Capítulo 8: Mentiras.

Elisabeth había pasado todo el día fuera con su padre, habían ido al mercado a comprar comida para el ganado y luego se habían acercado al río a pescar, hacía tanto tiempo que no pasaba un día así con su padre, y se había divertido tanto... que casi le parecía imposible que hubiese sucedido, había tenido un día feliz como cuando era una niña. La chica llegaba a casa del brazo de su padre, cuando su madre salió a regañarles por volver tan tarde a casa, ambos, padre e hija se miraron con complicidad, para luego descalzarse y entrar en la casa. Aquel día junto a su padre había servido para olvidarse de los hermanos Corner, por un rato.

Su madre entró en su habitación para arroparla, justo como solía hacer cuando era una niña, Elisabeth sonrió al sentir el beso de su madre en la frente, y luego abrió los ojos sin dejar de sonreír...

- mamá, ya no soy una niña, aunque me gusta que hagas esto...- comentaba la chica mientras cogía la mano de su madre y la ponía sobre su mejilla.- me hace recordar el pasado...

- Tú siempre serás una niña para mí, siempre serás mi niña.- respondía la mujer, que tras darse cuenta del tono de melancolía de su hija, intentaba animarla.- Se que fuiste muy feliz en el pasado.

- Sí... lo fui...- decía mientras recordaba como el día anterior William le había confesado que había ido a verla el día de su marcha...

"- El día que me marché... no viniste a despedirme... creí que vendrías, a pesar de que....- había dicho ella mientras se había parado frente a él en el camino.

- Que no me vieras no significa que no fuese.- le había respondido él fríamente"

- Quizás si me hubiese quedado... si no me hubiese marchado, las cosas serían ahora diferentes.- proseguía la chica con melancolía sin poder evitar que una lágrima recorriese su rostro.

- Cariño... ¿Qué ocurre?- preguntaba su madre preocupada mientras miraba el aspecto tan deprimente de su hija.

- no es nada mamá, estoy bien. Solo es algo que ocurrió en el pasado...

- ¿sabes por qué tu padre y yo te dejamos ir a estudiar lejos?.- preguntó la mujer que acababa de descubrir la razón por la que su hija estaba en aquel estado.- fue porque teníamos la esperanza de que este tiempo fuera de aquí te olvidaras de los hermanos Corner.- concluyó dejando a la chica totalmente desconcertada, pues nunca había pensado que su madre supiese sobre sus sentimientos hacia ellos.

- Si yo no me hubiera ido... él se habría ido de todas formas...- decía la chica mientras recordaba la conversación que había tenido con el chico aquella tarde en el pasado...

"- He oído que vas a marcharte a estudiar fuera.- comentaba el chico amablemente mientras introducía sus pies en las turbias aguas del estanque.

- Aún no lo tengo decidido.- respondió la chica mientras arrancaba la margarita y se sentaba junto a él.

- Tus notas son muy buenas, deberías marcharte, yo tambien me marcharé pronto...- anunciaba ante una atónita Elisabeth."

- ¿De qué estás hablando? Sabes de sobra que William no podía ir a ningún lugar, William no podía dejar a Adam y a su madre.- respondió la mujer mientras Elisabeth la miraba sin comprender, seguramente ella no lo sabía por eso actuaba así.- El no había reservado para ninguna universidad.- ante aquella nueva información Elisabeth la miró sorprendida. Si ella tenía razón, si su madre decía la verdad, William tan solo... le había mentido. Pero... ¿Por qué William le mentiría? Y en ese momento la respuesta vino a ella sin pensar demasiado: William no quería que ella echara a perder su talento como fotógrafa, el tan solo quería que ella se marchara a estudiar lejos, y sabía que si no decía que él también se iría ella se quedaría junto a él. Ahora lo comprendía todo, había sido una tonta, ¿Cómo podía haber creído que él se marcharía y dejaría a su madre y a su hermano?

Fue en ese momento cuando un sinfín de lágrimas brotaron de sus ojos, sin remedio alguno, no podía dejar de pensar en todos los momentos que había pensado que él había sido un egoísta al marcharse lejos y ella debería ser egoísta como él, y el tan solo estaba intentando protegerla, tan solo estaba... pensaba en todas las veces que había pensado que lo odiaba, que lo había odiado y lo había maldecido por dejarla, y en realidad era ella la que le había dejado a él, no podía evitar pensar en aquellas palabras que él le había dicho el día anterior...

" ¿De qué habría servido? Tú tenías que irte y yo... no quería que lo hicieras... no quería dejarte marchar..."

Ahora comprendía aquellas palabras, ahora comprendía por qué él se había comportado de aquella forma al ver el collar que Adam le había regalado, ahora por fin comprendía tantas cosas que antes no parecía percibir... ni siquiera escuchaba a su madre, ni siquiera escuchaba como su madre le preguntaba e intentaba calmar su dolor, ella tan solo lloraba como un grifo abierto, porque acababa de darse cuenta de cuán importante era ella para él. Y acababa de darse cuenta también de que él nunca podría estar con ella debido a Adam. Pero por más que lo pensaba no podía alejarse de Adam, quizás William tenía razón, quizás debería apartarse de Adam, porque estar cerca de él solo hacía que las ilusiones del chico estuvieran ahí, que crecieran cada vez que ella reía o ella decía algo bueno sobre él, pero no podía hacerlo, no podía alejarse de su mejor amigo, porque el siempre había estado ahí para ella, y no podía ser de otra forma. Pero por alguna razón... si se quedaba junto a Adam... la posibilidad de estar junto a William era cada vez menor, y si dejaba marchar a Adam... sabía que William tampoco le permitiría estar a su lado porque debía proteger a Adam. Todas las decisiones que podía tomar... todas ellas siempre desembocaban en el mismo resultado: William y ella nunca podrían estar juntos. Y ese era el dolor que mas agonizaba en su corazón, el saber, el darse cuenta al fin de la verdad, de que nunca podría decirle a él cuanto le amaba, de que él nunca la aceptaría... eso era algo para lo que no estaba preparada, algo que no podía afrontar.

Continuará...