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CAP 06: "En la mira"

Su relación como novios era bastante agradable y bonita. Desde que formalizaron su relación, se trataban más cariñosamente, salían a citas disfrazadas de "salidas casuales" y se obsequiaban detallitos cada que podían. Inclusive, hoy estaban cumpliendo tres meses, por lo que quedaron de reunirse en un parque algo lejano para pasar su día especial sin temor a ser descubiertos.

La única que sí se podía decir que sospechaba algo era la madre del castaño. Ésta le preguntaba varias veces por Jennie y Lalisa, le pedía que las llevara a la casa y, últimamente, le cuestionaba si en sus salidas también las incluía o solo salía con Jungkook. Tuvo que mentirle varias veces para que no sospechara y para colmo, debía molestar a sus amigas para que confirmaran su coartada. Era algo estresante a veces, pero nada que no pudieran manejar.

El combo era consciente de la situación de sus padres y hacían todo a su alcance para cubrirse las espaldas, incluso él tuvo que mentirle una vez al padre de Jennie cuando preguntó si era verdad que estaban los cuatro en el cine; lo peor fue que le pidió que le pasara a su hija y tuvo que fingir ser regañado por un guarda del cine por "estar hablando por teléfono en la sala", cuando claramente estaba en la calle y varias personas que pasaban por ahí se le quedaron viendo raro.

Pasaban vergüenzas a cada rato, pero lo que fuera por no dejar morir a sus amigos. Solo podían contar los cuatro con ellos mismos, no necesitaban a nadie más.

Cuando Taehyung salió de su cuarto, su corazón se detuvo por un momento al ver a los padres de Lalisa hablando con su madre. Éstos, al darse cuenta de su presencia, lo miraron de manera interrogatoria.

—Creí que estabas con nuestra hija. Ella nos dijo que estaba reunida contigo y con Jungkook— se cruzaron de brazos, poniéndolo nervioso, pero obviamente, no se dejaría intimidar ni demostraría nada.

—Sí, lo sé. Justamente voy de salida, vamos a reunirnos todos— sonó lo más casual que pudo para no levantar sospechas.

—¿Ah, sí? ¿Y donde se reunirán?— esta vez, preguntó el señor Manoban.

—En un parque, señor— se limitó a responder —Vamos a pasar la tarde juntos.

El hombre se acercó a él y lo sostuvo de los hombros, logrando intimidarlo. Pasó saliva y lo miró a los ojos, rezando para que creyera su elaborada mentira. Después de unos segundos, Manoban se separó y le palmeó rudamente la espalda, pero de manera amistosa.

—Muy bien, chico. Ve antes de que se te haga más tarde. Me cuidas a mi hija ¿De acuerdo?

—Lo haré, señor— hizo una reverencia —Me voy, nos vemos después— se despidió de los señores y su madre antes de salir en su bicicleta hacia su destino.

¿A quién engañaba? Tenía el corazón en la boca. Debía llamar pronto a su amiga para comentarle la situación y que así tomara sus propias precauciones. No quería ni estaba dispuesto a hacer de este día uno casual. Quería reunirse únicamente con su novio para celebrar su aniversario de mes, sería raro si Jennie y Lalisa estuvieran presentes, y estaba cien por ciento seguro de que ellas también se sentirían incómodas.

Se detuvo en un semáforo para llamar a la rubia e informarle lo acontecido. Apenas lo hizo, tuvo que alejar el celular para no quedar aturdido por los gritos de furia que ella soltaba. No estaba enojada con Taehyung, ni más faltaba, lo estaba con sus padres por chismosos y no confiar en ella. Trató de tranquilizarla y la convenció para que estuviera con Jennie cerca del parque donde estaría con Jungkook, esto solo como medida de precaución por si a alguno de sus padres le daba por buscarlos.

Luego de colgar, guardó su teléfono y siguió su camino.

Unos minutos después, llegó al parque, se bajó de su bicicleta y empezó a caminar por el sendero de piedritas en busca del azabache. Eso hasta que sintió las manos de alguien posarse sobre sus ojos.

—¿Quién soy?— esa voz era inconfundible. Una sonrisa se estableció en su rostro y llevó sus manos a las contrarias para acariciarlas con cariño.

—Kookie.

Se volteó para ver a su novio y darle un besito corto en los labios. Duraron unos cuantos segundos en esa posición hasta que Jungkook decidió cortar el beso para mostrarle al castañito lo que había comprado para él.

Sacó una cajita pequeña de atrás de su espalda. Esta yacía adornada con un bello moño y papel de regalo con corazones estampados.

—Feliz tercer mes, bebé.

El menor recibió la cajita con una sonrisa y se abalanzó sobre él, empezando a llenarlo de besos por todo su rostro.

—Gracias Kookie ¿Puedo abrirlo ya?— preguntó ansioso, dando pequeños brinquitos en su lugar.

—Claro que sí, bebé. Es tu regalo.

Ambos se sentaron en la banca más cercana para que Taehyung pudiera abrir su regalo con mayor comodidad. Al destapar la cajita, sacó de su interior un perrito de peluche blanco con un listón azul en su cuello. Sus ojitos se llenaron de lágrimas y sin pensarlo dos veces, abrazó con fuerza al mayor.

—Sé lo mucho que te gustan los perritos y los peluches, por eso lo compré para ti— comentó con su particular sonrisa de conejo —¿Te gusta?

—¿El cielo es azul?

—Sí...

—Ahí está la respuesta— se limpió las lágrimas con la yema de sus dedos sin poder parar de sonreír —Yo también te traje un regalo.

Dejó el peluche en su respectiva cajita y sacó de su maletín una más pequeña —Espero que te guste, yo mismo los mandé a hacer— jugó con sus deditos, esperando que el mayor abriera el regalo.

Jungkook sonrió feliz al sacar del interior un par de dijes con las iniciales T&J enlazadas entre sí. Miró al castañito sin poder creerlo. Esto era demasiado bonito para él.

—Ahorré el dinero que papá me da cada sábado para comprarlos, estuve muchos días tratando de esconderlos de mis papás para que no se dieran cuenta. Al final no lo hicieron— rió un poco —¿Qué te parece?

—Dios, Tae... Están preciosos, me encantan mucho— exclamó sin salir de su asombro, en realidad, eran muy elegantes y preciosos.

—Me alegra que te gusten. Yo llevaré uno y tú el otro ¿Va?

—Va.

Luego de colocarse los dijes mutuamente, tomaron sus teléfonos e iniciaron una sesión de fotos, terminando la mayoría capturando besos robados y divertidas sonrisas sinceras. El perrito de peluche también se coló en más de una foto, haciéndolos reír a ambos.

Fue una tarde sencilla y perfecta.

Al final del día, el combo completo tuvo que regresar a casa debido a una llamada al celular de Jungkook. En ésta, su padre le pidió que, aprovechando que "estaban los cuatro juntos" fueran a cenar.

Luego de un par de llamadas, se reunieron y fueron a la casa de los Jeon. Entre risas y anécdotas de cómo estuvo su día, llegaron a la puerta donde la madre del azabache ya los estaba esperando.

—Hola niños ¿Cómo están?— saludó animadamente mientras se hacía a un lado para que pudieran pasar.

—Bien, señora Jeon.

—Bien, mamá.

Los cuatro entraron y se sentaron en el comedor, el cual ya estaba repleto de platos de comida para todos ellos. Después de agradecer, se dispusieron a comer y disfrutar de la deliciosa comida. Para qué, podían decir lo que quisieran de la madre de Jungkook ¿Pero que cocinaba mal? ¡Jamás!

Cuando iban a la mitad de la cena, la voz de la fémina se hizo presente para hacer sus características y desesperantes preguntas.

—¿Y cómo les fue hoy? ¿Qué hicieron?— indagó, entrelazando sus manos y apoyando sus codos sobre la mesa.

Antes de que alguno metiera la pata, Jungkook decidió responder.

—Fuimos a un parque, luego comimos helado y pasamos por una tienda de artesanías. Habían muchas cosas bonitas allá.

Los tres chicos restantes se quedaron callados, disimulando con el hecho de que estaban comiendo. En sus mentes, maquinaban ideas para completar el día que Jungkook había narrado. Desde que empezaron con sus relaciones, aprendieron a mentir de manera casi impecable. Se les hacía muy fácil inventar cualquier mentira y los demás sabrían cómo complementarla. Cualquiera diría que eran unos mentirosos de primera, pero hombre, lo que fuera por evitar ser descubiertos y separados, eso sí no lo permitirían.

—Qué bien— continuó la señora —Me alegra saber que se divirtieron. Es lindo ver cómo ustedes salen y hacen cosas de jóvenes... Por cierto ¿Cuándo me vas a presentar una novia, Jungkook?

El susodicho se ahogó con su propia comida y se soltó a toser, teniendo Jennie que darle palmaditas en la espalda para ayudar a desahogarlo. ¿Era una broma? ¿Novia? ¿En serio? ¿Por qué preguntaba eso ahora y en frente de sus amigos?

En frente de Taehyung.

Volteó a mirarlo de reojo, notando que estaba algo tenso. El sentimiento era palpable y podía delatarse en sus puños cerrados con fuerza sobre su regazo. Con disimulo, tomó su mano por debajo de la mesa y acarició el dorso con su pulgar, logrando calmarlo.

Cuando estuvo completamente repuesto, se dirigió a su madre y pronunció unas palabras que le dolieron en el corazón al castañito.

—Algún día te presentaré una.

La cena había acabado y ahora estaban haciendo una especie de reunión privada en la habitación del mayor. Podían asegurarse de que tenían completa privacidad por el hecho de que sus padres habían salido a una fiesta y no regresarían hasta ya muy entrada la noche.

Lalisa tenía entre sus brazos a Jennie, la cual estaba disfrutando de los piojitos proporcionados por su novia. Ambas estaban sentadas en un extremo de la cama, observando el drama entre sus mejores amigos.

Taehyung le estaba dando la espalda a Jungkook mientras abrazaba su perrito, no quería hablar con el mayor desde que pronunció aquellas palabras en la mesa. ¿Qué importaba si era para calmar el espíritu entrometido de su madre? Lo que dijo le había roto el corazón y no estaba dispuesto a dirigirle la más mínima palabra. Vaya forma de terminar con su día especial.

—Tae, bebé. Mírame— insistió, tratando de voltearlo —No lo decía en serio, yo no le voy a presentar ninguna novia a mi mamá porque te tengo a ti— acarició sus brazos, tratando de transmitirle cariño —Te prometo que solo lo dije para que dejara de preguntar.

No obtuvo respuesta más que un pequeño sollozo. Rápidamente, hizo que se volteara y lo mirara, obligándolo a mostrar sus ojitos rojos por las lágrimas y su nariz rosadita. Las gotas saladas caían de sus ojos y resbalaban por sus mejillas hasta llegar a la cabeza del perrito. Aquella imagen le partió el corazón.

—No, mi amor, no llores— lo atrajo hacia sí en un abrazo, acariciando sus cabellos y haciendo que escondiera su rostro en su pecho.

Las chicas miraban con pesar al castañito sin saber qué hacer o decir, no querían empeorar la situación. Jungkook les pidió con la mirada algo de ayuda, por lo que, solo hasta entonces, decidieron intervenir.

—TaeTae, mira. No le eches cabeza a lo que sucedió, sabes que Jungkook solo lo hizo para quitar las sospechas que su madre posiblemente tenía. Él no te va a reemplazar por nadie, te lo podemos asegurar.

Jennie gateó hasta su novia para apoyarla en su charla de motivación —Lisa tiene razón, aquí estamos los cuatro contra viento y marea. Además, si alguna chica intenta acercarse a Jungkook, yo misma me encargaré de arrancarle el cabello.

Taehyung alzó su mirada asustado, pero con un deje de diversión en sus ojos, a decir verdad, le daba algo de gracia pensar en ello. Tal vez se estaba comportando como un celoso, pero el simple hecho de imaginar a su Kookie con una chica le hacía revolver el estómago. Al final, sus amigos consiguieron hacerlo sonreír de nuevo y los mimos por parte de su novio le terminaron de levantar el ánimo.

La noche siguió normal, con una pijamada improvisada y algunas palomitas caseras, se la pasaron viendo películas de acción en el televisor de la habitación. Aunque, a decir verdad, la rubia se había quedado pensativa después de la conversación que tuvieron los cuatro. En ese momento, una idea cruzó por su mente, pero no quería decirla para no hacer llorar nuevamente al castaño.

Sin embargo, después de un rato se puso a pensar y llegó a la conclusión de que era una buena idea al fin y al cabo.

Luego de tomar el control para pausar la película y así llamar la atención del combo, se levantó y aclaró su garganta.

—Estuve pensando en algo... Pero quiero que mantengan la mente abierta, sobre todo tú, Tae— el susodicho asintió con algo de inseguridad —Estamos creciendo, Jungkook y yo cumpliremos quince este año, esta es la edad en la que los padres empiezan a cuestionarse si sus hijos tienen pareja. ¿No creen que nuestros padres también harán lo mismo? Por lo menos, la madre de Jungkook ya empezó.

Todos asintieron, comprendiendo la situación, pero no entendiendo a qué quería llegar Lalisa con esa charla.

—Bien— retomó —Sé que a ninguno le va a gustar esta idea, pero es solo una posibilidad por si llega a ocurrir algo que nos ponga en evidencia— tomó aire unos segundos antes de continuar —Estaba pensando en que... Si nuestros padres llegan a sospechar que somos unos "torcidos" como lo dicen ellos, podríamos inventarnos una excusa y decirles que en realidad sí tenemos pareja, pero heterosexual. No sé si me llegué a explicar.

Todos se miraron entre sí, tratando de comprender el punto de la tailandesa, pero fallando en el intento.

—¿A qué quieres llegar, Lis?— preguntó Jungkook de una vez por todas, sacándole un suspiro exasperado.

—Que podríamos fingir ser novios entre nosotros. Jungkook con Jennie y yo con Taehyung, o viceversa, como prefieran. El punto es que finjamos ser un par de parejas heterosexuales.

Las mandíbulas de los tres cayeron al piso, no pudiendo dar crédito de lo que oían. ¿Harían eso? ¿Serían capaces de fingir estar en relaciones heteros con tal de no ser descubiertos?

©AlejaDeMin

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