• CAPITULO 28 •
______________________
28. Supuestos malos entendidos
______________________
Las clases habían vuelto a la normalidad luego de las mini vacaciones de navidad que habían tenido lugar. Hogwarts nuevamente estaba llena de estudiantes que caminaban por los pasillos del castillo apresurados para no llegar tarde a las clases. La navidad había sido una etapa de muchas emociones para todos y Luna no dejaba de observar con sumo cuidado a su mejor amiga; quien caminaba junto a ella .
— Espero que tengas claro que no dejaré que vayas a clases hasta que me cuentes con detalle todo lo que sucedió con Fred durante tu estadía aquí.
Nina suspiró, recordando todos los sucesos que no podía obviar por ningún motivo; no tenía opción pues este mismo tema no podía contárselo a Draco por temas evidentes, no dejaría de incomodarla y su postura aprehensiva no ayudaba tampoco.
— ¿Qué clase tienes ahora? Lo pregunto en el caso de que quieras dejar de ser Ravenclaw y pasar de ella.
La rubia sonrió y tomó de la mano de la Slytherin mientras la condujo por unos pasadizos de la torre de las águilas con facilidad. Nina no tenía idea a donde iban o a dónde saldrían.
Poco después salieron por unos muros empedrados y llegaron a un salón que daba al campo de Quidditch.
—No sabía que solías salirte de las clases.
—No lo hago, pero vengo aquí cuando quiero pensar y también un poco de tranquilidad, lejos de los parloteos de los demás de mi sala común —señaló la rubia —Creo que ahora tenemos la suficiente privacidad como para conversar.
Ambas niñas se sentaron en el césped que crecía a unos pasos de la cancha, era muy cerca de donde hace un tiempo Nina había mantenido una amena conversación con el pelirrojo.
—Bien, aunque debes saber que me siento totalmente extraña por tener que hablar de esto, siento que aún soy una niña que no sabe nada de la vida para estar con un chico en la mente.
—Bueno, supongo que es cosa de crecer —murmuró—Me tienes ansiosa ¿Sucedió algo con quién tú sabes?
La Slytherin no pudo evitar reír ante aquella mención.
—Suena como si estuviésemos hablando acerca del señor tenebroso —acotó y luego dejó escapar unas risas.
—¡Ya, anda Nina!
—Bien, bien —farfulló—Durante las actividades de navidad fuimos compañeros para realizar los desafíos que nos dejaron los maestros—empezó a relatar —Estuvo acompañandome durante mi estadía en la enfermería.
—Pues claro ¿Y?
—Prometes que no le dirás a nadie sobre esto ¿Ni siquiera a Draco?
—¿Por qué le diría? Y lo más importante ¿Por qué no le contarás? Tú y él se cuentan todo.
—Ah, pues ya sabes; él detesta a todos los leones y no quiero que monte uno de sus teatritos, puede llegar a ser muy irritante cuando se lo propone.
Luna asintió, dándole a entender que podía continuar y que no interrumpiría en nada.
—Con Fred estuvimos a punto de besarnos. . . en dos ocasiones —confesó con un hilo de voz, mientas observaba que nadie estuviera cerca y que pudiera escucharles.
Su amiga Ravenclaw abrió mucho los ojos, no podía creer lo que escuchaba y no entendía cómo Nina no le había escrito antes como para contarle esas cosas, pues según Luna, esas oportunidades eran las primeras de su amiga de dar un beso real.
—¿Qué? ¡Por Rowena! ¿Por qué no me escribiste antes? Siento que esto es demasiado importante como para haber esperado hasta ahora —chilló conteniendo la emoción y la voz —Quiero saber todo.
Nina por su parte se sentía algo avergonzada de la situación, no podía dejar pasar por alto de que le gustaba un chico que era un tanto mayor que ella y que para más complicaciones tenía una chica con la que estaba saliendo hace bastante.
—Un día estábamos conversando en la noche, después de todas las actividades donde fuimos compañeros; el muérdago creció sobre nosotros y de no ser porque nos interrumpieron nos hubiéramos besado en medio del pasillo —confesó.
Luna se colocó las manos cubriendo sus labios, realmente estaba impresionada con aquella confesión.
—La segunda vez estábamos a solas y también fuimos interrumpidos, nos hicieron una cena por haber ganado en los desafíos y la verdad es que desde allí que no he hablado con él.
—¿Y eso porqué? ¿Le estás rehuyendo?
—Pues siendo totalmente honesta, sí.
La rubia rodó los ojos.
—Tú no eres de hacer esas cosas, Nina ¿Por qué estás haciendo eso? Siento que sería más fácil seguir como si nada, pues después de todo no ha pasado algo entre ustedes.
—Luna, él tiene una novia o algo por el estilo; te lo recuerdo si es que lo habías olvidado—aclaró —No estoy interesada en meterme al medio de nadie, siento que ese no es mi estilo, además no si quiera sé si me gusta realmente y si es que yo le gusto a él.
La Ravenclaw la observó, estaba totalmente nerviosa por la situación que se estaba gestando entre ellos.
—No puedo hablar por lo que siente o le pasa a Fred, pero sí puedo hablar de tí pues te conozco hace demasiados años y puedo estar segura de decir que él te gusta completamente.
—¡Qué, no! Cómo dices eso —intentó negar debido a sentirse expuesta ante los escrutadores ojos azules de su mejor amiga.
—Estuviste a punto de besarle, jamás has besado a un chico porque el beso asqueroso que te robó Francis en tu escuela muggle no cuenta —recordó la rubia —Estuvieron a punto de besarse dos veces y él tampoco se está resistiendo.
Nina pensó por un momento en las palabras de Luna, de pronto una especie de sentimiento de enojo la invadió.
—Quizás sólo lo hace porque se da cuenta de que de una forma me interesa un poco —intentó aclarar —No quiero caer en las garras de un casanova que está acostumbrado a involucrarse con jóvenes ilusas e inexpertas.
—Quizás seas inexperta, pero de ilusa no tienes nada; es más, creo que hasta te teme un poco —sonrió —Lo veo en la manera cauta en la que te mira de reojo en el gran comedor o cuando paseas por allí.
—¿Le has observado? Eres una psicópata.
—Cuando no hablas mucho tienes esa posibilidad, además que debo saber qué clase de chico pretende a mi mejor amiga, no te compartiré tan fácil —agregó.
—¿Y qué es lo que analizas, si se puede saber; inteligente Ravenclaw?
— Pues creo que me he percatado que es algo tímido y que no sabe como llegar a tí completamente, percibo que no quiere hacerle daño a Johnson debido a su confusión y también me atrevo a decir que siente que se apresuró con ella porque sabe que no es la chica ideal para él.
—Creo que podrías ser toda una terapeuta, Luna.
—Búrlate todo lo que quieras, Illich —le observó de reojo —Sabes que lo más probable es que tenga razón, pero no te escabullas de mis preguntas ¿Él también te gusta, no es así?
Nina esquivó la mirada de Luna.
—Pues sí, me gusta bastante; pero no quiero que lo haga.
—¿Y eso por qué?
—No sé si será lo mejor, quizás me pondré como aquellas mujeres estúpidas que hacen todo con tal de ver a un hombre feliz.
—Siento que jamás serás de esas mujeres que se abandonan por un chico, o ya te hubieras lanzado a sus brazos.
—Creo que si no hubieran habido interrupciones ya lo habría hecho.
—No te creas, es él quien se está lanzando a los tuyos.
Ambas niñas rieron, acomodaron sus faldas y se pusieron de pie. Nina se sentía mucho más liviana después de haberle contado todos los acontecimientos a Luna, pues ella era una de sus mayores confidentes y sabía que jamás comentaría ninguno de sus preciados secretos. Las estudiantes se dirigieron al bosque prohibido a Luna le tocaba criaturas mágicas y a Nina, Herbolaria, pero la profesora Sprout necesitaba de varias manos para recolectar lirios para nuevas medicinas que eran requeridas en la escuela; por eso se reunirían tres cursos para la labor.
Luna se dirigió a donde estaban sus compañeros y Nina avanzó hasta el punto de encuentro, allí se percató que estaban tercero, cuarto y quinto año de Slytherin; ninguno con buena cara y mucho menos disposición para ayudar –para las serpientes esas materias no tenían importancia alguna– por lo que obviamente estaban allí por obligación.
La profesora Sprout se veía bastante pequeña entre los estudiantes, la mayoría de Slytherin eran varones y estaban en proceso de crecimiento, eso no le impedía dar órdenes de manera estructurada e imponerse entre ellos.
—Quiero darle gracias al profesor Snape por haber reunido a sus estudiantes para esta labor —comentó —Necesito que por favor recolecten la mayor cantidad de lirios amarillos y blancos en el prado, además que no quiero que se alejen o se salgan del sitio demarcado, no quiero que se internen en el bosque prohibido, nos reuniremos aquí en una hora, con eso será suficiente.
Nina observó que Draco estaba junto a Gregory y Vincent por lo que no hizo mucho empeño a acercarse al grupo. Decidió trabajar por su cuenta, pues de esa manera podría recolectar mucho más; comenzó a cortar tal como la señorita Sprout les había enseñado y la guardaba de inmediato en el bolso de arpillera que les entregaron.
— ¿Por qué estás tan sola aquí?
Nina se sobresaltó pues en un comienzo no reconoció la voz que le habló y salió de repente tras de ella. La chica frunció el ceño porque no le agradaba para nada sentirse observada y fue la sensación que tuvo en ese momento.
— Xavier ¿Qué haces? No te ví venir.
El muchacho le sonrió y se paseó a su alrededor observándola con una mirada traviesa. Tenía la corbata algo floja y llevaba el morral lleno de lirios que podían verse desde la abertura.
— Pues hago lo mismo que tú, ayudo con lo de herbolaria; vine hacia acá porque pensé que no habría nadie pues me estresan las conversaciones mundanas de nuestras compañeras.
Nina sonrió de manera leve, hace bastante que no mantenía diálogo con Xavier pues no le gustaba su forma de ser algo cambiante. Tampoco le gustaba que se acercara a ella de manera tan repentina, por lo que había decidido mantener las distancias con él; sin embargo tenía razón con respecto a sus compañeras y ella también disfrutaba del silencio.
—Vine hasta acá para poder estar sola, al igual que tú —comentó —Me gusta.
Xavier notó el tono algo arisco es las palabras de la chica y decidió seguir en su tarea sin perturbarla; no obstante la observaba con curiosidad y con ganas de acercarse. De cierta forma deseaba volver a conversar con ella como lo hacía antes.
En un momento Nina se sentó en una de las rocas para poder quitar las hojas y las malezas arrancadas. El chico se sentó frente a ella un poco alejado para poder observarla.
—¿Qué? ¿Vas a estar mirándome todo el tiempo?
La voz de ella sonó un poco más dura de lo que pretendía y le observó acercarse al lugar donde ella estaba sentada.
—Sabes, extraño ese tiempo en que solíamos conversar de muchos temas y no escapabas de mí.
En ese momento ella levantó la vista y le miró con extrañeza, pues no entendía a que venía esa clase de comentarios.
—¿Por qué tendría que escapar? Solamente hemos dejado de hablar, eso no quiere decir nada.
Xavier se sonrió y después de ello se colocó frente a ella.
—Yo pensé que te alejabas de mí porque podría gustarte y no querías que me diera cuenta.
¿Eso era enserio?
— ¿Por qué podrías llegar a pensar es. . . ?
De pronto los labios del chico estaban sobre los de ella. No tuvo tiempo para reaccionar pues Xavier la besó de la nada y sin ningún preámbulo. Percibió un dejo de fuerza y de incomodidad e intentó zafarse de aquello, jamás le dió ningún indicio que quería besarle.
—Xavier, apártate—susurró sobre sus labios. Pero el chico no dejó de intentar conseguir que ella le correspondiera.
—Sé que quieres besarme.
En ese momento sintió tanta rabia que de pronto le golpeó con su rodilla entre las piernas y el chico se alejó debido al dolor que sentía.
—¡Espero que eso te deje bien en claro que no estoy, ni estaba, ni estaré interesada en besarte, cretino!
Salió corriendo pues sentía que en cualquier momento se colocaría a llorar por aquello. Un chico de la nada le había besado sin que ella lo quisiera y eso no estaba en sus planes, ella tenía en mente que el primer beso que recordara fuera con alguien que ella quisiera y se lo habían arrebatado.
Lamentablemente jamás podría cambiar aquello y eso no quedaría así.
Aquel hecho fue el inevitable florecer del sentimiento de recelo, venganza y resentimiento en su interior.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro