Capítulo 10. Promesa.
Capítulo 10: La promesa.
Elisabeth se encontraba en su habitación, llevaba encerrada en ella tres largos días, y sus padres estaban algo preocupados, así que llamaron a Adam, pues sabían que la chica había estado muy unida a aquel chico en los últimos días...
Adam entró en la habitación de la joven sin tan solo llamar a la puerta, pero la chica no pareció darse cuenta de ello, o así pareció al menos, el joven caminó despacio hacia su cama, y luego se sentó sobre ella para mirar a la chica, la chica mantenía los ojos fijos en la ventana, pero no parecía estar mirandola con interes, tan solo estaba pensativa en algo, parecía tener la mirada perdida pensando en algo...
Un pequeño William de apenas 6 años de edad jugueteaba por los alrededores del estanque, mientras su padre leía una importante carta junto al río, el chico acababa de quedarse mirando a unos matorrales, tras dirigirse a ellos y aplacarlos visualizó a una hermosa niña, la niña jugaba con una enorme cámara fotográfica mientras hacía sonidos con su boca, como si estuviese fotografiando realmente...
Adam posó gentilmente su mano sobre el cabello de la joven, y comenzó a acariciarlo suavemente, la chica ni siquiera se inmutó por ello...
- ¿Por qué estás en este estado?.- preguntó una voz haciéndola salir de sus pensamientos, era Adam, Adam siempre estaría allí interponiéndose entre ella y William. En aquel momento la chica se abalanzó sobre él y lo abrazó fuertemente.
- ¿Tú nunca me dejarás verdad?.- preguntó la chica mientras se aferraba a él con fuerza, dejando al chico totalmente sorprendido por aquello.- Tú no puedes dejarme, si no le tengo a él, al menos quiero tenerte a mi lado.
- Elisabeth...- comenzó el joven mientras ambos se apartaban y la chica posaba los ojos en él.- si me eliges a mí... te prometo que siempre te protegeré... si me aceptas a mí...
- Tonto, aun sabiendo cuales son mis verdaderos sentimientos... ¿quieres quedarte a mi lado? Aun sabiendo que nunca podré amarte...
- quizás no me ames ahora pero...
- ¿sabes una cosa? Él fue el primer chico que cogió mi mano, fue el primero que me habló, el primer chico que conocí en mi vida.
- Nosotros ya nos conocíamos... así que él no pudo ser el primero.
- No, nosotros no nos conocíamos, yo te conocí a los 7 años, y a él le conocí con 4
- ¿con 4? Con esa edad mi papá aún estaba con nosotros...
- Lo sé... te pareces mucho a él, más de lo que imaginas.
- ¿conociste a mi padre?
- sí, le conocí en...- pero antes de que pudiese terminar la frase, un recuerdo vino a su mente, un recuerdo que había olvidado, un recuerdo que resolvía todas las dudas que le quedaban ...
Elisabeth se encontraba en la estación, había estado siguiendo a aquel pequeño chico, aquel chico que despertaba aquel interés en ella, tras entrar en aquella enorme estación, vislumbraba como el pequeño chico se acercaba a su padre, lo abrazaba con fuerza y derramaba algunas lágrimas de despedida, parecía tremendamente triste...
- Ahora... debes prometerme que cuando yo no esté vas a cuidar de tu madre y de tu hermano como si fueras el hombre de la casa.- le exigía el hombre con una sonrisa en los labios mientras miraba a su hijo algo defraudado por tener que dejarle a tan corta edad.- mamá se sentirá muy triste estos días, porque yo estaré lejos, así que tienes que estar con ella y ayudarla a sonreír, tienes que hacerlo por mí.
- Te lo prometo papá, hasta que tu vuelvas yo cuidaré de mamá y de Adam.- concluyó el pequeño mientras volvía a abrazar a su padre fuertemente.
Elisabeth tan solo se quedó allí observando a ambos.
- ...la estación, justo antes de irse de viaje, justo antes de irse a la guerra....- recién ahora lo recordaba, aquella conversación que William había tenido con su padre, y la conversación que posteriormente ella había tenido con aquel hombre...
William acababa de desaparecer de la vista, cuando el hombre se acercó sigiloso hacia la pequeña Elisabeth...
- Así que escuchando conversaciones ajenas.- le regañó el hombre mientras acababa de llegar hasta ella y descubrir su escondite, la pequeña le miró con temor, pero el hombre tan solo sonrió.- deduzco que lo has escuchado todo ¿verdad jovencita?- volvió a preguntar mientras la chica le miraba y asentía un par de veces.- se que eres amiga de mi hijo, que siempre lo persigues a todas partes. Tengo un favor que pedirte.- proseguía el hombre, haciendo que Elisabeth le escuchara con interés.- necesito que cuides de él, sé que si algo me ocurre el protegerá a su hermano y a su mama, pero temo que nadie pueda protegerle a él, es un niño fuerte, ese bribón... pero quiero que haya alguien ahí para él si yo no estoy, quiero que alguien le dé el amor que yo no puedo darle.
Elisabeth se levantó de la cama de un salto, dejando a Adam totalmente sorprendido por aquello, apenas podía escuchar las palabras que el joven decía, ni siquiera se percató de que no estaba vestida, de que estaba en camisón, cuando salió por la puerta, sentía tras de ella los pasos de Adam, pero no le importó, acababa de descubrir algo que creía olvidado, ya no importaba todo lo que había pasado aquella noche, no importaba aquellas palabras que él había dicho, porque por alguna razón las comprendía, por alguna razón estaba dispuesta a perdonar todas aquellas palabras, si él la aceptaba olvidaría todo... pero entonces aquellos pensamientos quedaron olvidados ... No podía hacerlo, no podía presentarse en su casa así sin más, era una locura, el no la aceptaría, ella sabía que no estaba en la forma de ser del chico, el siempre preferiría a su hermano. Tras pararse en seco, se dio cuenta de que se hallaba en el bosque, había caminado tanto y con tanta decisión que no se había percatado de que se había adentrado demasiado en el bosque. Estaba asustada, había oscurecido y ahora no recordaba el camino por el que había llegado hasta ahí, así que tan solo se acurrucó entre sus piernas mientras lloraba muerta de miedo, no solo por el miedo de no volver a casa, si no por el miedo de que algo malo le sucediese y no pudiese volver a ver a Adam y a William nunca más...
. ¿Qué haces aquí?.- preguntó una voz junto a ella, aquella voz le sonaba conocida, tras levantar la vista, visualizo a william.- ¿Qué sucede? ¿Has vuelto a beber?
La chica se levantó con dificultad y le miró aliviada, por alguna razón se había olvidado de todo, se había olvidado de cuál era el motivo por el que se encontraba allí, se había olvidado incluso de que sus recuerdos habían vuelto, ahora tan solo podía pensar en una cosa: William la había encontrado.
Tras sonreír aliviada por verle junto a él, se percató de algo, el lugar donde se encontraba no era otro que... el rio... estaban cerca del estanque... Elisabeth volvió a sonreír de nuevo, mientras William la miraba sin comprender...
- ¿Qué sucede? ¿Por qué estás aquí en mitad de la noche?.- preguntaba este preocupado. En ese momento Elisabeth recordó cual era el motivo de su llegada, recordó todo rápidamente, y eso hizo que su sonrisa desapareciese.
- Aquí fue donde te vi por primera vez.- dijo la chica con cierto brillo en los ojos ignorando las preguntas del chico, mientras se acercaba al borde del rio.
- ¿Aquí?.- preguntó extrañado, pues no recordaba nada sobre ello, siempre había pensando que la primera vez que la había visto había sido en aquel patio del recreo.- no lo recuerdo.
- Tú estabas aquí.- señaló la chica mientras se agachaba haciendo la figura de un niño pequeño.- junto a tu padre y yo ...- tras colocarse justo detrás de unos matorrales prosiguió hablando.- ... estaba justo detrás de ti, luego viniste hasta a mí y me preguntaste por mi cámara fotográfica ...- concluyó la chica con un enorme nudo en la garganta, tenía ganas de llorar, de gritarle al mundo la verdad, de gritarle al mundo cuanto le amaba y cuanto significaba el para ella. William la miró por un segundo no recordaba... recordaba sobre la cámara fotográfica, pero no podía recordar...
En ese momento lo visualizó, visualizó aquello que la chica acababa de decir, se visualizó a él mismo con 6 años metido en el estanque cogiendo renacuajos junto a su padre, siempre solía venir con su padre a coger renacuajos, le gustaba ver como nadaban en el cubo y luego tan solo los volvía a echar al agua, pues su padre lo había enseñado a respetar a los animales y a la naturaleza.
- ¿Eras tú?- recordaba.- Aquella niña de la cámara... ¿eras tú?.- preguntaba sin poder creer lo que preguntaba mientras la chica asentía con una triste sonrisa en los labios. Seguramente había olvidado aquellos recuerdos cuando su padre murió, pues era demasiado doloroso para el recordar.
- Me gustaste desde la primera vez que te vi.- le confesó la chica mientras bajaba la mirada avergonzada y derramaba algunas lágrimas.- y tu padre lo sabía. Sabía que te protegería, por eso me pidió...- pero se cayó tan pronto se dio cuenta de que estaba hablando demasiado.
- ¿conocías a mi padre?- preguntó el chico sin comprender.
Adam acababa de llegar hasta ellos, pero ninguno parecía haberse dado cuenta de la presencia del chico, le había costado mucho encontrarlos en la oscuridad, pero se había dejado llevar por sus voces, y ahora tan solo se quedó allí sorprendido, ¿Por qué Elisabeth conocía a su padre? ¿Por qué ella nunca lo había mencionado?
- Lo conocí en la estación, el mismo día que se marchó...- prosiguió la chica, en ese momento William le miró, comprendiendo algo... quizás ella lo sabía, quizás ella sabía sobre aquella promesa que le había hecho a su padre.- William... William... - quería decírselo, quería decirle que lo sabía, pero tenía tanto miedo, tenía tanto miedo a que el la rechazase, si él lo hacía... no podría soportarlo...- tienes que dejar ir a tu padre. - dijo finalmente, mientras Adam la miraba sin comprender
- No sabes nada sobre mí, ni sobre mi padre...- respondió el chico dejándose llevar por el odio y la ira que sentía en su interior, no hacia ella, si no hacia su padre, por haberse marchado y haberlo dejado solo, por haberle dejado esta carga sobre sus hombros, por culpa de él Adam le odiaba, si tan solo hubiese vuelto como le prometió... ahora Adam y el serían hermanos como el resto del mundo.. Ahora Adam... en ese momento un recuerdo vino a su mente...
Adam se encontraba en el recreo, mientras unos matones se dirigían a él, pero en ese momento uno de ellos metió su mano en su bolsillo, y tras vislumbrar una pequeña fotografía y enseñársela a sus compañeros dio la vuelta y se marcharon, dejando al pequeño Adam totalmente desconcertado...
William se encontraba en un oscuro callejón junto a unos matones, acababa de darles algo de dinero como soborno y esperaba que eso fuese suficiente para salvar a su hermano de ellos...
- Tú eres el chico más popular de toda la escuela.- decía uno de los matones.- entonces, ¿Por qué te preocupa un perdedor como Adam?.- preguntaba el chico sin comprender.
- Porque es mi hermano.- respondió este con orgullo y sin temor de contarle al mundo sobre Adam.
- Eres tonto... Él ni siquiera sabe sobre ti, ni siquiera le importa lo que te pase, ni siquiera...
- no me importa, es mi hermano y debo cuidar de él.- había concluido, dejando a aquellos matones totalmente desconcertados.
- ¿Por qué no le cuentas a Adam sobre aquello?.- preguntaba de nuevo la joven, dejándose llevar por el odio que sentía, por no poder estar junto a la persona que amaba por una estúpida promesa, mientras William y Adam recordaban el pasado.
Adam acababa de tirar un enorme jarrón de la sala de arte y el profesor Crouch acababa de pedir que levantara la mano el culpable, Adam tan solo bajaba el cabeza avergonzado dispuesto a levantar su mano cuando de pronto el profesor había dicho...
- Está bien, está bien, pero que no vuelva a ocurrir.
Adam no comprendía el hecho de por qué el profesor había dicho aquello, pero William sí, ya que este había levantado la mano en lugar de su hermano, y al ser alguien con tan buenas notas y uno de los favoritos de los profesores, el profesor Crouch tan solo lo había dejado pasar.
- Él nunca ha entendido por que te preocupabas tanto por él...- volvía a intervenir de nuevo, mientras los tres chicos recordaban...
William acababa de dejar su dinero para el almuerzo en la mochila de su hermano y justo antes de que este llegara, porque Adam llegó unos minutos después y tras coger su mochila se fue al colegio sin tan solo dirigirle la palabra a su hermano.
- Es mi hermano.- respondió William mientras sus lágrimas comenzaban a recorrer sus mejillas, recordar sobre su hermano, sobre el pasado le dolía demasiado.- ¿Qué tiene de malo querer cuidar de mi hermano?
- ¿Por qué nunca le has hablado a tu hermano sobre la promesa que le hiciste a tu padre? - Elisabeth no podía parar de preguntar, no podía dejar de decir aquello que su corazón ansiaba alejar de su interior.- ¿Por qué nunca le has dicho que eres así con él por tu padre? - la chica seguía preguntando una y otra vez, mientras sus lágrimas seguían cayendo, aquel odio que provenía del interior de su corazón era tan grande, que necesitaba expulsarlo fuera, quería que el sufriese todo lo que ella había sufrido por estar alejada de él, por saber lo que sabía y no poder hacer nada para estar junto a la persona que amaba - Que fue tu padre el que te hizo prometer que ... - pero la chica no puedo continuar, no era solo porque su pena era tan grande que las lagrimas le impedían seguir hablando, si no fue también a causa de Adam, el cual acababa de hacer acto de presencia.
- ¿Qué te hizo prometer papá Will?,- preguntó en aquel momento Adam que acababa de dirigirse a su hermano justo como solía hacerlo, justo como solía hacer antes de que su padre muriera, acababa de llamarle Will, y eso era lo único que William había podido escuchar.
William miró a su hermano con lágrimas en los ojos, sin poder creer lo que oía, le miraba una y otra vez mientras sus ojos se empañaban en lágrimas.
- Will... tú me llamaste Will.- repetía este con su entrecortada voz, sin poder creer lo que oía.- hacía tanto tiempo que nadie me llamaba así...- y en aquel momento más lágrimas brotaron por sus ojos, haciendo que su hermano le mirase distinto por primera vez en mucho tiempo. ¿Por qué a él le importaba tanto aquello? ¿Por qué a su hermano le importaba tanto que él le llamase de una forma o de otra? - desde que éramos pequeños papá siempre me llamaba así, y tras papá lo escuchaba de ti, pero cuando el ... cuando él murió...- hizo una pausa para dejar escapar un sollozo y luego continuo - tú ya no volviste a llamarme así... tu ya no volviste a hablarme... ya no volviste a ser mi hermano... .- proseguía el chico mientras más lagrimas brotaban por sus ojos y resbalaban por sus mejillas.- yo siempre intentaba acercarme a ti... pero tú siempre huías.- recordaba el chico.
Adam miró a su hermano por un segundo, le parecía increíble estar escuchando todo aquello de él, le parecía imposible que su hermano sintiese aquello hacia él, que quisiese permanecer junto a él, a pesar de todo lo que había pasado...
- tú siempre estabas rodeado de gente...- recordó, en la escuela sus amigos siempre estaban junto a él y era humillante para el acercarse hacia su hermano en aquellas circunstancias, y en casa siempre estaba encerrado en su habitación estudiando.- ellos siempre te prefirieron a ti
- pero yo no quería estar rodeado de ellos, yo no quería celebrar mis logros con la gente, yo quería celebrarlos contigo. - concluyó dejando a Adam totalmente sorprendido ante aquello.- Tras la muerte de papá tu siempre me culpaste, lo sé, me culpaste de que se fuera, me culpaste también de que mamá nunca estuviese con nosotros, de que siempre trabajase, me culpabas de todo, y en vez de quedarte junto a mí, en vez de darme tu amor, tan solo me dabas desprecio... ¿crees que tras perder a papa necesitaba que fueras frio con migo? Necesitaba tener a mi hermano junto a mí, pero tu tan solo te alejaste de mí.- y dicho esto cayó a la fría hierba de rodillas mientras el dolor salía al exterior, mientras las lagrimas salían sin que el pudiese hacer nada por detenerlo.
Adam miró a su hermano petrificado, tenía los ojos totalmente abiertos y los frotaba con sus puños una y otra vez, parecía un sueño, parecía algo irreal que su hermano se sincerase con el de aquella forma. Aquello era lo que siempre había querido oír, lo que siempre había querido era que su hermano le plantase cara y se aferrase a él, pero el tan solo se dejaba insultar y avasallar por él y nunca hacia nada.
- yo... pensé... que no te importaba... que... jamás pensé que sufrieras tanto por todo esto... yo pensé que tu tan solo... Yo quería que estuvieras a mi lado, quería que cuidaras de mí, pero no como un padre, quería tener a un hermano, pero tú siempre actuaste como un padre conmigo, yo no quería un padre, quería a mi hermano.- le recriminaba el chico sin poder evitarlo, parecía increíble que estaba teniendo esta conversación con su hermano, nunca en su vida había creído que algo así pudiese suceder realmente.
En aquel momento una estúpida idea vino a su mente, la tentación de acercarse a su hermano y abrazarle cruzó su mente, pero eso era algo a lo que el no estaba acostumbrado, para empezar no sabría cómo hacerlo, no sabría qué decir, no estaba en su forma de ser ser amable con su hermano, así que tan solo ignoró aquella idea.
- el prometió que lo haría...- dijo una tercera persona ante ellos, Elisabeth necesitaba decirlo, sentía que si lo decía quizás aquel peso, aquella enorme pena desaparecería de su interior - él le prometió a tu padre que cuidaría de ti y de tu madre como el cabeza de familia, el prometió que si algo pasaba cuidaría de ti como un padre, por eso lo hizo.- ante aquel comentario William levantó la cabeza y miró a Elisabeth con odio, el no quería que ella le revelase la verdad a su hermano, odiaba ser el bueno, odiaba ser el tonto, aquella situación no le gustaba.
Adam miró a ambos totalmente boquiabierto, al fin ahora lo entendía todo, entendía perfectamente la situación por la que su hermano había pasado cuando su padre había muerto, comprendía perfectamente como se había sentido durante toda su infancia intentando cuidar de ambos, comprendía como se había sentido con cada desprecio por su parte, como se sentía cada vez que ... ahora lo comprendía todo, ahora... no podía hacer nada, sus lágrimas habían comenzado a brotar por sus pequeños ojos, haciendo que su corazón se encogiera por todo aquello... recordando a su hermano, a su hermano mayor Will, antes de que su padre muriera, cuando pensaba que su hermano era el mejor, cuando quería convertirse en alguien tan genial como él, y entonces con lágrimas en los ojos sonrió...
- pero yo... nunca te lo pedí... nunca te pedí que te convirtieras en un padre para mí, yo quería a un hermano... quería a mi hermano Will.
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