Escena XVI: El trasfondo personal de Rotelio Kirto Muñoz y su conversación con Junsefo Lante Bentio

Fecha: 11 de abril del 2019 (Tarde)

Lugar: El patio – El diario El Comercio

Personajes:

· Junsefo Lante Bentio

· Urtelo Inulo Gómez

· Rotelio Kirto Muñoz

· Rutaldo Irmone Bulte

(Descripción del lugar: El patio es un espacio amplio que contiene las siguientes características. En el lado izquierdo, se muestran dos asientos de color marrón que se hallan encima de un césped verde. En el lado derecho, podemos apreciar dos botes de basura de color negro que se hallan encima del mismo césped. El ambiente se encuentra iluminado y en esta ocasión el escenario es de día)

(Se abre el telón)

(Ingresa Rotelio Kirto Muñoz caminando al escenario por el pasillo izquierdo)

(Ingresa Urtelo Inulo Gómez caminando al escenario por el pasillo derecho)

Urtelo: (atento) Rotelio, me alegra verte, pero veo que no andas trabajando. ¿Ha pasado algo o tal vez Kiurno te reprendió en alguna ocasión? A veces es bueno desahogar lo que sentimos, porque quizás no podemos lidiar con nuestros propios sentimientos. Además, se necesita mucha valentía y coraje para poder expresar nuestras anécdotas a los demás.

Rotelio: (cordial) Urtelo, ahora me encuentro en descanso, porque he ido al congreso de la República en la plaza de Lima y he fotografiado muchas veces que hasta mis ojos quieren descansar. Kiurno me explota mucho y eso no me agrada, porque suelo cansarme mucho. ¿Tienes alguna botella de agua o un snack para comer?

Urtelo: (atento) La verdad es que no he comprado nada, porque mi esposa se encuentra muy mal de salud y he gastado todo mi dinero en ella. Ni siquiera mis hijos han comido bien en estos días y me preocupa un montón. Tal vez me puedas dar algo de plata para por lo menos comprarles un helado para que no sigan hambrientos.

Rotelio: (amable) Me hace recordar a mi infancia cuando hablas de tu familia, pero creo que mejor regresaré a trabajar antes de que empieces a exigirme explicaciones que no deseo brindar, porque es mi vida privada. No quiero ser malo contigo, pero quiero que respetes mi espacio. No hay que mezclar lo profesional con la vida privada.

Urtelo: (cordial) Rotelio, ¿Por qué lo dices? ¿Qué ocultas bajo esa imagen perezosa, trabajadora y cansada? Tal vez me puedas contar un poco sobre tu vida personal solo para ayudarte en caso de que lo desees. No quiero forzarte a hablar de tu pasado, pero a veces es bueno contarlo para aprender de ello. Si gustas hablar, entonces hazlo.

(Urtelo Inulo Gómez pone su mano izquierda en el hombro izquierdo de Rotelio)

Rotelio: (nostálgico) Cuando era niño, mis padres no me compraban muchas cosas como juguetes, regalos y ni siquiera tenían tiempo para brindarme cariño o aprecio. Por esa razón, yo siempre quiero conseguirme algún premio en el día con el fin de hacer feliz a mi niño interior. Ellos siempre paraban ocupados y no me ponían atención.

Urtelo: (curioso) Rotelio, veo que tu infancia es igual a la de mis hijos, pero creo que tal vez puedes superarla o intentar olvidarla. ¿De dónde vienes o más bien dónde naciste? Te lo digo, porque a mí siempre me intriga la vida de las personas con las que trabajo. Siempre estoy dispuesto a brindar una mano a cualquier persona que lo requiera.

(Urtelo Inulo Gómez pone su brazo izquierdo sobre los dos hombros de Rotelio)

(Rotelio Kirto Muñoz comienza a derramar lágrimas de su rostro)

Rotelio: (llorando) Yo vengo del departamento de Ayacucho. Mi padre era un vendedor ambulante de pan y mi madre era solo una ama de casa. Cuando era pequeño, pensaba que el dinero y la felicidad era un sentimiento duradero y único que me provocaba sonreír cada vez que lo pensaba. Sin embargo, después me di cuenta de que estaba equivocado

Urtelo: (confundido) ¿Equivocado? ¿O sea en algún momento pensaste que tus padres no te querían ¿De verdad piensas que ellos no trabajaban para mantenerte? ¿Cómo llegaste al diario el Comercio? Necesito saberlo para poder ayudarte, porque si no yo no podré hacer nada. Además, me estremece tu pasado.

Rotelio: (nostálgico) Cuando cumplí nueve años, mis padres me contaron que me hicieron una carta. Aquel sobre escrito por ellos decía que les dolía no haberme comprado por nada en mi cumpleaños, porque no les alcanzaba para comprarme ni siquiera un peluche. Me entristecí por dentro y comprendí que ellos no tenían dinero.

Urtelo: (comprensivo) Entiendo el trauma que tienes de niño, pero podemos arreglarlo. Solo basta con que consiga algo de plata y les compre algo que les agrade a mis hijos. Tal vez un juguete o un pedazo de pastel para verlos sonreír. Si quieres te guardo uno a ti para que te sientas bien. No quiero verte triste en el trabajo que nos toca realizar todos los días.

Rotelio: (llorando) Urtelo, aprecio tu lindo gesto. Lamentablemente eso no cambiará el pasado, pero al menos me hace pensar en un instante de felicidad que hubiera sido bonito de vivir. A veces ilusionar con un momento agradable nos hace sentir como si lo estuviéramos viviendo en vez de aceptar nuestra cruda realidad.

Urtelo: (comprensivo) ¿Y en algún momento tus padres pudieron hacerte sonreír o al menos intentar consolarte por no tener ningún objeto valioso cuando eras niño? Quizás algún momento de la escuela o en la secundaria. Debe haber alguno para que lo recuerdes cada vez que pases por una dificultad en tu vida.

Rotelio: (llorando) Una vez en cuarto de primaria mis padres me compraron una cámara que se la habían quitado a un ladrón que andaba persiguiéndolos. Ellos encontraron ese aparato y me lo dieron como regalo. Desde ese momento, ese pequeño obsequio lo cuido como mi vida y en ese momento me di cuenta que quería ser fotógrafo para sentirme feliz como el día en el que me la dieron.

(Rotelio Kirto Muñoz se seca las lágrimas utilizando sus dos manos para sentirse tranquilo y sereno)

Junsefo: (cordial) Buenos días, Rotelio. ¿Crees que yo pueda pedirte una fotografía extra para la revista de hoy? Considero que podríamos ir a cualquier lugar del congreso para tomarnos una foto. Además, quisiera ir a tomarme un vaso de emoliente que venden en las bodegas. Me intriga saber cuáles tipos de refrescos callejeros existen.

Rotelio: (llorando) Junsefo, ahora no tengo tiempo ni ganas para tomar fotos. Definitivamente, te recalco que existe una gran posibilidad de que haya otro fotógrafo para que realice lo que tú quieres. A veces la fotografía es muy compleja y además hay que añadir el crédito y la leyenda. Además, siento que también debo descansar.

Urtelo: (amable) Rotelio, es mejor que vayas a tu casa para reposar. A veces el trabajo nos agobia. Siento que hay muchas maneras de relajarnos y a veces lo necesario es salir a dar una vuelta o siempre establece un hábito saludable para intentar calmarte o respirar lo más profundo que puedas. Espero que tus padres sigan queriéndote. 

Junsefo: (intrigado) Rotelio, ¿Te sientes mal o has comido algo que no te ha caído bien? Definitivamente, siento que te falta contarme algo para poder entenderte. Además, creo que podríamos contarnos nuestras experiencias para intentar aprender algo de ellas. Si te sientes mal, solo dímelo, porque me importas.

Rotelio: (llorando) Junsefo, estaba recordando mi infancia completa mientras Urtelo me preguntaba sobre una forma de conseguir muchos juguetes o regalos para sus hijos. Me contó que tenía una mala situación económica en su hogar y yo me sentí como si se tratara de mí. Espero que comprendas mi malestar y vayas a pedirle fotos a otra persona.

Urtelo: (amable) Rotelio, siempre es importante tomarse los problemas con calma y paciencia. Sin dudarlo, creo que incluso podrías consultar con un psiquiatra. Incluso me he dado cuenta que muchas veces los problemas se hacen menos complicados cuando uno se encuentra consciente de que para todo hay solución.

(Rotelio respira profundamente y se limpia nuevamente las lágrimas de su rostro usando sus dos manos)

Rotelio: (llorando) Otro recuerdo feliz que tengo es cuando mis padres me regalaron un lindo perrito, pero después ese cachorro murió atropellado por un carro en el momento que se me escapó de mi casa, ya que deseaba explorar la calle.

(Ingresa Rutaldo Irmone Bulte caminando al escenario por el pasillo izquierdo)

Rutaldo: (apurado) Junsefo, el jefe Kiurno te busca y no está de un muy buen humor que digamos. Espero que no te despida, aunque me dijo que vayas preparados para soportar sus gritos, regaños y malas palabras por siacaso.

(Urtelo Inulo Gómez se retira caminando del escenario por el pasillo derecho)

(Rotelio Kirto Muñoz se retira caminando del escenario por el pasillo izquierdo)

(Rutaldo Irmone Bulte se retira caminando del escenario por el pasillo derecho)

(Junsefo Lante Bentio se retira caminando del escenario por el pasillo izquierdo)

(Cierre del telón) (Fin de la escena XVI)