CAP 01: "Propuesta infantil"
Jungkook no entendía porqué la mamá de su mejor amigo no lo dejaba entrar a la casa. Había llegado como todas las tardes a jugar con él, pero en esta ocasión, la fémina le había negado el paso, argumentando que el pequeño Taehyung se había enfermado por estar jugando con él bajo la lluvia el día anterior.
Pero qué tonto, Taehyung no se enfermaría tan fácil.
A pesar de las insistencias del menor, la mujer le pidió que se fuera a casa y cerró la puerta.
Taehyung y Jungkook han sido amigos desde que ambos entraron al jardín de niños, allí se habían conocido gracias a que ese día, el menor de ambos había olvidado sus crayones de colores y a causa de esto, se había puesto a llorar en medio del salón. Esto, hasta que Jungkook se acercó a él y le prestó su cajita con crayones para que dejara de llorar.
Funcionó perfectamente, el pequeño Taehyung había dejado su mini berrinche de lado y se había sentado con su nuevo amiguito el resto del día. Así, todos los días, durante todos los años hasta que llegaron a primaria. Ahora, Taehyung y Jungkook tenían seis y siete años respectivamente, nada había cambiado entre ambos, desde ese día se volvieron los mejores amigos, inseparables, a decir verdad.
Cada día, Jungkook iba a la casa de Taehyung y jugaban con los carritos y figuras de acción de éste. Su rutina era jugar, comer emparedados con mantequilla de maní preparados por la madre del menor, volver a jugar, ver en la televisión su caricatura favorita y luego salir al jardín para jugar con los carritos en el banco de arena.
Una rutina bastante divertida para dos pequeños, sino fuera porque el día anterior había empezado a llover a mitad de su juego en el jardín y gracias a una idea de Jungkook, no habían entrado a la casa para refugiarse, sino que empezaron a jugar bajo la lluvia y a saltar en los charcos que se formaban sobre el césped.
Ahora que lo pensaba, fue algo mal hecho de su parte, pues por su culpa, su mejor amigo estaba enfermo y ya no podían jugar. Jungkook creía que todos los niños eran igual de sanos a él, tenía las defensas altas y casi no se resfriaba. Caso contrario a Taehyung, quien desde niño había sufrido asma y era algo enfermizo, solo que él no había tenido que verlo en sus ataques por el hecho de que su mamá no lo dejaba entrar a la casa para visitarlo cuando estos ocurrían.
Pero esta vez era un asunto diferente, él quería contarle algo que había sucedido en su casa y estaba ansioso por hacerlo, simplemente no podía esperar dos o tres días para volver a verlo, debía ser ya. Se fue gateando hasta la ventana de la habitación de Taehyung, la cual, agradecía que estuviera en el primer piso. Al asegurarse de que la mamá del menor no estaba a la vista, abrió un poco la ventana y se internó en la habitación.
—Kookie— el pequeño llamó desde la cama, llamando la atención de su mejor amigo. Éste, al verlo, le hizo una señal para que guardara silencio y cerró la puerta del cuarto con seguro.
—Tae, tu mamá me dijo que estabas enfermo y por eso no me dejó pasar— hizo un puchero mientras se sentaba en la cama —¿Cómo te sientes?
—Mal, me duele la garganta— tosió un poco —Mamá me está dando medicina y no me gusta, sabe feo— hizo una cara de asco que los hizo reír a ambos.
—Debes tomártela, mi mamá dice que son buenas y te ayudan a no estar enfermo. Además, si te recuperas, vamos a volver a jugar.
Taehyung sonrió un poco y asintió con su cabecita, la cual, apenas sobresalía de las sábanas para no contagiarle el resfriado a su mejor amigo.
—Tengo que contarte algo— se acomodó mejor en la cama y cruzó sus piernas —Adivina qué.
El menor pensó un poco, tratando de adivinar de qué se trataba.
—Tu mamá te compró una nueva figurita de Ironman.
—Noup.
—Te compraron el helado de fresa con maní que pasó esta mañana.
—Ni me lo recuerdes, mamá no me lo quiso comprar. Sigue intentando.
—Mmm... Te van a llevar a Disney Land.
—¿Por qué me pegas donde más me duele?— hizo un puchero —Noup, tampoco.
—Me rindo, Kookie. Dime qué es.
—¡Mi hermana se va a casar con su novio!— se puso de pie sobre el colchón y empezó a dar brinquitos sobre éste, contagiando a Taehyung de tal felicidad al punto de que ambos se encontraban brincando sobre la cama.
Más se obligaron a detenerse en el momento en que Taehyung comenzó a toser nuevamente, agitado por el movimiento repentino.
—Qué bueno, Kookie. Hesseung hyung quiere mucho a Jisoo noona— comentó después de calmar su ataque de tos —Oye... ¿Crees que vayan a tener bebés?— preguntó, riendo divertido.
—No quiero— hizo otro de sus característicos pucheros —Mamá dice que un bebé necesita de atención, cariños y cuidados. Si mi hermana tiene uno ¡Van a dejar de quererme a mí!— como ya era costumbre, Jungkook estaba haciendo un drama frente a su pequeño amigo, logrando que algunas lágrimas resbalaran por sus mejillas.
—Ay Kookie— el menor se sentó y acomodó para estar más cerca de él, una vez lo hizo, lo atrajo hacia sí en un fuerte abrazo, o como ellos lo llamaban, un abrazo de oso —Tu mamá no te va a dejar de querer y si lo hace, yo nunca lo voy a hacer— culminó con una sonrisa, dejando varios besitos en el rostro contrario, olvidándose completamente de sus intentos por evitar contagiarlo.
Su mamá ya le había dicho que a los niños no le podía dar besitos, que solo podía dárselos a las niñas y abrazarlas si quería, pero a Taehyung no le gustaba. Las niñas para él eran muy molestas, lloraban por todo y no jugaban con él a los carritos, le pedían que jugara a las princesas o a la cocinita con ellas, pero a Taehyung no le gustaban esas cosas. Por eso, al único que sentía que debía darle besitos era a su mejor amigo, al único que le soportaba que llorara por todo y con el único que le gustaba compartir abrazos.
Una vez, su madre los había descubierto dándose besitos en la carita y les había regañado no tan severamente, puesto que entendía que eran solo niños y no entendían "qué estaba bien y qué estaba mal", así que junto a la mamá de Jungkook, les habían sentado en la sala durante una eternidad para explicarles que los niños no se trataban de la manera que ellos lo hacían.
A Jungkook no le había gustado eso, así que ideó un plan secreto junto a Taehyung para que pudieran darse besitos y abrazarse, siempre y cuando se aseguraran de que ninguno de sus padres los viera.
Y así lo habían hecho, ninguno de sus padres se daba cuenta de que ambos se daban besitos a escondidas -en la carita, por supuesto-. Ambos habían pactado que se darían su primer besito en los labios cuando tuvieran quince y dieciséis, así que respetarían ese pacto sagrado a como diera lugar.
Jungkook reía por los besitos que le eran proporcionados por el menor, los cuales habían logrado calmarlo y hacerlo sentir mejor.
—Oye Tae ¿Crees que cuando seamos grandes, podamos hacer lo mismo que mi hermana con su novio?— preguntó inocentemente mientras jugaba con sus deditos.
—¿Hablas de casarse?— abrió sus ojitos sorprendido.
—Sí, eso.
—Bueno... Mamá dijo que cuando dos personas se casaban, era porque se amaban— alzó su cabeza y miró a Jungkook al tiempo que lo señalaba —¿¡Tú me amas!?
—Uhm...— pareció pensarlo por unos segundos —¡Claro que te amo! Eres mi mejor amigo— se lanzó hacia él para abrazarlo, siendo recibido por los cortos y suaves bracitos del menor —¿Y tú me amas?
—Sipi, te amo de aquí a la luna— apuntó al cielo.
—¡Entonces está decidido!— aclaró su garganta —Kim Taehyung— habló, imitando la voz de su cuñado al momento de pedirle matrimonio a su hermana —¿Aceptas casarte conmigo?
No pasó mucho tiempo para que el menor diera su respuesta emocionado.
—¡Sí! Acepto, Kookie— empezó a darle besitos en la frente al tiempo que Jungkook le daba besitos en el mentón —Me haces cosquillas— rió antes de apartar suavemente al mayor.
En ese momento, la manija de la puerta se escuchó tratando de abrirse, asustando a los dos infantes.
—Taehyung ¿Por qué te encierras? Sabes que no me gusta— la voz de su madre se escuchó, seguido de unos pasos alejándose.
Ambos soltaron un suspiro aliviados, pensando que estaban a salvo, pero aquel pensamiento fue descartado en el momento que escucharon unas llaves y acto seguido, la puerta se abrió.
—¡Jungkook!
—¡Lo siento, señora Kim!— pronunció mientras era arrastrado por la susodicha fuera de la habitación —¡Nos vemos, Tae!
—Adiós, Kookie— se despidió moviendo su manita al tiempo que su madre sacaba a su mejor amigo de la casa.
Una vez estuvieron afuera, la mirada de la señora Kim le hizo sentir como un niño regañado; tuvo que bajar su cabecita para no seguir viendo esa mirada sobre él.
—No lo hago por mal, Kookie— la mujer se colocó de rodillas frente al menor y retiró un mechón de su frente —Es solo que Tae necesita descansar para mejorar ¿Entiendes?— el menor asintió —Vale, entonces ve a casa y vuelve después, saluda a tu madre de mi parte— se levantó y le brindó una cálida sonrisa antes de entrar a la casa y cerrar la puerta.
Aunque hubiera sido echado de la casa, se sentía feliz por haberle pedido a Taehyung que se casara con él y más aun, que éste hubiera aceptado.
Así que no era nada raro que el infante se fuera dando saltitos de felicidad hasta su casa.
©AlejaDeMin
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