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06 Noches De Pensamientos



"Haces que yo quiera enamorarte.

A altas horas de la noche

estoy pensando en ti"

JUNO – Sabrina Carpenter



Si antes no ocupaba las noches para dormir, ahora menos.

Con frecuencia se recuesta en su cama para imaginar toda una vida soñada a lado de JungKook. Y ahora esos pensamientos le invaden a todas horas del día, no importa que esté con él o qué esté haciendo.

Desde ese día que formalizaron su relación como novios, las mariposas han estado a la orden del día. Y a veces siente que va flotando en una nube mientras camina tomado de la mano de JungKook. Eso sucede con frecuencia, porque el único momento en el que se separan es para ir a clases o cuando él debe ir a trabajar. Aunque JiMin a veces se escapa a la cafetería para estar cerca suyo y sólo observarlo por largas horas hasta que es tiempo de volver a casa.

Para JungKook todo esto es mejor de lo que hubiese planeado. JiMin había llegado de manera inesperada a su vida y mediante una sugerencia, pero sin duda puso todo su mundo de cabeza. A altas horas de la noche sólo está pensando en él, y cuando no lo hace, está escribiéndole mensajes lindos recordándole lo mucho que le gusta y que lo hace feliz.

La mayor parte del tiempo se sienten así y se la pasan en clase pensándose mutuamente, además de contando los minutos para verse de nuevo.

Por lo regular, JungKook siempre es el primero en ir para buscar un encuentro. En cuanto escuchó el timbre, se levantó rápidamente bajo el escrutinio de alguien que no ha estado de acuerdo con sus movimientos desde San Valentín, pero no lo nota, ya no lo nota, porque lo único en lo que puede pensar es en JiMin y en sus bonitos ojos color miel.

Cuando llega al salón se da cuenta de que aún está adentro y no resiste las ganas de asomarse para buscarlo, para poder mirar su bonito perfil. Lo encuentra en la tercera fila completamente concentrado escribiendo algo que su profesor le está dictando y, aun así, JiMin es capaz de sentir su mirada penetrante. En cuanto gira la cabeza lo ve, completamente pegado al cristal y mostrándole una sonrisa juguetona donde su nariz se arruga tiernamente. Es inevitable que un adorable sonrojo surque sus mejillas y lo haga ver como lo más hermoso del mundo. También fue inevitable que sus compañeros, incluso su profesor, se dieran cuenta de lo que estaba sucediendo.

— ¡JiMin! ¡Tu novio vino a buscarte!

Una de sus compañeras chilló burlona y eso hizo que todo su rostro se pusiera completamente rojo, todo sin dejar de mirar a JungKook quien ahora tenía una expresión coqueta.

—Silencio, jóvenes—demandó el profesor—Joven Park, primero es el estudio y después lo demás.

—Em, sí, sí. Perdón, profesor—habló aún más avergonzado y bajó la mirada a su cuaderno.

Sin en cambio, JungKook no se despegó del cristal de la ventana y admiró de principio a fin el perfil de su novio.

Sólo fueron un par de minutos en espera y, lo primero que hizo en cuanto lo vio salir, fue acercarse a él para tomarlo de mano, jalarlo para abrazarlo y al último le plantó un beso en sus labios esponjosos.

Muchos cuchichearon, otros rieron tontamente y alguien atisbó con desagrado, pero para ellos nadie de alrededor importaba.

Caminaron juntos a la cafetería para tomar el almuerzo y disfrutar del poco rato que tenían juntos dentro de la escuela.

—Hoy te ves precioso—soltó JungKook de repente.

—Y la realidad es que no pude dormir muy bien en toda la noche—confesó e hizo un puchero.

— ¿Qué te mantuvo despierto?—inquirió coqueto—Pensabas en mí, ¿cierto?

Lo abrazó por los hombros y le dedicó una mirada llena de escrutinio mientras le mostraba una media sonrisa.

Y aunque habían pasado dos semanas desde que se hicieron novios, JiMin no terminaba de creerse que él estaba ahí, que era suyo y que sólo lo miraba a él. Aún se ponía nervioso si le hablaba de ese modo y se sonrojaba a niveles que ni siquiera conocía. Jamás en su vida se había sonrojado tanto, mucho menos por él, pero era el único que tenía ese efecto en su persona.

—Tsk, claro que no—farfulló y desvió la vista—No te creas tan importante.

— ¿Ah? ¿No soy importante? Estás hiriendo mi corazón—expresó fingiendo estar ofendido.

—No seas exagerado—bufó y sonrió en pequeñito.

—Vamos, sólo dilo, Minie—lo incitó y se acercó a él peligrosamente—Dime que estuviste pensando en mí, porque yo sí lo hice, incluso soñé contigo y esos bonitos labios que tienes.

— ¿Y exactamente qué soñaste? —coqueteó ladeando la cabeza.

—Esto...

JiMin sintió los labios de JungKook sobre los suyos y ambos detuvieron su andar para hacerlo de la manera correcta. No les importó quedar a mitad del pasillo y quizá estorbar a los alumnos que pasaban por ahí y que incluso ellos los miraban de más. No. Sólo existían ellos dos y las muchas ganas de besarse y besarse hasta el cansancio, porque realmente nunca tenían suficiente de sus besos, de nada que tuviera que ver con ellos.

—Me encantas, ¿sabes? —le susurró JungKook sin haber abandonado sus labios lo suficiente—Pienso en ti todas las noches antes de dormir, incluso cuando despierto ya te veo en mi mente. No sé qué me hiciste, Park JiMin, pero estoy completamente a tus pies.

El aludido soltó una risita que se amortiguó con otro beso robado, pero no duró tanto como el anterior y eso era abrumador. Aunque también le gustaba lo suficiente.

—Los escritores tenemos la capacidad de enamorar con unas cuantas palabras si sabemos cómo usarlas—le dijo y se colgó de su cuello—Pero la realidad es que ese poema era un hechizo que hice una noche de luna llena.

—Pues sea lo que sea, Minie—sonrió encantador y lo rodeó con sus brazos—Me besas de una manera que me va a joder para siempre.

Los ojos de JiMin brillaron y sonrió en grande. Bastó sólo una vez enseñarle canciones de Taylor Swift a JungKook para que él mismo buscara más por su cuenta, y que ahora citara una de ellas para dedicarle esas palabras. Le hacía sentir especial, porque alguna vez soñó con que alguien especial (JungKook) le dedicara canciones de su cantante favorita, y ahora él mismo se las decía. Si esto era un sueño, entonces no quería despertar nunca.

Volvieron a tomarse de las manos para llegar a la cafetería y, como ya era una bendita costumbre, JungKook le cedió el paso a JiMin para que entrara primero, pero lo siguió de cerca, muy de cerca. Tomó una charola para dársela y luego tomó una para él mismo. Se formaron en la fila para escoger qué comerían, pero era el pelinegro quien se encargaba de servir todo lo que su novio señalaba, no importando que tuviese que trabajar el doble para hacer lo mismo consigo, pero es que había una necesidad poderosa en hacer todo por él para que no esforzara, para que solamente se encargara de existir. Si pudiera cargarlo todo el tiempo para que no desgaste sus bellos pies, sin duda lo haría.

Fueron a la mesa que se había convertido en la habitual y retiró la silla para que el rubio tomara asiento. Tomó el suyo a su lado y luego le plantó un beso sonoro en la mejilla.

Su padre le dijo que lo más probable es que terminaría completamente cautivado por él, tanto, que haría cualquier cosa por hacerlo feliz y que siempre estaría pendiente de sus necesidades por más simples que fuesen. Y todo porque se enamoró después, pero resultaba ser un sentimiento más poderoso, quizá, más que el de JiMin. Y ahora que lo observaba comer se daba cuenta de que era cierto.

Ese rubio bajito de labios pomposos y de ojos color miel le había jodido la cabeza completamente.

—Vas a desgastarme, JungKookie—le dijo y soltó un par de risitas— ¿Por qué me miras tanto?

—Es que de verdad eres precioso—le dijo y puso la mejilla sobre su mano— ¿Te has visto en un espejo? Aunque estoy seguro de que el reflejo no le hace justicia a tu belleza. Ante mis ojos eres la perfección hecha humano.

—Ay, Kook—respondió en un hilo de voz y bajó la cabeza completamente tímido— ¿Por qué dices tantas cosas como esa?

—Porque es lo que siento—respondió seguro y sin dejar de mirarlo—No quiero quedarme con nada. Debes saber todo lo que pasa en mi cabeza y todo lo que siento por ti.

JiMin masticó la poca comida que había llevado a su boca e imitó la posición en la que estaba su novio. Llevó una mano hacia su cabello para quitar un mechón que le cubría ligeramente el ojo y luego le sonrió enamorado... completamente cautivado.

—Hay algo en la oscuridad de tus ojos que me llama—le dijo y suspiró—La noche me resulta motivo de temor, pero cuando se trata de tus ojos, realmente, no hay nada que yo pueda temer. Eres como la luna llena en una densa oscuridad.

Ahora fue el turno de JungKook para sonrojarse y mostrarse más tímido de lo normal. Por lo regular se mantenía muy seguro de sí mismo, pero sólo JiMin tenía el poder de ponerlo completamente vulnerable. Si en ese momento le pide que le bese los pies, sin dudarlo y sin oponerse, lo haría.

— ¿No te dolió cuando te caíste del cielo? —el pelinegro preguntó coqueto después de recomponerse.

Una melodiosa risa escapó de los labios brillantes de JiMin, y entonces JungKook sólo fue capaz de percibir ese sonido. El poco escándalo perdió total relevancia en ese momento, porque sólo podía escuchar la risa de su novio. Era tan delicado incluso en eso y se veía adorable con sus ojos completamente escondidos en dos finas líneas que bien podrían simular a la media luna de las noches más cálidas. Y con esa bella imagen supo que su enamoramiento ya no tendría cura alguna.

—Fui demasiado lejos, ¿no? ¿Demasiado cliché? —preguntó y arrugó la nariz.

—No, para nada—respondió entre risas ligeras—Sabes que me encanta lo cliché—volvió a recargar su mejilla en la mano—Y fue adorable que hicieras alusión a que soy un ángel para ti.

—Pues lo eres—sonrió y pestañeó—No hay nadie como tú en este mundo... ni lo habrá nunca. Eres único.

Se acercó a él y lo besó de nueva cuenta, porque sus besos eran como esa droga de la cual te haces adicto al instante y, como lo dijo anteriormente, su manera de besar le jodía completamente la cabeza. Adoraba besarlo en todos los momentos posibles.

—Ustedes me van a provocar diabetes—se quejó TaeHyung al tiempo que se sentaba frente a ellos en la misma mesa.

— ¿Y qué me dices de ustedes? —preguntó JungKook con una ceja arriba y abrazó a su novio por los hombros.

—Nosotros sí tenemos pudor—respondió EunWoo en cuanto llegó y se sentó a lado de TaeHyung.

—Eso no es verdad—respondió JiMin—Le estabas comiendo la boca atrás del laboratorio... los vimos.

— ¿Iban hacia allá para hacer lo mismo? —TaeHyung inquirió burlón.

JiMin siempre era el primero en sonrojarse y posteriormente esconderse en el cuello de su novio. Con eso fue suficiente respuesta para el castaño.

Y aunque ahora estaban acompañados, no era impedimento para demostrarse afecto y darse mimos mutuamente en tanto tomaban su almuerzo. Su etapa de enamoramiento enmielado no les hacía darse cuenta de que, a lo lejos, MinGyu los observaba con ojos juzgadores y una mueca de completo desacuerdo con la situación. Realmente su opinión no contaba y ellos ni siquiera estaban al tanto de su existencia y tal vez eso era lo que más le molestaba; que perdió relevancia.

Desde el día de San Valentín los vio y su ego se sintió herido al ver que JungKook le daba esos regalos a JiMin, mismos que supuestamente eran para él. Intentó consolarse con que el rubio era como la segunda opción, pero desde ese día, JungKook ha demostrado que significa mucho para él y que de verdad se enamoró.

Y eso lo hace sentir aún más molesto.

Park JiMin no era conocido para él, pero ahora estaba en su mirada con recelo.

Después de clases había mucho por hacer, sobre todo porque el examen para la universidad estaba demasiado cerca, pero ni a TaeHyung ni a EunWoo les preocupaba lo suficiente.

Desde días antes de San Valentín ellos habían estado coqueteando en la lejanía, hasta que EunWoo decidió acercarse al castaño. Fue hasta ese inicio del último año de preparatoria en que llamó su atención y desde entonces no despegó los ojos de su linda sonrisa cuadrada.

Ahora las tardes eran de ellos y agradecían que JiMin y JungKook también se hayan puesto de novios, así no se sentían culpables de abandonar a sus mejores amigos.

Esta vez fue TaeHyung quien decidió el lugar donde tendrían su cita y, como era de esperarse, era un local de videojuegos que estaba en el centro comercial.

EunWoo no se hubiera imaginado que fuese todo un experto en los videojuegos, además de que era bastante obsesivo y competitivo. Detestaba perder en las partidas y maldecía por lo alto cuando sucedía. Aunque, el hecho de que fuese su novio, no impedía que se le pusiera a la par cada vez que jugaban juntos. Lo que sea. Incluso en Mario Bross, TaeHyung sacaba un lado demoniaco que nadie se imaginaría que tiene.

Sin duda lo veía como su chico ideal.

Ahora mismo estaban jugando carreras y TaeHyung parecía un hombrecillo malvado que cada vez más se acercaba a la pantalla, como si quisiera meterse dentro del juego.

—Relájate un poco, Tae—le dijo EunWoo sin dejar de mirar la pantalla y sin soltar el volante—Pronto vas a necesitar anteojos si no te moderas un poco.

—Cierra la boca y juega—le ordenó son sus ojos cada vez más abiertos.

—Oye, respétame—se quejó y lo miró por el rabillo del ojo.

—Nada de respeto, amigo—negó enseguida.

—No soy tu amigo... soy tu novio—esta vez sí lo miró ofendido.

—En este mismo momento no somos nada... ¡Cagaste!

La distracción de EunWoo le costó la victoria, pues TaeHyung logró adelantarse hasta que cruzó la meta mucho más antes que él. Festejó de esa manera exagerada donde no le importaba que muchos lo miraran extrañados. Realmente era una característica tan suya que a EunWoo lo había cautivado por completo.

Se había enamorado de él por muchas cosas, pero empezaba por su espíritu tan despreocupado y relajado. No le importaba ser escandaloso o exagerado con sus expresiones, ese era su comportamiento natural y hacía caso omiso a lo que los demás dijeran de él. Sólo vivía el momento y disfrutaba apasionadamente de lo que más le gustaba.

Los videojuegos.

Cuando EunWoo supo esa pasión suya, pensó que tal vez estaban hechos el uno para el otro, pues mientras TaeHyung era un gamer nato, él era un genio de las tecnologías que bien podría desarrollar un videojuego si se lo proponía. Ambos poseían cerebro para situaciones complejas y un amor profundo por las matemáticas y los avances tecnológicos. Ahora no era difícil saber por qué habían encajado tan bien.

Lo miró festejar desde su lugar y con una sonrisa completamente embobada mientras pensaba en el futuro que podían tener. De hecho, todas las noches antes de dormir piensa en eso, en él y en lo bien que se siente estando a su lado. Había encontrado un cómplice eterno que, estaba seguro, no podría tener dos veces en su vida.

—Paga la apuesta, perdedor—exigió el castaño al tiempo que se paraba frente a él.

—Tengo algo mejor que eso—le dijo coqueto.

— ¿Qué puede ser mejor que un Mc Donald's? —se cruzó de brazos.

EunWoo lo tomó de la cintura y lo atrajo a su cuerpo aun sentado en el simulador de carreras. Lo besó lento y apasionado, como si esta fuese su primera cita y su primer beso, pero no lo era. Ellos fueron los primeros en dar el siguiente paso y decidieron que querían avanzar tan lejos como se pudiera.

—Sigo queriendo un Mc Donald's—negó con la cabeza.

Volvió a besarlo, pero esta vez no duró lo suficiente. Porque nunca podría negarse a nada que él le pidiera si le mostraba esa sonrisa luminosamente cuadrada. Lo tomó de su mano y caminó a su lado rumbo al Mc Donald's que estaba dentro del mismo centro comercial. Le compró una cajita feliz y también una malteada de fresa porque era su favorita. Después sólo se limitó a comer con él, pero también a mirarlo por largos segundos.

TaeHyung estaba encantado. Cada vez que salía con EunWoo se sentía como un niño pequeño que es consentido por sus padres y eso le fascinaba, le hacía sentir muy importante.

— ¿Te parece si hoy hacemos la tarea juntos? —preguntó el pelinegro.

—Ya sé a qué te refieres con tarea—lo miró con una media sonrisa—Pero lamento informarte que mis padres están en casa.

—Joder, y yo que tenía ganas de hacerte gritar las tablas de multiplicar—coqueteó descarado mientras mordía su labio inferior.

—Ja, te imagino detrás de mí nalgueándome y preguntando; "¿cuánto es cinco por siete?" —dijo y se rio un poco.

— ¿Y darías la respuesta correcta? —lo miró sugerente.

TaeHyung le dio un largo sorbo a su malteada de fresa mientras sostenía la mirada fuerte y penetrante de su novio, algo que era sencillo para él. Después pasó descaradamente la lengua por sus labios para limpiar los restos de líquido y posteriormente le mostró una sonrisa perversa.

— ¿Te gustaría que lo averigüemos? —TaeHyung ladeó la cabeza.

— ¿En este momento? —lo retó.

—Hujum—asintió lentamente.

Era difícil negarse a esa petición, sobre todo si TaeHyung estaba muy dispuesto a hacer lo que sea que tenga en la cabeza. La única persona que se encontraba en su casa por ahora era su hermana menor, pero podría enviarla un rato para jugar con su vecina en tanto él y su novio repasan las tablas de multiplicar, pero con grado de complejidad.

—En mi casa—dijo después de largos segundos—Tendríamos unas tres horas hasta que mis padres vuelvan del trabajo.

—Tiempo suficiente para aprenderme la tabla del cuatro y del dos—sonrió coqueto.

Tomó su cajita feliz y se dejó arrastrar por su novio rumbo al mejor centro educativo que pudiera conocer en su vida, porque no sólo repasarían las tablas de multiplicar, estaba seguro de que también darían un extenso repaso de anatomía completamente práctico y en directo porque así se aprende mejor.

EunWoo no aguantó las ganas y lo acorraló en un callejón que se atravesó en su camino. Lo tomó de las caderas y besó su cuello con pasión. Estaba consciente de que era un adolescente hormonal, pero TaeHyung tenía un poder increíble para calentarlo sin importar en qué lugar se encuentren.

También lo besó y lo hizo suspirar sólo con esa acción. Y no se detuvo hasta que sintió que el oxígeno ya no era suficiente. Incluso tenía la capacidad de quitarle todo el aliento de manera involuntaria.

—Me encantas, Kim TaeHyung—le dijo con voz sensual.

—Lo sé—respondió con suficiencia.

EunWoo sonrió enamorado y luego lo tomó nuevamente de la mano para aprovechar esas tres horas de estudio en la comodidad de la cama de su habitación. 



Holiiii!!!

Nuevo capítulo de esta su novela. 

Las cosas van aumentar de nivel próximamente. jsjsjs. 

Más al rato como a la 1 o 2 hora de México centro les estaré actualizando otra vez.

Es el cumpleaños de mi mamá, así que posiblemente sólo actualice una vez :)

Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar. 

Las tkm!!!



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