuelto a su cuarto.

También se enteró de que su madre había renunciado por él en el trabajo de medio tiempo que tanto le costó conseguir ¿Su excusa? Quería vigilar a su hijo 24/7 para que no pudiera ir con Taehyung. Sí, hasta a esos niveles llegó la señora Jeon.

Se sentía tan impotente porque siempre que encontraba una manera de contactar a su novio, su madre descubría la manera de mandar todo al carajo. Le dolía toda esta situación, no veía la hora de irse de ese maldito hospital para poder escapar y ver esos bonitos ojos que tanto le traían enamorado.

Unos toques en la puerta lo sacaron de su trance, segundos después, sus padres entraron.

—Ya es hora de irnos.

Rodó los ojos y se levantó de la camilla para caminar hacia la salida, pero al llegar a la puerta, su padre lo sostuvo fuertemente del brazo, impidiendo así cualquier intento suyo por escapar. Iba a quejarse por esto hasta que su voz se hizo presente.

—Te voy a tener así hasta que lleguemos a la casa ¿Entendiste? Y no quiero nada de escándalos.

Sí, en definitiva, tenía que escapar lo más pronto posible.

El viaje fue tranquilo, a excepción de que su padre no dejaba de mirarlo como si fuera una aberración. Al llegar a casa, el hombre volvió a tomarlo por el brazo hasta que entraron a la residencia. Si todo lo que habían hecho antes le pareció exagerado, al entrar, se arrepintió de ello. Las ventanas estaban completamente selladas, las puertas estaban bajo llave, incluyendo la principal y el teléfono estaba reservado en la habitación de sus progenitores, la cual por cierto, ¡También estaba bajo llave!

Esa ya no parecía su casa, más bien, parecía el escondite de un psicópata o una cárcel. Le parecían medidas demasiado exageradas para retener a un chico que lo único que había hecho era amar con locura a otro chico ¿Había algo de malo en eso?

—Ustedes están locos— se giró hacia sus padres —Pero no crean que con esto van a hacer que me olvide de Taehyung, al contrario ¡Solamente van a hacer que lo ame cada día más!

Un sonido hizo eco en toda la sala y Jungkook tuvo que llevar su mano hacia su mejilla colorada.

—Aquí ya no hay enfermeras que puedan defenderte, aquí sí voy a poder corregirte como se debe y si tengo que sacarte la homosexualidad a golpes ¡Lo voy a hacer, Jeon Jungkook!

El susodicho miró con verdadera extrañeza a su progenitor, ya no quedaba nada de aquel hombre que jugaba con él cuando era pequeño o que le contaba cuentos antes de dormir, ahora era un completo salvaje. Observó a su madre, quien solo lo miró con desdén antes de indicarle con un ademán que se fuera para su cuarto.

Y así lo hizo, no iba a pasar un segundo más de ese día viendo unos ojos que solo delataban vergüenza y asco hacia él.

¿Qué estarás haciendo ahora, mi vida?

Taehyung se removía incómodo sobre el colchón, no había podido dormir bien y de paso, tuvo que mantenerse toda la noche recostado en la cabecera de su cama con un inhalador en mano para poder respirar.

Su situación de salud había empeorado el último mes y Gongyoo ya no sabía qué hacer. Lo había llevado al médico en varias ocasiones, pero éste solo le recetaba más inhaladores y le enviaba a hacer ejercicios de respiración, pero nada de esto había dado resultado.

Su padre entró a la habitación y se sentó en la orilla de la cama para examinarlo, las ojeras que tenía delataban que él tampoco había podido dormir bien, pues estaba muy preocupado por su hijo y temía que si se quedaba dormido, pudiera pasarle algo al castaño.

—¿Otra vez dormiste mal, Tae?— el susodicho tenía los ojos pesados y unas pequeñas bolsas bajo sus ojos, producto de las últimas noches de insomnio.

Se limitó a contestar con un ligero sonido de garganta —¿Todavía no te contesta, papá?

Gongyoo negó con su cabeza, sintiéndose mal por ver la decepción en los ojos de su hijo —Lo siento, Tae, pero parece que esos señores no dejan que Jungkook atienda al teléfono. Ya intenté llamarlo desde varios números, pero siempre contestan ellos.

El menor empezó a sollozar y su padre tuvo que abrazarlo para consolarlo. De alguna manera, atribuía el decaimiento en su salud al hecho de estar separado del azabache. Siempre que se presentaban los ataques, era por algún suceso fuerte que lo asustara o le hiciera deprimir y bueno, la depresión por la que estaba pasando en estos momentos no era precisamente leve.

Amaba a Jungkook, pero no sabía si podría aguantar mucho tiempo en esta situación.

©AlejaDeMin

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