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Capítulo 13: Información confidencial

¡Atónito! Así era como se encontraba Naruto en aquel instante. Un sudor gélido recorría todo su cuerpo al ver los vídeos y la información que Sasuke había descodificado de aquel chip. Encerrado en solitario en su cuarto para evitar poner en peligro a su tripulación, no podía creer lo que sus ojos veían.

Aquella información no era sólo eso, era una información que cambiaría la visión del mundo. Todo lo que allí había parecía una broma de muy mal gusto. Frente a lo que sus ojos veían, no podía creer que algo semejante ocurriera en la galaxia.

La población que daba la sensación de ser los más avanzados tecnológicamente no eran más que unos burdos dictadores que se creían con el derecho a hacer lo que quisieran. Crímenes tan atroces que quedaban sin castigo alguno bajo el desconocimiento de toda la galaxia. Allí, en un pequeño chip, se encontraba toda la desgarradora verdad y ahora entendía el motivo por el que todos los que conocían su existencia deseaban recuperarlo. Si esa información veía la luz, cambiarían demasiadas cosas, o eso pensaba Naruto.

Recostó la espalda contra el respaldo de la cama y cerró la tapa del portátil completamente asustado por lo que acababa de presenciar. ¿Sabrían sus superiores lo que el chip contenía? Muchas dudas le asaltaron. Si conocían esa verdad... quizá la encubrían, y si no la conocían, quizá quisieran ayudar con el problema, pero... ¿cómo saber en qué bando estaban? Ahora ya no estaba seguro de que esa orden que recibió fuera algo positivo.

El sonido de los nudillos tocando la puerta de su cuarto le hizo estremecerse y esconder el portátil con rapidez bajo las sábanas.

— ¿Capitán? –. Era la voz de Sasuke y escucharla le hizo sonrojarse al instante a la vez que sentía ese sudor frío reaparecer.

¡Le había besado y no estaba bien! Sasuke era un androide pero...

Miró hacia la sábana donde estaba el portátil acordándose de toda la información que Sasuke había descodificado para él. Si Sasuke supiera lo que allí había... ¿Qué sentiría él? ¡Era una pregunta estúpida! Sasuke no podía sentir nada... ya no. Endureció la mirada sabiendo algo más de todo lo que ocurría en la galaxia y que tan poca gente debía saber.

— Adelante – dijo Naruto.

— Lamento la intrusión, capitán, pero debería volver al puente. Ya casi llegamos a Yggdrasil.

— De acuerdo. Prepárate para el aterrizaje.

— Sí, capitán.

Sasuke salió del cuarto sin dilación, cerrando la puerta tras él. Naruto, todavía desde la cama, observó en todo momento cómo la puerta se cerraba, pero no estaba pendiente de la puerta precisamente, sino más bien de Sasuke. Él no parecía haber tenido en cuenta aquel beso y seguramente, no se lo diría a nadie porque así se lo había pedido pero... instintivamente, sus dedos se dirigieron hasta la tapa del portátil escondido bajo las sábanas. Tenía que hablar seriamente con sus superiores, pero a la vez, hacerlo destaparía que había infringido las normas, así que... debía investigar ese tema desde las sombras y fingir no saber nada de todo ese tema. Ahora sólo había un camino: observar en silencio y tratar de descubrir qué estaba ocurriendo.

***

Como el resto de los aterrizajes, la tripulación descendió de la nave, todos excepto Sasuke. Como androide, sólo tenía permitido bajar de la nave bajo orden directa y tampoco deambularía por la ciudad. Directo a la academia, eso era lo único que ese androide conocía.

— Te traeré algo que leer – susurró Naruto al ver que Sasuke se quedaba en la puerta como si despidiese al resto de la tripulación. Debía ser realmente solitario y triste tener que quedarse solo en esa inmensa nave. Conociendo a Sasuke, posiblemente se pondría a reparar cosas o a hacer chequeos por mantenerse ocupado.

— No se preocupe. Para cuando llegue, habré arreglado perfectamente el motor de curvatura – comentó Sasuke como si fuera un gran plan para hacer durante el tiempo de descanso de la tripulación.

— Intentaré que no estés demasiado tiempo aquí.

— No hay problema. Voy a ponerme a arreglar cosas. Que descanse, capitán.

Sin siquiera darle tiempo a pronunciar más palabras, Sasuke cerró la compuerta de la nave frente al asombro de Naruto. Quizá se equivocaba y le gustaba la soledad, aunque algo dentro de él le decía que eso no estaba nada bien. Colgando su mochila al hombro, caminó por la dársena en dirección al edificio. Tenía que ir a la academia a entregar sus informes y, sobre todo, el dichoso chip, claro que no diría nada acerca de la copia descodificada. Ésa tenía que mantenerla en el más absoluto de los secretos.

Llegaba a la puerta del edificio cuando frente a él, unos guardias de la Federación aparecieron por el pasillo con orden de escoltarle hasta la academia. Nunca antes había sido escoltado y quizá le habría sorprendido si no conociera el contenido de lo que le habían mandado recuperar. Estaba claro que esa información era de vital importancia para la Federación y él fingió simplemente no saber nada y dejarse guiar hacia la oficina de sus superiores.

¡No le perdían ojo de encima! Y era algo que le daba mala espina a Naruto. Todo aquello tenía muy mala pinta y no quería pensar mal sobre la Federación pero... algo le decía que quizá no eran del todo sinceros con él. Al llegar a la puerta de su superior, miró primero al resto de los guardias que le habían escoltado quedarse en la esquina del pasillo como si custodiasen que nadie fuera a interrumpirles y entonces, Naruto tocó la puerta.

Naruto abrió la puerta al escuchar a su superior indicarle que podía acceder. Rellenando papeles, su superior se encontraba sentado tras el escritorio absorto en su trabajo, sin embargo, al ver a Naruto frente a él, cesó todo lo que estaba haciendo y le indicó que se sentase mientras dejaba el bolígrafo a su lado.

— Capitán, tome asiento, por favor. Espero que la misión haya sido todo un éxito.

— Sí, general. Tenemos lo que nos mandó a buscar – comentó Naruto antes de tomar asiento.

— Y supongo que no habrá intentado indagar en su contenido.

— No, señor. Usted dio orden explícita de no hacerlo.

— ¿Ha tenido muchas dificultades?

— La verdad es que hay bastantes personas interesadas en este chip. Nos encontramos con algún grupo que deseaba apoderarse de él. No pude verles bien, señor, pero... por un instante y sin poder asegurarlo, creo que eran de la alianza Gaellean.

— ¿Androides defectuosos? – preguntó el general.

— Parecían humanos, señor, pero no puedo asegurar si tendrían algún androide corrupto o defectuoso junto a ellos.

— Ha hecho un buen trabajo trayendo a salvo el chip. Puede entregarlo y marcharse a descansar.

— Gracias, señor.

Naruto se levantó de la silla, sacó el chip original del bolsillo de su chaqueta y se lo tendió a su superior. Después, realizó una reverencia y dio media vuelta para marcharse, sin embargo, se detuvo en la puerta.

— Señor, me gustaría pedir un favor personal.

— Usted dirá.

— El androide de mi tripulación, Sasuke, resultó ligeramente dañado durante el altercado por protegerme. Me gustaría pedir permiso para que pudiera tener acceso a mi hogar. Le prometo que lo tendré vigilado y no habrá ningún problema con él.

— Sabe que está terminantemente prohibido que haya androides en la ciudad.

— Lo sé, señor, pero... por eso es un favor personal y esperaba que como una excepción, pudiera concedérmelo.

— Sólo por esta vez – dijo finalmente el general – y que no sirva de precedente para otras ocasiones.

— Gracias, señor.

***

De pie junto a la gran cristalera, Sasuke observaba la ciudad a sus pies. Para él todo era nuevo pese a ser la segunda vez que se encontraba allí.

— Puedes sentarte si quieres – susurró Naruto.

— Estoy bien, capitán.

— Aquí puedes tutearme, no estamos en la nave.

— No creo que sea lo más adecuado, capitán – remarcó Sasuke como si seguir las órdenes y la jerarquía de mando fuera lo más adecuado en todo momento. Naruto no quiso contradecirle pese a que pensaba que era un poco extraño que, en esa ciudad, Sasuke volviera a sus formalidades cuando días antes, había conseguido llegar un poco hasta él e incluso que le tutease ligeramente. Quizá había sido ese beso indebido lo que le hizo retroceder y volver a marcar límites.

— ¿Qué sabes sobre la Alianza Gaellean? – preguntó Naruto junto a la sartén donde preparaba unos filetes de carne para él.

— ¿La alianza? – susurró Sasuke más para él que otra cosa – pues... se creó hace mucho tiempo para combatir contra la alianza de la Federación. No es que sepa demasiado de ella. Sus archivos están bien codificados y ocultos, ni siquiera yo puedo acceder a su información. Supongo que es porque tienen androides trabajando con ellos también.

— Sí, androides defectuosos.

— Eso comentan. Según mis archivos, son androides que debieron ser eliminados hace mucho por tener un código corrupto que les hacía inestables pero la Alianza rescató y se los quedó. Quizá los arreglaron para su finalidad, no estoy seguro.

— ¿Se puede hacer eso?

— Un androide sólo es una máquina, no es buena ni mala como vosotros soléis clasificar, es producto de la voluntad de su creador. Sólo acatan las órdenes establecidas por la persona que lo restaura o lo crea. Seguimos los protocolos – dijo Sasuke sin más.

— ¿Y cuál es tu protocolo?

— La seguridad de todos los tripulantes de la nave y el arreglo de la misma.

Naruto sonrió sutilmente. "Seguridad de todos los tripulantes de la nave", esas palabras estaban adornadas. En realidad, simplemente significaba que era un arma, había sido creado como un arma para proteger y destruir todo y a todos aquellos que atentasen contra sus protocolos. Pese a saberlo, Naruto no dijo nada.

— Sasuke... ¿Qué recuerdas de Kepler? – preguntó Naruto.

— Creo haber tenido ya está conversación con usted.

— Sí, pero... me gustaría saber algo más sobre Kepler, al fin y al cabo, nadie puede acceder al planeta excepto... vosotros.

— No hay nada interesante allí. Mi base de datos sólo muestra el edificio central, la plaza y al resto de androides. Allí vamos para las actualizaciones y ser reparados.

— ¿Y ya está? ¿Sólo eso?

— Es sólo una ciudad de androides, algo solitaria y nunca vemos a nuestros creadores.

— ¿Y cómo os actualizan?

— Otro androide nos apaga antes de que los creadores tenga acceso a nuestro sistema. Entonces nos actualizan.

— Entonces, ¿tú nunca has visto a los creadores?

— No tengo datos sobre ello – susurró Sasuke como si buscase en su memoria interna algo concerniente a la pregunta.

— ¿Y sobre tu familia? – preguntó Naruto de nuevo creando serias dudas en Sasuke.

— No tengo familia. Los creadores son mi familia.

— ¿Estás seguro de ello? ¿Seguro que no tienes acceso a algo más?

Sasuke dudó. No estaba seguro de lo que su capitán trataba de decirle, pero estaba tan serio que supo al instante que hablaba en serio.

— Yo no tengo familia – susurró Sasuke tras buscar esa información – fui creado para una finalidad.

Una pequeña imagen surcó la mente de Sasuke, una tan efímera y rápida que apenas distinguió nada en ella, pero estaba seguro de que no estaba en su memoria interna. Aquello fue realmente extraño.

— ¿Sasuke? – preguntó Naruto al ver cómo se había quedado paralizado un instante y llevaba su mano hacia la cabeza como si se hubiera mareado –. ¿Estás bien?

— Sí, sólo... estoy buscando lo que has pedido. Familia... Familia... Familia – susurró una y otra vez como un disco rayado, lo cual preocupó a Naruto.

— Sasuke, abandona la búsqueda – sentenció.

— ¡Familia!... ¡Familia!...

— ¡Sasuke! ¡Abandona búsqueda! – repitió Naruto con un tono mucho más serio, pero Sasuke no salía del bucle en el que se había quedado atascado –. ¡Joder! – se quejó Naruto al darse cuenta de que quizá acababa de cometer un grave error al intentar hacerle entrar en un campo prohibido para los androides. Ellos no eran capaces de asimilar algo semejante a una familia.

Sin saber muy bien qué hacer, sólo se le ocurrió una opción: llamar a Gaara. Él sabría cómo reiniciar a Sasuke de ese bucle en el que le había metido. Por suerte, no vivía demasiado lejos y podría llegar en breve a su apartamento para arreglar el problema.


Alianza Gaellean: compuesta por civilizaciones que atacan a los intereses de la Alianza de la Federación. Entre las más importantes y destacadas se encuentran: los Hilyan, los Sheikan y androides defectuosos o corrompidos.

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