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CAP 09: "Plan en marcha"

Ambos jóvenes se separaron y cubrieron su desnudez con la sábana que antes cubría la cama, ninguno era capaz de despegar la mirada del hombre frente a ellos, quien los observaba en lo que parecía un estado de trance.

—Papá, yo...— se acercó a él, todavía sosteniendo la sábana en su cintura —Por favor, déjame explicarte.

Se calló de inmediato vio la mano del hombre siendo alzada en el aire, pero contrario a lo que esperaba, su padre no lo golpeó.

Se golpeó a sí mismo.

Taehyung abrió sus ojos como platos al ver a su progenitor golpeándose con la palma de su mano repetidas veces en la cabeza. El hombre dejó salir un sollozo y ahí fue cuando el castaño se alertó.

—Papá... Perdón— llevó sus manos a las de su padre, consiguiendo detener los golpes. El mayor lo abrazó perezosamente y miró a Jungkook, quien observaba la escena desde una distancia considerable mientras se vestía con cautela.

—¿Por qué? ¿Desde cuándo hacen esto?— Taehyung y Jungkook se miraron entre sí antes de responder.

—Papá, Jungkook y yo somos novios desde hace casi dos años— explicó el menor de la habitación —Por favor, no nos odies, yo de verdad lo amo y estoy enamorado de él.

El hombre se separó del abrazo y caminó a pasos torpes hasta la silla del escritorio, allí cerró sus ojos y trató de estabilizarse, aún sentía mareos por el alcohol y ahora por la noticia de que su hijo le iba al otro bando.

Taehyung se vistió con rapidez y corrió hacia la cocina para llevarle un vaso con agua a su padre, apagando el microondas que éste había encendido al entrar y sacando la comida con cuidado. Volvió a la habitación y le ofreció el vaso con agua a su progenitor, éste lo recibió y se quedó pensativo mientras bebía.

—¿Estás enojado, papá?— inquirió con temor.

—No.

Jungkook miró a su novio confundido y después a su suegro, todas las facciones que demostraba eran de enojo, pero ahora resulta que no lo estaba. Esta vez fue él quien tomó el valor de preguntar.

—Señor Kim, disculpe que le pregunte, pero... Si no está enojado ¿Por qué se golpeó hace un rato?

El hombre se quedó en silencio unos segundos antes de responder —Temía que fuera verdad, tu madre lo viene sospechando desde hace un tiempo.

Taehyung abrió sus ojos en demasía y no tardó en arrodillarse frente a su papá para seguirle preguntando.

—¿Mamá lo sabe? ¿Qué dice?

El hombre negó —No lo sabe, solo lo sospecha... Ella me dijo que si resultaba siendo verdad, iba a enviarte a una escuela privada en Daegu para que no volvieras a ver a Jungkook.

Ese fue un golpe bajo para el azabache. Sin dudarlo, se abalanzó hacia su pequeño novio y lo abrazó para que éste no empezara a llorar. Ya podía ver las lágrimas picando en sus ojos.

—¿M-mi mamá dijo eso?— preguntó entre tartamudeos, sin poder creerlo todavía —¿Por qué quiere hacer eso? ¿Ella me odia?

—Tú sabes que estas cosas son anormales para tu mamá, ella creció en una familia conservadora, así que no es de extrañarse que quiera tomar cartas en el asunto.

—Pero usted no ¿Verdad?— el de cabello azabache preguntó, esperando recibir una respuesta negativa.

—No, yo no, Jungkook. A mí me da lo mismo si Tae consigue novia o novio, lo que me preocupa es que mi esposa los quiera separar a ambos. Yo sé que ustedes se han querido muchísimo desde que estaban en el jardín de niños y no quiero que nada malo les pase.

Taehyung no pudo retener más las lágrimas y abrazó a su progenitor con toda la fuerza que tenía.

—Gracias, papá— sollozó contra su pecho —Por favor, no le digas nada a mamá, te prometo que Kookie y yo seremos más cuidadosos.

—Descuida, no le diré nada, pero sí les agradeceré que tengan cuidado, no quiero imaginarme la guerra que se desataría en esta casa si tu madre los llega a descubrir.

—No se preocupe, señor Kim. Vamos a tener más cuidado de ahora en adelante— Jungkook se acercó un poco e hizo una reverencia —Le agradezco mucho que esté haciendo esto por nosotros.

—Está bien, Kook. Pero sí les voy a regalar condones porque por lo que vi, los jóvenes no planeaban usarlos y son muy importantes si quieren tener relaciones.

—¡Papá!

El azabache soltó una carcajada que fue seguida por su suegro. Así se la pasaron, burlándose un buen rato del menor y del sonrojo de tomatito que había adoptado.

Al final, la ayuda del padre de Taehyung les había venido de maravilla a ambos. Gracias a él, ahora podían salir juntos más seguido y hasta tener encuentros en la casa del menor sin que la madre de éste lo supiera.

Su esposo la invitaba a cenar a restaurantes algunas noches entre semana con la secreta intención de que su hijo y yerno pudieran pasar un momento a solas sin ningún problema. Y, por supuesto, la mujer aceptaba las invitaciones encantada.

Lo mismo sucedía con Jisoo, solo que ésta no podía hacer mucho para hacerles cuarto a su hermano y cuñado, pero cuando se le presentaba la oportunidad, invitaba a su familia a pasear a alguna parte lejana. Jungkook siempre se quedaba en casa cuando esto sucedía, colocando la excusa de que tenía muchas tareas o proyectos que hacer para la escuela, así que sus padres se iban tranquilos y orgullosos de que su hijo fuera tan estudioso.

Ja. Apenas sí había pasado matemáticas con nota básica.

Pero bueno, volviendo al presente, habían pasado un par de meses desde que tenían esta dinámica y hasta ahora les había funcionado de maravilla.

Ahora mismo estaban en la escuela, copiando las últimas ecuaciones de trigonometría que el profesor de matemáticas anotó en el tablero y les había dejado de tarea. Taehyung ya las tenía anotadas en su cuaderno desde hacía rato y ahora solo se dedicaba a ver las lindas caritas que hacía su novio cada que escribía una ecuación que sabía, no la entendería ni poquito y terminaría dejando en blanco.

—Estás frunciendo mucho el ceño, conejito— se burló un poco, llevando su dedo índice al lugar entre sus cejas y sobando la zona para que dejara de hacer ese gesto.

—Es que no entiendo ni papa— inconscientemente, hizo un puchero —¡Mira! ¿Cómo diablos voy a sacar la cotangente de aquí?— estaba a punto de destruir su cuaderno, por lo que el menor se lo quitó antes de que eso sucediera.

—Qué dramático eres, Kookie— rodó sus ojos y guardó el cuaderno en el maletín del contrario —Vamos a comer, tengo hambre.

—Okay— canturreó feliz, tal vez algo de comida le sentaría bien.

Ambos salieron del aula con el dinero en mano para ir a comprar algo en la cafetería. Al final, optaron por comprar dos sándwiches y dos botellas de jugo para acompañar. Caminaron hasta la zona verde donde siempre se encontraban con Jennie y Lalisa, y allí las encontraron.

Dándose besitos, pero las encontraron.

—Si siguen haciendo eso tan descuidadamente, nos van a descubrir— regañó el mayor de ambos, sentándose en su lugar y haciéndole espacio a Taehyung a su lado.

Ambas se separaron de golpe y miraron ruborizadas a los chicos.

—Al menos tengan la decencia de hacer algún ruido o algo— se quejó la mayor —Casi me da un infarto— dramatizó, dejándose caer en el regazo de su novia, fingiendo estar muerta.

—Ow ¿Ven lo que hicieron? Ahora tengo que despertarla con un besito— la castaña soltó una risa nasal y se acomodó el cabello para agacharse y darle un beso en los labios a Lalisa.

Como por arte de magia, la mencionada volvió a la vida y abrazó a su pequeña novia.

—Ustedes me dan diabetes— se quejó el castaño, bebiendo un sorbo de su jugo.

—¡Cállate! Tú también haces lo mismo con Jungkook.

—¡No es cierto!

—¿Cómo que no?— el azabache arqueó una ceja, y lo miró fijamente antes de abrazarlo con fuerza y empezar a besarlo repetidamente en los labios, ocasionando que la botella de jugo que, afortunadamente, estaba cerrada, cayera en medio del circulo que los cuatro estaban formando.

La pareja de novias empezó un coro, molestándolos por los tiernos besitos que Jungkook le estaba dando a Taehyung.

—¡Ustedes cuatro, a dirección!

Se separaron de golpe, sintiendo un vacío en el pecho al ver a la directora detrás de ellos. No se habían dado cuenta de que ésta los estaba observando desde hacía rato desde una distancia considerable. La mujer posó su vista en la botella, la cual tenía la tapa apuntando hacia Taehyung y Jungkook.

Ay mierda.

Los treinta minutos que pasaron esperando a sus padres fueron eternos. Peor aun, cuando éstos cruzaron por la puerta de la dirección, no pudieron sostenerles la mirada y se mantuvieron con la cabeza gacha.

Ninguno pronunció palabra alguna cuando la directora les comunicó a sus padres lo que había sucedido; según ella, sus hijos estaban jugando el juego de la botella entre ellos.

Sobra decir que la mirada de los progenitores sobre sus hijos fue demasiado severa al punto de crear tensión en el ambiente, exceptuando al padre de Taehyung, claro está. Éste estaba más bien nervioso, sobre todo porque hace unas semanas había discutido con su esposa por el asunto de su hijo. Siempre hizo todo a su alcance para convencerla de que Taehyung no era gay, pero ahora, con todo esto, ya no sabía qué decir para defender a su hijo sin que sonara muy reforzado.

Luego de que la directora avisara una suspensión de tres días del colegio y una actividad de treinta hojas como castigo para los cuatro, todos salieron de la dirección y caminaron en silencio hasta sus casilleros para sacar sus cuadernos y empacarlos en sus maletínes.

Sus padres los observaron desde lo lejos, no sabiendo qué decir o hacer, solo sabían que al salir del colegio tendrían una larga plática con sus hijos.

Mientras tanto, éstos estaban replanteando el plan de emergencia que habían acordado hace casi dos años. No querían llegar a esto, pero no tenían más opción, realmente.

—Ya saben lo que tienen qué hacer ¿Verdad?

Todos dieron un asentimiento con la cabeza.

—Bien, vamos— terminaron de empacar y se encaminaron en silencio hacia sus padres para irse a casa.

Los adultos decidieron hacer la "reunión" en la casa de los padres de Taehyung por simple azar. Se sentaron en los sillones y el sofá, mientras tanto, la madre del castaño sirvió doce vasos de jugo de naranja y volvió con ellos en una bandeja. El ambiente era tan pesado que hasta creían escuchar los pensamientos de sus progenitores.

Y no eran nada buenos, a decir verdad.

—Bien— el padre de Jennie fue quien empezó la charla —¿Quién de ustedes nos va a explicar lo que pasó en el colegio?

Los cuatro se miraron entre sí por pocos segundos. La mayor del grupo alzó su mano y carraspeó un poco antes de hablar.

—Bueno, es que...— los adultos fijaron su atención totalmente en ella —La directora tenía razón en lo que les dijo, nosotros estábamos jugando al juego de la botella, pero esta era la primera vez que lo hacíamos, lo juro.

—¿Y a ustedes les parece muy bonito estar besándose así entre ustedes? Niñas con niñas y niños con niños— la madre del castaño esta vez intervino, haciendo una cara de fastidio de solo decir lo último —¿No les parece que ustedes ya están muy grandecitos para entender que estas cosas no son normales?

Jungkook estaba a punto de decir algo que echaría a la basura el plan de Lalisa, pero hizo todo lo posible por contenerse.

—Lo sé, señora Kim. Solo fueron cosas de jóvenes, usted sabe que a veces somos muy inmaduros... Sino recuerde la vez que le hicimos dar un ataque de asma a Taehyung.

—Sí, pero en ese momento, ustedes estaban más pequeños y además, eso no es tan grave como lo que hicieron hoy.

—Lo sé, mamá, no volverá a suceder— el menor mantuvo la cabeza gacha, esperando que eso fuera suficiente y el tema quedara hasta ahí.

Lamentablemente, el padre de Jennie quería ver correr sangre. En sentido figurado, cabe recalcar.

—¿No te da pena, señorita? ¿Qué diría tu futuro novio si se enterara de que te besaste con otra chica?— inconscientemente, la castaña volteó a ver a Jungkook, dando a entender que el plan había empezado.

—No le diría nada porque soy consciente de que solo era un juego.

Todos en la sala voltearon a ver al azabache, quedando incrédulos y confundidos.

—Explícate hijo ¿Qué quieres decir con eso?

Jungkook llenó de aire sus pulmones antes de soltar la bomba en tierras enemigas.

—Quiero decir que Jennie es mi novia, papá.

©AlejaDeMin

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