No esperaban una bienvenida tan amable y cálida, ni mucho menos a una chica de unos quinte o dieciséis años grabando con una cámara cada movimiento para un vídeo diario de sobrevivencia para su hermanita de nueve meses, pero había sido el mejor regalo que les pudieron haber dado desde su llegada a Denver. Al menos la familia Duncan no estaba señalando a Jude con el dedo. Eso era una buena señal hasta el momento, el niño de doce años estaba agradecido, pero no sabía hasta qué punto la familia de al lado sería así de amable con él y sus padres.

Aunque era un buen presagio para su nueva vida y quizás podía hacer amigos que no pensaran que estaba mal de la cabeza o que andaba en malos pasos como sus anteriores amistades en Florida, seguía teniendo miedo de que lo repudiaran otra vez.

── ¿Y qué fue lo que los trajo acá? No es que quiera sonar entrometida, para nada ── Amy soltó una risa, pero la madre de Jude no hizo lo mismo. La mujer rubia se enserió ante eso, quizás había metido la pata. Ese tipo de preguntas suelen llegar a tener respuestas desagradables.

── Cambio de aires, además de que el padre de Jude recibió una mejor oferta de trabajo aquí en Colorado. No íbamos a desaprovecharla ── esa respuesta había sido mejor que cualquier otra que tuviese un final trágico.

No era una completa mentira, pero desde luego, no era la verdad. Amy y Bob se dieron una mirada, aunque ninguno supo descifrar lo que querían decir con ese pequeño, pero significativo gesto.

── ¿Y piensan tener más hijos? ── era una pregunta estúpida, pero Amy no sabía por dónde guiar la conversación. La mujer le dio una sonrisa forzada.

── No puedo tener más hijos ── ahora sí que había metido la pata, eso era evidente. Teddy se golpeó la frente con la palma de su mano al ver el error que había cometido su madre y PJ miró la escena con los ojos bien abiertos.

No era culpa de nadie, no lo sabían ¿Cómo iban a echarle la culpa a Amy?

── Oh, lo siento tanto, no debí preguntar.

── No pasa nada, no tenías cómo saberlo de todas formas ── la señora Rockefeller le dio una sonrisa más natural, un poco más genuina que la anterior e invitó a pasar a toda la familia.

El problema fue que justo en ese momento Teddy recibió una llamada de Abby y tuvo que marcharse casi de inmediato y Charlie se orinó, por lo que su hermano PJ tuvo que volver a casa con la bebé por un cambio de pañales.

── Ah, es una desgracia ── murmuró un Gabe de doce años y le sonrió a Jude, pero este no fue capaz de devolverle el gesto porque hacia tanto que no sonreía, que no estaba seguro de si le saldría una mueca o algo peor ── ¿Y cómo te llamas?

Cierto, nadie los había presentado.

── Jude.

Era un bonito nombre, la verdad es que el niño era lindo también, pero la reputación que lo perseguía desde Winter Haven hacia Denver no era ni la mitad de bonita que él.

── Yo soy Gabe ── extendió su mano en dirección al niño que tenía delante suyo. Jude la estrechó con una mueca que se suponía, debía de ser una sonrisa.

Quizás, sí podía tener una vida diferente, no importaba si era conocido como el amigo drogadicto de Gabe Duncan, incluso cuando ambos sabían que no era ni siquiera una persona adicta teniendo solo doce años ¿Cómo podría alguien inventar semejante mentira para perjudicar a un niño inocente?

── ¡Gabe! ── llamó su madre, ya era hora de irse.

── Vendré mañana, tengo que hablarte de la señora Dabney, apuesto a que amarás las travesuras tanto como yo.

Lo cierto es que, sí, Jude las llegaría a amar casi de la misma forma, pero inevitablemente terminaría amando más a Gabe que a cualquier broma en contra de la señora Dabney.