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15 Marcar Territorio



"Adórame, abrázame y explórame.

Marca tu territorio.

Dime que soy la única."

JUNO – Sabrina Carpenter



JungKook mantenía la mirada en el pizarrón, pero su mente estaba en otro lado. Los días pasaron demasiado rápido desde que retomó su relación con JiMin y no puede reparar en pensar en lo bien que la han pasado en el sexo después de ese día.

Ahora se decían "te amo" cada vez que podían o cada vez que se veían. Los sentimientos se hacían cada vez más poderosos e intensos, y estaban conscientes de que ya no podrían frenarlos, sólo disfrutarlos.

Los pensamientos de JungKook estaban en ello y en que al año escolar estaba terminando de una manera que al principio resultó ser inesperada. El día que JiMin lo terminó pensó que tal vez de verdad todo se había acabado, y se vio a sí mismo yendo a la universidad completamente derrotando y extrañando al único chico que podría amar en toda su vida. Ahora se sentía patético de haber pensado en ello tan precipitadamente, pero el problema es que ahora no está cien por ciento concentrado en lo que hace.

JiMin lo tiene por las nubes.

—Profesor—habló y alzó la mano temeroso—Olvidé el cuadernillo de ejercicios. ¿Me permite ir a mi locker para buscarlo?

El profesor resopló y rodó los ojos. Si había algo que detestaba era que los alumnos fuesen olvidadizos, pero dado el caso de que se trata de JungKook, puede hacer una excepción.

—De acuerdo, pero que no vuelva a suceder—advirtió con seriedad.

—No volverá a pasar—se levantó y le hizo una reverencia.

—No se demore—ordenó.

JungKook se puso de pie y salió rápidamente del salón para no retar al mayor.

— ¿Puedo ir al baño, profesor?

Se escuchó detrás, pero al pasar por el salón de JiMin perdió la noción de todo; ahí estaba él, con la mirada en su libro y anotando todo lo que estaba en el pizarrón. Se detuvo sólo por unos segundos sólo para admirarlo y para suspirar. Era tan bonito que a veces resultaba increíble que fuese verdad, que enserio es su novio y que será con quien se casará en el futuro. Porque claro que está seguro de dar ese paso con él.

Su mirada siempre era tan penetrante que lograba atraer la atención del contrario, como si fuese un imán; el rubio volteó y enseguida le sonrió, tan brillante y precioso como siempre. No pudo evitar quedarse ahí mismo mirándolo y sonriéndole al tiempo que le agitaba una mano. Y hubiese querido quedarse más rato ahí, pero recordó que tenía una misión por hacer. Sólo le lanzó un beso al aire para despedirse y continuó su camino sin perderlo de vista hasta que dio la vuelta por el pasillo.

—Profesora Kang—el rubio alzó la mano— ¿Me permite ir al baño?

—Claro, joven Park.

No perdería la oportunidad de ir tras él para al menos tener un par de minutos de besos y coqueteos necesarios. Creyendo que iba hacia el baño lo buscó ahí mismo, pero no lo encontró. Se detuvo en la salida para enviarle un mensaje de texto, pero el sonido de un casillero le dio una pista. Rápidamente cruzó hacia el otro pasillo donde lo vio parado frente a su locker buscando algo con cierto afán.

— ¿Tenías que darle mis regalos?

Se escuchó otra voz que se le hizo familiar y aquello lo hizo detenerse en la esquina para mirar. JungKook no lo vería debido a que la puerta de su locker estaba abierta, pero pronto fue cerrada y, antes de echarse hacia atrás para esconderse, vio el rostro del chico que con toda la intención quiso intrigar para causarle problemas con su novio.

— ¿Tú tenías que decírselo?—inquirió JungKook y lo miró con desagrado— ¿Cuál era tu objetivo? Fuiste bastante claro cuando me rechazaste.

— ¿Qué no es evidente?—MinGyu alzó una ceja con petulancia—Me compras regalos a mí, y como no acepté, se los regalas al primero que pasó por enfrente. El pequeño JiMin debía saber que le estabas mintiendo.

Era curioso que justo en este momento, MinGyu, prácticamente le esté reclamando por algo que ya sucedió y que para él no tenía relevancia. Eso le hizo suspirar cansino y buscó las palabras correctas que le pusieran fin a esto, porque no quería pelear con JiMin. No quería separarse de él, sin embargo, parece que este chico no puede tolerar la idea de que alguien más brille y sea mejor que él.

—Admito que me equivoqué en esa parte—aceptó con valentía—Y ya me disculpé con JiMin por eso, porque mis intenciones no fueron como tú se lo insinuaste. No quería vengarme ni tampoco actuar con despecho—explicó y suspiró—Pero al menos me sirvió para poner mi atención en la persona correcta.

Tal vez nunca MinGyu estaría conforme con todo lo que recibe, porque está acostumbrado a que sus padres no le niegan absolutamente nada, y ni así es suficiente. Que JungKook, tan repentinamente, haya puesto sus ojos en otro chico fue algo que no pudo asimilar. Porque estaba acostumbrado a que el reflector estuviese sobre él y, sobre todo, que los chicos rogaran por su atención. JungKook no lo hizo y ese fue el problema.

—Creí que estabas enamorado de mí—expresó ofendido.

—No, no te confundas—negó al instante—Me gustabas, y es muy distinto a estar enamorado... pero JiMin—sonrió involuntariamente—de él sí que estoy enamorado. Y supongo que debo agradecerte... así que gracias—le hizo una reverencia—Si tú no me hubieras rechazado, yo no habría conocido al amor de mi vida.

JungKook no tenía deseo de continuar con esta conversación, así que simplemente se despidió tácitamente con esa última oración. Se dio la vuelta completamente satisfecho y listo para marcharse.

Aunque MinGyu quiso ir tras él e intentar algo más que sólo intrigar, JiMin apareció por el pasillo y se lanzó a los brazos de JungKook para besarlo apasionadamente. Lo había tomado de las solapas mientras le metía la lengua en una clara señal de advertencia.

Estaba marcando su territorio.

Y JungKook no tuvo problema con eso.

Cuando se separó de él le sonrió inocente, fingiendo que no estaba haciendo esto con dobles intenciones. Pero realmente al contrario ni siquiera le importaba. Disfrutaba mucho de ver que demuestra lo mucho que le importa y lo deja sentirse especial, porque eso es para él.

El único en su vida.

—Quise alcanzarte un momento—le dijo JiMin pestañeando—Me conformo con que me beses dos minutos.

La sonrisa de JungKook fue juguetona y un tanto perversa. Había tomado a JiMin de la mano para llevarlo a otro pasillo y así cumplir con ese capricho que no estaba en condiciones de negarle.

Y ambos dejaron de lado completamente a MinGyu. En una situación donde se meten la lengua a la boca y se manosean un poco, él perdió toda la relevancia que pudiera tener.

Dime que soy el único—pidió JiMin en medio del beso.

Aquello causó un escalofrío en JungKook y no pudo resistir a tomarlo del trasero. Extrajo suspiros ahogados de su boca, pero al instante los tragó todos mientras lo besaba.

Vaya que disfrutaba de momentos como este, sobre todo si es él quien toma la iniciativa al intentar acariciarlo de sus partes prohibidas.

—Es mejor que paremos—dijo JiMin al terminar el beso de manera abrupta.

—No puedes venir a calentarme y luego dejarme a medias—se quejó y le hizo un puchero.

—Ya no podemos tener más detenciones, JungKookie—sonrió con ternura—Esta vez no sabré qué decirles a mis papás. Se van a burlar de mí.

JungKook soltó una risita soplada y tomó a su novio de las caderas para darle un beso en la frente. Si ahora no tuviesen el tiempo encima, sin duda, ya lo tendría empotrado contra la pared.

—En mi casa después de la escuela—sentenció y le dedicó una mirada llena de lujuria—Papá Jin tiene guardia hasta mañana y mi papá NamJoon... él nos cubre—le guiños un ojo.

—Perfecto—sonrió coqueto y sensual.

Se fueron caminando de la mano por el pasillo de vuelta a sus salones, pero tuvieron que soltarse antes de llegar. Se despidieron con un beso al aire y entraron a su clase para comenzar a contar las horas.

—Joven Jeon, se tardó demasiado—regañó su profesor.

—Lo siento, pero mi cuaderno estaba en objetos perdidos—mintió y bajó la vista para sonreír.

—Bien, que no se vuelva a repetir—advirtió y se giró al pizarrón.

—Está bien.

Su sonrisa se amplió y durante el resto de la clase sólo pudo pensar en lo bien que la pasaría con JiMin cuando estuviesen solos en su habitación.

Mientras que MinGyu sólo pudo observarlo desde su lugar con una mueca de insatisfacción en su rostro.

Era verdad que hablar sobre lo suyo mejoraría la situación, incluso su relación.

Aquel día en el que decidió enfrentar las cosas y mostrar la verdad a todo el mundo, HoSeok pudo arreglar sus asuntos con YoonGi, y cada uno se disculpó por decir cosas que no eran verdad. Su única justificación fue que estaban enojados y que se dejaron envolver por ello. Pero al final, para buena fortuna de ambos, todo estaba bien. La boda continuaba en pie, y terminaron por solucionar todo en la cama, como nunca lo habían hecho hasta ahora.

Las citas no se hicieron esperar. Esta vez podían ser una pareja normal ante todo el mundo y sin el miedo a que los criticaran por lo que tenían. Aunque claro, no faltaban las personas que se quejaron, incluyendo a los profesores del mismo lugar de trabajo. Ambos se presentaron ante el consejo y dieron sus buenos argumentos, pero para ellos no fue suficiente, por eso realizaron una auditoria para verificar que las cosas en la preparatoria marchaban de la misma forma, y no encontraron ninguna anomalía.

Su relación no interfería con el trabajo. Cuando estaban dentro de la escuela no eran más que compañeros de trabajo, pero una vez que cruzaban la salida, sólo eran una pareja que se amaba con locura y que disfrutaban de lo que tenían.

Entre ellos las cosas estaban más que perfectas mientras planificaban su boda y una vida juntos. Hoy que se habían terminado las clases tenían horarios distintos. HoSeok tenía que quedarse un momento para terminar de calificar los trabajos finales del proyecto escolar para su clase, mientras que el director Min había terminado con lo suyo. Sin embargo, no interfería en su trabajo y por eso lo esperaba afuera en el estacionamiento, aunque sí estaba un poco impaciente.

—Estoy por terminar, sólo me faltan revisar dos más—decía HoSeok con el teléfono entre su mejilla y su hombro—Sí, te lo juro. Pero por favor, sé paciente con esto, no quiero cometer errores.

— ¿Estás diciendo que te distraigo? —inquirió YoonGi con un tono indignado al otro lado de la línea.

—Sí, un poco—soltó una risita—No puedo concentrarme si me escribes o me llamas todo el tiempo—le reprendió con voz dulce.

—Yo que te amo tanto y tú que me regañas—bromeó y rio también—De acuerdo... intentaré no ser tan intenso. ¿Qué te parece si busco unas hamburguesas en tanto terminas y vuelvo para cuando estés listo?

—Me parece genial, muero de hambre—sonrió y suspiró—Ve con cuidado.

—Piensa en mí, por favor—pidió con un tono coqueto y encendió el auto.

—No, definitivamente no. Debo concentrarme—soltó otra risita tímida.

—Es un alivio que las clases están por terminar y entonces te tendré sólo para mí—usó un tono lascivo.

—Basta, estás conduciendo—volvió a regañarlo y tomó el celular—Hablamos en un momento, ¿sí? Te amo.

—Pues ya que... también te amo, mi sol.

Con eso último colgó y no pudo evitar recargarse en el respaldo de su silla mientras soltaba un suspiro enteramente enamorado. Se quedó por varios segundos pensando y luego miró el lindo anillo que aún llevaba en su dedo anular y el mismo que desencadenó varios sucesos en su vida. Todo marchaba tan bien que a veces le sorprendía que incluso la auditoria haya salido libre de anomalías, pero aun así se mantenía atento a todo, sobre todo con las profesoras que habían estado distantes desde que se enteraron de la noticia del año.

—Profesor Jung. Qué bueno que aún lo encontramos.

Hablando de las reinas de Roma.

HoSeok bien sabía que nada bueno podría salir de una conversación con ellas, pero tarde o temprano tendría que enfrentarlas y, quizá, exigirles que dejaran de perseguir a YoonGi, porque pese a que ya sabían sobre ellos, las profesoras continuaban igual.

Sentía esa necesidad de marcar su territorio.

No quería ser posesivo, pero el director Min era su prometido, y lo haría valer como tal.

—Estoy un poco ocupado en este momento...

—Queremos hablar con usted—prácticamente, la profesora Kang le exigió.

Por cortos segundos HoSeok la miró dubitativo y ella lo notó, sin embargo, se vio acorralado con tres profesoras frente a su escritorio, así que realmente no tenía mucha opción. Respiró profundo, porque bien sabía qué era el asunto a tratar, y les mostró su mejor sonrisa.

— ¿De qué se trata? —preguntó con un tono amable.

— ¿No le parece que es antiprofesional, antimoral y poco ético que usted sea novio del director Min? —preguntó con un tono ofendido la profesora Kang.

Había tanto que quería decirle, pero consideraba que este momento no era el correcto para sacar el hombre celoso que lleva dentro, aunque si ella no le da cavidad a algo más, entonces puede que no tenga opción. Vaya que esta mujer es cínica, entrometida y descarada. No estaba en la posición de reclamarle nada y aun así lo hacía.

—Puede que sí—asintió fingiendo comprensión—Pero en todo este tiempo nos hemos mantenido al margen y nos mostramos profesionales dentro de la institución—respondió sereno y educado.

Y tal vez eso era lo que más le molestaba a la profesora Kang; que tuviese esa aura amable y que envuelve fácilmente a cualquiera. Aunque claro, no puede culpar al director Min de fijarse en él, porque podría ser todo lo que necesitaba y lo que combinaba perfectamente con su personalidad, pero simplemente ella no podía aceptarlo.

—Pero no está bien—refutó molesta—Y debemos darle solución—se cruzó de brazos con petulancia.

HoSeok se puso rígido mientras asentía y guardaba sus cosas, porque estaba más que claro que ya no terminaría con su trabajo, al menos no aquí. No con ellas insistiendo con sus tonterías.

— ¿Y qué sugiere? —la miró con seriedad.

—Que termine su relación con él—sentenció y mostró una sonrisa burlona.

Aunque era algo que ya se esperaba, no pudo evitar sentir sorpresa y una fuerte carcajada escapó de sus labios casi al mismo tiempo que se ponía de pie, pero cuando volvió a mirarla su expresión cambió. Por lo regular no se molestaba con muchas cosas, siempre estaba tranquilo, relajado y sereno con sus asuntos, pero ha tenido demasiado en que pensar que ahora es imposible mantener la calma, sobre todo con personas como ella. Sus ojos siempre estaban risueños, pero ahora ya no lo eran más. Su seño se había fruncido y su mirada era casi iracunda, tanto, que la señorita Kang no pudo sostenerla.

— ¿Para usted es una solución? —inquirió molesto—En todo caso sería mejor sugerir que renuncie. Y me causa curiosidad por qué sólo me atacan a mí. Supongo que con él no lo hacen porque les gusta. ¿No les parece que eso es una doble moral muy descarada de su parte? —las miró con severidad y esperó a que dijeran algo, pero las profesoras, sobre todo Kang, permanecían calladas—Lamento informarles que no voy a terminar con mi prometido—aseguró al tiempo que tomaba sus cosas y recalcó las últimas dos palabras—Me juzgan sin compasión, pero usted, profesora Kang. ¿No es casada? Y aun así le ha coqueteado libremente a mi prometido—acusó con una ceja arriba y vio cómo la expresión de la mujer se deformaba.

— ¿Le va a decir a mi esposo o qué? —inquirió completamente a la defensiva.

HoSeok volvió sonreír, pero esta vez sí se mostró petulante. Había una parte de él que sentía demasiada satisfacción de por fin poder poner en su lugar a esta mujer y de poder defender al hombre que es su prometido y con el que dentro de poco contraerá matrimonio. Por alguna razón tenía ganas de alardear que era suyo y que eso no cambiaría. Sin embargo no lo haría, porque el anillo en su dedo ya decía y demostraba demasiado.

—No, yo no juego sucio—mostró una media sonrisa burlona—Pero no se atreva a tacharme de inmoral cuando usted, estando casada, le coquetea a mi prometido—terminó por rodear el escritorio para poder salir del lugar, sin embargo, se detuvo en la puerta para agregar algo más—Ah, por cierto; les agradecería que dejen de perseguirlo, porque pese a que él no les ha demostrado interés alguno y se porta cordial por el trabajo, ustedes insisten, y eso sí que ya es inmoral y poco ético de su parte... permiso, mi prometido me espera.

Tanto la profesora Kang como las demás se quedaron con la palabra en la boca y no muy satisfechas con el resultado. Creyeron que podían manipular a HoSeok debido a que mostraba una apariencia blanda e inocente, pero ahora se daban cuenta de que era todo lo contrario y que era un hombre dispuesto a defender lo que es suyo, lo que es valioso para él.

Y ellas estaban muy conscientes de que el director Min jamás les ha dado la esperanza de que algo pueda suceder. Él es amable y las trata bien por el trabajo, pero jamás ha demostrado intenciones de nada. Sobre todo ahora que su relación con el profesor de literatura salió a la luz. Ahora más que nunca levanta una barrera que ya nadie podrá cruzar, sólo Jung HoSeok.

Cuando salió al estacionamiento no lo vio y recordó que buscaría un par de hamburguesas, aunque al poco tiempo lo vio llegar en su auto con esa sonrisa que tanto le encanta. Fue hacia él para colgarse de su cuello y besarlo a su gusto, como tanto había querido hacer en este tiempo, no importando que estaban en el estacionamiento de la escuela.

Ahora todo el mundo lo sabía y no tenían por qué ocultarse.

— ¿Estás listo, cariño? —preguntó YoonGi con una sonrisa.

—Para ti siempre, cielo—sonrió y suspiró.

Subieron al auto juntos para marcharse, y HoSeok por fin sentía que la carga de sus hombros era liberada. Poder exponer sus puntos ante la profesora Kang lo había llenado de satisfacción, sobre todo recalcar más de una ocasión que Min YoonGi era su prometido y que eso no iba cambiar.

Ahora estaba más tranquilo, seguro y muy feliz de que, dentro de poco, estará unido a él para toda la vida. 



Nuevo capítulo :)

Cada vez más cerca del final. Tengo planeado ya terminar para mañana. Todo. Sólo me falta escribir el final, el epílogo y un extra. Pero ya ando en ello :)

Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar. 

Las tkm!!!

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