Capítulo 32: Sin salida
El video que le mostraban era realmente esclarecedor. Durante todo el metraje, Gaara no pronunció ninguna palabra y simplemente, observó el vídeo para hacerse una idea de lo que estaba ocurriendo. Siempre le había fascinado el tema de los androides, desde que era un crío. Él, que venía de una familia rica e influyente, que pudo estudiar ingeniería robótica en la facultad y luego licenciarse con honores para servir en la Júpiter, nave científica y de exploración, jamás esperó encontrarse con un secreto semejante.
Evidentemente, siempre pensó que esa apariencia demasiado humana era extraña pero nunca puso en duda la tecnología porque realmente, él mismo había reparado a esos androides en caso de emergencia y sabía que eran robots pero... aquello ya era demasiado. Ni siquiera los escáneres de ellos detectaban los órganos humanos a través de las placas metálicas de todo su cuerpo. Les engañaban. Esos Maikan o como se llamase, les vendían androides y en el fondo, sólo eran humanos modificados a su antojo para hacerlos parecer lo que querían.
¡Estaban fomentando una forma de granja de humanos sin saberlo! Al menos... eso pensaba Gaara hasta que se dio cuenta de algo mucho más importante. Naruto sabía ese secreto y había sido exiliado, le habían llamado traidor. Minato fue dado por muerto cuando estaba vivo... no... no eran sólo los Maikan los que ocultaban eso, sino alguien de la Federación.
‒ ¿A quién contactaste para explicar lo que ocurría? – preguntó Gaara.
‒ Al general de la brigada científica – comentó Naruto – se supone que él lleva estos temas de tecnología y armamentística. Está metido en todo esto, ¿verdad?
‒ Tengo la sensación de que sí. Posiblemente ya sabía todo esto y aún así, sigue comprando androides para la Federación.
‒ La cuestión es... ¿por qué?
‒ Por las inminentes guerras – susurró Gaara.
‒ ¿Inminentes guerras? No estamos en guerra con nadie.
‒ No por ahora, pero hay razas alienígenas nada amigables ahí fuera, se han reportado varios ataques a algunas naves de la Federación e incluso algunos planetas fueron masacrados. Creo que el general se está armando por si tocase entrar en guerra y por eso mismo, ha mantenido el secreto a buen recaudo durante tantos años. Esto viene de lejos, no empezó con él.
‒ Me imaginaba algo así puesto que Sasuke lleva demasiados años cumpliendo servicio en la Júpiter. Estamos hablando de que es un plan que iniciaron nuestros antecesores y que aún sigue vigente. Pero esto tiene que parar. No podemos dejar que todo un planeta esté sufriendo esto. Viven atemorizados en ciudades con alambradas. Les dan caza de noche, los transforman en esto...
Por el rostro que puso Gaara, Naruto supo que pensaba en algo y no era algo bueno precisamente.
‒ ¿Qué ocurre?
‒ Lo que ocurre Naruto, es que yo no soy el capitán y ahora mismo, estamos en puerto, habéis podido colaros porque están reparando la nave, pero el capitán vendrá en breve y todo esto tendréis que explicárselo a él.
‒ Pero tú eres el capitán en funciones mientras él no está. ¿No es así? Lo que quiere decir que la decisión es tuya ahora mismo. Tú eres el primer oficial.
‒ En caso de ausencia del capitán, el primer oficial quedará al mando de la nave y podrá tomar las decisiones como capitán en función – dijo Sasuke citando el reglamento de la Federación.
El resoplido de Gaara fue muy audible para todos. Claro que se sabía el reglamento y que él estaba al mando ahora mismo mientras su nuevo capitán no estuviera en la nave, así que él debía decidir qué hacer con esa información.
‒ Dar a conocer esto, pondrá en riesgo a toda la tripulación – concretó Gaara – es posible que nos tachen de traidores y exponemos a que toda la Federación venga en nuestra búsqueda.
‒ Y no exponerlo hará que todo un planeta quede expuesto a ser convertidos en androides y cuando acaben con ese planeta buscarán el siguiente y este ciclo no terminará. Les hemos visto arrasar planetas en el sector oeste, al límite de lo que hemos explorado y zona que no nos hemos adentrado. Ellos no van a detenerse, Gaara.
Pensaba en las consecuencias. Naruto sabía eso muy bien. Gaara era su mejor amigo desde casi la infancia. Habían ido al colegio juntos, al instituto y no fueron a la universidad porque tomaron rumbos diferentes, pero... ambos tenían claro su destino, querían trabajar en la Júpiter y allí se reunieron de nuevo. Lo conocía lo suficientemente bien como para saber que Gaara siempre sopesaba las consecuencias de sus actos antes de tomar una decisión.
‒ Haré unas llamadas. Necesitaré una copia del vídeo – pronunció finalmente Gaara.
‒ Gracias.
‒ No me las des aún. Sé lo que planeas pero no sé si esto tendrá la repercusión que buscas. La Federación no se mantendrá callada, dirán mentiras si es necesario para echar esto por tierra. La opinión de la gente se dividirá entre los que crean a la Federación y los que nos crean a nosotros. Se pondrá feo, pero... tienes razón en una cosa, siempre hemos buscado la verdad de los hechos y esto no se puede ocultar por tanto tiempo. La gente debería saber lo que ocurre en Kepler.
***
Sentado sobre una de las encimeras del puente y esperando a que Gaara terminase de enviar el vídeo al resto de naves de la Federación, los pies de Naruto no dejaban de moverse debido al nerviosismo y eso hacía que Sasuke le observase de reojo con intriga. Él nunca había estado nervioso o preocupado pero entendía lo que eso significaba.
Esperaban al nuevo capitán de la nave, el cual, no debería tardar en llegar, sin embargo, una alerta entró antes. El mensaje se había enviado hacía tan sólo unos minutos, por lo tanto, Naruto se tensó suponiendo que algo no iría bien. Miró a su padre, algo más tranquilo por fuera pese a que por dentro sería un matojo de nervios. Los androides en cambio, parecían muy serenos hasta que las alertas sonaron.
‒ Radares y frecuencia – ordenó Gaara en dirección al chico que siempre se encontraba frente a los escáneres.
‒ Es una nave de la Federación, capitán.
‒ Vienen a por nosotros – dijo Naruto mirando hacia su padre y los androides.
Sasuke no se inmutó al igual que Itachi, sin embargo, Minato sí pareció alterarse un poco al escuchar eso.
‒ Capitán, si me permite una sugerencia, yo sacaría la nave del hangar – comentó Minato – una nave de la Federación aquí tras ese vídeo que se ha lanzado, sólo indica problemas.
Gaara tuvo en cuenta esa opinión, pero prefirió esperar un poco. Todavía tenía tripulación en la ciudad, demasiada tripulación, allí sólo habían quedado los servicios mínimos e imprescindibles. Además, todavía podía intentar negociar.
En apenas unos segundos, una luz tras ellos se hizo y la nave apareció. Fuera del puerto espacial, aguardaba.
‒ Capitán, nos llaman – dijo la chica de comunicaciones.
‒ En pantalla – ordenó Gaara.
En la gran cristalera de la Júpiter, apareció el general de armamentística. Aquello sorprendió a todos, sobre todo a Minato. Conocía bien a ese hombre, era de su edad aproximadamente. Le recordaba porque estudiaron juntos en la academia. Un poco más mayor que él, se licenció antes pero... sin duda alguna, habían coincidido en la academia.
‒ Capitán en función de la USS Júpiter, Sabaku no Gaara, ¿en qué puedo ayudarle, General? – preguntó Gaara cordialmente.
‒ Aquí USS Intrepida, nos han comunicado que se ha realizado la trasmisión de un vídeo no autorizado y nos han pedido venir a comprobar si todo esta en orden.
‒ Por supuesto General, aquí todo está en perfecto estado. Hemos venido a reparar la nave tras un altercado con piratas espaciales y...
‒ No me interesa el motivo por el que su nave esté aquí, sino el hecho de cómo teníais en vuestro poder ese vídeo.
‒ Llegó a nosotros en una incursión que hicimos a un planeta cercano – mintió Gaara –. Es un vídeo de vital importancia y por eso mismo, lo transmití al resto de naves de la Federación para que se tomase cartas en el asunto sobre el planeta Kepler.
‒ Capitán... escanean nuestra nave – comentó el chico que estaba al lado del radar.
‒ General, ¿le ayudo a encontrar lo que está buscando? – preguntó Gaara al sentirse ofendido de que estuviera husmeando con los sensores de la otra nave la suya.
‒ Busco a los delincuentes que estáis acogiendo.
‒ No acogemos a delincuentes ni a fugitivos ni nada semejante.
‒ Sé de buena mano de donde ha salido ese vídeo y sé por tanto, que a bordo de esa nave hay al menos cinco androides y la Júpiter sólo dispone de uno.
El escaneo había surtido efecto como para saber sobre los androides en el interior. Gaara resopló porque de esa no podría escapar sólo con labia o buenos modales. Miró a Minato que desde la parte de atrás, escuchaba la conversación y sacaba sus propias conclusiones.
‒ Vienen a por nosotros – susurró hacia Gaara – primero ocuparse de los traidores y luego de la repercusión del vídeo. Lo taparán.
‒ Saben que estamos aquí y por tanto, pueden suponer dos opciones. O que la Júpiter se está aliando con nosotros o... que nosotros los estamos extorsionando y hemos tomado el control. En cualquiera de los dos casos, el procedimiento será el mismo – comentó Sasuke.
‒ Serían capaces de destruir la nave entera con todos dentro – comentó Izuna.
‒ Estamos en el puerto espacial. Está prohibido disparar al interior de los puertos – comentó Naruto.
‒ No creo que les vaya a importar demasiado. Se las arreglarán para tapar lo sucedido. Quizá podrían decir que nosotros atacamos primero y tuvieron que defenderse. Esto no acabará bien para nadie y menos para el puerto espacial. Si empezamos a dispararnos mutuamente aquí, mucha gente morirá – dijo Minato.
Gaara pensaba. El vídeo que ahora mismo estaba en pausa volvió a activarse.
‒ ¿Qué es lo que desea, general? – preguntó Gaara.
‒ Quiero que esos androides y todo el que haya subido a bordo no autorizado para estar en la Júpiter sea transportado ahora mismo a las celdas de contención de mi nave. Yo mismo los llevaré ante la justicia.
Al sentir una mano sobre su hombro, Gaara se volteó para ver a Minato tras él. ¡Muerto! Así es como todo el mundo le creía y quizá, hasta el general que debía saber parte de la verdad, se sorprendió un poco al verle allí.
‒ General, va a tener que darme un momento para llegar hasta el transportador – comentó Minato.
‒ Minato Namikaze, ex capitán de la USS Júpiter. Se le daba por muerto.
‒ Supongo que sí, de hecho creo que la orden de mi defunción vino firmada de su propia mano si mal no recuerdo. Algo precipitado para no haber visto siquiera el cadáver, aunque quizá... esperaba que ya fuera un androide.
‒ Venga a mi nave y debatiremos sobre lo ocurrido.
La transmisión se cortó. Le daba tiempo para que fueran al transportador, pero todos sabían lo que ocurriría si Minato o los androides iban a esa nave. Los eliminarían.
‒ No puedes ir allí – comentó Gaara hacia Minato.
‒ No tenemos salida – dijo Minato – o ponemos la Júpiter en marcha y nos largamos ahora que tenemos algo de tiempo, o nos matarán aquí a todos. Sea cual sea la decisión que tomemos sobre si quedarnos o irnos, el final será el mismo, el general está aquí para destruir la Júpiter y a todos los que estén a bordo. Sabéis ya demasiado sobre Kepler, sabéis sobre mi y que estoy vivo... no va a dejar cabos sueltos.
‒ Entonces, pongamos la nave en marcha – comentó Gaara – tome el mando, capitán – dijo Gaara devolviendo la nave a su antiguo propietario: Minato Namikaze.
Izuna le observó con una sutil sonrisa dispuesto a ponerse a sus órdenes.
‒ ¿Tenemos motor de curvatura? – preguntó Minato a ingeniería.
‒ Lo tenemos capitán, pero falta reparar los propulsores. Sin ellos no podremos poner la nave en marcha a esa velocidad – se recibió el mensaje por el comunicador desde ingenieria.
‒ De esa reparación nos ocupamos nosotros – dijo Madara mirando a su hermano Izuna.
‒ Me pongo a ello. Id preparando todo, en cuanto esté, saltamos en motor de curvatura al hiperespacio y recemos para que no nos alcancen.
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