01 Objetivo Claro
"Se lo enseñé a mis amigos
y nos chocamos los cinco.
Perdona si te sientes objetificado"
JUNO – Sabrina Carpenter
Sus dedos sonaban en el pupitre, aunque realmente no se escuchaba debido al bullicio que había en todo el salón. Desde que llegó a la escuela y vio al chico que le gusta se sintió con un nudo en el estómago que le provocaba nauseas. Peor aun cuando muchos se acercaron a él para darle regalos que parecían costosos.
En este punto no sabía qué hacer exactamente con el peluche, los chocolates y con el ramo pomposo que tenía sobre su pupitre. EunWoo se burló de él cuando lo vio llegar con todo eso, y no lo culpa, ese es su trabajo como su mejor amigo. Pero no ayudó a sus nervios y es que el día seguía corriendo y no sabía cómo acercarse al chico que le gusta.
Miró el reloj en su muñeca y se dio cuenta de que marcaba casi las once del día. Por ser San Valentín, en la escuela se hacía un gran convivió donde todos los grupos tenían la oportunidad de congeniar libres de actividades académicas, además de conquistarse entre ellos o simplemente pasar el rato con sus novios o novias.
JungKook esperaba conquistar el corazón del chico que lo ha tenido demasiado pensativo durante mucho tiempo. Era un objetivo que tenía muy claro. Lo había hablado con su mejor amigo, pero le dijo que tenía la perspectiva de que era un poco engreído y petulante debido a toda la atención que recibía. Pero al final chocó los cinco con él para darle ánimos y que todo saliera bien.
Miró nuevamente el reloj y se dio cuenta de que ya no le quedaba demasiado tiempo. En el convivio sería complicado acercarse a él y tal vez se acobarde al final. Así que se puso de pie, planchó con sus manos el chaleco de su uniforme y acomodó su corbata con sus manos sudorosas.
—Surte, campeón—le dijo EunWoo con una sonrisa llena de burla—Ese chico es tuyo.
—Eso espero—musitó y tomó las cosas de su pupitre.
Varios de sus compañeros de clase pusieron su atención en él, incluyendo al profesor de literatura. Todos querían saber para quién eran esos regalos, aunque no fue difícil imaginar el objetivo. Cuando lo vieron cerca de MinGyu rodaron los ojos y continuaron en lo suyo, excepto el profesor y EunWoo quien rezaba por que nada malo pasara.
—Feliz día de San Valentín, MinGyu—dijo con voz nerviosa, pero supo disimularlo—Te traje un detalle.
La atención del aludido se puso en el rostro de JungKook; su cabello azabache caía sobre su frente y lo hacía lucir adorable. Sus ojos oscuros y redondos a cualquiera causarían ternura, pero no para él. Por eso no evitó su expresión mal humorada que se acentuó cuando vio todo lo que llevaba en sus manos.
—Pues gracias, pero yo no quiero eso—respondió con osca y devolvió la atención a su celular.
Los que estaban alrededor voltearon disimuladamente y comenzaron a murmurar con compasión por JungKook.
La mayoría conocía a Kim MinGyu desde que ingresó a esa clase como intercambio de otra escuela debido a que se cambió de ciudad. Y se volvió popular al instante cuando todos supieron que su padre tenía una empresa de entretenimiento. Pero su actitud hostil y clasista hizo que muchos se alejaran, aunque no faltaban aquellos que deseaban ser sus amigos o incluso salir con él.
JungKook, al sentir atracción por él, no veía nada malo ni nada cuestionable... hasta ese momento.
— ¿Por qué? —preguntó ya con sus hombros caídos.
MinGyu bufó y puso el celular sobre su pupitre. Peinó su cabello oscuro hacia atrás y le dedicó una mirada burlona y petulante al chico que estaba frente suyo.
—Primero que nada; yo no como chocolates—hizo una expresión de asco—No le hacen bien a mi estado físico. Segundo; los osos de peluche son clichés. No me gustan—negó con la cabeza como si tuviese pánico—Y las flores... simplemente no, gracias. Además, a mí me gusta alguien más.
Al instante, más que decepcionado o triste, JungKook se sintió ofendido y... humillado. Consiguió ese dinero con esfuerzo y trabajo honesto, nunca pensó que el costo valiera tanto para MinGyu, pero debió saberlo cuando alguien se acercó y le dio unas bellas argollas de oro aceptándolas gustoso.
Se sentía patético y aun así quería defenderse, sólo que no sabía cómo hacerlo.
—No te estoy pidiendo que seas mi novio, simplemente quería darte algo por San Valentín—justificó con voz apagada.
—Pues yo no te lo pedí—refutó de mala manera.
Y ahí JungKook lo entendió todo. La pérdida de tiempo, el dinero, el esfuerzo... todo. Debió escuchar a su padre cuando le dijo que se concentrara en sus estudios y en su objetivo musical. Debió priorizar sus sueños y no pensar en cosa estúpidas como lo era ese chico que tantos suspiros le sacó.
Llegó a la conclusión de que enamorarse era una estupidez y una verdadera pérdida de tiempo. Tal vez ya no existía amor tan puro como el que sus padres se tenían. Tal vez no hay nadie especial para él... sólo la música.
—Bien, lo siento.
Aun así fue educado al hacerle una reverencia que no fue tomada en atención. Los amigos de MinGyu se acercaron a él para preguntarle por qué había hecho eso, pero él simplemente le restó importancia encogiéndose de hombros y tomando su celular de nuevo. Los demás negaban con la cabeza mientras miraban a JungKook regresar derrotado hacia su pupitre y cómo aventó las cosas sobre ese, todos, incluyendo al profesor de literatura, quien tenía una mueca melancólica en el rostro.
EunWoo miró molesto a MinGyu y luego devolvió la vista a su mejor amigo. Sabía que estaba conteniendo las ganas de llorar, porque le gustaba ser así de fuerte y nunca le agradó mostrarse vulnerable ante nadie, mucho menos ahora que había sido humillado de la peor manera. Al menos sabe que de esto podría salir una buena canción.
—Yo te dije que había algo en él que no me daba buena espina—le dijo en EunWoo mientras le daba palmaditas en su espalda.
—Ya sé—asintió desanimado, pero con expresión seria—Y no te escuché.
—Está bien, hermano—suspiró—Debe haber alguien bueno por ahí. Hay muchos chicos en el instituto...
—No más mierdas—lo interrumpió con osca—De ahora en adelante me concentraré en mi música y nada más. Eso es lo que realmente me importa.
—Tampoco es para tanto... MinGyu no lo vale—señaló con el pulgar y ejecutó una mueca de asco.
—Aun así—negó con la cabeza y se cruzó de brazos—Hay cosas más importantes que enamorarse.
— ¿Estabas enamorado de él? —lo miró con burla.
—No, pero...—bajó la mirada hacia las cosas que había comprado—me gusta... me gustaba de verdad.
EunWoo chasqueó la lengua y se recargó en el respaldo de su pupitre al tiempo que miraba a MinGyu y luego hacia la ventaba donde cierto castaño le estaba haciendo señas con las manos. No pudo evitar soltar una risita, además de que muchas mariposas revolotearon en su interior al ver su sonrisa cuadrada. Al menos pensaba que sí tenía suerte, no como el desdichado de su amigo. Devolvió la vista a él después de que el castaño volviera a su salón y lo abrazó por los hombros para darle ánimos.
—Hoy eres un solado caído, hermano. Pero mañana serás el Idol más famoso de todo Corea del Sur, y el idiota de MinGyu se va a arrastrar por ti, ya lo verás. Entonces será tu turno. Le vas a presumir tus miles y miles de millones de dólares y que puedes conseguir al chico que desees.
—Ese no debería ser el verdadero objetivo—se quejó y lo miró divertido.
—Pues no, pero no hay mejor venganza que te vea siendo feliz y exitoso... a lado de alguien que valga la pena. Alguien que merezca estar contigo.
— ¿Tú crees que exista ese alguien? —inquirió con un hilo de voz.
—Yo digo que sí—asintió seguro y miró el reloj—Vamos, hermano. Disfrutemos de que no tenemos clases el resto del día y busca a algún chico lindo para bailar.
JungKook sólo sonrió y negó con la cabeza. El ánimo que sentía, simplemente, se había esfumado y ahora sólo quería llegar a casa para tocar su guitarra o ver alguna serie en su computadora. Ni siquiera se emocionó cuando el timbre sonó y todos gritaron porque sabían lo que eso significaba. Se puso de pie y dejó que EunWoo se adelantara para buscar al chico que ha estado frecuentando en los últimos días. Tomó las cosas para guardarlas en su casillero, pero el llamado de su profesor de literatura le hizo detenerse.
— ¿Me puedes conceder unos segundos, JungKook-ah? —le preguntó con amabilidad.
—Claro, profesor Jung—asintió y se acercó a él.
Jung HoSeok era su profesor de literatura y tal vez el más querido por todos los alumnos. Era amable y abierto a cualquier situación, por eso muchos se acercaban a él para conversar. JungKook jamás había sentido la necesidad de hacerlo... hasta ahora.
—Qué lindos regalos—le sonrió y mostró sus hoyuelos en las comisuras de sus labios—Pero creo que los compraste para la persona incorrecta—suavizó su expresión a una compasiva.
Los ojos de JungKook se abrieron aún más y sus mejillas se ruborizaron por la vergüenza. Ya había suficiente con que sus compañeros hayan presenciado su humillación, peor aún que su mejor amigo fuese testigo de ello también, ahora debía agregar a su profesor de literatura quien parecía que le tenía lastima.
Se sintió aún más patético.
— ¿Perdone? —fue lo único que pudo decir.
—Lo siento, pero soy chismoso—se rio un poco.
JungKook también se rio y eso ayudó a que la vergüenza disminuyera considerablemente.
—No lo culpo, a mí también me gusta el chisme—se rio también.
—Nos da sentido de existencia—ladeó la cabeza.
Por unos cuantos segundos, HoSeok miró los regalos sobre los brazos de JungKook y luego se convenció a sí mismo de que no estaba siendo entrometido, sólo estaba ayudando un poco. Llevaba casi dos años siendo profesor en esa institución, pero desde siempre tuvo el talento para escuchar y ver pasar cosas importantes, ahora no había sido la excepción y se sintió muy molesto con MinGyu por lo grosero que se comportó con JungKook. Ya desde antes también había notado esa actitud que tenía y sabía que no lo llevaría a nada bueno. Justo hoy acaba de perder la oportunidad de salir con el chico más amable y lindo que pueda existir en esta clase.
Sin duda no combinaban para nada.
— ¿Conoces a Park JiMin? —preguntó de pronto y con bastante interés en su mirada.
JungKook se sorprendió y abrió mucho los ojos mientras buscaba en sus recuerdos. Le sonaba el nombre y a los pocos segundos recordó una cabellera rubia que debería ser inconfundible.
— ¿Rubio y bajito? —preguntó inseguro.
—Es adorable, ¿no? —asintió HoSeok.
Los hombros de JungKook se encogieron al no saber qué decir. Y es que en todo este tiempo que ha estado en la preparatoria no les había prestado atención a las personas por estar inmerso en su música. Al menos hasta que MinGyu apareció, pero ahora pensar en ello le hace sentir estúpido.
—La verdad... no le había prestado atención—respondió con timidez.
—Claro, por estar mirando hacia el lado equivocado—se burló de él.
JungKook soltó una risita y vaciló en su lugar. Al menos ahora ya no se sentía tan miserable y podía reírse un poco con su profesor, pero no entendía qué estaba pasando exactamente.
— ¿Qué me quiere decir con esto? —lo miró con duda.
—A que sería un desperdicio tirar todo esto—señaló con un dedo los regalos en sus brazos.
—En realidad... pensaba venderlo para comprar cerveza—ladeó la cabeza con sorna.
—Vaya mocoso...
—No es verdad—se apresuró a responder entre risas.
—Más te vale, Jeon JungKook—lo señaló con un dedo a modo de advertencia.
—Lo prometo—alzó la mano, pero con los regalos que sostenía cruzó los dedos—Y bien... ¿qué quiere decirme entonces? —insistió.
HoSeok asintió no muy convencido por la respuesta de su alumno y tomó las cosas de su escritorio para ponerse de pie. Después se giró frente a él y le sonrió animado.
— ¿Por qué no le das estos regalos a él? —sugirió.
— ¿A Park JiMin? —preguntó confundido y vio que asintió sugerente—Pero no los compré para él—negó dudoso.
—Pero él sí vale la pena—lo incitó y puso una mano en su hombro—Hazme caso y después me lo agradeces—le guiñó un ojo y se adelantó hacia la puerta.
JungKook lo miró marcharse y cómo antes de salir se detenía en la puerta para sonreírle amable.
—No desperdicies más tiempo, jovencito. Puede que la persona correcta esté a solo unos pasos y podrías perderla si no actúas ahora mismo.
Fue lo último que dijo antes de salir con esa sonrisa característica, como cuando se sale con la suya. Mientras que JungKook se quedó parado en el mismo lugar mirando los regalos que aun sostenía en sus brazos.
No conocía a JiMin. Está seguro de que sólo lo ha visto un par de ocasiones porque han coincidido en algunos lugares de la escuela. No sabe qué tan correcto sería darle regalos que no estaban destinados para él. Recibir dos rechazos en un solo día sería demasiado para él y para su lastimado ego, pero no va a negar que tiene curiosidad por mirar más de cerca a ese chico y saber la razón de por qué su profesor le sugiere tal hecho.
Salió del salón hacia su casillero, pero al final no hizo lo planeado y pensó que tal vez sí podría cambiar el objetivo. Así que pasó de largo de su casillero y se dirigió hacia donde todos estaban en el convivio de San Valentín, lugar donde seguramente encontraría a Park JiMin.
Les dejo un cap más >>>>
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