16 Puerta Cerrada
"¿Quieres probarte mis esposas
rosadas de peluche?
Te oigo llamar a la puerta, cariño.
Sube"
JUNO – Sabrina Carpenter
A veces el fin es el inicio de algo nuevo, algo mejor. Al tiempo que otra generación más terminaba la preparatoria, HoSeok y YoonGi iniciaban un nuevo capítulo de sus vidas. Dentro de poco será la ceremonia de graduados, pero para no perder más tiempo y así poder atender sus asuntos personales, decidieron tener su boda una semana antes de iniciar las vacaciones de verano.
Como se prometió en antelación, JiMin y JungKook están ahí entre los invitados, observando y siendo testigos de cómo esa pareja se jura amor eterno ante el altar.
La sonrisa de HoSeok es radiante y emocionada, pero la mirada de YoonGi parece sólo brillar cuando lo mira a él, sobre todo ahora que le dice sus votos que están siendo dedicados desde lo más profundo de su corazón.
La pareja se unía con voluntad y mucho amor, haciendo la promesa de que le harán frente a todo lo que tenga que venir para ellos, sea bueno o sea malo, saben que pueden hacerlo mientras estén juntos.
Dentro de sus planes oscila la idea de convertirse en padres, pero por ahora es algo que se quedará pospuesto. La propuesta para YoonGi para subir de puesto dentro del sistema estudiantil era algo tentador, sobre todo porque aspiraba a tener una mejor economía ahora que haría una vida de matrimonio con el amor de su vida. Pero eso lo descubrirán dentro de poco.
La promesa de amor se selló con un beso lindo y romántico que todos los invitados aplaudieron y celebraron. JiMin miraba todo desde su lugar con una sonrisa y con un montón de ideas surgiendo desde su interior. Admira a HoSeok, no sólo porque ha sido un gran profesor de literatura y su mentor en el camino de la escritura, también porque es un buen hombre, con pensamientos y sentimientos genuinos y que está dispuesto a ayudar a los demás.
Merecía ser feliz. Ambos debían serlo.
El banquete en honor a la celebración del amor se llevó a cabo en un bello jardín, aprovechando que el clima no estaba en contra de nadie.
La pareja de ahora esposos eran el centro de atención de todos, porque no había forma de separar sus ojos de ellos debido a que eran adorables y desbordaban miel por todos lados. Pero JungKook sólo podía poner sus ojos en una sola persona, misma que se encuentra sentada a su lado mientras disfruta de toda la comida que tiene enfrente.
Las mejillas de JiMin lucen adorables en tanto tenga comida en su boca, sobre todo cuando hace esos pucheros encantadores mientras mastica y se muestra satisfecho por lo que está en su paladar.
Es imposible no mirarlo cuando hace gestos adorables o cuando sus ojos brillan de gusto. JungKook pensaba en ese momento que no había nadie mejor que él para pasar el resto de sus días, porque sólo él conseguía acelerar su corazón con tan sólo una mirada.
Tan perdido en su belleza fue que avanzó gran parte de la fiesta, y esperaron al momento correcto para poder acercarse a los recién casados para entregarles personalmente un regalo. Lo hicieron cuando los vieron solos en su mesa hablando de lo que sea que fuese interesante para ellos, se acercaron cautelosos hasta que consiguieron que sus ojos los miraran.
— ¿Nos conceden unos minutos? —preguntó JungKook con ojos de cachorro.
—Ay, pero por supuesto que sí—respondió HoSeok con una sonrisa—Vengan, vengan... primero quiero agradecerles por haber venido.
—Nosotros les agradecemos que nos hayan invitado—JiMin les hizo una reverencia.
—Que guardadito se lo tenía, eh, director Min—se burló JungKook—Esto sí que fue un tremendo chisme en toda la preparatoria.
—Pues la idea de ocultarlo mía no fue—respondió el mayor con un tenue sonrojo—Si hubiese tenido el poder, se los habría dicho por los megáfonos—se burló.
—Usted da miedo—le dijo JiMin—Pero me imagino que el profesor Jung jamás sintió temor.
—No es tan aterrador como parece—defendió HoSeok con una sonrisa—En realidad es una masita—dijo y soltó una risita.
—Querido, tengo una reputación que mantener—intentó regañar, pero su enamoramiento no se podía disimular aunque quisiera.
—Eso no importa, ya no somos sus alumnos—JungKook se cruzó de brazos.
—Enhorabuena por graduarse—les felicitó YoonGi—Y también debo agradecerles por venir. Mi esposo me contó sobre su historia y que fue él quien los juntó.
—Ustedes son mi mayor triunfo—festejó HoSeok.
—Creo que... nosotros somos quienes debemos agradecerle... especialmente yo—habló JungKook—Tal vez no estuviésemos aquí si usted no me hubiera sugerido acercarme a JiMin.
—O si usted no se hubiera acercado a mí para hablar cuando él y yo peleamos—agregó JiMin—Se lo agradezco mucho... por tener buen oído.
—Hice lo que tenía que hacer, chicos—les sonrió a ambos—Por lo regular, no me equivoco cuando tengo un buen presentimiento.
Era verdad. HoSeok era observador y, quizá, entrometido, pero siempre con buenas intenciones de por medio. Desde que escuchó que JiMin estaba interesado en JungKook, no despegó sus ojos de ninguno de los dos hasta que pudo encontrar una puerta abierta. No dudó de entrar aunque no fuese su asunto y sólo requirió de lanzar una flecha como si fuese cupido, ellos se encargaron del resto.
Lo mismo le pasó con su ahora esposo. Cuando lo conoció pensó que era demasiado frío, pero pudo ver a través de esa máscara que intentaba mantener con los demás. Sólo era un hombre demasiado selectivo que se protegía a sí mismo porque ya no estaba en edad de soportar un corazón roto. Con él también buscó una puerta, aunque esta misma se abrió sola inesperadamente. Y ahora comparten anillos de enlace matrimonial y toda una vida juntos.
—Pues siempre le estaré agradecido—retomó JungKook—Por eso queríamos darles nuestros regalos personalmente—dijo extendieron las cajas con envoltura blanca que trajeron para ellos.
—No tenían que molestarse, para mí es un buen regalo que estén aquí con sus amigos—sonrió y miró a TaeHyung y EunWoo quienes no paraban de comer.
—Es lo menos que podemos hacer por usted después de que fue nuestro cupido personal—sonrió JiMin.
—Pues muchas gracias—sonrió y junto con YoonGi recibieron los regalos—Y espero que también nos inviten a su boda—sonrió pícaro y les guiñó el ojo.
Los ojos del rubio se iluminaron y JungKook lo miró porque era inevitable hacerlo. Desde hacía mucho antes la idea el futuro estaba planteado por ellos mismos, pero con el tiempo definirían lo demás. Mientras bailaba con JiMin un pequeño vals romántico para acompañar a los recién casados en la pista de baile, lo pensaba con más detenimiento. Estaba completamente atento a la forma en que miraba todo lo que estaba a su alrededor; desde las decoraciones en el bonito jardín que ahora era iluminado por muchas luces, hasta las decoraciones con flores blancas y toques dorados que estaban a cargo de globos. Vio la ilusión en sus ojos cuando su atención se posó en HoSeok y YoonGi quienes se daban un beso prolongado. A su mente llegó la imagen misma, pero con otros protagonistas, y entonces entendió que algún día se casaría con JiMin. Que tendrían una boda tan linda como esta y que formarán esa familia que tanto desean.
Hará lo que sea para cumplirle ese sueño, no sólo porque es algo que quiere, sino también porque desea unir su vida con la suya de la forma más correcta posible, porque él es toda su vida.
—Te amo, Minie—le dijo de repente y besó su frente.
La mirada del aludido se iluminó, no sólo por el sentimiento, también por el reflejo de las luces que caían en sus orbes. Sonrió deslumbrante, contento y muy enamorado.
—Yo también te amo, JungKookie—expresó con sus ojos desapareciendo en dos lindas líneas.
JungKook lo tomó de las caderas para pegarlo más a su cuerpo y continuó bailando con él mientras besaba sus labios e imaginaba que esta era su boda.
—Todos se ponen cursis—dijo TaeHyung señalando a sus amigos.
—Nosotros también estamos bailando—le dijo EunWoo con una sonrisa coqueta—Así se verá cuando nos casemos.
— ¿Nos vamos a casar? —inquirió alzando una ceja.
—Pues claro que sí—frunció el ceño—No pienses que cuando vayamos a la universidad tú y yo vamos a terminar.
— ¿Sabes? Yo esperaba poder ir libremente y vivir la vida loca, después de todo, soy muy joven para el compromiso—expresó fingiendo desinterés.
— ¿Qué estás diciendo? —inquirió EunWoo sorprendido y detuvo el baile.
TaeHyung lo miró tratando de aguantar una carcajada, pero se topó con un par de ojos que lo miraban como un cachorro asustado y casi a punto de llorar. Se sintió tan culpable que se apresuró a besarlo.
—Es broma, bebé—lo consoló y sonrió—Sólo estoy jugando.
—Pues no juegues así—se quejó e hizo un puchero.
Irremediablemente el corazón de TaeHyung estaba completamente cautivado por EunWoo. Desde que tuvo la oportunidad, siempre le gustó divertirse y no tener nada serio con ningún chico, pero con EunWoo las cosas eran diferentes, porque en él veía algo que los demás no tenían, y era que lo respetaba. Pese a que avanzaron rápido e iniciaron su vida sexual antes de lo que hubiesen imaginado, él continuaba siendo un caballero en toda la extensión de la palabra, además de su cómplice eterno en las partidas que a veces terminaban cuando el sol aparecía en el amanecer, y también que podían hablar sobre cosas tecnológicas y otras de nerds.
Se había enamorado de él, tanto, que también lo veía como su futuro esposo.
—Mejor juguemos a otra cosa—le dijo TaeHyung con una sonrisa pícara—Te patearé el trasero en Call Of Duty.
EunWoo sonrió y pronto olvidó el pequeño susto que su novio le hizo pasar. Lo tomó de las caderas y se pegó a él para sonreírle juguetón.
— ¿Ah, sí? Pues yo te voy a partir el trasero en dos mientras tenga oportunidad.
El castaño mordió su labio inferior y terminó por rozar sus labios con los contrarios.
— ¿Por qué no ahora? —lo retó.
EunWoo sonrió y miró hacia donde estaban sus amigos muy ocupados bailando y coqueteándose mutuamente. No tuvo reparo en tomar la mano de TaeHyung para llevarlo hacia su auto y conducir rápidamente hasta su casa que, por fortuna, estaba completamente sola.
El azotar de la puerta fue estruendoso, pero para los sentidos de ambos no había nada más que besarse y tocarse en tanto luchaban por subir a la planta de arriba. Como pudieron lo lograron y la puerta de la habitación se quedó abierta, así como habían dejado la de sus corazones para enamorarse y quererse profundamente.
Tan pronto como todo sucedió, TaeHyung se había enamorado de EunWoo. Y ahora no tenía escapatoria, no mientras lo besara de esa forma e incluso en cómo toca su piel debajo de las prendas.
Le hace sentir querido y especial, aquello provoca que lo disfrute mucho más que otras ocasiones anteriores. Tal vez se deba a que han terminado la preparatoria y con ello vienen más cosas completamente diferentes de todo lo que habían planeado en antelación.
No se visualizaron juntos, pero ahora era algo que no estaba en discusión. Sentirse mientras las prendas de sus ropas elegantes caen al suelo era como la confirmación más poderosa de sus sentimientos. TaeHyung se sentía seguro estando al lado de EunWoo, y éste gozaba de saber que era su novio y que continuará siéndolo, sin importar que están por empezar un capítulo nuevo en sus vidas.
— ¿Tus padres vuelven mañana? —preguntó TaeHyung al tiempo que se deshacía de su ropa interior.
—Sí, pero hasta en la tarde—respondió EunWoo y lo miró cuando se sentó en el borde de la cama—Ven aquí, precioso.
Cada uno tenía en su mente cosas completamente diferentes y quizá sería TaeHyung quien las cumpliría. Tomó su lugar sentado a horcajadas en las piernas de su novio al mismo tiempo que comenzó a devorar sus labios con pasión. Sus cuerpos estaban completamente desnudos, ya no había nada que les impidiera continuar con sus deseos lascivos, y aquello hacía más intenso el ambiente. Con sus miembros rozándose al instante o cada vez que el castaño se movía lentamente, y EunWoo lo tomaba de sus nalgas para pegarlo más a su cuerpo, si es que se podía. Metió su lengua y saboreó la dulzura de su interior explorando a detalle, como si nunca antes hubiese tenido la oportunidad de hacerlo.
Lo hizo suspirar y el gruñó al sentir cómo se acomodaba para que su erección quedara entre sus nalgas. TaeHyung se las arreglaba bien para satisfacerlo en momentos completamente inesperados, como ahora que se encaja para provocarlo y mirándolo como si fuese un pedazo de carne que está a punto de devorar.
— ¿Por qué siempre te ves tan lindo? —preguntó EunWoo con una mirada altamente embobada.
—Porque soy bendito entre todos los hombres—se burló y meneó con más rapidez sus caderas—Considérate afortunado.
—Sin duda lo soy—sonrió y acarició su mejilla—Y sin duda te voy a partir el culo en dos.
—Ya vere...
Lo calló cuando metió un par de dedos en su boca, acción que pedía tácitamente por algo que era simple de descifrar. TaeHyung chupaba y jugaba con su lengua mientras imaginaba que era la polla de su novio, misma que ha comido en infinidad de veces. Hacía todo sin dejar de mirarlo a los ojos, como una forma de incitarlo para que pudiera usarlo a su antojo.
Su boca había quedado húmeda con su saliva, lo cual le hizo ver demasiado sexy y atractivo para el contrario. Al tiempo que lo observaba y acercaba sus labios peligrosamente a los ajenos, EunWoo llevó sus dedos ensalivados directo para prepararlo e intentó ignorar el dolor de su propia erección.
En el momento, el cuerpo del castaño se retorció y se escuchó un largo gemido de su parte. La calidez de su saliva y la avidez de los dedos de su novio que sólo acariciaban por encima le hacían estremecer fácilmente. Comenzaba a vagar en una nube flotante que lo mantenía mansito y excitado. EunWoo bien sabía cómo hacer su trabajo, no sólo para complacerlo, también para dejarlo completamente rendido en su cama.
Su habitación era ese lugar que ambos habían adoptado completamente como suyo desde que iniciaron con su vida sexual de novios. Y aprovechaban al máximo cada vez que los padres de EunWoo salían o se entretenían en su trabajo. Y a veces aunque ellos estuviesen en su casa hacían de las suyas, porque su hormona los controla y termina por manipularlos hasta que quedan completamente satisfechos debajo de las sábanas.
Es EunWoo quien mayormente toma el control de la situación. Le encanta que su novio esté encima suyo mientras lo prepara con un dedo que rápidamente se había convertido en dos. Miraba sus expresiones faciales y la incitadora forma en la que muerde su labio inferior. Se ve adorable, sexy y ardiente al mismo tiempo. Lo embriaga con tan sólo mirarlo con esos ojos brillosos que desbordan un nivel más alto de placer.
Estaba listo para lo que seguía.
—Necesito mucho más que sólo tus dedos—le dijo con un hilo de voz.
—Entonces te quiero en cuatro sobre la cama—ordenó.
TaeHyung ladeó la cabeza con una sonrisa burlona y acató, lentamente, las órdenes de su novio. Abandonó su regazo y luego subió a la cama sensualmente, asegurándose de que la vista de su trasero sea extraordinaria. EunWoo lo siguió por detrás y sin parpadear, admirando la belleza de su piel, la forma en que brilla y lo mucho que le atrae para dejarle marcas con toque posesivo.
Se subió con él a la cama, quedando entre sus piernas y con su erección apuntando justamente a la entrada dilatada. Posó sus manos sobre las nalgas para amasarlas, acariciarlas y apretarlas, pero no aguantó demasiado para bajar su rostro y enterrarse dentro de ellas.
—Agh... No—TaeHyung gimió bajito y apretó las mantas con sus manos.
—Tú sólo gózalo, precioso—le gruñó.
Volvió al lugar, pero esta vez metió la punta de su lengua. No era la primera vez que le comía el culo a su novio, pero vaya que este momento le estaba encantando. Lo disfrutaba, le gustaba y gruñía lleno de satisfacción. Estando ahí sintió la necesidad de tomar su propia erección para darse placer, y los gemidos de su novio le servían de catalizador. Se escuchaban en toda la habitación, sobre todo el sondo salival que a ratos se volvía más sonoro. Y cuando los gemidos de TaeHyung se agudizaron supo que estaba a punto de llegar.
—Ahora sí, precioso—dijo y tomó el condón para ponérselo rápidamente—Te voy a llenar y tú vas a gritar todo lo que quieras.
—¡Agh! ¡Dios!
Sin más se enfundó dentro de él y lo tomó de las caderas con mucha fuerza. TaeHyung podía sentir lo que venía, sobre todo por la forma en que encajaba los dedos en su piel. Y no va a quejarse, porque le encanta cuando se transforma en un hombre salvaje y un tanto posesivo. Puede que sea enfermo, pero le hace sentir especial, le hace sentir único.
El aviso es con sus caderas moviéndose lentamente, saliendo por completo y luego llegando profundo, pero sin cambiar la velocidad del acto. Dentro suyo palpita y la polla de EunWoo lo siente, lo aprieta muy bien. Desliza una mano por su espalda para deleitarse con la curva que se forma, pero dedica mayor atención a sus nalgas, mismas que aprieta y que en ocasiones nalguea suavemente.
El cambio no es gradual, de hecho es repentino y rudo. De una sola estocada entra y sale de golpe. Ahora es lento, pero es certero y ha clavado el rostro de TaeHyung sobre la cama. Éste lo disfruta, sus gemidos lo dicen ampliamente y sin pudor, sin ganas de evitar que le deje el culo con ardor o con un poco de dolor, porque justo ahora no siente nada de eso, sólo es un profundo placer el que lo está embriagando desde la cabeza hasta los pies.
Las estocadas son duras, tal y como lo prometió; le partía el trasero en dos y lo estaba haciendo gritar de placer. Precisamente por esa razón necesitaban que la casa estuviese vacía, porque podían llegar a ser demasiado escandalosos y llegaban a ese punto que les gustaba. Aunque otras veces eran sutiles y cariñosos.
Incluso la cama rechinaba con un sonido constante y un tanto descoordinado, y el poste golpeaba la pared. Todo era tan intenso y TaeHyung, estando un poco sensible por la estimulación anterior, hizo que su orgasmo saliera disparado en medio del gemido largo que dejó escapar. Sintió la humedad en su abdomen aun con EunWoo estocando contra su trasero, y éste continuó hasta que consiguió su liberación. También gimió alto y terminó por caer sobre la cama y sobre el cuerpo contrario que aún pasaba por los estragos del placer.
De pronto el silencio los cobijó en tanto recuperaban un poco de lucidez. Sabían que había sido un buen sexo si terminaban empapados de sudor o con dolor muscular instantáneo. Esta ocasión era así.
Al poco rato terminaron por acomodarse dentro de las mantas y se abrazaron con cariño. Pasaron de ser duros a tiernos. EunWoo repartía besitos en la cabellera desordenada de TaeHyung en tanto lo hacía suspirar contento, todo dentro de la calma de su cómoda habitación.
Vaya noche de emociones.
—Te amo, precioso—le dijo el pelinegro en un susurro.
—También te amo, bebé—sonrió.
Sólo por cortos segundos alzó la vista para estirar sus labios en un pico, para cuando recibió un besito sonrió con sus ojos cerrados. Después volvió a acurrucarse entre los brazos de su chico guapo y sexy quien lo abrazó con amor para después quedarse dormido junto a él.
Con esto le doy fin a los personajes secundarios :)
Ya saben que para mí ellos son importantes, además Hobi fue pieza clave dentro del Kookmin :)
El siguiente capítulo es el final de la historia. Más al rato lo subo :)
Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar.
Las tkm!!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro