Capítulo 31: Capitán
El estrecho pasillo no permitía a Naruto ver más allá de lo que tenía enfrente, sin embargo, cuando incluso la luz se apagó, los pies de Sasuke desaparecieron también. Sus ojos eran incapaces de acostumbrarse a esa oscuridad. Una pequeña luz se encendió entonces. Era una de las linternas incorporadas en el cuerpo de Sasuke que iluminaba lo justo como para que él pudiera ver al menos sus pies y seguir su ritmo.
Poco a poco, avanzaban todos hacia la sala de control siguiendo a Sasuke que iba a la cabeza. Ese lugar era tan estrecho que apenas avanzaban por más rápido que quisieran arrastrarse por el conducto.
Cuando Sasuke se detuvo, Naruto lo hizo también sin saber lo que ocurría delante. Podría ser que se hubiera encontrado con algo más o puede, que ya hubieran llegado a su destino. No estuvo seguro hasta que escuchó el leve ruido del metal. Sasuke levantaba la trampilla para poder ir hacia la sala bajo sus pies.
Llegar hasta ese pasillo frente a la puerta de la sala de control fue todo un alivio para, al menos, los humanos. Ese conducto llegaba a ser claustrofóbico.
Con los pies en el suelo y frente a la gran puerta que comunicaba el pasillo oeste con la sala de control, fue Izuna el que desmontó con agilidad la placa lateral de la puerta para dejar al descubierto los cables.
Apenas unos pocos segundos y la puerta se abrió dejando ver entonces las armas que los apuntaban directamente, sin embargo, todo el mundo se paralizó al ver las armas de Izuna y Sasuke apuntándoles también a ellos. De mayor envergadura y mucha más potencia, sabían que contra los androides no podrían combatir y menos si eran más de uno como era el caso.
¡Se observaban en silencio! Nadie se atrevía a dar un paso en falso, así que inmóviles, señalándose los unos a los otros con las armas, permanecían atentos a la situación. No era buena, ellos no dejarían que tomasen el control del puente y desde luego, Naruto no pensaba irse sin tomarlo. Aquello era un empate en toda regla, pero algo o más bien alguien, cambió la situación drásticamente.
‒ Por favor, tirad las armas. No queremos que hayan heridos.
La voz suave y tranquila de Minato seguida de su posición sin arma alguna provocó un murmullo y asombro generalizado. Aquella fue una vez su nave y pese a que había tripulación nueva, todos allí conocían perfectamente al antiguo capitán por las historias que se habían contado de él. Su foto estaba en la propia sala de navegación en memoria y recuerdo por su excelente trabajo cuando tripuló la Júpiter.
Algunas armas bajaron al instante en cuanto reconocieron al "difunto" antiguo capitán y que ahora veían, no estaba tan muerto como les habían hecho creer durante todos esos años.
Izuna sintió la mano de su chico apoyarse en su hombro indicándole que se moviera un poco para que él pudiera pasar. ¡Era difícil moverse! No porque no pudiera hacerlo, sino porque no quería. Ahora mismo, los presentes podían ver a Minato a su espalda pero él era su escudo, él era el que estaba cubriendo con su cuerpo el que pudieran dispararle y era difícil moverse sabiendo que sin su protección, cualquiera podría matarle.
‒ Izu... - susurró Minato cerca de su oído, lo que hizo que a regañadientes, Izuna se moviera para dejarle pasar.
Sobre protector, Izuna siempre lo había sido con él desde que se conocieron. No podía negar que gracias a él, estaba vivo. Izuna le salvó de ese fatal destino, le llevó a otro planeta para que estuviera a salvo, cuidó de él, le ayudó a superar la muerte de su esposa y su hijo cuando le llegaron las noticias... ese androide era su punto de apoyo para todo y ni siquiera estaba seguro del motivo por el que le salvó precisamente a él.
‒ No te alejes – susurró Izuna a Minato mientras se apartaba ligeramente, todavía muy pendiente de las armas que aún no habían terminado de bajar del todo aunque muchas de ellas, estaban en proceso.
Minato sonrió para calmar a Izuna. Esa sonrisa que él siempre ponía le hacía creer al androide que era alguien especial, ese ex capitán con labia que todo el mundo adoraba, ese capitán amable, comprensible pero fuerte, un hombre que sin duda alguna irradiaba autoridad pero a la vez, bondad. Le hacía creer que la gente veían lo mejor siempre en Minato Namikaze.
‒ USS Júpiter – habló Minato – como antiguo capitán de esta nave, sólo he venido para haceros llegar un mensaje – comentó Minato antes de meter la mano con lentitud en el bolsillo interior de su casaca. Ese gesto puso en aviso a todos, que volvieron a subir las armas, sin embargo, al ver cómo Minato sacaba algo lentamente, volvieron a bajarlas. Era un CD –. Sólo necesito que veáis esto y nos iremos. Es un archivo sobre un asunto que requiere urgente atención en Kepler y que la Federación necesitaría solventar lo antes posible. Por favor – comentó estirando el brazo hacia delante para que alguien tomase el CD.
‒ ¿Por qué deberíamos fiarnos de un traidor? – se escuchó a alguien desde el fondo de la sala.
‒ Porque no soy un traidor. Esta nave y toda su tripulación fue capturada por los habitantes actuales de Kepler, los Maikan. Nunca se les ha visto y sé que es difícil de hacerse una idea y por eso, traigo este vídeo. Kepler es un planeta que tiene prohibido el paso y nunca se entendió el motivo, aquí está todo explicado. Fui capturado cuando descubrí el secreto, tachado de traidor y si no fuera por estos androides que me acompañan hoy y que me salvaron la vida, yo hoy no estaría aquí para poder haceros llegar la verdad. Siempre ha sido un valor fundamental en la Federación perseguir la verdad, la justicia así como investigar el espacio y ayudar siempre que nos ha sido posible. Espero que sigáis haciendo honor al juramento que proclamasteis cuando aún erais unos cadetes.
La gente empezó a moverse creando un pequeño pasillo debido a que alguien desde atrás, iba pidiendo el paso para poder llegar hasta el rubio. Naruto lo reconoció al instante en cuando vio ese cabello rojizo aparecer frente a él: Gaara. Su mejor amigo de la academia y al único que quizá podría contarle o explicarle lo que estaba ocurriendo.
Cuando llegó hasta Minato, Gaara estiró el brazo y tomó el CD que le daban, después miró a Naruto que seguía detrás de Sasuke siendo protegido por este.
‒ Capitán... - comentó Gaara hacia él.
‒ Teniente – le regresó el saludo respetuoso Naruto.
‒ Creíamos que le habíamos perdido cuando bajó a Kepler y la Federación anunció sobre su deserción. Si tuviera un minuto me gustaría que nos contase qué está ocurriendo. Dudo que haya sido una deserción por voluntad propia.
‒ No lo ha sido. Ese vídeo explica muchas cosas de lo que ocurre en Kepler y todos estaremos en peligro a la larga si no hacemos algo con este asunto. Descubrí algo que no debía haber descubierto cuando bajé a ese planeta con Sasuke para su actualización y reparación, algo por lo que se me declaró traidor al igual que ya ocurrió con mi padre en su tiempo.
‒ Veamos el video entonces y tomemos una decisión.
‒ Teniente... altos mandos de la Federación están involucrados en esto – comentó Naruto – tapan y ocultan lo que ocurre, ayudan a los Maikan en secreto y por eso mismo, todo el que vea esta verdad, estará en peligro de ser un traidor. Creo que deberíais saberlo antes de verlo.
‒ Como ha dicho el antiguo capitán, buscar la verdad y descubrir los secretos que aguardan en el espacio es una de las cosas que juramos como cadetes. La verdad no debería ser ocultada, yo veré el video.
La situación se relajó de forma inesperada ante aquella conversación y fue Gaara el que metió el CD en uno de los ordenadores principales de la sala de control.
‒ ¿Podrías ordenar a vuestro androide que cesase la hostilidad, por favor? – preguntó Minato sabiendo que Itachi y Madara seguían creando esas distracciones para que ellos pudieran llegar hasta allí.
‒ Claro. ¿Podríais también dejar vosotros de hacer saltar todas nuestras alertas y dejar de provocarnos fallos a nivel de softward? – Preguntó Gaara con una sonrisa viendo que Izuna se ponía ya en contacto con los otros androides para ordenar que cesasen. Gaara hizo lo mismo.
Las alarmas dejaron de sonar en segundos, toda la energía de la nave se restableció y por tanto, el CD entró enseguida en los ordenadores que ya disponían de electricidad para volver a su correcto funcionamiento.
¡Mutuo acuerdo! Al menos era fácil negociar con la tripulación de la Júpiter, aunque Minato dudaba de si sería igual de fácil con otras naves de la Federación para difundir el mensaje. Todo dependería de capitanes y si eran más o menos amistosos o estaban dispuestos a escuchar en vez de seguir ciegamente las instrucciones de la Federación.
El vídeo empezó a reproducirse y desde luego, las caras de los presentes cambiaron radicalmente, incluida la de Gaara. Quizá él como ingeniero jefe y que siempre había trabajado con androides, había podido suponer ciertas cosas, pero muy posiblemente, nunca llegó a hacerse la idea de que algo tan atroz se llevase a cabo de Kepler. No dejaba de ser un planeta granja, donde encerraban a humanos para convertirlos en esos seres sin sentimientos que ni siquiera eran considerados ya humanos. La propia Federación les impedía el paso a su ciudad.
‒ Es difícil de asimilar – comentó Minato – sobre todo si no estamos involucrados, pero me gustaría que pensáseis por un segundo, qué pasaría si ese humano al que han forzado ser un androide, fuera alguien muy querido para vosotros, un familiar... seguramente no querríais esto para él. Son humanos como nosotros y los tienen esclavizados, en condiciones inmundas, pasando miedo, frío, hambre... hasta que son sometidos a esas... operaciones para convertirlos en máquinas de matar.
Gaara observó entonces a Izuna y a Sasuke. Al primero no lo conocía, pero a Sasuke sí, y estaba cambiado, muy cambiado. Quizá la gente a su alrededor sólo veía a un androide pero él que había tratado y actualizado muchas veces a Sasuke, veía cosas que otros no. No estaba siguiendo órdenes ahora mismo, estaba pensando por sí mismo.
‒ ¿Cómo os habéis liberado del yugo del control mental? – preguntó Gaara.
‒ Eso me llevaría tiempo explicarlo – dijo Izuna – somos androides de las primeras generaciones, las nuevas están mejoradas para que el control mental sea más intenso y fuerte, pero... creo que podríamos recuperar a la mayoría. El cerebro humano sigue estando en el cuerpo, luchando contra la parte máquina. Nosotros tuvimos suerte de despertar, quizá porque éramos los primeros en someternos a estas operaciones y por tanto, el avance científico no había mejorado tanto como ahora. Con nuestros fallos han ido arreglando problemas para las nuevas generaciones, aunque en parte, ser los más viejos nos ha servido para algo.
Gaara escuchaba con suma atención. Era la primera vez que podía saber cosas sobre los androides y sobre Kepler. Después de tantas veces pidiendo acceso a su documentación y tantas que se la negaron, por fin podía comprender mejor lo que ocurría.
‒ De acuerdo. Hagamos una cosa. Yo voy a transmitir este vídeo por la galaxia, lo mandaré al resto de naves de la Federación pero vosotros dos... incluidos el resto de androides que tengáis por ahí manipulando la nave, me gustaría que viniérais conmigo a ingeniería. Tengo muchas preguntas – dijo Gaara.
‒ De acuerdo – respondió Izuna – intentaré solventar todas tus dudas. Pediré a Itachi y a Madara que vengan al interior.
‒ Seguidme entonces hacia ingeniería. Vosotros id mandando el vídeo al resto de naves de la Federación. Esto se va a poner interesante.
USS Júpiter: U de United, S de Space, S de Ship. Júpiter es el nombre de la nave. Las siglas hacen referencia a que la Júpiter es una nave de la Federación. (United Space Ship Júpiter)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro