CAP 02: "Boda"
El pequeño Taehyung ya se había curado de su resfriado desde hace días, así que era de esperarse que volviera a su vieja rutina con su mejor amigo. Hoy mismo se iban a ver, así que estaba cambiándose el uniforme y colocándose ropa casual.
Una vez el timbre fue tocado, corrió a abrir la puerta, encontrándose con el pequeño Jungkook y... ¿Su hermana? No quiso decir nada y solo les brindó una bonita sonrisa a ambos, para después hacerse a un lado para que pudieran pasar. Cuando todos estaban sentados en la sala, la señora Kim hizo acto de presencia, sonriendo en demasía al notar la presencia de Jisoo, le tenía mucho cariño y disfrutaba cuando venía a visitarlos.
—Hola querida ¿Cómo estás?— se dirigió a la mayor de los hermanos.
—Muy bien, señora Kim— hizo una reverencia con una sonrisa amable.
—¡Hola señora Kim!— saludó Jungkook energéticamente, causando ternura en la mujer —Mamá dijo que me disculpara por haber entrado sin permiso a su casa el otro día— movió sus piernitas de un lado a otro, haciendo reír a la fémina.
—Descuida Jungkookie, ya no tiene importancia— volvió su vista a Jisoo —¿Y a qué se debe tu visita hoy, querida?
—Vine a entregarle esto— se levantó y le entregó la tarjeta que llevaba en manos —Es la invitación para que vengan a mi boda usted y su familia— sonrió hasta que sus ojos se achicaron.
La señora Kim se levantó con una sonrisa —¿De verdad?— la atrajo hacia sí en un abrazo —Felicidades, linda. Gracias por invitarnos, estaremos encantados de ir.
Taehyung y Jungkook se miraron entre sí, haciendo la misma cara de complicidad antes de salir huyendo discretamente de la escena tan "cursi" que estaban presenciando. Una vez entraron a la habitación del menor, cerraron la puerta con seguro y se sentaron en el borde la cama.
—Gracias por invitarnos, ya quiero ir a la boda— comentó moviendo sus piernitas —¿Cuándo es?
—Es el veintitrés de este mes, mamá dijo que debían organizar todo muy bien, así que faltan tres semanas.
—Oh, está bien— hizo un puchero —Cuando nos casemos, no vamos a tardar tanto ¿Verdad?
El azabache negó con su cabeza, siendo llenado de besitos en el rostro por el menor. Empezó a reír suave, cerrando sus ojitos, pero los abrió de golpe cuando sintió los labios de Taehyung muy cerca de los suyos.
—Ahí no, Tae. Hicimos una promesa ¿La olvidaste?— el susodicho hizo un puchero y se cruzó de piernas.
—Pero no fue en la boca— susurró con miedo de que su madre los pudiera escuchar —Te lo di aquí— señaló la comisura de su propio labio para que Jungkook viera.
—Pero es casi lo mismo— se cruzó de brazos.
—Ay, está bien— se rindió con un bufido bastante tierno —Ya quiero tener quince.
—Y yo dieciséis— concordó con una suave risa.
En ese momento, la madre del menor tocó la puerta y la abrió, encontrándolos jugando a los carritos sobre la cama. Había sido una suerte que éstos ya estuvieran allí, pues hubiera lucido sospechoso encontrarlos solamente hablando, ya que ellos "no eran así". Con una suave sonrisa, se sentó sobre la cama, causando que el colchón se hundiera un poco y los carritos fueran a parar a donde ella. Antes de que Taehyung protestara por ello, la fémina habló.
—Tae, mi vida. Ya escuchaste a Jisoo, la boda es dentro de tres semanas, así que mañana iremos a comprarte un trajecito para que uses ese día— la mujer ya se estaba imaginando a su pequeño con un trajecito formal y la idea se le parecía muy tierna.
No era la única a la que le parecía tierna la idea.
—Te verás muy bonito, Tae— animó su mejor amigo —A mí ya me compraron mi traje, seré quien lleve los anillos— anunció mientras inflaba su pecho con orgullo.
—También te verás muy bonito, Kookie— rió suavemente, olvidándose por completo de la presencia de su mamá.
Ésta se removió un poco, tomando mejor lugar para poder hablarles a ambos infantes.
—Niños, no se dice "te verás bonito", se dice "te verás bien" el término bonito no se usa entre dos niños.
Y aquí íbamos de nuevo. Taehyung no pudo evitar rodar los ojos disimuladamente y Jungkook desvió su mirada, totalmente incómodo.
—Está bien, señora Kim— pronunció en un susurro, no queriendo armar otro conflicto.
—Muy bien pequeños, estaré en la sala por si necesitan algo— se acomodó la falda y salió de la habitación, cerrando la puerta tras de sí y dejándolos en la privacidad de antes, pero con la incomodidad reinando en el lugar.
Jungkook veía a la señora Kim como la villana de la película cuando los hacía sentir mal por demostrarse su cariño abiertamente, no le veía lo malo, simplemente amaba a Taehyung como un niño ama a su mejor amigo, no tenía nada de extraño.
El pequeño castaño lo abrazó, dejando varios besitos en sus redondas y suaves mejillas, transmitiéndole tranquilidad y logrando apaciguarlo.
—No importa lo que diga mamá, sigues siendo muy lindo.
El día de la boda había llegado y como era de esperarse, todos los invitados iban llegando a la iglesia, sentándose en sus respectivos asientos. La familia Kim escogió los asientos delanteros para poder estar más cerca de la pareja, por lo que Taehyung se aprovechó de ello para sentarse en el asiento que limitaba con el pasillo y así estar más cerca de Jungkook cuando éste llegara con los anillos.
Cuando la música nupcial se hizo presente, todos voltearon en dirección a la puerta. Jeon Jisoo se mostraba preciosa con su vestido de encaje blanco y un hermoso velo transparente que cubría medianamente su rostro. Taehyung la veía con admiración, solo pudiendo pensar en si él también se vería así de lindo el día de su boda, él también quería ser el centro de atención. Cuando la chica llegó al altar, empezó la ceremonia y todos se quedaron en silencio.
Mientras el cura recitaba las características palabras, Taehyung se volteaba en su asiento con la esperanza de ver a su mejor amigo entre los invitados, pero comenzó a desesperarse al no lograr verlo en ninguna parte. No fue sino hasta que su madre le pellizcó el brazo para que se quedara quieto, que terminó con un puchero y sobándose el bracito. De esta manera, siguió escuchando la aburrida ceremonia por una hora más.
De repente, escuchó al cura decir "los anillos, por favor" y más tardó él en escucharlo que en voltearse de golpe. Una bonita sonrisa se esbozó en su rostro al ver a Jungkook con los anillos en un cojín decorado que llevaba en ambas manos. Sus ojitos brillaban, Jungkook se veía realmente lindo con ese smokin infantil color negro. Su carita de seriedad y compromiso solo lo hizo quedar más maravillado de lo que ya estaba.
Cuando el infante llevó los anillos, se dio la vuelta y se quedó de pie junto a los novios porque así debía hacerlo. Buscó con la mirada a Taehyung, no demorando en encontrarlo y sonriendo casi instantáneamente. El castaño también lucía precioso con el traje azul oscuro que portaba, se veía muy elegante. El mayor le guiñó un ojo en un gesto disimulado que pasó desapercibido para los demás invitados, pero no para Taehyung, quien no pudo evitar sonrojarse como un bello tomatito el resto de la ceremonia.
Al fin había terminado el martirio en la iglesia y ahora podían hablar con más libertad en la recepción. Jugaron por todo el lugar como los niños que eran, comiendo todo bocadillo y delicia que se les atravesara por en frente. No podían estar más felices en aquel momento.
Aunque no todo era felicidad para el pequeño Taehyung, pues éste venía sufriendo con el corbatín de su traje, el cual le picaba mucho y lo tenía desesperado.
—¿No puedes quitártelo, Tae?— cuestionó el mayor de ambos, llevando sus manitas al cuello contrario para evitar que siguiera lastimándose con sus propias uñas, ya tenía varios arañazos en su piel a causa de esto.
—Si lo hago, mamá me va a regañar— hizo un notable puchero, haciendo mucho esfuerzo por no empezar a rascarse de nuevo.
Jungkook giró su vista en dirección a la señora Kim, quien estaba platicando amenamente con los recién casados, no estaba al pendiente de ellos, así que no había problema.
—Tu mamá está ocupada, vamos a quitarte eso— se lo llevó hasta detrás de una mesa y allí le quitó el corbatín, liberando así de todo sufrimiento al menor.
—¡Gracias, Kookie!— lo abrazó fuertemente y tiró el molesto accesorio al suelo.
En aquel momento, el ambiente cambió. Las luces se hicieron más opacas y unos reflectores iluminaron el centro de la pista de baile. Los dos niños se acomodaron en unas sillas que quedaban en primera fila para ver el espectáculo. Hesseung y Jisoo iniciaron el vals, bailando con delicadeza y amor la pieza que sonaba por los parlantes.
Taehyung veía embelesado la escena, todo era tan bonito y perfecto que le inundaron unas inmensas ganas de llorar, no pudiendo combatir sus deseos de hacerlo, empezó a sollozar en silencio. Jungkook al notar esto, se acercó más a él y lo abrazó sin temor a ser vistos, solo quería que el castañito dejara de llorar y volviera a reír como lo estaba haciendo hace unos minutos.
Funcionó luego de un rato, el menor de ambos se limpió las lágrimas con sus manitas y siguió viendo la presentación, siempre y en todo momento, abrazado a su mejor amigo.
Cuando el vals principal terminó, todos los invitados fueron llamados a la pista para bailar otras canciones igual de suaves. No se necesitó de mucha comprensión en sus miradas para entender que ese era su momento. Se tomaron de las manos mientras caminaban hacia la pista, miraron detenidamente cómo las demás personas bailaban y notaron que, al ser una pieza suave, era muy normal que todos bailaran pegados entre sí. El pequeño Jungkook colocó su mano derecha en la cintura de Taehyung y éste a su vez, puso su mano izquierda sobre el hombro contrario, luego entrelazaron las manitas que tenían libres. Ya en esta posición, empezaron a moverse de un lado a otro, imitando el baile de los demás.
Todos los que no estaban bailando pusieron su atención fija en ambos infantes y rieron enternecidos por la escena tan linda que los pequeños estaban brindando; todos, excepto las madres de ambos. Sabían que eran niños, pero no podían evitar pensar que se veía extraño que dos niños —hombres— bailaran juntos, por lo que no tardaron en meter sus narices en el asunto.
La señora Jeon trajo consigo a la pequeña Jennie, mientras que la señora Kim llevó a la pequeña Lalisa, ambas niñas amigas de Taehyung y Jungkook. Prácticamente los separaron con cuidado y les dijeron que bailaran con las niñas para "hacerles un vídeo de recuerdo". Muy a regañadientes les tocó obedecer dado que las miradas severas de sus madres indicaban que sino lo hacían, estarían castigados por mucho tiempo.
Jungkook tomó las manitas de Jennie, no queriendo acercarse a ella de la misma manera que lo había hecho con el castañito, se sentía algo incómodo y, al parecer, la niña igual. Miró por sobre su hombro a su mejor amigo, quien estaba igual o peor que él, pues Lalisa no sabía bailar muy bien y a cada rato trastabillaban.
Para todo aquel que lo vio, fue muy gracioso, excepto para los cuatro infantes. La pequeña Lalisa sufrió un accidente con su sandalia y cayó encima de Taehyung, éste a su vez, cayó encima de Jungkook y éste terminó por aplastar a Jennie en el suelo.
Con sus caritas más rojas que un tomate por la vergüenza, decidieron levantarse y volver a bailar con sus antiguos compañeros. No les importaba que sus madres los regañaran cuando llegaran a casa, de eso se preocuparían después. Ignorando a sus progenitoras, Taehyung abrazó a Jungkook mientras se movía de un lado a otro, volviendo a su momento mágico de hace unos minutos.
Jennie, mientras tanto, bailaba de la manera en que sabía que debía hacerlo con su mejor amiga. Solo ella sabía cómo debía hacerlo para que ninguna cayera al suelo de nuevo.
Al final, esos cuatro se habían salido con la suya.
©AlejaDeMin
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