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• CAPÍTULO 4 •

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4. Miradas y sonrisas navideñas.
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Las vacaciones de navidad se acercaban y muchos de los estudiantes estaban ilusionados por el hecho de volver a casa. Si bien el castillo era espectacular, el lazo familiar no era cosa fácil de romper. Aquel día, los prefectos y delegados de cada casa se habían organizado para anotar a los estudiantes que irían a casa y por ende tener un control de los que se quedarían en el castillo.

Draco había escrito a sus padres, ya que junto a Nina tenían el mejor plan que ellos podrían tener en mente. La niña había convidado al rubio a pasar las vacaciones navideñas a su hogar, el hablar con sus padres había sido fácil. Nada más bastó una carta explicándoles que quería llevar a su mejor amigo a casa y ellos lo entendieron, respondiendo con una afirmación a los pocos días, claramente la condición era que Draco hablara con sus padres y que estos se pusieran en contacto con los Illich para ponerse de acuerdo y coordinar todo.

Esa no sería una tarea tan sencilla, si bien Nina era una bruja sangre pura y compañera de casa, Draco vivía en una familia muy aprehensiva, por lo que realmente les costó trabajo convencer a Narcissa, la madre del chico. Pero después de una semana de espera, la señora Malfoy escribió una respuesta afirmativa, ya que ellos tenían que hacer un viaje al extranjero y preferían que se quedara en la casa de su amiga, por lo que todo había quedado agendado.

Draco jamás había pasado navidad y menos había tenido permiso para quedarse en casa de una amiga que no fuera de familia cercana a sus padres. Pero tanta había sido la insistencia del rubio que terminó por cansar a su madre.

- ¿Ya hiciste tu maleta? - le preguntó el rubio a Nina en cuanto amaneció, incurrió en la habitación de las chicas apenas sonaron las campanas que indicaban la hora de levantarse.

Nina se revolvió en la cama y cuando abrió un ojo, le vió, sintiéndose muy irritada por la situación.
- ¿Enserio me estás preguntando esto a esta hora de la mañana? Tengo todo el día para hacer la maleta, esfúmate. - le regañó, lanzándole una almohada.

Draco la remeció, causando alboroto dentro de la habitación, había conseguido despertar a las compañeras de habitación de la chica.

- ¡Anda! ¡Levántate, tenemos que ir a desayunar! Es el último día.

La ansiedad de Draco solamente reflejaba su alegría por el hecho de ir a casa de su amiga. Tenía claro que en su familia lo pasaría mejor que en la de él, donde solamente se reunían en una fría celebración con toda la familia Black y la familia Malfoy.

- ¡Por Merlín, Nina! - gritó y le quitó las cobijas.

Ella lo observó enojada, quería asesinarle.
- No sé en qué momento se me ocurrió invitarte a casa. - murmuró la chica con resignación - ¡Sal de aquí! Entraré a la ducha, después tengo cosas que hacer, así que te veo luego.

- Así me gusta. - jugueteó Draco, saliendo del cuarto de las chicas.

Nina se quedó mirando al techo, no era posible volver a dormir porque Draco no le daba opción. Se levantó de mala gana y se metió en la ducha para después irse a reunir con Hermione, no habían podido conversar de manera más larga desde el episodio del Troll que había entrado en las mazmorras. Ella había estado castigada al igual que Harry y Ron.

Se colocó el uniforme y se peinó el cabello, dejándolo lacio y sin enredos.
Pasaría rápidamente por el gran Comedor, ya que sabía que el rubio le haría problemas por el hecho de reunirse con su amiga de Gryffindor y no quería irritarse con él.
Se dirigió de inmediato a los jardines principales, el día antes la leona le había mandado una nota diciéndole que se reunieran allí para poder hablar con calma antes de las vacaciones. Al llegar, Nina se percató de que la otra bruja ya se encontraba en el lugar acordado y al verla se levantó del muro donde estaba sentada y corrió a su encuentro, provocando que sus rizos se alborotaran.

-¡Nina! - exclamó contenta, dándole un abrazo, Hermione se alegraba que a pesar de no ser compañeras de casa y más aún ser de casas rivales siguieran con su amistad.

-¡Hermione! - saludó alegre la otra pequeña. Ambas decidieron sentarse en el muro a conversar, sobre las clases, los acontecimientos de las últimas semanas y sobre las vacaciones.

- ¿Cómo va todo después de lo del troll ? - preguntó la Slytherin.

- Pues estoy entre ceja y ceja de la profesora McGonagall, dice que la he decepcionado por mi falta de juicio. - suspiró la niña - Hice que Gryffindor perdiera puntos, por lo que mi Delegado y el Prefecto Percy Weasley están molestos con nosotros.

-¿Todo bien con Harry y Ron?

-Sí, debo agradecerles el hecho de que me hayan salvado, la relación con ellos ha mejorado mucho, de hecho podría decirse que somos amigos.- señaló la chica encogiendose de hombros y sonriendo.

Nina se alegró, ya que la última vez que habían hablado, Hermione le había comentado que no tenía muchos amigos dentro de su casa o en la misma clase, por lo que saber que esos dos niños eran sus amigos le hizo feliz.

-Ron me encuentra desagradable aún -dijo tratando de quitarle importancia - Él es raro, siempre está peleándose conmigo.

-Lo más probable, es que esté celoso de tu inteligencia y habilidad Hermione - comentó la contraria y ambas chicas estallaron en carcajadas - Y de las demás niñas ni hablar, agradece que no compartes habitación con Pansy ¡Es una pesadilla!

Hermione esbozó una sonrisa.

- Ni que lo digas, duermo con una niña, Lavender Brown que no deja de hablar en ningún momento y la otra es Parvati - rodó los ojos - Ninguna es agradable, son demasiado diferentes a mí, solamente hablan de moda y de muchachos, yo aún encuentro a los chicos extraños y ellos dicen que Draco es guapo.

- ¡Draco! ¡Ja! - se carcajeó Nina. - Espero que jamás se entere de que ellas lo encuentran guapo, no las dejaría de molestar nunca.

- Tú y él se han hecho muy amigos, por un momento pensé que.. - Hermione dejó la frase sin terminar.

- ¿Qué dejaría de ser tu amiga? ¡No! - exclamó la otra pequeña. -No pienses eso, no soy así. - Nina se puso de pie y puso un gesto de disculpa -Bueno Hermione, debo ir a hacer mi maleta, invité a Draco a pasar las vacaciones y no puedo tardar.

- ¡Oh sí, debo ir a aprovechar de hacer las últimas investigaciones en la biblioteca! - farfulló atropelladamente. - Ten, feliz navidad. - comentó la castaña y le tendió un paquete pequeño.

- Feliz Navidad, Hermione - sonrió Nina y le entregó también un pequeño presente. - Nos vemos de vuelta de las vacaciones, disfruta con tu familia.

Ambas chicas se despidieron y se fueron en direcciones contrarias, Nina iría a preparar su maleta antes de ser abordada por Draco nuevamente y que se enojara por no tenerla lista. Percibió unos pasos cuando caminaba hacia la sala común de Slytherin y se volvió para mirar quién era.

Era Xavier, el chico que había conocido en primer día durante la cena. Él era de tercer año, por lo tanto se veían en pocas ocasiones debido a que sus clases no coincidían. Pero a veces jugaban juntos al ajedrez mágico.

-Nina ¿Cómo te encuentras ? - le saludó amablemente.

-¡Oh! Xavier no te ví venir ¿Qué tal?

-Bien, ví que estabas con Granger, no quise acercarme antes, por eso te seguí, quería saludarte.

La pequeña se incomodó, primero porque pensó que las había espiado u oído hablar y después porque pensó que él tampoco estaba de acuerdo con que se hablara con chicos de otras casas, menos si no eran de sangre pura.

-Sí, somos amigas-dijo con voz firme.

-Eso está bien, jamás he creído esas tonterías de las rivalidades con las demás casas, también tengo amistades cercanas en ellas, los gemelos Weasley son mis amigos- señaló

-Sí, los conozco de vista, son los hermanos de Ron ¿Cierto? ¿Esos que siempre quieren meterse al bosque prohibido?

- Sí - dijo Xavier -los gemelos son hermanos de él, son muy graciosos, espero que los conozcas pronto, pero siempre están metidos en problemas -sonrió. - Así que si no quieres ser arrastrada por ellos, mantente al margen.

-Se ven agradables -rió la pequeña.- Dime ¿Te vas a casa para la navidad?

- No, me quedo en la escuela ¿Y tú?

- Pues voy a casa con mi familia y Draco, ya que se quedará en mi casa.

Xavier frunció el ceño, realmente ellos se habían acercado considerablemente.

- Malfoy es tan desagradable, no puedo creer que realmente se lleven tan bien, tal vez le gustas. - comentó el chico.

- Sólo hemos congeniado muy bien. - aclaró la niña. - Bueno, iré a preparar mis pertenencias, nos vemos luego.

- Puedo acompañarte si no te molesta. - propuso el chico. A lo que Nina accedió ya que no vió nada malo en aquello.

Ella armó su equipaje mientras charlaba con el muchacho, que le comentó sobre su familia y sobre cómo había sido adoptado por el auror Daniel Zimej, su padre biológico había muerto, por lo que su madre había vuelto a casarse, el padre del chico era compañero de trabajo de los suyos. Nina guardó sus cosas en la maleta y también puso a Irina en la jaula para que después no se escapara. Su gata no estaba muy a gusto en el castillo, ya que estaba acostumbrada a las comodidades de su casa en París y desde el viaje a Londres que no estaba muy feliz, por lo que Irina era una de las más contentas en volver.

Cuando todo hubo estado listo, comenzaron a andar al Gran comedor, ya era la hora del almuerzo, el último antes de las vacaciones, por lo que se había comunicado que todos comerían juntos.
Al llegar Nina y Xavier, se sentaron junto a Malfoy y su pandilla. Draco se percató de la compañía de su amiga, por lo que en cuanto se sentó a su lado le susurró en el oído de manera curiosa y posesiva.

-¿Qué te traes con Zimej?

- Nada, nos encontramos en el jardín y me acompañó a hacer la maleta - contestó sonrojándose, no sabía porque el niño había usado ese tono con ella.

- ¡Aún no la tenías lista! ¿Qué has hecho todo este tiempo?

- No exageres Draco, ya está lista - contestó. - no debo darte explicaciones de todo lo que hago.

El rubio la observó de mala gana y siguió comiendo, reparó en la mesa de Gryffindor y se dió cuenta que uno de los gemelos miraba atentamente a su mejor amiga.

-Fred Weasley está observándote ¿Le conoces ? - dijo volviendo a susurrar en su oído.

La pequeña miró disimuladamente hasta encontrar a quién le había indicado su amigo, ignorando totalmente la pregunta. Draco solía ser bastante molesto a la hora de comer.

Ella se encontró de lleno con los ojos del chico pelirrojo y no pudo evitar sonreírle ampliamente. El Gryffindor por su lado se dió cuenta que la chica lo había descubierto, avergonzado iba a cambiar la mirada, pero al ver que la niña le había sonreído de forma tan linda, no pudo más que corresponder a esa cálida sonrisa, tan poco común en una Slytherin.

- No me has contestado.

La chica suspiró.

- No Draco, no le conozco ¿Quieres dejarme comer en paz ?

El chico se rió ante su irritación.

- ¡Date prisa! - le molestó ella esta vez -No quiero ser la última en abordar a las carrozas. - dijo para presionarlo.

Por otro lado en la mesa de Gryffindor los gemelos se encontraban conversando animosamente hasta que Fred se había distraído observando a la chica compañera de Ron.

- ¿A quién ves? - le interrogó Ronald. - ¿ Qué haremos durante la noche?

Fred se irritó al ser interrumpido por su hermano pequeño.

- ¡No lo sé, pregúntale a Percy, él siempre sabe todo! - en el momento en que iba a volver a mirar a la mesa de las serpientes, se dió cuenta de que la persona que a él le intrigaba ya no estaba en la mesa, los estudiantes que iban a pasar la navidad en casa se estaban levantando, por lo que de inmediato pensó que ella se iría a casa.

Sin saber por qué le deseó secretamente que tuviera una linda navidad, a pesar de que no le conocía y que jamás habían intercambiado más de dos palabras.

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