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Capítulo 18: Instintos

Aquel beso no fue algo que Naruto se esperó y, desde luego, le pilló completamente desprevenido. De Sasuke podía esperar muchas cosas: que preguntase, que se saliera por la tangente buscando alguna información, que no respetase algunas reglas humanas como la intromisión en la ducha... pero un beso... eso no se lo esperaba para nada. Los sentimientos no era algo que tuviera a la orden del día precisamente, pero desde que habían salido de Kepler, algo no iba bien. Seguía siendo un robot pero... no tanto como antes. En estos momentos, Naruto veía una fragilidad humana en él, veía cosas humanas y, por un instante, pensó en lo que vio en Kepler.

Eran personas, personas a las que habían transformado en eso, en máquinas para servir a otros humanos u otras especies alienígenas. Todo su ser humano estaba oculto bajo encriptaciones informáticas, archivos, datos, cableados... Sin embargo, el mismo Sasuke acababa de confirmarle que todavía conservaba órganos humanos, como el cerebro pese a que éste estaba conectado a esa placa base de donde sacaba toda la información.

¿Y si el cerebro que debía estar completamente dormido y sólo era como una pila para esa placa base había vuelto a funcionar a un nivel bajo de sus capacidades? Eso lo convertía de nuevo en humano, su cerebro intentaba recuperar el control frente a su parte máquina.

Sintiendo esa suavidad de sus labios sobre los suyos, Naruto desistió de intentar seguir pensando en ese asunto por el momento. Él era incapaz de pensar en ello y, a la vez, centrarse en lo que sus instintos le pedían a gritos desde hacía ya un tiempo. Le gustaba ese chico, decir que estaba enamorando o incluso que lo estaba haciendo quizá sería excesivo, pero sí sentía que si seguía estando a su lado y conociéndole... acabaría completamente enamorado de él. Era alguien especial y único, alguien que por extraño que resultase, sentía que se complementaban.

Naruto elevó su brazo y agarró la nuca del moreno segundos antes de cerrar los párpados y permitir que Sasuke intensificase el beso.

Tener a Sasuke así era algo que Naruto sólo creyó que podría soñar. ¡Un androide! Eso es lo que era y daba igual cuántos días o veces diera vueltas a esa idea, porque enamorarse de uno era un camino sin salida. Había intentado mentalizarse de que no le gustaba tanto, de que sólo era una obsesión pasajera y, sobre todo, intentó no enamorarse, dejarlo en una pura atracción física y parecía estar consiguiéndolo hasta hoy. Si Sasuke iba a empezar a tener ciertos comportamientos humanos hacia él, entonces... toda su balanza se desequilibraba y sería imposible no terminar enamorado.

Abruptamente, Sasuke se retiró y Naruto abrió los ojos por primera vez para ver qué estaba ocurriendo o cómo podía sentirse Sasuke ante aquel suceso. Su rostro de total desconcierto era claro significado de que no muy bien.

— ¿Sasuke? – preguntó Naruto viendo cómo éste agachaba el rostro y miraba el plato de la ducha como si fuera lo más interesante del mundo, aunque en realidad, Naruto era consciente de que ese chico estaba intentando encontrar respuestas a sus actos y no las hallaría.

— Esto está mal, ¿verdad? – preguntó Sasuke. A Naruto le sorprendió aquella pregunta, porque Sasuke siempre tenía respuestas para todo, era sin duda algo que iba muy relacionada con su ética y un robot no la tenía. Sólo recibían órdenes y actuaban en consecuencia.

— ¿Por qué crees que esto está mal?

— Porque eres mi capitán. Un subordinado no debería hacer estas cosas con su capitán.

— ¿Crees que los capitanes no tenemos sentimientos también? – preguntó Naruto – a veces estas cosas ocurren, Sasuke. Somos humanos, no decidimos quién nos atrae, nos gusta o de quién te enamoras, a veces sólo pasa. Y no hay distinción de cargos.

— Si tú y yo tuviéramos una relación de alguna clase que no fuera profesional, no podría trabajar en la misma nave que tú. Son las normas.

— Sí, las normas de la Federación. ¿Ves por aquí a la Federación? – preguntó Naruto.

Sasuke hizo una mueca como si quisiera sonreír aunque no terminó de hacerlo del todo y luego asintió con la cabeza dándose cuenta de aquella situación.

— Ya... eso es otro tema. Te he metido en un buen lío.

— Me he metido yo solito, yo salí de mi cuarto asignado y fui a buscarte. Estuve andando por esa torre sin permiso pero me alegro de haberlo hecho. He descubierto algunas cosas que no me gustan y no sé cuánto saben de esto la Federación ni quiénes están involucrados, así que por ahora, es mejor distanciarnos un poco hasta saber qué narices está ocurriendo entre Kepler y la Federación.

— Te metiste en este problema porque yo necesitaba esa actualización.

— No iban a actualizar nada, querían resetearte que es diferente. No iba a permitir que ocurriera algo así, ¿me entiendes? Tú no necesitas un reseteo ni nada similar, ellos son los culpables de que tú estés así, de que seas un androide y lo arreglaremos, no sé cómo, pero algo se me ocurrirá.

— Lo más fácil habría sido dejar que lo hicieran y volver todos a nuestra vida.

— Sí, habría sido lo más fácil, pero no lo más justo. No iba a permitirlo y punto. Además, me alegro de haber descubierto esto, de hecho, estoy empezando a creer que mi padre también descubrió esto o al menos una parte de esto y por eso lo mataron o desapareció. Ya ni siquiera me creo esas palabras que me dijeron de que había fallecido.

— Si sigue vivo, te ayudaré a encontrarle esté donde esté – dijo Sasuke.

¡Sonrió! No podía hacer otra cosa en esos momentos. Saber que Sasuke iba a apoyarle y ayudarle ahora que tan solos se encontraban y que se habían puesto a la Federación y todas sus alianzas en su contra, en ese momento donde ellos sólo eran fugitivos de la justicia, a Naruto le hizo sentir un apoyo incondicional. Era feliz, incluso sin su puesto de capitán, alejado de la Júpiter, daba igual... tenía a Sasuke de su lado y quería descubrir todo lo que estaba ocurriendo allí. Si tenían a todo un país esclavizado, era algo que la galaxia debía conocer y poner cartas en el asunto.

— Me gustas, Sasuke, me gustas de verdad.

— Y yo que creía que odiabas a los androides.

— Odio más a los robots – susurró antes de presionar la mano que aún mantenía en la nuca del moreno y acercar así el rostro de Sasuke al suyo para poder volver a besarle.

Su espalda chocó contra los fríos azulejos de la ducha. Ambos supieron dónde acabaría aquello y ambos estaban dispuestos a ir hasta el final.

***

La puerta del cuarto se abrió precipitadamente y los movimientos de ambos, bruscos e impacientes, demostraban las ganas que se tenían pese a lo ocurrido en la ducha. Ni siquiera eran capaces de detenerse, querían repetir una y otra vez ahora que por fin se daban cuenta de lo que sentían el uno por el otro, de esa atracción sin precedentes. Con una mano fuertemente agarrada a la cintura de Naruto y la otra tras su nuca, Sasuke acercaba el cuerpo del chico al suyo sin soltar el apasionado beso que inició en el aseo.

Recorrer el pasillo hasta su cuarto había sido todo un desafío en las circunstancias en las que iban sin querer soltarse. Los tropiezos fueron algo normal hasta llegar a la habitación y una vez allí, lo sustituyeron los golpes contra la pared.

Con la espalda apoyada cerca de la puerta que acababan de cerrar, Naruto cerró los párpados y elevó el rostro disfrutando de los labios de Sasuke en su cuello. Los dedos del androide mantenían su cabeza inmóvil presionando bajo su barbilla y agarrando su nuca, obligando a Naruto a permanecer quieto y dejarse hacer.

Naruto sonrió un instante recordando cómo era Sasuke y cómo estaba siendo ahora. Hoy parecía haber dejado aflorar toda esa parte humana que todavía tenía en su interior. Por fin sentía algo humano en él, aunque fuera su más bajo instinto y él parecía estar disfrutando de esa parte que creía olvidada hacía tantos años.

Naruto dejó escapar un casi imperceptible jadeo antes de morderse el labio inferior al sentir el pequeño mordisco de Sasuke en su cuello. Aquel gesto, a Sasuke le resultó tremendamente excitante, lo cual le hizo esbozar una gratificante sonrisa al haber conseguido su objetivo: encender aún más a Naruto.

Los labios de ambos hicieron contacto de forma mucho más violenta y pasional que antes, devorándose la boca el uno al otro con impaciencia.

Armándose de valor, fue Naruto el que desplazó su cuerpo un paso hacia delante y haciendo presión, giró el cuerpo de Sasuke. Agarró sus muñecas con fuerza y al apoyar la espalda del moreno en la pared donde antes estaba él, apoyó sus manos sobre su cabeza. Sasuke sonrió ante ese gesto precipitado y dominante. Le gustaba ese Naruto que tomaba el control.

— ¿Te estás conteniendo?

— ¡Ni en broma! – se quejó Naruto pese a mostrar una sonrisa de plena confianza.

Sus labios se unieron una vez más, aunque esta vez, Naruto, que controlaba el ritmo, fue mucho más tranquilo y dulce de lo que había sido Sasuke. Pese a ello, ambos disfrutaron ese contacto.

— Eres terriblemente aburrido – sonrió Sasuke para provocar a Naruto.

— ¿En serio? Quizá es que tú llevas demasiados años sin hacer algo así y andas impaciente.

— Y tanto.

— Pues para ser aburrido, tienes a un amiguito entre las piernas queriendo salir a saludar. Otra vez.

— Él va por libre – sonrió.

Sasuke soltó el agarre de sus muñecas y haciendo fuerza con todo su cuerpo, consiguió finalmente derribar a Naruto sobre el colchón de su cuarto pese a que, con la caída, Naruto posicionó las piernas entorno a su cintura y rodó para acabar sobre él una vez más. Tras una fugaz sonrisa por parte de Naruto, unió de nuevo sus labios, esta vez, colando su lengua en la boca de Sasuke.

¡Dulces! Así eran los labios de Naruto. ¡Sabían a menta! Seguramente sería su dentífrico. Se separó un instante para ver un pequeño sonrojo en el rostro de Naruto. Era adorable. Sasuke aprovechó ese momento para colocar sus manos en la cintura de Naruto provocando que éste dejase escapar un leve gemido antes de que los labios de Sasuke volvieran a atrapar los suyos con lentitud.

El vello empezaba a ponerse en pie y un escalofrío le puso la piel de gallina, erizándose ante el contacto de Sasuke, sintiendo cómo sus manos se colaban bajo su camiseta empapada y tocaban su abdomen antes de subir con mucha lentitud con un cosquilleo excitante.

¡Era imposible contenerse más! Sus dedos apresaron con mayor presión la nuca de ese chico, atrayéndole hasta él, bajándole casi hasta su pecho para poder besarle con pasión, colando su lengua en la boca de ese chico al que tanto deseaba y tanto había echado en falta.

Sentía aquellas manos temblar, la respiración entrecortada y esa mirada dubitativa que Sasuke dejaba escapar de vez en cuando, abriendo los párpados unos instantes antes de cerrarlos nuevamente, tratando de ocultar su indecisión de ese chico que parecía conocerle demasiado bien como para saber lo que pasaba por su mente. El sexo para él era algo completamente nuevo o eso pensó Naruto, posiblemente ni siquiera antes de convertirse en androide tuviera ocasión de hacerlo y se le notaba algo nervioso.

— Todo está bien – le susurró Naruto.

— Lo sé pero... supongo que es normal tener esta cierta incertidumbre – susurró Sasuke, volviendo a unir sus labios.

Durante un segundo, ambos se paralizaron. Las cálidas manos de Naruto acariciaron con suavidad el dorso de las de Sasuke, intentando calmarle. Sasuke sonrió, acarició la mano de Naruto y regresó a sus labios. La respiración de Sasuke cerca de él, rozándose con sugerencia, le hacía perder la cordura y cuando atrapó su labio inferior con una sensualidad sin igual, fue cuando cruzó todo límite en su autocontrol. Tan sólo tenía un pensamiento en mente y era... estar con él.

Al pasar sus manos por la blanca cintura de Sasuke, sentía cómo su piel se estremecía ante el leve cosquilleo que sentía. ¡Sentía! Y a Naruto le gustaba recorrer cada parte de su cuerpo y descubrir esa parte humana que estaba aflorando. La excitación estaba clara y más al sentir cómo sus músculos se contraían y tensaban. Todo él era excitante y placentero, sin embargo, Naruto mantenía sus ojos cerrados, con sus labios rozando los de Sasuke, pegando su abdomen cada vez más al de ese rubio hasta que sus miembros se juntaron.

Las manos de Sasuke bajaron una vez más, esta vez recorriendo la columna vertebral de Naruto, sintiendo bajo las yemas de sus dedos la piel de éste erizándose. El ligero resoplido de placer que dejó escapar Naruto sobre los labios del rubio y que tanto le emocionaba a Sasuke le excitó el doble. Escucharle suspirar por él era una sensación indescriptible, era lo mejor que podía llegar a escuchar por parte de ese chico.

— Quieto ahí – sonrió Sasuke colocando su mano sobre el pecho de Naruto –. Creo que no va a gustarme estar abajo, odio no tener el control de las cosas – comentó antes de poner su pierna alrededor de la cintura de Naruto y haciendo fuerza hasta cambiar la posición y quedar encima.

— ¿En serio, Sasuke? – preguntó Naruto con una sonrisa.

— Cállate – sonrió Sasuke abalanzándose sobre él de nuevo y besándole con pasión.

Antes de empezar, Sasuke, ahora encima del cuerpo de Naruto, llevó su mano a la boca de su compañero para que jugase con su lengua y los lubricase. Era la visión más maravillosa de todas ver a Naruto lamer sus dedos. Una vez sintió que los tenía listos, Sasuke los llevó a la entrada de Naruto y los introdujo con suavidad, intentando dilatarle para hacerle el menor daño posible. El placer iba aumentado a cada movimiento por lo que Naruto colocó su mano sobre su miembro y lo masajeó en un intento de intensificar el placer que sentía. Viendo los espasmos del cuerpo de Naruto, Sasuke podía hacerse una idea de lo que sentía ese chico.

Intentaba meter los dedos cada vez más hondo a la vez que con su mano empezaba a jugar con su miembro. Ni siquiera podía aguantarse al ver ese trasero que cada vez parecía elevarse un poco más, buscando a Sasuke y la profundidad de sus dedos. ¡Jadeos! Eso fue lo que escuchó Sasuke por parte de Naruto, lo que hizo que se girase para ver cómo se masturbaba. ¡Realmente era la mejor visión de todas!

— Voy a entrar – le comentó Sasuke al ver que estaba bastante dilatado, más después de lo de la ducha. Ambos venían ya demasiado excitados.

Naruto sonrió ligeramente al ver cómo Sasuke se colocaba mejor para iniciar la penetración. Lentamente el miembro de Sasuke empezó a entrar en él. Naruto intentó relajarse, besando con pasión a Sasuke y dejando que éste se hundiera cada vez más en su interior. Lento, iba muy lento, pero Sasuke no pudo evitar resoplar ante aquella sensación. La calidez de Naruto era sorprendente, aquello le parecía el mismo paraíso.

Se estaba acostumbrando. Poco a poco iba acostumbrándose a ese ligero dolor que iba pasando a placer hasta que, finalmente, Sasuke empezó a adquirir una mayor velocidad, consiguiendo escuchar los jadeos de Naruto entremezclándose con los suyos.

Ambos temblaban, intentando silenciar los gemidos todo lo posible, moviéndose cada vez más rápido, siendo ayudado por Naruto hasta que observó cómo el cuerpo de Sasuke se estremecía. Estaba cerca del clímax, Naruto lo sentía y, finalmente, la sensación de calidez le inundó. El semen de Sasuke se esparcía en su interior. Parte de aquel líquido resbalaba y salía de su entrada, impregnando también el miembro de Sasuke que seguía dentro, moviéndose lo que podía antes de que la erección bajase. No quería dejar a Naruto a medias y viendo que le faltaba un poco para llegar, continuó moviéndose pese a que su erección empezaba a bajar. Por suerte, en pocos segundos, Naruto acababa también.

Sasuke se elevó sacando su miembro de Naruto para dejarse caer a su lado. Con las respiraciones entrecortadas, ambos se observaron completamente desnudos sobre el colchón.

— Es una sorpresa descubrir que la parte de abajo sigue siendo humana – susurró Naruto.

— Cállate – sonrió Sasuke – quizá me sorprenda y ni siquiera sea semen, a sabes qué narices habrán metido.

— Yo creo que sí lo es. Necesitan humanos para seguir haciendo lo que hacen, es posible que no os hayan tocado demasiado vuestros órganos reproductores, pero quién sabe... – susurró Naruto – sea como sea, me ha gustado.

— Ya... a mí también. Hacía tantos años que no me sentía así... humano.

— Me lo imagino.

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