"Sabes que podría dejar

que me conquistes esta noche.

Una como yo es algo bonito,

¿pero dos?

Dámelo, cariño"

JUNO – Sabrina Carpenter

En la retrospectiva de JiMin y de JungKook; había sido el mejor último año de sus vidas en la preparatoria. Ahora veían pasar frente a los ojos sus cinco años escolarizados, pero el pelinegro se pregunta; ¿Por qué jamás miró a JiMin? Tanto tiempo recorriendo los mismos pasillos, estando en la clase de deportes, incluso muy cerca en las mesas de la cafetería. ¡Por Dios! ¡Vive a una cuadra de su casa! Y jamás lo notó.

Quizá perdió tiempo, quizá pudieron vivir más momentos, pero puede que el tiempo y el destino hayan sido sabios a la hora de trazar los sucesos. Y está bien, lo acepta, porque después de la preparatoria ya no habrá fuerza mayor que los separe.

Cada uno había elegido su universidad, pero se encargaron de hallar un piso que quedara en un punto intermedio entre sus facultades.

JungKook había elegido música, como ya se sabía desde el inicio. Y JiMin optó por la carrera de letras clásicas para cumplir su sueño de ser escritor. Aunque realmente no necesitaba prepararse, porque talento tenía de sobra, incluso había ayudado a JungKook con la letra de varias de sus canciones, mismas que espera, algún día, el mundo pueda escuchar.

Sus pensamientos estaban llenos de eso y de la incertidumbre del futuro próximo que prácticamente los está acechando. Definitivamente ya no eran adolescentes, quizá ya no podrían cometer más errores porque necesitaban asegurar sus siguientes días, no sólo como estudiantes universitarios u hombres, también como pareja.

Ambos estaban seguros de continuar con esto, de poder llevarlo lo más lejos posible. Habían visualizado sus vidas con esos hijos que querían, sus carreras profesionales y una casa linda y grande para compartir.

Sus vidas estarían llenas de retos, estaban conscientes de ello, pero al menos miedo ya no tenían, porque ahora que reciben su certificado de acreditación en el bachillerato, sienten el poder y la certeza de que todo será mejor en cuanto den un paso hacia su nueva vida.

Estaban cerrando un buen capítulo de sus vidas y lo hacían tomados de la mano, estando al lado y a cada paso, incluso tomándose fotos divertidas y dándose besos en medio del publico emocionado que celebraba la culminación de un ciclo, de una generación que anhela tener éxito en el futuro.

—Necesitamos fotos con el profesor Jung—decía JiMin al tiempo que lo jalaba de su mano.

El profesor Jung HoSeok, sin duda, se había convertido en una persona sumamente importante para ellos. Su cupido personal y tal vez el mayor consejero de ambos, por eso no podía faltar en su álbum de fotos, ni mucho menos perdería protagónico para cuando su historia de amor fuese contada. Él era la pieza fundamental de todo.

—Sé que desean irse a su luna de miel lo más pronto posible—bromeó JiMin con una sonrisita burlona—pero de verdad necesitamos una sesión de fotos con ustedes.

—Justo estaba por pedirles lo mismo—sonrió HoSeok mostrando su cámara.

El inalcanzable director Min estaba a unos cuantos pasos con una media sonrisa. Aun cuando este momento era importante para muchos, no perdía esa postura tan seria que te asusta, pero ahora ni JiMin ni JungKook lo veían de la misma forma, no después de verlo actuar tan tierno cuando está al lado de su esposo. Aquí aparentaba ser frío y lleno de seriedad, pero ellos bien sabían que sí era una masita.

—Director Min, háganos el honor—pidió JungKook con una sonrisa pícara.

Jamás en su vida se hubiese creído que tendría ese grado de confianza con el director más aterrador que haya conocido, pero ahora ahí estaba él tomándoles una foto con su profesor favorito. Tampoco hubiese creído que sería capaz de tomarse fotos con ellos, pero lo hizo, y se mostró bastante alegre, sobre todo porque aprovechó para abrazar a su esposo.

Ahora las cosas eran completamente diferentes para ambos. Aunque muchos profesores estuvieron en desacuerdo total por su relación, pronto se dieron cuenta de que no tenían nada en sus manos que pudiera perjudicarlos, pues era cierto que cada cual se tomaría su puesto muy en serio. Eran muy profesionales cada vez que estaban dentro de la escuela y no se hablaban para otro asunto que no fuese sobre los alumnos o sobre el trabajo. Almorzaban juntos, pero se limitaban a sólo charlas constructivas y a cero muestras de afecto. Para cuando llegaba la hora de salida, entonces sí, aprovechaban cada minuto que tenían juntos. Por fortuna ya compartían la misma casa, la misma cama y la misma vida.

—Este último año fue... curioso en muchos aspectos—decía HoSeok con una suave sonrisa—De ustedes aprendí muchas cosas, sobre todo una mañana con JiMin. Entendí que debía ser valiente y que nadie podía privarme de intentar ser feliz de una vez por todas—hizo una pausa para abrazar a ambos— Espero que tengan una buena vida, no sólo en el ámbito escolar, también en el personal. Y espero que nos inviten a su boda.

—Por supuesto que irán a nuestra boda—JiMin dio saltitos de emoción—Nuestro cupido debe estar en primera fila para nosotros.

—Desde ya voy a agendar la fecha—sonrió divertido y miró a su esposo.

—Me hubiera gustado poder compartir un poco más de tiempo con ustedes—habló YoonGi—Pero comprenderán que tenía una reputación que mantener.

—Ya no debería esforzarse por ser tan frío y serio—lo codeó JiMin con sorna—Cada vez que mira al profesor Jung sus ojos se iluminan y pone cara de cachorro consentido.

Inevitablemente las mejillas del aterrador director Min se enrojecieron y luego él bajó la vista para vacilar en su lugar. Sí, el rubio tenía razón, no podía evitar demostrar un poco de su enamoramiento cada vez que tenía a su esposo cerca, sobre todo si le sonríe tan dulce como siempre, como la primera vez que lo cautivó. Así que no pueden culparlo por amarlo tanto y por incluso haber cambiado esa parte de su personalidad.

Tuvieron que despedirse de ellos en vista de que debían marcharse al aeropuerto, pero estaban seguros de que se volverían a ver, pues sin importar que sean mayores, podrán tener una amistad donde existirá el apoyo mutuo y la cordialidad.

Se quedaron un rato más para despedirse de sus compañeros, esos mismos que, aunque no fueron tan cercanos, sí fueron sus acompañantes de largos cinco años de preparatoria. Les invadía un poco la nostalgia al ver que dejaban atrás un lugar muy importante para ambos, sobre todo porque en el último medio año crearon los mejores momentos de sus vidas como adolescentes.

JungKook tomó la mano de JiMin y la acarició con suavidad al tiempo que la llevaba a sus labios para besar el dorso. Mientras juntos miraban por última vez el edificio donde estaban los salones de ambos, había muchos sentimientos encontrados, sobre todo recuerdos, así que el pelinegro pensó que este era un buen lugar para hacer lo que ha tenido en mente los últimos días.

—Minie—lo llamó con suavidad.

—JungKookie—lo miró con una mediana sonrisa.

A través de sus ojos podían ver más allá de la ventana de sus almas y sentían la conexión que con el tiempo reforzaron. Ambos estaban enamorados y creían fielmente que ese sentimiento jamás se terminará. No tienen miedo del futuro, aunque sí incertidumbre, sin embargo, es JungKook quien quiere asegurarse, de una manera más simbólica, que estarán juntos el resto de sus vidas.

—Sé que viviremos juntos en el mismo piso cuando vayamos a la universidad, y sé que confías en mí tanto como yo confío en ti—sonrió y se giró completamente para tomarlo de ambas manos—Es sólo que... quiero dar un paso que nos acerca a lo que deseamos para nuestro futuro.

JiMin sólo lo miraba atento y sentía cómo su corazón se aceleraba. No había ni la más mínima idea de lo que él estaba tratando de hacer o decir, pero aun así se sentía nervioso y un tanto tímido. Lo vio sacar algo de su bolsillo y cómo sus ojos brillaban intensamente, con mucha esperanza desbordando en sus pupilas, además de una expresión similar a cuando le dio regalos por primera vez en San Valentín.

—Quiero darte un anillo de promesa—informó y abrió la cajita donde había dos anillos—Con esto te prometo que seré tuyo toda la vida y estaré contigo sin importar lo que pase. También te hago lo promesa de que nos casaremos, que tendremos una casa linda y un hijo... o los que quieras—sonrió divertido—Sólo necesito que me des tiempo para convertirme en alguien completamente digno de ti.

La atención de JiMin estaba en los anillos, pero sus oídos escucharon perfectamente cada palabra de su novio. De todo lo que imaginó esto no estaba en sus planes, y sin duda le aceleraba el corazón, lo hacía sentir cálido y especial.

—En muchas ocasiones he dictado cada una de las promesas que tenía para ti—le dijo el rubio con una tímida sonrisa y sus ojos brillando—Pero hoy es algo más poderoso que eso, porque aunque esto no nos enlace mediante el matrimonio, sí enlaza nuestras almas. Ahora soy todo tuyo y tú eres mío—sonrió contento.

JungKook también sonrió y no esperó para colocarle su anillo de promesa y para que él hiciera lo mismo. Se había pactado y lo acreditaron con un beso tierno y juguetón, sin darse cuenta de que sus más grandes cómplices estaban siendo testigos y su apoyo en la distancia.

—Sí que son lindos juntos—expresó Jin con una sonrisa contenta.

—Lo son... bastante adorables y tiernos—completó Rosé.

— ¿Se dan cuenta de la gran madurez que han manejado en su relación? —inquirió NamJoon mirando con orgullo a su hijo y a su yerno—No cualquiera lo hace a la edad de ellos.

—Eso es verdad—asintió JaeHyung—Aquí es cuando nos damos cuenta de que hemos hecho un buen trabajo como padres—sonrió orgulloso también.

A estas alturas, la familia Jeon y la familia Park se estaban convirtiendo en una sola. Los cuatro se consideraban amigos más que consuegros unidos por el enamoramiento de sus hijos. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y que podían pasar momentos agradables sin que estuviesen sus hijos presentes. Ahora los veían graduarse y estaban satisfechos con su esfuerzo y con todo lo que estaba por venir para ellos.

—Van a estar bien—sonrió Rosé y suspiró.

—Muy bien—asintió Jin.

— ¡Oigan! ¡Tenemos que ir a celebrar! —de pronto gritó TaeHyung.

—Nos vamos a auto invitar a su fiesta—sonrió EunWoo.

JungKook hizo un puchero al estar inconforme con que los hayan interrumpido en su momento importante, pero igual tenía otra sorpresa para JiMin, algo que siempre le dará sin importar la situación o el lugar, porque él es su mayor inspiración.

Por fortuna habían hecho comida suficiente para festejar la graduación de los pequeños que ya no tenían nada de pequeños.

Esta ocasión se reunían en la casa de los Jeon, porque lo habían acordado de ese modo y en vista de que la anterior visita fue en la de los Park.

Fue Jin quien se encargó de preparar todo lo que pudo antes de la ceremonia y Rosé completó con unas cuantas de sus recetas secretas. Habían adornado el jardín y montado una mesa que parecía banquete, misma donde EunWoo y TaeHyung no reparaban en comer todo lo que tuviesen a su alcance.

La comida se vio llena de pláticas de donde se recordaban memorias de los chicos cuando alguna vez fueron bebés en pañales o niños llorones en su infancia. Era Jin quien tenía más anécdotas que contar sobre el pequeño JungKook travieso quien mayormente sufría caídas o raspaduras en su cuerpo.

—Por un tiempo tuve que dejar mi empleo para poder encargarme de él—decía Jin rodando los ojos—Era esa clase de niño que tomaba un "no" como un "sí", "sí a todo" —suspiró y lo miró—No me arrepiento de haber estado con él en aquella época, no importa que haya roto mucha de mi vajilla, incluso que se haya caído de ese árbol, o que haya roto la ventana con el balón en más de una ocasión—sonrió divertido—Volvería a dedicar cada segundo de mi vida a él... aunque ahora tú te harás cargo, JiMinie—le advirtió.

—No tengo problema con eso—dijo y abrazó a su novio.

—Eso dices ahorita, pero una vez que veas el desastre que representa, ya no pensarás lo mismo.

—Se supone que debes hablar bien de mí—se quejó JungKook— ¡Eres mi papá!

—Y porque lo soy él debe de saber que eres desordenado—le regañó.

—Sigo sin tener problema con eso—sonrió el rubio y se aferró a su novio.

—En realidad, JungKook tendrá que soportar la insistencia de JiMin con tener un bebé—habló Rosé y miró a su hijo—Recuerdo el primer día que llegó de la escuela y dijo que había visto al chico más guapo del mundo. Y yo creí que sería algo pasajero, es decir, era un niño entrando a la adolescencia, pero con el tiempo me di cuenta de que eso era en serio. Había veces en las que pensaba que podía venir por JungKook a su casa para decirle; "oye, le gustas a mi hijo", pero hubiese sido muy intenso de mi parte. Aunque debo confesar que varias veces acompañé a JiMin para espiarlo cuando iba al parque a correr.

— ¡Mamá!

—Ay, cielo. A estas alturas ya no debería avergonzarte nada—se quejó y le sonrió con burla—Te conoce hasta el alma.

—Pero ese era un secreto—le hizo un puchero y cubrió su rostro.

— ¿O sea que me acosabas? —inquirió JungKook con diversión.

—Yo no diría acosar—defendió Rosé—Más bien te analizábamos.

—Sólo un poquito—respondió JiMin con timidez.

—Me encanta pensar que ellos estaban destinados a estar juntos—dijo Jin con un suspiro.

Quizá.

Probablemente sus caminos fueron trazados para encontrarse incluso antes de nacer. A veces se preguntaban por qué no sucedió antes, pero no pueden cuestionar los métodos de la vida, no cuando los resultados fueron mejores de lo esperado. Estaban juntos y eso era todo lo que importaba.

Sus padres continuaban hablando de muchas cosas y de ello. Jin no perdió la oportunidad de contar su historia de amor, y Rosé tampoco. Mientras que NamJoon hablaba sobre cómo podía mejorar la economía de Corea del Sur y esas cosas, algo que JaeHyung escuchaba completamente fascinado porque a él también le atraían esos temas. Ellos se entendían bien.

JungKook vio la oportunidad de escaparse con JiMin para tener un momento a solas cuando salieron de casa para despedir a EunWoo y TaeHyung. Lo llevó a su habitación y lo sentó sobre la silla que estaba cerca de la venta. Cada vez que hacía eso, el rubio sabía que era para cantarle una nueva canción.

"Fueron caminos incorrectos, pero me llevaron a ti"

Comenzó a cantar y JiMin se perdió en ello.

"El destino fue astuto mientras yo era despistado"

"Cupido nos flechó y entonces me volví enamorado"

"En tus brazos encontré un hogar"

"Y en tus ojos hallé mi paz"

En el estómago de JiMin había una absoluta revolución de mariposas que iban y venían. Ya sabía que cada canción de JungKook era especial, pero esta era como un recordatorio de todo lo que habían pasado hasta el momento. Era como un abrazo para decirle todo lo que le hacía sentir y cómo lo veía al respecto.

"Oh, cariño. No te vayas de mi lado"

"Tú y yo y nos hemos encontrado"

"Y me has hipnotizado"

"Yo vuelo por las nubes cada vez que me tocas"

"En tus labios está la droga que nunca me atreví a probar"

"Mi corazón late por ti, porque es tuyo... tuyo y de nadie más"

Los acordes de la guitarra se mezclaban perfectamente con la voz de JungKook que iba desde notas pequeñas a unas más altas o incluso más agudas. JiMin, quizá, era su mayor fan, y desde que se hicieron novios era el primero en escuchar todo lo que estaba preparando, sobre todo las canciones que componía para él.

Se vieron atrapados en ese momento, juntos. JungKook amándolo con su voz, y JiMin amándolo con sus ojos.

Nadie lo haría como él.

"Un error inocente fue una batalla dura de librar"

"Pero tú me diste la fuerza, porque sólo yo te podía amar"

"Entre corazones yo te encontré"

"Y si hubo duda, tu sonrisa la hizo desparecer"

"Te daré mi alma, hasta un universo entero"

"Seré feliz contigo, como en aquel mes de febrero"

Cuando la guitarra dejó de sonar, JiMin tenía las mejillas sonrojadas y un brillo cristalino en su mirada. JungKook alzó la vista para verlo, para apreciar el efecto que causó en él. Había estado trabajando en esa canción desde hacía mucho y no quedó terminada hasta la noche de ayer. Ahora necesitaba saber qué tan buena era, aunque si a su novio le gustaba, entonces quería decir que había valido la pena.

—Te amo—le dijo JiMin con un puchero porque estaba demasiado conmovido.

—Yo te amo más—sonrió y extendió sus brazos para él.

El rubio acudió y tomó el lugar que le corresponde, además de que reclamó el derecho que poseía sobre sus labios. Lo besó... se besaron, y rápidamente pasaron a la cama para llevar a cabo cada sentimiento que desborda de sus pieles. La fogosidad y la intensidad de cada palabra y de cada "te amo" que ha salido de sus bocas ahora eran consumidas por el fuego de su excitación y de la forma en que podían sellar el mejor capítulo de sus vidas de adolescentes.

Entre las sábanas, sus gemidos y cada estocada que JungKook ejercía dentro de JiMin fue que abrieron paso a un sentimiento mucho más intenso. Consolidaron todo lo que construyeron en tan poco tiempo y cerraron la puerta para todos, menos para ellos y lo que sentían.

Llegaron al orgasmo juntos, exclamando sus nombres mutuamente y luego se sonrieron con la mirada.

A veces el camino equivocado te conduce directo al indicado. Y otras veces es necesario tomar el riesgo y las consecuencias de ello. La duda puede ser infinita y dolorosa, porque ahí estacando, ahí donde persiste el miedo al riesgo, no se avanza y se crece con ese vacío, con esa pregunta. Y el arrepentimiento es costoso.

Aun estando en la adolescencia y con muchas preguntas en su interior, JungKook intentó ser valiente dos veces en el mismo día. Un camino incorrecto y un rechazo lo llevaron directamente hacia a JiMin y descubrió el amor más lindo que podía existir en este mundo. Ahora cada canción que sale de su corazón es para él, así como cada verso que ese chico rubio escribe en sus momentos de mayor inspiración.

Sus letras, sus pensamientos y cada acorde de guitarra siempre serán especiales, porque están con la persona correcta.

F I N 

El final en pleno 14 de febrero :)

Todavía me falta el epílogo y un extra. 

El epílogo lo subo en un ratito :)

Y el extra, si lo termino hoy, será al rato en la noche. Sino hasta mañana :)

Las tkm!!!