• CAPÍTULO 17 •
________________________
17. Confesiones de final
de año.
________________________
— ¿Qué crees que harás durante las vacaciones? — Xavier bajaba las escaleras junto a Nina, él había tenido clases de Astronomía y ella venía de Aritmancia. Ambos habían estado algo distantes durante el año, pero ahora estaban conversando de manera más fluída, no es que se hubieran peleado, pero como Xavier tenía muchas más horas pedagógicas no había tiempo de que charlaran más seguido.
— La verdad es que no lo sé, quizás vayamos a Francia, talvez mamá quiera ir a ver a sus padres y papá querrá ir con ella, eso si no hay mucho trabajo en el departamento de aurores. — mencionó. — eso lo sabes.
— Me gustaría que alguna vez nuestros padres organizaran algunas vacaciones juntos. — proclamó el chico. — ambos trabajan en el mismo lugar y siento que lo pasaríamos muy bien ¿No te parece?
Nina jamás había pensado en algo así para ser exactos, se llevaba bien con el Slytherin –más bien podría decirse que tenían una relación cordial – pero jamás había sentido que tuvieran tal confianza como para que fueran juntos de vacaciones. Si eso llegase a suceder lo más probable es que le dijera a sus padres que prefería irse a Francia con sus abuelo, y eso si que era extraño en ella.
— Pues debo admitir que jamás lo había pensado — respondió luego de desechar ese escenario en su mente, no se sentiría cómoda, ya que en ocasiones él era algo invasivo. — quizás más adelante.
El muchacho se puso de pie en las escaleras, a la espera de que llegara la otra escalera movediza para poder seguir descendiendo. Quedó frente a ella y agarró un mechón de su cabello que andaba volando debido a la brisa que entraba por los ventanales del castillo.
— Tienes un cabello hermoso ¿Lo sabías? — dijo al momento que colocó el mechón detrás de la oreja de la chica.
Ella se sintió algo incómoda y se echó hacia atrás, dando claras señales que había pasado la línea. Pero el pareció no notarlo, gracias a Merlín, el prefecto de Slytherin, Higgs, apareció.
— Zimej ¿No sabía que ahora les coqueteas a las niñas de doce años? ¿No tienes catorce? — preguntó con sarcasmo. — ¿Illich? ¿Todo bien por aquí?
— Sólo esperamos que la escalera viniera Higgs, gracias. — murmuró, pero a penas vió que la escala se acomodó ella bajó rauda, aprovechando que Higgs se quedaría junto a Xavier. — Nos vemos Xavier, espero que te vaya bien en la última clase. — dijo sin darle oportunidad a que él se despidiera e hiciera lo que pretendía.
Nina se apresuró a la sala común para empacar sus cosas y después buscar a Luna. Desde que había entrado al coro no tenía mucho tiempo libre, pero la Slytherin lo entendía ya que eso era algo que a su mejor amiga le apasionaba. Más ahora tenía que contarle sobre este reciente acontecimiento y pedirle su opinión sobre el chico. Xavier no le causaba atracción en el sentido de que le gustase, pero no entendía porqué actuaba así, si ella sentía que jamás le había dado señales que pudieran malinterpretarse.
Sacó su varita y con ella llevó toda su ropa a la maleta, en otro compartimento guardó los uniformes de manera ordenada y clasificada y después metió los libros y cuadernos. Aprovechó de que su gata estaba durmiendo, para meterla de inmediato en el canil que su madre le había enviado, de esa manera Irina se sentiría más cómoda.
El final de año había llegado y pronto estaría en casa junto a sus padres nuevamente. Este año los había echado en falta más que el año pasado. Primero año todo había sido nuevo y asombroso, pero actualmente había sentido más nostalgia que antes. Había extrañado su casa, su familia, su ambiente cálido. Quizás por todo lo que había sucedido el reciente año en el castillo, quizás por lo que había descubierto, quizás esas eran las cosas que sus padres cada día debían de enfrentar.
Por eso sentía la necesidad de darles un abrazo grande al verlos.
Cuando los estudiantes hubieron llegado a la estación de Hogsmeade, Nina buscó a la cabellera rubia y ondulada de su amiga. La divisó entre otros Ravenclaws y de inmediato fue hacia ella. La tomó del brazo y prácticamente la arrastró dentro del expreso para meterse en el primer compartimento vacío que pillaran.
— ¿Vas a explicarme qué sucede? — le preguntó Luna algo extrañada por el comportamiento que su amiga estaba teniendo. — Te noto algo rara.
Nina se aseguró de bajar las persianas de la ventana del lugar para que no las interrumpiera nada ni nadie. Sabía que a estas alturas Draco se hallaría buscándola y no quería contarle esto a Luna delante de él, debido a que este realizaría muchas preguntas incómodas.
— Hoy al terminar la última clase ha sucedido algo extraño. — relató y ambas niñas se sentaron frente a frente con una bolsa de papas fritas gigante. — algo que tiene que ver con Xavier Zimej.
Luna se mantuvo expectante a lo que su amiga debía contarle.
— ¡Pues dime qué ha pasado de una vez! ¿Por qué tardas tanto?
Nina procedió a relatar los hechos que habían sucedido en la escalera. Cuando él había tomado su mechón y se había acercado demasiado a ella para colocarlo tras su oreja.
— Sentí por un momento que quería besarme. — susurró Nina, temiendo que alguien las oyera, ya que aún no aprendían a hacer el hechizo insonorizador. — Quizás son ideas mías, pero siento que se acercó demasiado y me sentí un poco asfixiada.
Luna se mantuvo en silencio por unos momentos hasta que Nina hubo terminado de relatar todo su sentir con eso.
— ¿Él te habló después de ese episodio? ¿En la sala común o ahora antes de llegar a Hogsmeade?
— No, no volvimos a toparnos y creo que fue lo mejor. Creo que si vuelve a hacerlo le diré que no me agrada. — declaró la Slytherin.
— Nina, creo que es muy obvio que le gustas, aunque creo que debería controlar un poco sus hormonas, están algo alborotadas. — sentenció la rubia. — No puedes traspasar el espacio personal de alguien sin que lo hayas permitido.
Por un momento Nina pensó en el encuentro con Fred, días antes. Cuando él había besado sus manos sin pensar, eso a la chica no le había incomodado en lo absoluto, es más, esa cercanía con él le había dejado una sensación bastante grata.
— Siento que fue eso, además creo que si te soy sincera, hay otra persona que me agrada. — le confesó. — pero no estoy muy segura.
Luna presintió de quien era que probablemente hablaban, por lo que sonrió.
— Bueno, dejaré que lo aclares en tu mente, para que luego me lo cuentes cuando estés segura al cien por ciento. — esa era una de las características de la Ravenclaw, siempre necesitaba de seguridad ante todo y era muy analítica. — pero si vuelvo a ver a Zimej muy cerca tuyo, le diré a Draco que lo golpeé ¿Qué se cree?
Al momento en que terminaron de hablar, la puerta del compartimento se abrió violentamente.
— ¡Ah! ¿Con qué aquí estaban? Las he buscado por todo el tren.
Era Draco, que sin que lo invitaran a pasar ya se había instalado en el sofá del interior del cubículo. Ambas niñas intercambiaron una mirada cómplice y dieron el tema por terminado, ya que con el rubio en medio la privacidad femenina se había terminado.
En el extremo contrario del expreso de Hogwarts, en uno de los vagones de Gryffindor se encontraba Lee Jordan junto a George, Fred había ido a buscar a la señora de los dulces para conseguir algo para el viaje. Al hallarla compró pasteles de arándanos para él y de calabaza para los otros dos chicos. Ese año había sido extraño por lo que le sentaba bien que terminara, quería ir a casa.
Cuando llegó al cubículo se dió cuenta que su hermano y su mejor amigo reían.
— Creo que ella lo pasó muy bien, es más hasta el día de hoy me pide que lo repitamos. — murmuró George.
— ¡Eso no lo creo ni por un segundo, es imposible que eso lo hayas conseguido en tu primera vez! — le echó en cara Lee. — Estás mintiendo.
— Que tu tengas disfunción erectil no es mi problema Jordan. — se carcajeó el pelirrojo.
Fred les observó con una mueca y les tiró los pasteles que había comprado para ellos.
— ¿Se puede saber de qué mierda están hablando? — les interrogó.
Claramente el tema del sexo era un tema recurrente entre los chicos de la edad de los jóvenes. Estaban despertando su sexualidad y sus hormonas andaban revoloteando sin cesar. Y aquellos leones no eran la excepción.
— George estaba contando mentiras a cerca de la vez que folló con Priscilla Mason. — se quejó Lee. — no sé porqué no cuenta la verdad sobre aquello.
— ¿Están hablando sobre las chicas con las que han estado? — les preguntó Fred.
— Pues sí. — respondió George, que había dejado de ser un niño el día que descubrió las revistas porno de su amigo Lee. — Lee cree que miento, cree que por el hecho que él sólo debe contentarse viendo revistas, todos lo hacemos.
— ¡Pues Ariana Scott de Slytherin te dirá todo lo que quieras! No eres el único que se acuesta con las chicas George Weasley.
Fred tragó saliva y se incomodó por el tema que sus amigos llevaban a cabo.
— No quiero parecer aguafiestas, pero creo que no corresponde que se refieran de esa manera a las chicas con las que han estado, ellas han depositado confianza en ustedes para que ahora se refieran así sobre ellas. — les dijo sin que pidieran su opinión.
— No las estamos dejando mal, sólo que no quiero que tu hermano se crea mejor que yo. — respondió enojado. — ¿Acaso tú no vas a decirnos quienes han sido las afortunadas? — le molestó — No seas así Fred, únete a la conversación.
— No, no me apetece. —respondió Fred zanjando el tema— eso es personal.
Lee le arrojó uno de sus polerones.
—¡Desde cuando tan puritano! Siempre andas de fanfarrón cuando una chica se fija en tí. ¿No creo que sea porque aún no te acuestas con nadie no es así? Porque si me dices que eres virgen no te lo creería ni en sueños.
Fred sacó una revista que tenía en su bolso y le ignoró.
— Ya les dije, no voy a unirme a su tema de conversa. — les miró fijo. — creo que no corresponde.
Y esos eran los pensamientos reales de Fred, sentía que eso era algo personal y que ninguna chica quisiera que sus experiencias fueran explotadas en una conversación de hombres. Pero también había otro motivo, él jamás se había acostado con nadie y eso lo hacía sentir algo cohibido, a la larga la mayoría de los chicos de su edad follaban como conejos.
Pero él no tenía ninguna experiencia que contar al respecto y jamás se convertiría en el hazme reír de Lee Jordan, que muy amigo de ellos podía ser, pero era un idiota.
Katie, Angelina y Alicia entraron al lugar y se sentaron junto a ellos. Comenzaron a conversar y Angelina se sentó al lado de Fred.
— ¿Qué es lo que estás leyendo? — le preguntó, acariciando su rodilla, ya que el chico estaba sentado a lo indio. — ¿Te interrumpo?
El sonrió y negó.
— No, no lo haces. — fue imposible no pensar en Angelina, sabía que estaba mal, porque se daba cuenta de que la chica tenía sentimientos por él al parecer, pero si saliera con ella y pasaran al siguiente nivel, él podría saber de qué era lo que hablaban su gemelo y Lee.
— ¿Fred? ¿Crees que podríamos salir algún día sobre las vacaciones? Me gustaría visitarte la verdad. — le dijo al oído.
Fue como si la chica le hubiera leído la mente. Desde hace unos días que se comportaba mucho más cercana y más coqueta.
— Quizás, puede que sea una buena idea. — accedió el pelirrojo.
Pudo ver la emoción de la chica en su rostro y en ese momento ella depositó un beso en su mejilla.
El tren no tardó en llegar y todos los estudiantes descendieron. Fred caminó por el pasillo y Angelina lo tomó del brazo, el pelirrojo se percató que Nina se hallaba platicando con Luna, aún no estaba con sus padres.
—Angie, vuelvo en un momento a despedirnos. — se disculpó y se encaminó hasta donde se encontraban las niñas.
Luna se percató que el pelirrojo se acercaba ya que Nina estaba de espaldas.
— Tshh. — murmuró — viene Fred hacia aquí.
En ese momento el pelirrojo hizo acto de presencia.
— Chicas, tengan unas lindas vacaciones. — dijo de manera cortés y amigable.
— Pues tú también. — asintió Luna. — iré a despedirme de Astoria. —eso obviamente lo mencionó para que se quedaran solos, podía darse cuenta de lo que pasaba entre ellos, o eso creía.
— Fred, ten una lindas vacaciones. — dijo Nina de manera sonriente. — espero que disfrutes en tu casa ¿Saldrás?
— No lo creo, pero espero fabricar travesuras para probarlas en los Slytherin. — se rió. — ten lindas vacaciones Nina.
— Y tú también. — sonrió y no esperó aquel gesto, ya que él la envolvió en sus brazos para darle un cálido abrazo. Ella observó sus ojos y sonrió. — Gracias, debo ir con mis padres.
— Yo también, cuidate. — le hizo un gesto con la mano antes de volverse.
Angelina había visto la escena y se sorprendió, jamás había notado que Fred fuera tan cercano a Nina. Por lo que actuó como cualquier adolescente lo hubiera hecho.
— Adiós Angie, ten lindas vacaciones...— no pudo decir nada más, la morena depositó un beso en sus labios y se quedó allí unos segundos a vista y presencia de todos.
— Nos vemos en el verano Freddie. — susurró y volvió a besarlo, dejándolo algo desconcertado.
Todos habían visto eso, todos incluída Luna, que miró a Nina.
Nina también lo había visto e intercambió una mirada con su amiga.
Al parecer ella tampoco había visto al chico frecuentar a alguien.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro