• CAPÍTULO 85 •
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85. Escarbando en los sentimientos
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La Orden del Fénix había instaurado la Potter-vigilancia como un método efectivo y seguro para poder estar al tanto de los lugares en donde el trío de oro se mantenía. A veces era confuso, en ocasiones era alentador y también habían días en los que no tenían idea el sitio donde se encontraban.
—¿ El último avistamiento de Harry ha sido en el Valle de Godric?—preguntó Remus Lupin mientras hablaba con Arthur Weasley.
—Sí, no sabemos si estaba solo o junto a los chicos, presumimos que con ellos, pero la casa de Bathilda Bagshot quedó destruida, al parecer sufrieron un ataque—comentó Arthur en la mesa.
—¿Cómo saber dónde están ahora?—inquirió Tonks—, honestamente siento que se nos acaba el tiempo, creo que en cualquier momento el señor oscuro lanzará toda la artillería pesada.
—No lo sabemos Dora, hay cientos de posibilidades, ellos están en una especie de misión secreta. Dumbledore sólo se la confió a Harry.
—Pero todos presumimos de qué se trata—sugirió la metamorfomaga—, buscan horrocruxes, es evidente que el señor oscuro creó esos artilugios, de lo contrario no se creería invencible.
Percy estaba allí, desde hace tiempo se aparecía muy poco en el Ministerio, el lugar estaba infestado de carroñeros y él no era precisamente querido por ellos. No obstante tampoco se sentía de lo más cómodo entre los integrantes de la Orden del Fénix.
—Tenemos que ir a supervisar al Valle de Godric, Kingsley así lo quiere, piensa que con esta situación los mortífagos podrían ir a saquear la casa de los Potter con el propósito de hacer magia oscura con algún objeto—siseó el pelirrojo—¿quién podría acompañarme?
—Nosotros te acompañaremos— George se ofreció de inmediato, quería que Fred no se sintiera tan mal y usara su cabeza en algo que llamaría útil— ¿Te gustaría ir Fred?
—Está bien— fue lo único que dijo este último y buscó una chaqueta.
De pronto los sonidos de la radioemisora comenzaron a sonar, todos quienes se encontraban a su alrededor se acomodaron junto a la mesa esperando recibir algún tipo de avistamiento o información desde el castillo de Hogwarts. No obstante no era la voz que estaban esperando, era la voz de una mujer.
De una mujer joven.
Todos pusieron atención, manteniendo diferentes expresiones en sus rostros.
—<<Loba negra a lobo siberiano, loba negra a lobo siberiano...>>
—¿Qué demonios? ¿Quién es?—inquirió Arthur
—Cuidado, puede ser una trampa—advirtió Tonks—, pueden haber encontrado la clave de las frecuencias.
—¡Sácalo!—intervino Percy.
—¡No, espera!—En esa ocasión fue Fred quien parecía de lo más interesado en la transmisión que chirriaba de forma intermitente—¿Qué pasa si es que tratan de enviarnos una señal codificada?
—<<Loba negra a siberiano, loba negra a siberiano...>>
—¿Quién es ella?
—<<Siberiano, no tengo mucho tiempo, pueden estar escuchando y podría ser mi final. Pero en menos de una semana habremos encontrado el último de los objetos que lo mantienen vivo y será destruido...Siberiano, temí por ti, por eso me fui, Siberiano si me oyes debes tener en cuenta de que todos están vigilados. Perdón siberiano, tal vez no pueda volver a verte, Siberiano intentaré destruir el objeto que lo mantiene vivo, pero tú debes cuidar de ti, quizás después de eso no vaya a estar viva. Loba negra a siberiano, soy una traidora, ellos pronto lo sabrán y entenderán los motivos y cuando lo sepan quizás irán por ti.>>
Después de eso la transmisión se cortó y la voz dejó de sonar. Todos los presentes se miraron inquietos, pues esa voz dejaba varias interrogantes.
¿Qué era lo que había querido decir? ¿Quién era? ¿Dónde estaban? ¿Cómo había podido descifrar el código de acceso mágico?
—Tendremos que cambiar el hechizo, quien quiera que haya sido ha podido infiltrarse en nuestra seguridad y eso no nos conviene, no podemos cometer ese tipo de errores en este instante— terció Remus—, espero no pecar de confiado, no quiero creer que tenemos a un soplón en nuestras filas, sería doloroso, voy a preguntar algo y requiero toda la sinceridad ¿para alguno de ustedes ese mensaje tiene algún sentido? ¿o la más mínima importancia?
Todos negaron, sin embargo la mente de Fred se fue hacia los rincones recónditos de sus pensamientos. Habían muchas cosas rondando en sus ideas por lo que no le quedaba de otra que mentir.
—¿Cuándo iremos a la casa de los Potter?—le preguntó a Percy fingiendo fastidio.
—Mañana, ya es muy tarde y no podemos arriesgarnos a que vayan a caernos encima en un sitio donde no tenemos la protección de nadie. Si asediaron a la casa de Batilda no es un sitio seguro—, partiremos mañana antes de que el sol salga, descansen, quizás tendremos que hacer varias paradas, incluido el cementerio y los alrededores.
Fred subió las escaleras en dirección a la que era la habitación que compartía con su hermano cuando solían vivir allí. No podía sacar de su cabeza el reciente mensaje, estaba prácticamente seguro de que esa era la voz de Nina, más bien dicho, él estaba seguro de que era Nina y que la única manera de que estuviera contactándose con la orden era debido a que el mensaje era para él.
Esas palabras sólo tenían sentido y relevancia para ellos, para ningún otro miembro de la organización. Esos animales correspondían a los Patronus de cada uno, en ese mensaje ella estaba admitiendo que se había ido del alero de la protección de sus padres y de sus cercanos por un motivo mucho más importante, ella estaba dando a entender que se había ido por la protección de alguien más.
¿Acaso estaba protegiéndose ella? ¿O acaso lo estaba protegiendo a él? ¿Por qué decía que ella quizás no podría volver y que debía cuidar por sí mismo?
¿En realidad ella no se había ido sólo porque quería ser como ellos?
Quizás habían sido sólo dos jovencitos que se habían involucrado demasiado en una edad donde todo era más intenso. Ese Juramento Inquebrantable en este momento podría tener o no peso para ellos, pero estaba hecho y nada podría revertirlo, excepto la muerte.
La muerte o la traición.
Ella no estaba muerta, lo que quería decir que no lo había traicionado.
Y si se había ido ¿entonces qué demonios había pasado con ella para que se alejara de esa forma de su lado?
Él sabía que si alguien rompía un Juramento Inquebrantable esa persona moría.
Necesitaba algo más, una prueba irrefutable de que ella no se había ido dejándole atrás sin mirar atrás. No podía creer que ella le había roto el corazón sin más.
Al día siguiente los tres hermanos se levantaron muy temprano, se habían comprometido con ciertas labores que tenían que ver con la Orden. Después de tocar el traslador aparecieron en el pueblo natal de Godric Gryffindor, el sitio se veía desierto y desolado, fueron avanzando por las calles aledañas a las principales. La nieve estaba derritiéndose, quemando el césped que yacía junto a los caminos, hasta que los tres Weasley estuvieron frente a la casa de los Potter.
—Es hora—anunció Percy en tono serio, haciendo ingreso a las ruinas de la casa.
—¿Iremos también a la casa de la vieja bruja?—preguntó George, analizando lo poco que quedaba de las pertenencias de los Potter, evidentemente muchas personas habían ido durante todos estos años a saquear o husmear en lo que implicaba la privacidad familiar del niño que vivió.
—Tomen las cosas que sean significativas, el ministerio quiere analizarlas.
—Nunca creí que esto fuera necesario —comentó George.
—Yo tampoco, pensar que Harry desató la furia y el miedo de un mago a tal nivel —dijo Percy mientras hurgaba en los cajones.
Fred se limitó a guardar en una mochila lo que le entregaban ambos en silencio, estar cerca de Percy lo ponía de mal humor, lo quería como a cualquier miembro de su familia pero estar con él no era su panorama favorito, él jamás dejaba de ser engreído. Además que no podía olvidar de la noche a la mañana el hecho de que había dejado a su familia en el abandono durante meses porque sentían que no eran lo suficientemente dignos.
—Creo que ya deberíamos irnos, no estamos seguros aquí—terció Fred—, quizás los carroñeros vigilan el área ¿qué fue todo eso del otro día?—fingió no saber nada con respecto a la transmisión—¿alguien acaso advirtió sobre alguna lucha contra el señor tenebroso?
—Remus y los demás de la orden creen que Harry pronto tratará de infiltrarse en Hogwarts, creen que de cierta forma, si están en búsqueda de objetos malditos de él, este debió haber guardado alguno dentro del castillo— contestó Percy.
— Vamos, tomemos el atajo por el cementerio, así aprovechamos de ver la tumba de Bathilda, ver si está en orden—respondió George—, no pienso entrar en esa casa, quizás alguna maligna criatura aguarda de entre las profundidades del moho de aquella pocilga.
Caminaron en dirección al cementerio, llevando las capuchas de sus sudaderas puestas, era imperativo que pasaran desapercibidos, a pesar de que ese era un condado mitad mágico y mitad muggle no podían confiarse en relación a las personas que allí transitaban. Iban caminando por el pasto, con paso lento y cauteloso cuando de repente comenzaron a escuchar gritos desesperados que provenían de la parte más lejana, donde se encontraban los mausoleos.
—¡Cuidado! Tomen sus varitas, puede que sea una trampa—gritó Percy haciendo que todos tomaran sus varitas colocándose en posición de ataque.
—¡Fred!—Una voz femenina llamaba al chico, gritaba con desesperación—¡Freddie!— La voz era desgarradora y demasiado familiar para el aludido como para que consiguiera pasar desapercibida.
El gemelo en un instante reconoció a quien le pertenecía y comenzó a correr a toda velocidad.
—¡Nina!¡Nina!—Era ella, la voz de Nina era quien le estaba llamando y al parecer estaba en riesgo —¿Dónde estas?—observó a todos lados sin saber hacia donde correr.
—¡Freddie, Freddie!—Los lamentos resonaron a lo lejos.
El joven identificó una fosa sin lápida, con la tierra acomodada hace poco tiempo y sintió la desesperación hacer presa de él, Si Nina estaba en peligro, lo más seguro era que estuviera enterrada en ese lugar y sin pensarlo dos veces se arrojó sobre la tierra, con sus propias manos empezó a cavar; la sola idea de pensar en que ella estuviese allí, conseguía que desfalleciera.
Sus hermanos llegaron tras él, aturdidos y alarmados.
—¡Fred! ¡Fred, qué haces!
—¡Es Nina, es ella! ¡Ayúdenme por favor!— sollozó de forma involuntaria.
Sin embargo el juicio de Fred estaba nublado por todo lo que estaba sucediendo recientemente, algo que lo hacía vulnerable.
—¡Riddikulus! —gritó George.
Inmediatamente los gritos cesaron y Fred cayó en la cuenta, aquel había sido un boggart.
Su boggart.
Antes había sido Lord Voldemort y ahora era ver a la chica a quien amaba sufrir. O más bien dicho ver a la chica que amaba morir.
—Tranquilo Freddie, ella estará bien, ella está bien —susurró su gemelo en su oído y lo ayudó a levantarse —, te aseguro de que ella esta bien, tendrá algo que decirnos, va a suceder, tarde o temprano.
Ambos se abrazaron, George intentó que este se calmara, no obstante se veía muy conmocionado.
Percy observaba en silencio, no veía con buenos ojos lo que acababa de presenciar.
—Creo que es mejor que nos vayamos, quizás no sólo los boggarts pueden acecharnos.
Cuando los tres hermanos llegaron a la madriguera, Molly Weasley se alarmó, pues inicialmente no veía a Fred.
—¿Dónde está su hermano?—les interrogó.
—Quiso quedarse un rato en el jardín— contestó George para calmar a su madre, quien ya estaba comenzando a estresarse.
—¿Le sucedió algo?—Ambos hermanos se miraron sin saber muy bien qué responder.
—No está bien.El vio su boggart en el cementerio del pueblo. Lo dejó muy afectado—contestó el gemelo cuando se percató de que no podría cubrirlo.
—¡Por Merlín!— exclamó Tonks—¿Se encuentra bien?
El gemelo negó con la cabeza y supo que tendría que decir toda la verdad.
—Sintió la voz de Nina, enterrada viva en una fosa allí.
—Ay, mi hijo—comentó Molly con tristeza—, iré a verlo.
—No madre, creo que quiere estar solo por un rato. No se siente bien.
Percy cortó el ambiente de inmediato, aprovechando que se encontraban reunidos de manera confidencial.
—Él nos traicionará.
—¿De qué hablas Percy?—interrogó severamente Arthur.
—No se engañen, cuando llegue el momento de la batalla, él no será capaz de luchar contra ella, incluso me atrevo a decir que prefiere morir antes de enfrentarla.
—Cállate Percy ¿Qué dices?—George intervino ofuscado —Mi hermano jamás nos traicionaría.
—¿Sí? Yo no estaría tan seguro, si no se ha ido con ella es porque no sabemos su paradero o de lo contrario ya de hubiera ido. Lo sabes.
—Sólo dices tonterías—intervino Arthur—, no me gusta oírte hablar así de uno de tus hermanos, debes medir tus palabras.
—Eso lo dices porque no viste lo que yo vi, papá; cuando sintió su voz corrió en su auxilio, ¡Incluso después de todo lo que ha sufrido por ella! Y para coronarlo se arrojó al suelo en el cementerio y cavó con sus propias uñas en la tierra con tal de rescatarla— refutó—,no se equivoquen él prefiere a esa sucia mortífaga antes que a nosotros.
El resto de la orden se quedó atónita ante la confesión de Percy.
—Sí, usó sus propias manos con tal de salvarla, sin importar si fuera una trampa, él va sacrificarse por ella. Estoy seguro de que Kingsley vendrá aquí a interrogarnos.
—¿Y eso porqué?—cuestionó su madre.
—A Nina Illich es cómo si se la hubiese tragado la tierra y él cree que está oculta aquí después del incidente en el mundo muggle, o tal vez cree que Fred la protege por medio de un Fidelio, esa serpiente sólo ha traído desgracias a esta casa, asuman las consecuencias de emparentarse con los Slytherin— murmuró antes de que alguien golpeara a la puerta.
—Buenas noches—saludó Kingsley en compañía de una chica, Angelina Johnson saludó con algo de timidez—, en fin, hay ciertas cosas que debo conversar con ustedes, en esta ocasión he venido con una de mis aprendices, díganme algo ¿Fred Weasley se encuentra aquí?
—Se los dije—murmuró Percy mientras salía dando un portazo de la casa.
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