Bluey se encontraba en el patio trasero, disfrutando del silencio del día. Le ayudaba a pensar y a no pensar.

Pensaba en todo lo que pasó con Jean Luc y Mackenzie, sobretodo con el primero.
Volvió a ver una hoja que guardo del árbol que planto junto con Jean Luc, suspiro fuerte.

-Estas tan callada... Que da miedo. -Bingo se sentó a su lado, apoyo su cabeza en el cuerpo de la mayor. -¿En qué piensas? Espera. Déjame reformular... ¿En quién piensas?

Bluey suspiro nuevamente. -La verdad no sé qué sentir... Estoy revolviendo muchos sentimientos que no sé qué son exactamente.

Bingo consolaba a Bluey sobando su espalda. -¿Tienes sentimientos por alguno de los dos?

-A estas alturas, no lo se. Los quiero a los dos. Pero no se... -Volvió a mirar la hoja de su mano.

Si mente la llevo al día que conoció al labrador. Los momentos que pasaron juntos, el cómo lograron encontrar una forma de comunicarse, lo mucho que le dolió cuando él se fue, pero sobre todo, la cálida sensación en su corazón cuando lo volvió a ver.

La promesa de verse cada verano en el mismo bosque era ahora una tradición entre ambos, siempre que lograban reunirse eran largas platicas bajo su árbol y de vez en cuando jugar uno que otro juego, con Bingo y sus primas.

-¿Bluey? -La llamo su hermana a lo lejos. Pero la peli-azul ya estaba más envuelta en sus recuerdos que en su realidad. -Nop ya la perdimos. ¡Papá!

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No sabía por cuánto tiempo se había perdido recordando los momentos que tuvo con Jean Luc.

Aún seguía en su mente las palabras que le dijo y en su corazón la cálida sensación de sus palabras.

¡Fue plan con maña! De eso estaba segura, el labrador en muchas de sus vacaciones le enseñaba un par de palabras en su idioma natal.

Era una forma de tener un poco de Jean Luc con ella aun cuando no se vieran.

Eran palabras simples, capaces de iniciar o terminar una conversación.
"Buenos días"
"Hasta mañana"
"Hola"
"Adiós"
"Te extrañe"
"Te quiero"

¿Había sido una ciega todo este tiempo?

La declaración de Jean Luc era diferente a la de Mackenzie.

Pero sobre todo se sentía distinta.

Siempre tuvo una relación cercana con Mackenzie, se conocían desde niños. Eran prácticamente hermanos.
No podía ver al border calie cómo algo más, temía perder su amistad.

Pero con Jean Luc se sentía distinto, desde el como preparo el ambiente hasta su declaración final.

"Te quiero..."

Ella sabía perfectamente lo que significaba cuando la pronunció en francés. Y lo confirmó después de separarse, depósito un beso en su frente.

Se le veía nervioso y sonrojado, y ella no podía sentirse de igual o peor manera.

-¿Bluey? -Oh esa voz era diferente. -¿No tienes hambre hija?

Bluey salió del país de los recuerdos para mirar a su mamá

-¿Cuánto tiempo me fui? -Pregunto un poco avergonzada.

-Como una hora. -Chilli le sonrió dulcemente. Se sentó a su lado, acto seguido su hija se recostó en sus piernas. -¿Quieres decirme lo que pasa cariño?

-Pues... -Bluey tomo aire. -Jean Luc y Mackenzie me... dijeron que les gustó.

-Oh... -Respondió sorprendida. No tuvo tiempo de planear el siguiente movimiento. ¿Debió traer a Bandit como apoyo? -¿Cómo te sientes al respecto?

-En cuánto a Mackenzie, puedo decir que no puedo corresponderle, no quisiera perder la amistad que formamos. Creo que el lo entendería. -Hablo la peli-azul segura de su respuesta.

-¿Que hay de Jean Luc?

Bluey no supo que contestar, sus sentimientos con respecto al labrador eran muy confusos.

Chilli noto eso. Pensó en una forma para ayudar a su hija.

-¿Alguna vez te conté como supe que estaba enamorada de tu papá? -La red heeler llamo la atención de su hija con éxito. -Fue toda una odisea interna.

Suspiro recordando los días de cortejo que tuvo con su ahora esposo. Sonrió.

-¿Que es una odisea? -Pregunto la menor.

-Es un viaje lleno de dificultades que pasa una persona. Hay un libro con ese nombre de hecho. -Acaricio la cabeza de su hija. -El punto es que no me había dado cuenta de mis sentimientos por tu padre hasta que el me dijo los suyos.

Bluey escuchaba atentamente las palabras de su mamá.

-Fue un poco impactante. -Chilli rio al recordar. -Tanto que intentaba evitarlo, él llego a pensar que lo odiaba.

-Pobre papá. -La peli-azul rio al imaginarse la desgracia de su progenitor.

-Sí, pobre papá. -Rio con ella. -Pero al final todo se resolvió entre los dos, y míranos. Casados y con dos hermosas niñas.

La red heeler le hizo cosquillas a la menor, sacando unas carcajadas.

-Deberías ir a hablar con él. -Le dijo después que que ambas calmaran sus risas. -Es solo un consejo cariño.

-Si mamá. Gracias. -Abrazo a su mamá fuertemente. Tenía razón tenía que hablar con Jean Luc y también con Mackenzie.

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La blue heeler ahora estaba camino a la pequeña colina, había citado al pelinegro para hablar con el, pero sobretodo aclarar sus sentimientos.

Estaba muy nerviosa, pensaba que se desmayaría en cualquier momento.

-¿Bluey? -Oh, no esperaba encontrarse con él pero creía que era bueno.

-Hola Mackenzie. -Saludo al border calie.

-¿Estás bien? Te noto pálida. ¿De nuevo no dormiste? -El chico empezó a preocuparse por ella.

-No, yo estoy bien. Solo... -Se detuvo para tomar aire, y también para buscar las palabras adecuadas. De verdad no quería herir los sentimientos de Mackenzie. -Iba a ver a Jean Luc y estoy algo nerviosa.

Mackenzie pudo leer los movimientos involuntarios de Bluey, sonrió un poco triste. Ya sabía lo que estaba pasando, y ya lo había aceptado.

-Ey, no estés nerviosa. Solo ve ahí y se tu misma. -La alentó. -Alegre y ruidosa.

La blue heeler golpeó suavemente al chico en protesta, pero no iba a negar que siempre había sido ruidosa.

Entonces quiso llorar un poco. Abrazo a Mackenzie, le tomo de sorpresa la acción de la más baja.

-Te quiero mucho Mackenzie. -Dijo intensificando el abrazo. -Pero no te quiero perder.

Él sonrió y le devolvió el abrazo. -Nunca me perderás niña. Siempre estaré contigo. También te quiero.

No hubo más palabras, las colas de ambos se movían despacio pero al mismo ritmo.

-Ok, ve antes de que llegues tarde. -Mackenzie decidió terminar con el abrazo.

-Cierto. Nos vemos después. -Vio a Bluey alejarse.

Dirigió su vista al cielo y respiro profundamente. -Les deseo lo mejor chicos.

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Jean Luc estaba en la colina mirando tranquilamente la vista que ofrecía, esperaba pacientemente a la peli-azul. Le causaba curiosidad el porque ella quería verlo.

-¡Jean Luc! -Escucho llamar su nombre, conocía ese tono de voz. Sonrió, giro su cabeza.

Bluey corría tanto como nunca lo había hecho en su vida.

-Bluey, para vas a caer- -El cuerpo de la chica lo derribó, envolvió al labrador en un abrazo.

Iba a decir algo pero el calor de Bluey le hizo olvidar hasta su idioma natal.

-¿Que paso Bluey? -Logro decir.

-Jean Luc. Tengo algo que decirte. -La blue heeler le miro a los ojos.

Los ojos del pelinegro la miraban con cariño, mismo cariño que le transmitía su toque, su corazón latía muy rápido pero cálidamente

- Te quiero. -Bluey lo pronunció con el mejor francés que pudo. Sus mejillas se tornaron de rojo, pensando que tal vez se había equivocado en la pronunciación.

El corazón de Jean Luc latió con mucha emoción sonrió como un bobo y volvió a abrazar a la chica.

No solo sus sentimientos fueron correspondidos, ella se lo dijo en su idioma natal. Se sentía feliz.

Los dos rieron como bobos, juntaron sus frentes, la cola de ambos se agitaba alegremente.

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Todos los amigos de Bluey se encontraban en el patio trasero. Era una pequeña reunión para celebrar el cumpleaños de la hermana menor.

-¿Entonces no estás molesto conmigo? -El pelinegro hablaba tranquilamente con el border calie.

-Hombre, no estoy molesto por qué. -Empezó a enumerar. -1 Fue decisión de Bluey y 2 Prefiero que ella esté contigo a cualquier perro de la cuidad.

Jean Luc rio por la forma de expresarse de Mackenzie.
Por un segundo pensó que el otro cachorro le iba a dejar de hablar cuando se diera cuenta que tenía una relación formal con la peli-azul.
Se alegró al ver que no era así.

-¿Deberás no estás ni un poco molesto? -El labrador aún tenía una espina de duda.

Mackenzie le miro y sonrió. -Voy a molestarme si sigues preguntarme si estoy molesto, viejo.

Localizo con la mirada a Bluey, y después volvió a mirar a Jean Luc.

-Quiero su felicidad. -Señalo con la cabeza a la chica. -Y también la tuya. Ahora eres parte del grupo hermano.

Palmeo el hombro de Jean Luc. Los dos sonrieron.

-Entonces no estás enojado.

-¡Que no!

Ambos chicos empezaron a reír.

-Cuenten el chiste, para reír con ustedes. -Bluey llegó integrándose a la conversación.

-Jean Luc sigue pensando que estoy molesto por su relación contigo. -Dijo Mackenzie.

-Pero ya se lo explique. -Rio la chica.

-Sigue insistiendo.

-Ya me quedo claro. Lo siento. -El labrador rasco su nuca.

-Sin problema. -Mackenzie los observó antes de sonreír. -Hacen bonita pareja chicos. Lo dijo en serio.

-¡Mackenzie! -Grito Jack a lo lejos. -¡Rusty fue secuestrado por Indy y las demás. Te necesitamos!

-¡Voy! -El border calie se levantó. -Me llaman cuando sea hora del pastel.

La pareja vio al cachorro alejarse.

-¿De verdad no está molesto? -Pregunto Jean Luc.

Bluey suspiro y negó con la cabeza sonriendo. -Si estuviera molesto no estaría aquí hablando contigo y conmigo. Mackenzie es un buen amigo.

-Si lo es. -Ambos se sonrieron. Juntaron sus frentes.

Cuando revelaron su relación a sus amigos los dos pensaron que el border calie iba a alejarse. Pero fue el primero en festejarles.

-Bluey. Sé que te dije esto antes pero quería decírtelo en tu idioma. -Jean Luc tomo un poco de aire, aún no se creía estar en relación con Bluey. -Te quiero.

Ella sonrió y beso levemente la nariz del labrador. -Yo también.

Si ambos seguían juntos, todo iría bien.

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Ahora sí.
¡Final Jean Luc!
¡Yay!

No puedo creer que ya hayamos finalizado esto. Me siento libre.

Se que deben estar cansados de oírme decir esto pero gracias por quedarse y leer hasta acá.

Aún hay algunas cosa que quiero subir como agradecimiento, como lo son datos curiosos de la historia. Para así darle fin.

Nos estaremos leyendo

Bye ~★