Jung Hoseok nunca imaginó en su vida conocer a un niño tan peculiar como aquél...

Es decir, desde que él y su madre habían tomado la iniciativa de darles una merecida bienvenida. Ahora, era con mayor frecuencia que solían recurrir a ese cálido y humilde hogar.

Obviamente, eso a hobi no le disgustaba. Solo le daba curiosidad saber porque el niño azúcar era tan silencioso.

Eso, lo descubriría en uno de los tantos días que iba a hacerle una visita...

—¡Yoongi hyung!— exclamó, tan escandaloso y alegre como siempre—. ¿Hoy si podremos jugar?.

Yoongi había hecho una pequeña mueca ante la ruidosa voz de su vecino. Por que sí, para desgracia del niño; eran vecinos...

—¿Porqué quieres jugar todo el tiempo?— preguntó—. ¿No te cansas ni un poco de eso?.

Eso dejó a Jung pensativo, suficiente tiempo para que Yoongi se bajara del sofá, alisando las arrugas inexistentes de su camisa.

—En realidad...— comenzó, Yoongi. Aún con la edad que tenía, rodó los ojos—. No es eso, solo... Eres el primer niño que veo por aquí. Generalmente estoy en mi habitación ya que no tengo con quién jugar.

Bueno, eso no se lo esperaba...

—No tengo amigos hyung... Y en verdad, me estoy esforzando por agradarle aunque sea un poquito...

¿Agradarle?, A él?. Eso tampoco se lo esperaba...

—¿Como que no tienes amigos?— cuestionó con recelo. Entrecerrando sus ojos—, ¿Como se que no me estás mintiendo?.

—Porque no me gustan las mentiras, odio las mentiras.

MinYoongi parpadeó un poco. Ese niño, con su cabello castaño, sus pantalones cortos, camiseta roja brillante y su chaqueta azul, horrible vestimenta. (Diría, pero... Yoon no podía hablar, pues sus ropas no se alejaban mucho de la descripción) lo había sorprendido por segunda vez en el día, pero por supuesto... Es algo que no admitiría.

—Yo...— murmuró, algo cohibido—. También odio las mentiras...

Apretó sus ojitos cuando escuchó el chillido del otro niño. No era que le disgustase su voz, solo que... ¿No podía bajar un poco el volumen?.

—Hoseok, no grites—. Siseó frunciendo el ceño.

Hoseok reprimió toda acción de volver a chillar, musitando un "Lo siento", antes de retomar la palabra otra vez.

—Hyung...

Hoseok intentó dirigirse a Yoongi con un tono más sutil, recibiendo un corto: «¿Mhm?» Como respuesta, afirmando que lo escuchaba.

—¿Podemos ir al jardín?.

Yoongi enarcó una ceja, mirándole extrañado.

—¿Al jardín?— preguntó, Hobi quiso reírse de su tono confundido—. ¿Para qué?.

—Quizás... Para jugar a algo tranquilo.

Yoongi rodó los ojos, pero esta vez sonrió.

—Esta bien... Vamos a jugar Jung.

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Bueno, era mejor de lo que imaginó, Hoseok estaba anonadado con la vista...

Césped verde brillante, un gran árbol de manzanas en el centro de todo el patio, un columpio improvisado atado en una de las tantas ramas, una banca de madera sencilla pero bien pulida. Y por supuesto, flores.

—Hoseok, cierra la boca. Las moscas entran y salen desde aquí.

Y no fue hasta que la voz de Yoongi hizo presencia, que Hoseok se percató de que en efecto, estaba tan encandilado con el paisaje, que no notó que tenía la mandíbula casi llegándole al piso.

—¡Hyung!—. Reclamó e hizo pucheros, Yoongi no tardó en reírse.

—Ya, ¿Quieres oír un cuento?— preguntó tranquilamente, mientras sus piernas se movían en un compás lento, sin prisa.

Los ojitos del menor se iluminaron en cuanto escuchó la palabra: “Cuento”.

—¡Si!— exclamó con entusiasmo, como solo el podía hacerlo... Siguiéndole con un paso más acelerado.

Una vez habían llegado a la banca, Yoongi se sentó primero. Hoseok lo imitó después:

—Presta mucha atención—. Indicó, mirando a los lados... Corroborando de que nadie anduviera cerca, Hoseok se cubrió la boca con sus manitas, ahogando la risa—. Esto es algo que pasó hace mucho, mucho tiempo atrás.

Hoseok lo miró con toda la atención que un niño de 5 años podía dar. Y Yoongi, contento con la atención, empezó con su relato.

—Esto sucedió hace cientos de años, no se cuantos con exactitud...

Hace cientos de años, no se cuantos con exactitud. Habían dos reinos en el universo, el sol y la luna.— hizo un movimiento con sus manos, indicando en donde se encontraban los reinos.

Tan diferentes, pero iguales a la vez, donde por órdenes místicos... Ambos lugares se necesitaban para existir. Los habitantes de cada lugar admiraban a sus gobernantes, les tenían un profundo respeto...— se puso de pié, mirando a Hoseok como su superior, respetuoso. Solemne; se arrodilló lentamente, como en esas películas de la era medieval. Donde los súbditos ante la realeza se inclinaban así... E inclinó la cabeza. Hoseok soltó una risita.

Pues bien era sabido que ambos manejaban con sabiduría, y gobernaban con justicia. No habían seres más perfectos que ellos dos. Pero— pausó, mientras su mirada se apagaba, y se incorporaba del suelo. Andando con pesadumbre.

Por cuestiones de tiempo y espacio... El reino de la luna estaba pasando por pérdidas y problemas descomunales.—¡Boom! Por aquí, ¡trash, splash! Por allá y ¡wack, kapow! por acá—. Con cada sonido que hacía Yoongi, realizaba movimientos exagerados. Soltando las explosiones por su boca, haciendo ruido con las palmas.

El rey Sun, dueño de la luz y el día. Al enterarse de esto, no dudó en enlistarse con sus mejores prendas para emprender el camino hacia el pueblo de la luna.— dramatizó que tomaba ropa y cargamento, para simular una caminata—.Necesitaba saber que andaba mal, Llevaba años conociendo a Moon, y sabía perfectamente que no sería fácil hacerlo hablar. Entre la división del universo, se escuchaba el sonido de sus pies—. Tap, tap, tap, tap— Yoongi movió sus pies y dió varias pisadas— el suspirar de su respiración, y sus propios pensamientos— se señaló la sien.

Habían sido días de viaje, pero. Había valido la pena...

Sun no podía creer lo mal que estaba el reino contrario, buscó con la mirada el rastro de algún pueblerino...— Min miró a ambos lados, antes de acercarse a Hoseok, y susurrar:—pero ni un alma se sentía en los caminos.

Tragó pesado, y con decisión emprendió la marcha directo al palacio del rey.

Yoongi había retenido su relato, con una mirada pensativa.

Apenas las compuertas se abrieron, los ojos amarillos del rey se enfocaron en la silueta blanca de Moon— los ojos de Yoongi se enfocaron en los de Hoseok, fieros y tenaces. Jung pensó que, así debió de haber mirado el rey.

Moon, dueño de la oscuridad y la noche. Notó su presencia, mirándole fríamente con esos ojos color plata, su cabello blanco suspendido en el aire en un revuelo ligero, ondeando.— contó, pasándose sus manos tras su cabeza. Para hacer un simulador de ondeado.

"¿Que te trae por aquí... Sun?" Había cuestionado— Yoongi entonó una voz ligeramente grave, enarcando una ceja para darle más autenticidad. Hoseok obviamente río al oírlo.

"Vengo a escuchar la historia de lo que sucedió aquí..." Dijo sin dudar. El rey de luna se había erguido en su trono, antiguo. — su cuerpo se enderezó ante la narración, apoyando sus manos en cada "lado" del "asiento" (imaginario).

Pero no por eso menos atractivo—. Señaló, alzando su índice de forma aclaratoria, haciendo un giro propio de ballet. Caminando entorno al árbol—. Tallado y moldeado en plata sólida, cojines suaves como una nube, y el símbolo de la luna en la superficie. Con el mentón elevado prepotente y altanero. —. Como demostración, elevó su mentón.

"No tengo porqué decírtelo" había escupido. "Después de todo, mi función contigo es brindar a tu pueblo paz y buenos sueños"...

Sun empezó a acercarse, precavido. Silencioso, tranquilo... —. Yoongi se había encorvado un poco, mirando con suavidad a Hoseok, mientras con pasos de puntas... Se acercaba.

"No tienes porqué lidiar con esto tú solo", dijo después. Algo muy impactante es que el rey del sol se había inclinado ante la luna "Puedo ayudarte, pero... No puedo hacerlo si no me dejas"—. La voz aniñada de Yoongi, parecía haberse transformado en la de un hombre mayor. (O así lo veía Hoseok) en la misma postura que Sun, recitando el diálogo.

"¿Porqué..." Ahora, Moon estaba consternado, sus ojos plata sólido habían sido reemplazados por un brillo... Asemejado al Mercurio líquido. "...me ayudarías?" Preguntó—. Lo miró consternado, perdido... Como si de Hoseok dependiera su futuro. Jung pensó que así de desesperado debió estar Moon—."Porque eso hacemos... Es lo que hemos hecho todo este tiempo, nos hemos ayudado. Hemos hecho todo esto juntos." Dijo, haciendo énfasis en la última palabra. Y, el rey de la luna creyó en él. Después de todo, más que una alianza entre ambos seres... Había algo más.

—¿Que cosa?— Hoseok había interrumpido... Otra vez, Yoongi lo miró mal.

—si sigues hablando, no te lo diré. Te dije que pusieras atención—. Se cruzó de brazos.

—Está bien, está bien... Prosigue.

Amor, más que una diferencia, más que un acuerdo... Había profundo amor. Pero, al ser seres opuestos, está atracción no era más que un sentimiento unilateral. Dos personas que no podían estar juntas...— Yoongi hizo un gesto triste, dejando caer sus hombros; donde consecutivamente soltaba una exhalación. Mirando a la nada, como si hubiese perdido algo...

"Entonces". Pronunció, captando su atención. El hombre dejó su lugar, se arrodilló delante de la silueta resplandeciente y ardiente... Diciendo: "Sigamos haciendo esto juntos". El de cabello rojo, resaltando en toda su tez luminosa, crepitando ante el constante movimiento de su cabeza, lo tomó de las manos delicadamente—, acción que hizo Yoongi con Hoseok—. Estrechando estas suavemente. Dejando un contraste en el frío y la calidez de ambas. Le dijo:

"Siempre juntos" susurró.

Claro— como si nada hubiera pasado, Yoongi se puso de pié, soltando las manos de este. Dejando una calidez en las manos de Hoseok—. En algún momento, hasta los seres inmortales. Debían volver a sus orígenes, para continuar el orden existencial. Entonces, decidieron bendecir a unos mortal de la tierra. Con algunas características, pues los poderes serían trasladados con ellos a sus formas originales. Localizaron a dos niños, sentados en una banca. En el patio trasero de la casa de la madre de uno de ellos.— Hoseok sonrió ante la descripción, Yoongi le regresó el gesto.

Con un par de movimientos y recitando la frase ancestral, un haz de luz cayó desde sus manos—. El pelimenta había extendido sus manos hasta el cielo, descendiendo lentamente—. Descendiendo hasta el punto donde se ubicaban ambos pequeños...

Al tiempo, ambos se sujetaban de las manos... Y se despedían con una mirada. Tomando sus formas originales... Uno, fué una esfera de aire caliente, la más grande de toda la existencia, con el mismo brillo y calor. La que iluminaria el resto de los días... — para mejor ejemplo, había señalado al sol, que. Tal y como en la descripción de Min, emanaba mucho calor—. La otra, tomando un forma esférica más pequeña. Fría, bella y tranquilizante, el que sería la compañera de la tierra... El satélite de esta. La que iluminaria las noches y cuidaría los sueños de todos— solo trazó al aire un circulo, juntando sus palmas. Apoyando una de sus mejillas sobre estas y, haciéndose el dormido.

Esta es la historia del sol y la luna. Que como dicen las viejas lenguas, con la única bendición dada, confiaban en que estos mortales. Hicieran el cambio en la tierra...— finalizó, tomando asiento.

Unos aplausos fue lo que  sacó a Yoongi de su aire narrativo. Entornando su cabeza en dirección al más pequeño, notó como sus ojitos brillaban intensamente... No sabía porque, pero ver que Hoseok lo veía de esa forma a él; despertaba un sentimiento rebosante en su pecho.

Carraspeó, aclarándose la garganta:

—Bueno... Creo que debemos de volver. Mamá estaba haciendo galletas.

Hoseok sacudió la cabeza, saliendo de su fascinación:

—¡Claro, andando!.

Yoongi solo lo miró, sonrió de lado entrecerrando sus ojos. Levantándose de un salto.

—Andando...

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5 años después...

Si alguien le hubiera dicho a Yoongi que terminaría siendo amigo de su contraparte, se hubiera burlado y luego lo habría mandado al demonio.

Pero, lo cierto es... Que justo ahora, se sentía afortunado de tener a alguien como Hoseok.

—¡Yoonie, llevó horas aquí afuera!.

El grito de la persona que ocupaba sus pensamientos, fue la misma que lo sacó de ellos...

—¡Ya oí! ¡Enseguida bajo!.

Entre ligeras risas, bajó las escaleras con prisa. Con unas bermudas negras, camiseta blanca y abrigo rojo, ya estuvo en la puerta de su hogar.

—¡Hyung!—. El usual grito de Hoseok, resonó en los tímpanos de Min Yoongi, mientras sentía un peso que se abalanzaba sobre él—. ¿Está listo? ¿No se le queda nada?.

—Ayer no eras igual de escandaloso— reclamó, mirando con súplica a su madre, quien desde hace 4 minutos observaba la escena, suspiró al notar que su madre no "intervendría", luego dijo:— si. Estoy listo...

Esa frase pareció ser un interruptor en el cuerpo más alto—Si, Hoseok ya le sacaba varios centímetros de estatura a Yoongi—, porque solo había atinado a asentir, suavizando su sonrisa.

—Entonces, vamos—. Le tomó la mano, los ojos rasgados del más bajo lo miraron extrañados.

Hoseok soltó una carcajada limpia, mientras tiraba de su brazo para salir completamente, Yoongi a su vez, cerraba la puerta de su casa y a tropezones bajaba las escaleras.

—Siempre juntos, ¿Lo recuerda?.

Ahora fue el turno del pálido en esbozar una sonrisa, mientras sacudía la cabeza.

—Perfectamente...

Tal vez al pequeño Yoongi se le haya escapado un pequeño detalle, tal vez su cuento haya sido un hecho verdadero. Es algo que nunca sabremos...

Lo importante ahora es disfrutar de la compañía del otro, y caminar hacia adelante…

Juntos.

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Hola, queridos lectores o lectoras. Después de terminar mi novela... Tenía en mente algo parecido a esto, espero que sea de su total agrado.

Agradezco todos sus votos y comentarios... Así como su presencia en este camino. Lo aprecio, en verdad 💕.

Ahora, tomo este espacio para informar que empezaré a subir novelas de otros fandoms... No quiero decir que no voy a escribir más sope. Solo, voy a expandir mi repertorio...

Si aún les interesa, les invito a leer un one-shot que publicaré próximamente, se llama:

Yo te Extrañaré. (Drarry/Harco).

Claro, para aquellos que les guste...

¡Gracias por su atención!, Nos leemos Luego... 💚