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Capítulo XIV. Un canario sobre el escenario

Esta es una historia que profundiza en temas sexuales, contenido sensible, violencia emocional y sexual que puede herir la suceptibilidad de algunas personas, si este tipo de contenido no es de tu gusto, no lo leas. Si gustas de este, hazlo con responsabilidad, y bienvenido al infierno.

Justo a la media noche, The Great Canary había alcanzado su máximo apogeo. Este cobró vida en medio de la oscuridad, revelando un mundo de excesos y pasiones desenfrenadas. El público se dejaba llevar por la magia del espectáculo, entregándose a la experiencia con una devoción casi religiosa. El tiempo parecía detenerse en aquel lugar, como si el mundo exterior hubiera desaparecido por completo.

Y así, entre la música embriagadora y las luces hipnóticas, el espectáculo desplegó su encanto irresistible. Los patéticos pecadores se sumergían en un mundo de fantasía y excesos, olvidando por un momento las preocupaciones del mundo real.

Para muchos, The Great Canary se había convertido en un refugio para los buscadores de emociones fuertes, un lugar donde los límites se desdibujaban y las pasiones ardían con intensidad desenfrenada. Y en medio de todo ello, Alastor reinaba como un soberano entre sus súbditos, observando con satisfacción el resultado de sus maquinaciones.

La noche había avanzado con un ritmo frenético, tejiendo una historia única para cada alma que se encontraba dentro del local. Los artistas deslumbraron con su talento, llevando al público en un viaje emocional que los dejaba sin aliento. Y aunque debía admitir que existieron algunos imprevistos, the great Canaryera mucho más que un simple lugar de entretenimiento; era un mundo aparte, donde las reglas del mundo real no aplicaban y los deseos más oscuros encontraban su expresión libre.

Así, entre la música embriagadora y los destellos de luz, la lamparas del pasillo titilaron con un brillo seductor, proyectando sombras danzantes sobre las paredes de terciopelo rojo. Y en medio de todo el aire, impregnado de aroma a tabaco y licor, se encontraba Charlie en un rincón oscuro, su corazón latiendo al compás de la música provocativa que resonaba en el ambiente.

Mientras esperaba su turno, observaba a los artistas que se movían con una gracia casi sobrenatural, desafiando las leyes del deseo y el placer. Las risas de la multitud eran un eco de la lujuria que impregnaba el aire, un recordatorio de que aquí, en el infierno, todo era posible.

Por eso, en ese preciso instante Charlie se sintió pequeña y vulnerable en medio de esa opulencia. La idea de ser el centro de atención la llenaba de terror, pero también de una extraña emoción. Era un lugar donde el dolor y la belleza se entrelazaban, donde cada actuación era una danza entre la vida y la muerte. El murmullo del público, lleno de risas y susurros, se mezclaba con el aroma a tabaco y licor, creando una atmósfera cargada de expectación.

Mientras Charlie luchaba contra su nerviosismo, una figura emergió de las sombras, su presencia inconfundible. Alastor apareció con su sonrisa característica, los ojos brillando con un destello de diversión. Se acercó a ella, su aire de confianza contrastando con la inquietud que la envolvía.

—Ah, querida, —dijo, su voz un suave murmullo que se mezclaba con el bullicio del cabaret—. ¿Nerviosa? No deberías estarlo. Este lugar es un festín para los sentidos, y tú, mi pequeña canaria, estás a punto de ser la estrella del espectáculo.

Charlie lo miró, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. —No sé si puedo hacerlo, Alastor. La multitud parece tan... voraz.

—Eso es precisamente lo que lo hace emocionante. —Su tono era cínico, pero había un trasfondo de aliento genuino—. Recuerda, aquí en The Great Canary, el placer es tu aliado. Usa tu vulnerabilidad como tu arma. Ellos quieren ver algo auténtico, algo que los haga sentir. Y tú tienes eso en abundancia.

Tomando una respiración profunda, Charlie asintió, aunque la duda seguía acechando. Alastor dio un paso atrás, extendiendo su mano hacia el escenario, como si estuviera presentando un mundo nuevo.

—Ahora, querida, saluda a tus adoradores. Haz que sientan tu presencia. Muéstrales que, aunque seas frágil, tu voz puede romper las cadenas de este lugar.

La música se detuvo, y todas las miradas se volvieron hacia Alastor.

—¡Buenas noches, criaturas del infierno! —su voz resonó, y la multitud estalló en vítores y aplausos.

—Esta noche, les traigo una historia, —continuó, su tono juguetón—. Una historia de amor, desamor y, por supuesto, un poco de locura. Porque, después de todo, ¿qué sería de la vida sin un poco de caos, verdad?

La multitud rió, y Charlie sintió que la tensión comenzaba a desvanecerse. Se permitió un momento para observar a su audiencia, cada rostro lleno de expectativa.

—Así que, sin más preámbulos, —dijo, girándose hacia el lado del escenario donde Alastor se mantenía en las sombras, observándola con una mezcla de orgullo y diversión—, permítanme presentarles a la nueva adquisición de este cabaret infernal: ¡Charlie!

Con un último vistazo a su mentor, Charlie sintió una oleada de determinación. Se enderezó, ajustando su vestido mientras se dirigía hacia el borde del escenario.

A su alrededor, los demonios de diversas formas e intenciones la observaban, algunos con desdén, otros con burlas, sus muecas obscenas intensificando su nerviosismo. Con una sonrisa nerviosa, levantó la mano en un saludo, dejando que la energía que había en el local la envolviera. Un demonio del público hizo un chiste turbio sobre su cuerpo y eso hizo que se encogiera, casi cayendosele el micrófono de las manos, lo que provocó en una carcajada del público. Las lagrimas amenazaban con formarse en sus ojos, cuando volvió a su mente la frase de Alastor:

Una tragedia personal puede transformarse en la más hermosa de las actuaciones.

Él tenía razón, en su interior, había una chispa de determinación que luchaba por salir a la superficie.

Con un último destello de confianza, dio un paso hacia el centro del escenario, lista para dejar que su voz y su historia fluyeran, transformando su vulnerabilidad en un arte que resonaría en las almas de aquellos que la escuchaban.

La música suave del piano empezó, con dos mínimas tonadas Charlie respiró hondo, sintiendo cómo la música la envolvía. Con una elegancia innata, se acercó al micrófono, su figura iluminada por los destellos de luz.

When you were here before

Couldn't look you in the eye

You're just like an angel

Your skin makes me cry

Al principio, su voz temblaba ligeramente, pero a medida que avanzaba la canción, algo extraordinario comenzó a suceder.

You float like a feather

In a beautiful world

I wish I was special

You're so fucking special

A medida que comenzaba a cantar, su voz se elevó, capturando la atención de todos los presentes.

But I'm a creep

I'm a weirdo

What the hell am I doing here?

I don't belong here

Una sensación de libertad y poder invadió su ser, y su voz resonó con una belleza y emoción que ella misma no sabía que poseía.

I don't care if it hurts

I wanna have control

I want a perfect body

I want a perfect soul

Su interpretación era hipnótica, cada nota resonando con una profundidad emocional que dejaba a la multitud absorta. Con cada palabra, Charlie se transformaba, dejando atrás sus inseguridades y abrazando la belleza del momento. La elegancia de su presencia y el brillo de su voz tejían un hechizo sobre el público, llevándolos a un viaje emocional que los mantenía cautivos.

I want you to notice

When I'm not around

You're so fucking special

I wish I was special

Todos los presentes la observaban sin decir palabras, y tanto Husk como Vaggie quedaron mudos ante la facilidad de Charlie para desenvolverse en el escenario,

But I'm a creep

I'm a weirdo

What the hell am I doing here?

I don't belong here

Oh, oh

En ese instante, Charlie no solo era una novata sobre el escenario; era una fuerza de la naturaleza, capaz de desafiar las burlas y convertir el nerviosismo en pura magia. La conexión que estableció con la audiencia era palpable, y mientras su canto llenaba el aire, se dio cuenta de que había encontrado su lugar, lo que había estado añorando por tanto tiempo.

She's running out the door

She's running out

She run, run, run, run

Run

Luego de tanto tiempo de sentirse insuficiente, de sentirse vacía, finalmente era libre, se sentía plena y todo ello se demostraba en la fuerza de su voz, que clamaba toda su pasión.

Whatever makes you happy

Whatever you want

You're so fucking special

I wish I was special

A medida que se acercaba al borde del escenario, la música se calaba en su ser, pulsando como un corazón vivo. Las luces la llamaban, prometiéndole una liberación que nunca había imaginado.

But I'm a creep

I'm a weirdo

What the hell am I doing here?

I don't belong here

I don't belong here

Con una última inhalación profunda, Charlie dio un paso adelante, lista para dejar atrás su fragilidad y abrazar la esencia de lo que ella siempre había estado esperando.

Una vez terminó la canción, abrió los ojos mirando hacia el público, quien parecía en el mismo trance del que ella recién apenas había salido. Poco a poco, los aplausos comenzaron a resonar en todo el local hasta volverse un estruendo de silbidos y ovaciones. La multitud rugía de emoción, y un escalofrío recorrió su espalda por la incredibilidad. ¿Podía realmente transformarse en una estrella en este escenario de hedonismo? La idea de ser vista, de ser deseada, la llenaba de una mezcla de ansias y dudas.

Charlie bajó del escenario con una sonrisa radiante en su rostro, sintiéndose más segura y segura de sí misma que nunca. Con cada aplauso que resonaba, la adrenalina comenzaba a fluir por sus venas. Era su momento, y aunque el miedo la envolvía, la promesa de libertad brillaba como un faro en la oscuridad.

En el borde del escenario, Alastor la esperaba y se acercó a ella con una expresión orgullosa en su rostro.

—Te lo dije —dijo con una sonrisa—. Tienes un don maravilloso, Charlie. Y hoy lo has demostrado al mundo.

Charlie se sintió abrumada por la emoción y la gratitud hacia Alastor. Había encontrado el coraje para enfrentar sus miedos y descubrir su verdadero potencial gracias a él, así que de verdad no sabía cómo podía agradecérselo.

A partir de ese día, su vida cambió para siempre, pero sin saberlo, las marcas de la oscuridad comenzaban a cimentarse bajo sus pies, así como las miradas envidiosas que trepaban desde su espalda tras bajar del escenario. 

Bueno, debo decir que de verdad la inspiración ha estado de mi lado y durante estos ultimos diez días he escrito sin parar hasta lograr una buena cantidad de capítulos. Por primera vez, Charlie ha pisado un gran escenario, duslumbrando como ella misma puede hacerlo, pero ese apenas es el inicio de un largo camino, muy duro y escabroso ¿que creen que pueda suceder luego?

La canción que ha cantado Charlie en el espectaculo de hoy lleva por nombre Creep - en un estilo Vintage de Postmodern Jukebox Radiohead con cover de Haley Reinhart. Sinceramente, he ido creando una lista de reproducción para toda esta historia y gran parte de esta esta elaborada, así que en los proximos capítulos espero puedan disfrutar de cada canción. Espero que les haya gustado mucho el capítulo y nos leemos el proximo domingo, nuevamente en lo profundo del abismo. Un saludo desde Venezuela. 

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