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CAP 13: "Peligro"

—Taehyung, ábreme la puerta, por favor— el de cabello azabache tocaba insistentemente la puerta del baño para que el castaño saliera. Hace rato llevaba allí dentro, pero no daba señales de vida.

Gongyoo no tardó en aparecer por el pasillo, alarmado por los repentinos llamados de su yerno hacia su hijo. Al igual que el primero, se acercó a la puerta y tocó varias veces —Tae, hijo ¿Qué tienes? Abre la puerta.

En ese momento, el click del seguro de la puerta se escuchó y ambos se hicieron para atrás cuando la silueta del menor apareció frente a ellos. Tenía la cara mojada, pero no estaban seguros de si era sudor o agua, también respiraba algo agitado, pero lo que más les inquietó es que tenía el inhalador en la mano.

—Tae ¿Qué te pasó? Me preocupaste mucho— su novio fue hacia él y tomó su rostro con cuidado para examinarlo.

—Estoy bien... Solo tuve un ataque de asma, hace mucho no me daban— mintió con voz queda y la cabeza gacha.

El padre del castaño lo condujo cuidadosamente hacia el sofá y lo sentó allí para que se recuperase. Una vez estuvo más tranquilo, alzó la mirada y les sonrió como siempre lo hacía.

—No se preocupen, ya estoy bien.

Jungkook dejó salir un suspiro de alivio. Estaba seguro de que por su culpa, Taehyung había sufrido aquel repentino ataque, por eso no estaba seguro de si debía acercarse o no. No fue sino hasta que el menor estiró su mano hacia él en clara señal de que la tomara, que se permitió hacerlo y sentarse a su lado.

—Lamento mucho haberte causado esto, no era mi intención— Taehyung abrió sus ojos de golpe y negó repetidas veces con su cabeza.

—No digas eso, no fue tu culpa ¿Okay? Yo me precipité y por eso me agité demasiado— susurró esto último ya que su padre seguía escuchándolos.

Jungkook se le quedó mirando no muy convencido, pero terminó por asentir, no queriendo iniciar una discusión sin sentido.

Cuando todos los ánimos se calmaron, Gongyoo se acercó a la pareja y se sentó a su lado, mirando específicamente a su hijo —Tae, cuando te vuelva a dar un ataque, debes avisarme y no encerrarte. Sabes que estas cosas son delicadas ¿De acuerdo?— el castaño asintió apenado, mirando de nuevo hacia sus piernas.

Después de ello, el mayor de los tres se despidió porque debía asistir a una reunión de trabajo, por lo que les dejó comida hecha y avisó que volvería a las seis. Cuando se hubo retirado, Taehyung se acercó peligrosamente a Jungkook y se sentó en su regazo con su hermosa sonrisa cuadrada.

—¿Qué te parece si aprovechamos y...?— su pregunta fue interrumpida.

—Lo siento Tae, pero no. No me voy a arriesgar a que te vuelva a suceder lo de antes— muy a su pesar, bajó al castaño de su regazo y se puso de pie para encender la televisión.

No era que le agradara rechazar a su novio en ese sentido, al contrario, le dolía ver cómo el menor hacía pucheros y desviaba la mirada por las lágrimas, pero no quería lastimarlo. Su novio era muy delicado y jamás se perdonaría si hiciera algo que lo dañara, por eso estaba dispuesto a renunciar a hacerle el amor, por lo menos hasta que su estado de salud mejorara.

Colocó una película de Disney, de esas que le gustaban al castaño, para posteriormente, dirigirse a la cocina y servir dos platos de la comida que había preparado su suegro. Cuando los hubo servido, caminó hacia el menor y le ofreció uno de los platos.

—No quiero— se cruzó de brazos, mirando hacia otro lado —Cómetelo tú.

—Tae, no vas a estar enojado porque no quise que lo hiciéramos— dejó los platos sobre la mesa de centro y se sentó a su lado —Vamos, solo va a ser mientras te recuperas.

Un sollozo lo alarmó. Taehyung mordía sus labios con insistencia para que no se escuchara que estaba llorando, pero fue en vano. Jungkook se bajó del sofá y se situó delante de él, tomando su rostro entre sus manos para obligarlo a mirarlo.

La imagen le partió el corazón. Desde que estaban juntos, jamás le había rechazado una invitación a hacerlo, por lo que era de esperarse que Taehyung llorara al experimentar el dolor del rechazo por primera vez. De sus ojitos no paraban de brotar lágrimas saladas que se deslizaban por sus mejillas e iban a parar a su mentón, su nariz estaba rojita por el llanto, sus párpados entrecerrados y sus dientes se apretaban con fuerza en un intento por parar de sollozar.

—Tae, mi vida, no...— lo abrazó con fuerza, haciendo que escondiera su rostro en su pecho —No era mi intención.

—No quiero que me trates como a un enfermo— declaró, aún llorando —Quiero que me trates como siempre lo has hecho.

El azabache le sonrió entristecido antes de sentarse en el sofá y atraerlo hacia sí, acurrucándolo en su pecho —No quería hacerte sentir así, perdón— con una mano acariciaba los sedosos cabellos castaños y con la otra sobaba su espalda —Es solo que eres tan importante para mí que me da miedo dañarte.

Taehyung abrió sus ojos ante ello, subió su mirada y la conectó con la de su novio, notando que éste también tenía los ojos aguados.

—Sé que nunca me vas a dañar— atrajo al mayor para acercar sus labios —Te amo y tú me amas, eso es suficiente para confiar plenamente en ti— cerró sus ojos y selló sus labios en un beso inocente y puro, demostrando todo el amor y cariño que sentía.

Jungkook, de igual forma, cerró sus ojos y se quedó abrazado al menor, correspondiendo a aquel beso con la misma intensidad. Se sentía afortunado de tener al lindo castaño a su lado, se había vuelto tan dependiente de él que no sabría qué hacer si llegara a faltarle.

Esa tarde, ambos durmieron abrazados en aquel cómodo sofá. Los platos de comida se enfriaron y Gongyoo tuvo que arroparlos allí mismo para que no pasaran frío.

Tres semanas habían pasado y, afortunadamente para Taehyung, sus ataques habían disminuido un poco. Lo atribuía a que Jungkook lo venía a visitar con más frecuencia, pues había terminado con las recuperaciones de área y ahora podía relajarse un poco.

Faltaban pocos días para la graduación, por lo que el combo de los revoltosos estaba en una tienda de ropa, buscando los mejores atuendos para ese día.

Jennie y Lalisa estaban en la sección de damas, mientras que Jungkook y Taehyung en la de caballeros. Venían buscando algo formal, querían verse elegantes ese día y ser la envidia de sus demás compañeros y compañeras.

Jennie escogió un vestido púrpura que le llegaba un poco más arriba de la rodilla. Éste venía acompañado de un bolso a juego y como promoción, traía los accesorios adecuados, era perfecto.

Lalisa por su parte, había escogido una blusa roja elegante, acompañada de un pantalón negro de campana y un chaleco del mismo color. Debido a que recientemente se había cortado el cabello, el atuendo sin duda alguna le quedaba genial.

—¿Qué te parece esta corbata? Te queda muy bien— colocó el accesorio frente al traje que Jungkook llevaba puesto. No había sido problema escogerlo, el verdadero inconveniente es que no encontraban una corbata que le gustara al mayor.

—No me gusta el verde, Tae— rechazó con una mueca divertida el accesorio y siguió buscando otro.

Taehyung soltó un bufido —Complicado.

Ya habían examinado todas las corbatas del estante y ninguna era la indicada ¡Ni siquiera Taehyung se complicó tanto a la hora de escoger una! Simplemente tomó la primera que vio, le gustó y se la colocó. Pan comido.

—¿En serio no hay de mi color favorito?— masculló molesto, buscando en otro estante.

—El azul cobalto es muy lindo, ahora que estamos en temporada de graduaciones, es lógico que ya se las hayan llevado todas— abrazó por los hombros al mayor y dejó un besito en su cuello —Vamos a buscar otro color que te guste.

—No quiero.

Taehyung rodó los ojos. En ese momento, las chicas aparecieron con sus atuendos ya pagados y en bolsas. Al darse cuenta del berrinche que el azabache estaba formando, decidieron intervenir.

—¿Qué le pasó al conejito?— cuestionó Jennie al tiempo que llevaba su dedo índice al labio abultado del mayor.

—Se llevaron todas las corbatas del color que quería y ahora no quiere escoger otro— resumió el castaño, ligeramente celoso por el toque de la castaña con su novio.

Lalisa se acercó a él y lo miró de arriba a abajo, examinándolo y maquinando alguna solución.

—Podrías... Usar un corbatín.

Jungkook abrió sus ojos de golpe y negó varias veces —Eso nunca, no me gustan.

—Pues entonces te tendré que obligar a usarlos— declaró la rubia al tiempo que se iba en busca de los dichosos accesorios.

Los tres restantes se miraron entre sí, ligeramente nerviosos. Cuando Lalisa se molestaba, era mejor llevarle la corriente.

Se dedicaron a esperar en un mueble largo que se situaba junto a una pared. Observaban a cada persona que entraba y salía del local, jugando a acumular puntos por cada persona que entrara con la vestimenta de un determinado color.

—Uno azul.

—Uno naranja.

—Un... ¿Ladrón?

Los dos voltearon a ver a Jennie y luego al hombre al que se refería, abriendo sus ojos en demasía cuando notaron que llevaba un arma corto punzante empuñada en su mano derecha.

Instintivamente, Jungkook se colocó delante de los dos menores para protegerlos, mirando con recelo al hombre que se acercaba peligrosamente hacia ellos.

—Si hacen ruido, los mato— amenazó en voz baja —Pásenme sus celulares, billeteras y todo lo que tengan de valor.

¿Qué diablos sucedía? ¿Acaso nadie veía lo que estaba pasando?

Jennie volteó a ver disimuladamente a Lalisa, quien apenas regresaba con una caja en las manos. Al verlos, se detuvo en seco y retrocedió en silencio, tomando su teléfono para llamar a la policía.

—¿Qué acaso no me oyeron, mocosos? No estoy jugando ¡Los asesinaré si no hacen lo que les digo!— tomó por el cabello a Taehyung y lo jaló para tomarlo como rehén cuando se percató de que había sido descubierto por los demás clientes.

—¡Suéltalo, bastardo!— el azabache apretó los puños, dispuesto a lanzársele encima hasta que el hombre colocó la navaja en el cuello de Taehyung.

—Te mueves y lo mato.

Para este punto, el castaño ya respiraba erráticamente y las lágrimas corrían por su rostro.

—¡Tiene asma, imbécil!— sacó con rapidez su celular y se lo ofreció temblando —Toma el teléfono, pero no le hagas nada, por favor.

Tenía miedo. El hombre frente a él se veía tan capaz de cumplir con la amenaza que no estaba dispuesto a arriesgarse. Se alarmó más cuando Taehyung comenzó a toser insistentemente mientras estiraba su mano hacia su maletín para tomar su inhalador.

El ladrón tomó el teléfono y en ese momento, Jungkook aprovechó que aflojó el agarre en Taehyung para empujarlo y empezar a golpearlo.

El castaño cayó al suelo y con ayuda de Jennie, alcanzó su inhalador. Luego de aplicarse las dos dosis, corrió hacia su novio para intentar defenderlo. Podía ver claramente que tenía el labio roto, también le había propinado unos cuantos golpes en la cara al tipo, pero sobraba decir que éste último tenía más fuerza.

—¡Déjalo, malnacido!— se lanzó sobre el ladrón y con todas sus fuerzas golpeó varias veces su rostro, ocasionándole heridas en los pómulos y jalando con brutalidad su cabello.

—¡No te metas, mocoso!— le propinó un golpe en la mejilla a Taehyung para sacárselo de encima, consiguiéndolo, pero también despertando la furia en el muchacho azabache.

Éste se subió sobre él y, con toda la fuerza que tenía, lo golpeó, no solo eso, también lo pateó y mordió, descargando toda la ira que sentía por haber golpeado a su chico.

No se detuvo sino hasta que sintió un fuerte dolor en su abdomen. El tipo lo lanzó al suelo y volvió a apuñarlo con la navaja, deteniéndose cuando dos policías se abalanzaron sobre él y lo sometieron contra el suelo.

—¡Jungkook!— Taehyung corrió hacia su novio, mirando con horror el traje lleno de sangre en la parte del abdomen.

Aún seguía consciente, pero se sentía mareado y el dolor no ayudaba tampoco. Lo último que vio en ese momento fue a su lindo castaño gritándole para que se mantuviera despierto.

©AlejaDeMin

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