Dicen que cuando el año termina
todo debe atrás quedar,
mas yo pienso muy distinto
y digo que es recomenzar.

Si el día llega a su fin
para que la luna vuelva a brillar
y la luna se retira
cuando comienza a clarear,
¿por qué dar por finito
lo que me hace enamorar?

En un año pasan cosas
que no queremos olvidar,
aunque también están las otras
que es mejor no recordar.

Y aunque no quiero borrar nada
de lo que me hizo llorar,
prefiero seguir sonriendo,
bien abrigada en tus brazos,
y sentir que aún puedo vibrar.

Me quedo con lo bonito
que la vida me regala,
y en aquello que aún duele
le busco y encuentro la vuelta
de disfrutar los momentos
en que me sentía completa.

En este camino llamado vida
nada, nada se termina,
siempre hay algo que me llama,
me entusiasma, me invita,
y a seguir siempre me anima.

La vida son solo momentos,
por eso disfruto del frío
porque sé que llegará el calor,
así como sobrevivo al tiempo,
aunque se haga muy largo,
cuando contigo no estoy.

Vivo el día a día,
renazco en cada amanecer,
y cada albor del año nuevo,
volverá a sorprenderme
igual a como lo hizo ayer.

Porque para sentir felicidad
solo hay que tener buena disposición,
sumarle un juego, una casualidad,
un poco de riesgo y mucha seducción.

Es la vida un camino sin principio ni final.
¡Qué importante es seducirla a diario!
Pero para lograrlo...
¡hay que olvidar el calendario!

Todos somos inagotables
cual fuego, tierra, aire y agua.
A veces simulamos ser
tan duros como la piedra,
pero en las manos adecuadas
somos arcilla maleable
que al amarnos nos transforman
en una obra de arte admirable.

Autor: ilargiluna

1/2023