ACTO II (Onceava Escena)
Escena XI: El pasado de Irlute Lante Bentio y el consejo de su madre Ormenia con la relación entre Rutaldo y Junsefo
Fecha: 10 de abril del 2019 (Día)
Lugar: La sala de estar – El hogar de la familia Lante Bentio
Personajes:
· Irlute Lante Bentio
· Ormenia Bentio
· Junsefo Lante Bentio
(Descripción del lugar: La sala de estar es un espacio amplio que conforma las siguientes características. En el lado izquierdo del escenario, nos podemos percatar de un mueble marrón y un cuadro de una pintura amazónica que se encuentra colgada en la pared y detrás del mueble. El mueble se halla decorado con dos almohadas cubiertas de una tela blanca. En el centro del escenario, se halla una mesa de cristal. Sobre la mesa, se puede observar un ramo de girasoles colocado sobre un florero de cristal y una taza que contiene un delicioso café. En el lado derecho del escenario, se puede mirar un televisor que se halla en la pared. Aquel televisor es muy grande y es de color negro. Debajo del televisor, existe un estante que contiene dos pisos. En el primer piso, se hallan las llaves de la casa y las del auto. En el segundo piso, se encuentran dos fotos familiares que se hallan decoradas con un marco negro cada una. En una foto podemos ver a Junsefo de pequeño y en la otra podemos apreciar a toda la familia que incluye a Ormenia, Junsefo y Irlute)
(Ingresa Irlute Lante Bentio caminando al escenario por el pasillo izquierdo)
(Ingresa Junsefo Lante Bentio caminando al escenario por el pasillo derecho)
Junsefo: (estresado) Irlute, parece que tu novio está cambiando, pero no sé cuál es la razón. Le has hablado sobre mí o acaso le dijiste que ibas a romper con él si es que seguía molestando ¿Cómo lo llegaste a conocer? ¿Acaso se besaron como en las películas básicas de After o Cincuenta Sombras de Grey?
Irlute: (calmada) Junsefo, yo no suelo comportarme como una chica sumisa, porque siempre trato de mostrar seguridad hacia los demás para que no me controlen. Sin embargo, dentro de mí todavía sigo enamorada de Rutaldo, aunque a veces no lo soporte. El amor no es tan fácil como parece, pero creo que te aburrirás si te sigo contando.
(Junsefo Lante Bentio se dirige al segundo piso del estante que se ubica debajo del televisor y saca la foto donde se encuentran él, Ormenia y Irlute en el pasado)
Junsefo: (nostálgico) Hermana, ¿Te acuerdas de aquel viaje familiar donde fuimos a Ayacucho? En aquella ocasión, nos dirigimos a un bello hotel que quedaba en la plaza de armas. Me acuerdo la belleza de aquella provincia. Justo cuando llegamos, yo pude ver como muchos alumnos llevaban carretas en sus espaldas. Se me hizo raro, pero yo no suelo criticar a las personas cuando se meten conmigo.
Irlute: (calmada) Si puedo acordarme de ese viaje, Junsefo. Me acuerdo que incluso fuimos a una cueva llamada Pikimachay para conocerla por dentro. Era amplia, angosta y un poco tenebrosa para mí. Recuerdo en una ocasión cuando vi a varios ambulantes vendiendo en la ciudad para ganarse un poco de dinero. Sentía una profunda lástima por ellos, porque deseaba apoyarles con alguna moneda.
Junsefo: (nostálgico) Yo solía ser un poco más alegre en ese tiempo, porque tenía cien soles en mi billetera. Estaba en cuarto de secundaria y pensaba que el dinero era fácil de conseguir, pero de inmediato supe que estaba equivocado. ¿Y si acaso estoy recordando esto para mi situación actual con el sueldo que gana en la práctica?
(Irlute bosteza y extiende sus brazos hacia arriba)
Irlute: (cansada) No lo sé, hermano. Cada situación de nuestra vida ocurre por alguna razón. A veces no sabemos de cuál motivo sea, pero debemos estar preparados para lo que viene. Además, siento que cada momento que vivimos puede servir para cualquier instante de nuestra vida.
Junsefo: (asombrado) Me sorprende que a veces seas tan reflexiva, hermana. Suenas un poco mayor para tu edad. Tu novio Rutaldo está comportándose medio extraño y no sé de qué manera puedo entenderlo. Parece que simplemente intenta llevarse bien, ya que incluso me pidió perdón por los insultos que me había dicho.
(Irlute empieza a mover las dos piernas de forma temblorosa)
Irlute: (nerviosa) Hermano, la verdad tengo mucho que contarte sobre mí. A pesar de que somos hermanos, pues no te he contado todo sobre mi vida. A veces me siento deprimida en las noches y no entiendo por qué me siento así. Mi temperamento cambia cada hora dependiendo con la persona que me encuentre.
Junsefo: (comprensivo) Irlute, te entiendo. A veces trabajar en la oficina también provoca que mi carácter se vuelva un poco más negativo, porque siento que ando perdiendo el tiempo en el trabajo. Si tuviera tan solo un billete de cien soles en la mano, entonces volvería a casa con una hermosa sonrisa para descansar.
Junsefo: (comprensivo) Irlute, te entiendo. A veces trabajar en la oficina también provoca que mi carácter se vuelva un poco más negativo, porque siento que ando perdiendo el tiempo en el trabajo. Si tuviera tan solo un billete de cien soles en la mano, entonces volvería a casa con una hermosa sonrisa para descansar.
Irlute: (nerviosa) Rutaldo entró a mi vida justo cuando acababa de ingresar a la universidad. Luego de terminar de prepararme en una academia, empezar la vida universitaria fue un momento de celebración para mí. Aún recuerdo como ese chico me decía frases románticas para conquistarme. Me sentía necesitada de su amor, porque acepté convertirme en su novia.
Junsefo: (curioso) Hermana, ¿Por qué querías estar con él desde un inicio? ¿Qué fue lo que te enamoró de él? Espero que no me digas su apariencia física, porque ahí me darías mucha lástima. No quiero que te conviertas en esas chicas obsesionadas con los hombres como si enamorarse fuera lo más importante para uno.
(Irlute Lante Bentio respira profundamente y deja de mover las piernas)
Irlute: (calmada) En realidad, le hicecaso, porque él se mostraba como un hombre encantador, cordial y que lanzabapiropos a las chicas en la universidad. Sin embargo, cuando empecé a andar con élme di cuenta que realmente no era bueno para mi vida. Seguí siendo su novia,porque tenía miedo de sufrir en silencio.
Junsefo: (confundido) ¿Por qué dices sufrir en silencio? No lo puedo entender y necesito que me lo expliques, hermana. ¿Cuál es el problema que tienes con Rutaldo? En mi caso, soy incapaz de vivir tranquilo pensando que soy una persona de clase media. Me harta no tener dinero y quisiera tener la vida de una persona rica.
Irlute: (llorando) Hermano, por muchos años he tenido que guardar mis emociones dentro de mí. Cuando tenía catorce años, empezaba a vivir muchas noches llorando sin parar de forma repentina. Me dolía constantemente la cabeza y la espalda. No podía ser capaz de dormir a gusto y eso me aterraba.
Junsefo: (sincero) Es un asunto delicado, hermana. En mi caso, me avergüenzo de mi propia identidad, porque tengo mucha envidia de las personas con una vida arreglada. La gente que vive con grandes lujos es capaz de sonreír todos los días sin preocuparse por lo que digan los demás. Reconozco que no soy el mejor chico por ser tan quisquilloso con mi jefe. Espero que no te sientas ofendida.
Irlute: (calmada) Debo confesarte que siempre te guarde mucho cariño dentro, pero no la manifiesto por temor a terminar con Rutaldo. Ese chico lo necesito en mi vida, porque no quiero sentirme deprimida o sola en esta vida tan difícil. Te aconsejo que no reprimas tus emociones y espero que te vaya bien en tu trabajo.
Junsefo: (sincero) Cuando veo a alguien con dinero, la veo tan sonriente, ya que gastan en su dinero en conseguir absolutamente todos sus placeres como comida, ropa cara e incluso obtener sus propios sueños. A veces envidio que esa gente sea más feliz que yo y eso me pone mal por dentro.
Irlute: (calmada) Hermano, siento que podríamos contarnos más datos sobre nuestra vida para intentar ayudarnos. Asimismo, considero que Rutaldo es un problema para ambos, ya que a ti te molesta y a mí me lastima por dentro. Ahora pensándolo bien he decidido que romperé con él. Me enamoré de él, porque me hacía sentir bien, pero ahora ya no es así
Junsefo: (sincero) Irlute, me siento tan aliviado que te abras conmigo para contarme tus asuntos. Valoro tu valentía al querer romper con Rutaldo a pesar de que probablemente tengas muchos periodos depresivos. Espero que te encuentres bien y no vayas a sentirte mal en algún momento.
Irlute: (calmada) Junsefo, creo que ahora tienes trabajo así que mejor charlamos en otra ocasión. Espero que las notas lleguen bien a los lectores y ellos puedan disfrutar de tu hermosa redacción. Admiro tu buena voluntad para aprender a ser un mejor periodista.
(Ingresa Ormenia Bentio caminando al escenario por el pasillo izquierdo)
Ormenia: (sincera) Hijos, vayan a realizar sus asuntos de trabajo o universidad, porque no estaré esta noche en casa, ya que me iré a dormir con sus tías. Espero que tengan mucho éxito en sus asuntos y que Dios los acompañe.
(Ormenia Bentio se retira caminando del escenario por el pasillo derecho)
(Irlute Lante Bentio se retira caminando del escenario por el pasillo izquierdo)
(Junsefo Lante Bentio se retira caminando del escenario por el pasillo derecho)
(Cierre del telón) (Fin de la escena XI)
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