CAP 12: "Mudanza"
—¿¡Qué estás haciendo!?— el castaño corrió inmediatamente hacia su madre y se colocó en frente de ella para protegerla. Podía sentir un olor desagradable en la habitación, pero no sabía a qué pertenecía.
—Taehyung, sal de la habitación— su padre ordenó con los nervios alterados. Al ver que el susodicho no hacía caso, no pudo evitar alzar la voz —¡Dije que salieras!
—¡No voy a hacerlo! Le estás pegando a mi mamá, no voy a dejarla sola— miró a la fémina, quien tenía los ojos llorosos y la mejilla izquierda roja —Por Dios ¿Por qué papá te hizo esto?— estaba preocupado, su padre nunca le había alzado la mano a su madre y el hecho de que ahora lo hiciera, le ponía realmente mal.
—Yo...— no pudo responder porque el mayor de los tres la interrumpió.
—Dile, a ver si tienes los ovarios de decirle a nuestro hijo que destruiste lo que quedaba de nuestra familia— Taehyung miró confundido a su padre antes de separarse de su madre e interrogarla con la mirada.
—¿Qué hiciste, mamá?
La señora Kim desvió su mirada, no siendo capaz de darle la cara a su hijo. Lo único que pudo hacer fue morderse los labios y sollozar en silencio.
Al darse cuenta de que no iba a hablar, el señor Kim decidió responder a aquella pregunta.
—Tu madre trajo a un amante a la casa y tuvo relaciones con él en nuestra propia cama.
Los ojos del castaño se abrieron en grande y se llenaron de lágrimas, boqueó como pez fuera del agua para después caminar hacia su madre y encararla.
—¿Eso es verdad, mamá?— rogaba por recibir una respuesta negativa, pero el silencio que obtuvo fue suficiente respuesta para él. Su madre había traicionado a su padre.
¿Qué mierda estaba pasando?
Esa noche fue la peor que pudo vivir en sus diecisiete años de existencia. Su progenitor había dormido en su cuarto por obvias razones y él tuvo que consolar al pobre hombre que no hacía más que derramar lágrimas amargas. Era cierto que su matrimonio no era el mismo de antes, pero le dolía en sobremanera la traición de su esposa. De todo lo que pensó que era capaz, jamás se le pasó por la mente una infidelidad.
A la mañana siguiente, el ambiente estuvo demasiado tenso. La señora Kim no había dado la cara ni para preparar el desayuno, por lo que padre e hijo tuvieron que hacer de comer por ellos mismos.
Taehyung sabía lo que se avecinaba y la mera palabra le provocaba náuseas.
Divorcio.
Nunca se le ocurrió ver a sus padres divorciados, pero ahora era un hecho. Su padre no tardó en demandar a su madre y al día siguiente, apareció con los papeles de divorcio.
Le parecía hasta absurdo que la fémina se hubiera rehusado a firmar.
—¡Piensa en todo lo que hemos vivido! ¡Piensa en nuestro hijo! ¿Cómo va a crecer en un hogar sin su padre? No puedes pensar solamente en ti...
—Oh, pero claro que estoy pensando en Taehyung, no creas que voy a dejarlo aquí, me lo voy a llevar conmigo. Y no me vengas con que piense en nosotros cuando tú no lo pensaste dos veces antes de abrirle las piernas a otro— la discusión se había tornado más fuerte y el castaño no hacía más que llorar detrás de la pared.
Sus ataques habían vuelto, pero ninguno de sus padres era consciente de esto porque no hacían más que discutir todo el día. Razón por la cual, tenía que atenderse a sí mismo en silencio. Si antes pensaba en decirle a sus padres lo que venía sucediendo con el asunto del asma, ahora mismo estaba convencido de que no lo haría, no podía ser una carga más para sus padres en estos momentos tan complicados.
Las dos semanas habían pasado más pronto de lo que pensó y los tres fueron citados al tribunal de familia para definir su situación. Ya era un hecho el divorcio, la señora Kim se convenció a sí misma de que su matrimonio ya no tenía arreglo y firmó los papeles. Habían dividido los bienes en parte y parte, por lo que ahora, lo último que faltaba por definir era quien se quedaría con la custodia de Taehyung.
Claramente, allí hubo guerra. La mujer expuso los recientes problemas de alcoholismo de su ex esposo, diciendo ante el juez que ese no sería un buen ejemplo para el menor. Por su parte, el señor Kim reveló ante el juez y los demás presentes la razón de su divorcio, argumentando que no sería bueno para Taehyung estar en un ambiente donde su madre, posiblemente, lo descuidaría por estar más al pendiente de su amante.
Ambas opiniones fueron tomadas en cuenta, pero la de más peso fue la de Taehyung.
Al ser un adolescente casi mayor de edad, también tenía derecho a opinar y hacer valer sus decisiones. Por eso, cuando el juez le preguntó con quien quería quedarse, no dudó ni un segundo en responder.
—Quiero quedarme con mi papá.
Después de su declaración, el juez tomó la decisión y le otorgó la custodia a Kim Gongyoo, ordenando que la señora Kim Sunhee tuviera derecho a visitar y salir con su hijo dos veces a la semana.
Obviamente, al salir del tribunal familiar, la guerra se desató entre la pequeña familia.
—¿¡Cómo pudiste traicionarme de este modo, Taehyung!? A mí que soy tu madre y me he desvelado por ti durante diecisiete años.
—Sunhee, déjalo. Si tomó esta decisión es porque él prefiere vivir conmigo, ahí no hay nada que tú o yo podamos hacer al respecto— se situó detrás de Taehyung y posó sus manos sobre sus hombros.
—¿Tú le dijiste que te escogiera?
—¡Claro que no!
—¡Basta los dos!
La pareja de ex esposos posaron su atención en Taehyung, quien trataba de respirar con normalidad —Yo no quiero vivir contigo, mamá, no después de lo que hiciste. Así que no le eches la culpa a papá por una decisión que yo mismo tomé.
Dicho esto, se metió al auto para usar su inhalador y aliviar el ataque que empezaba a aparecer.
Afortunadamente, dicho acto no fue percibido por sus padres debido a los vidrios polarizados.
—Bien— la mujer suspiró resignada —Pero iré a visitar a Taehyung sin falta los miércoles y sábados.
—No te lo voy a impedir tampoco— Gongyoo se subió al auto y esperó a que Sunhee hiciera lo mismo para emprender camino hacia su casa.
Taehyung solo podía mirar por la ventana del auto mientras se preguntaba en qué momento su familia había empezado a desmoronarse.
El castaño y el azabache se abrazaban mientras el padre del primero subía las maletas al auto. Aunque para la señora Kim pareciera una despedida de mejores amigos común y corriente, Gongyoo, Jungkook y Taehyung sabían que no era así.
Lágrimas caían como cascadas de los ojitos del menor y Jungkook no podía hacer más que apresurarse a limpiarlas, aunque él también tuviera las mejillas empapadas de tanto llorar.
—Solo vas a mudarte un poco más lejos, estaré visitándote todos los días— trató de animar al menor.
Taehyung se iría a vivir con su padre a un barrio un poco alejado de aquel donde vivían, por lo que era de esperarse que la pareja de novios estuviera tan triste en estos momentos. Ellos no querían separarse, pero ya estaban mentalizados para esto desde que Taehyung le expuso a Jungkook que deseaba quedarse con su padre. Gongyoo le había dejado la casa a Sunhee y él decidió mudarse a un barrio algo cerca del centro, también era agradable, pero no sería lo mismo sin Jungkook.
—Te amo, Kookie— susurró muy, muy bajito al oído del susodicho.
—Yo también te amo, Tae— disimuladamente besó la mejilla contraria y se alejó. Ya era el momento.
Taehyung fue a abrazar a su madre como despedida y luego de esto, subió al auto. Bajó la ventanilla y mientras el auto se iba, él no dejó de mover su mano en el aire.
La fémina creyó que aquel gesto de despedida era para ella, pero no.
Era para Jungkook.
—Bueno, llegamos.
Padre e hijo descargaron las maletas en la entrada de la casa. A simple vista, se veía agradable, era de un solo piso, dos habitaciones, un baño, una cocina amplia con vista a la sala-comedor y un cuarto de lavado. No era tan grande como su antigua casa, pero tampoco era pequeña. Era perfecta para que ambos vivieran cómodamente.
Taehyung caminó a paso lento, recorriendo cada rincón de la casa. Supo que tendría que limpiar cuanto antes al momento de observar unas cuantas telarañas en las esquinas del techo y suciedad por todo el piso, pero estaba bien, grandes cambios necesitaban grandes sacrificios ¿No? Además, no podía exponerse al polvo sino quería enfermarse.
—Taehyung, ven aquí— al llegar a su lado, el hombre lo abrazó por los hombros —Gracias por elegirme, sé que esto es difícil para ti y por eso me voy a esforzar el doble para ser un mejor padre.
El castaño, quien se mantenía aferrado a la camisa de su progenitor, sonrió entristecido —No tienes que prometerlo, papá, sé que me amas y que para ti también es duro todo esto. Quiero que sepas que elegí vivir contigo porque me has demostrado más apoyo del que jamás he recibido por parte de mi mamá, sé que me amas verdaderamente desde que descubriste mi orientación sexual y me apoyaste— iba a seguir, pero las lágrimas amenazaron con salir y un nudo se estableció en su garganta, por lo que Gongyoo rápidamente se apresuró a abrazarlo para dejar que llorara en su pecho.
—Si quieres llorar, hazlo. Yo siempre voy a estar aquí para ti, no te preocupes— el menor empezó a llorar más fuerte, dejando salir todo lo que tenía retenido en su pecho, aunque no dijera todo lo que le dolía en voz alta, sentía que se desahogaba con el llanto —Lo de Jungkook no cambiará ¿De acuerdo? Él podrá seguir viniendo a visitarte y ahora podrá hacerlo a la hora que quiera, yo no tengo ningún problema porque pasen tiempo juntos.
Un sonrojo se apoderó del menor al entender la indirecta, por lo que agachó su mirada y asintió tímidamente con su cabeza.
Gongyoo dejó salir una risa ante la repentina timidez —Hey, que no te dé pena. No creas que no los he escuchado, ya hasta me acostumbré.
—¡Papá!— el castaño se escondió en el pecho de su progenitor para que éste no viera sus mejillas de tomatito. El mayor volvió a reír, solo que esta vez, a carcajadas.
—Bueno, bueno. Vamos a limpiar y a organizar nuestras cosas ¿De acuerdo?
Taehyung no necesitó de más indicaciones para salir corriendo a hacerlo y así escapar de la vergonzosa situación.
La pareja de novios ahora mismo estaba recostada en la cama, dándose cariño mutuamente. Taehyung mantenía su cabeza recostada en los muslos de Jungkook mientras éste le hacía piojitos en el cabello. De vez en cuando, intercambiaban posiciones para ser quien recibiera los mimos.
—¿Cómo te has sentido aquí? ¿Estás cómodo? ¿Te falta algo?— el castaño sonrió y negó con la cabeza para responder a la última pregunta.
—Estoy bien, ha sido un poco duro el cambio, pero papá y yo estamos tratando de acostumbrarnos. No nos hace falta comida porque el trabajo de papá le deja suficiente dinero para comprar mucha, así que no debes preocuparte.
Jungkook asintió más tranquilo, le preocupaba que su pequeño novio estuviera sufriendo por algo. Inclusive, se había conseguido un empleo de medio tiempo para comprar lo que el castañito estuviera necesitando.
—¿En serio no te hace falta nada? Porque yo puedo comprarlo por ti, no tengo ningún problema con eso— el menor se incorporó en la cama y sostuvo las mejillas del mayor entre sus manos.
—Descuida Kookie, mírame, estoy bien— recalcó las últimas dos palabras —Pero sí hay algo que me hace falta.
—Solo dímelo y te lo daré.
—Me haces falta tú.
Sin esperar por una respuesta, se subió a horcajadas sobre él y estampó sus labios contra los ajenos, iniciando así una danza entre ambos que los fue consumiendo poco a poco.
Jungkook se dejó llevar de inmediato y atrajo más el cuerpo de Taehyung hacia él. Ambos estaban dispuestos a llegar más lejos, pero el castaño se separó repentinamente por la falta de aire.
—¿Tae...?
No recibió respuesta porque el susodicho tomó algo que no alcanzó a ver y salió corriendo a encerrarse en el baño.
©AlejaDeMin
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