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Capítulo 20

Citas, besos y libros.

Faltaban pocos días para la boda de Laura, quien estaba desde hace dos horas en mi sofá llorando con dudas. Sonreí poque sabía que encuanto viera a Kevin ella iba a recuperar su sonrisa.

Mire el reloj por cuarta vez y me despere un poco. Uno de los motivos del porqué Laura estaba en mi casa era por que le había pedido ayuda. 
En la mañana cuando llegó mi café la
nota el lugar y la hora de mi cita con Dylan. Al inicio había estado desesperada con su falta de información y cuando  llamé a Dylan para pedirle algo mas que la hora solo se río y djo que era una sorpresa.

Después de eso llamé a Laura y aquí estábamos tres horas después donde ya tenia elegido mi ropa y me enontraba en un sofá con una extraña mascarilla en el rostro que Laura había dicho que era obligatoria, comenzamos hablar esperando el tiempo para quitármela y de un momento a otro comenzó a llorar. Ahora solo faltaba una hora para que Dylan viniera a buscarme y aún estaba con al mascarilla puesta y sin vestir.

-Nena, Kevin te pidió matrimonio porque te ama, no por el vestido que vas ha usar ese dia - intenté consolarla.

-Pero él lo único que me pidió fue que escogiera mi vestido y yo no sé …- volvió a sollozar

- Laura estas siendo un poco exagerada, cuando el vestido llegue te vas a ver preciosa, hace unas semanas quedabas perfecto en el, porque crees que ahora eso va a cambiar, todo va a salir bien, te lo prometo- suspiré – ahora necesito que me quites esto que tengo en el rostro y empezar a vestirme. Porque Dylan viene en – volvi a mrar el reloj- 55 minutos

-Verdad, tu cita, vamos a dejarte preciosa- asentí sonriendo aliviada porque su ataque de dudas hubiera terminado.

Una hora después me encontraba esperando con un vestido veraniego de color verde botella. Tenia mangas cortas y un pequeño escote, era largo hasta las rodillas más entallado en mi cintura y suelto en la parte de abajo. Laura me había obligado a ponerme unos zapatos negros de tacón que no eran tan altos pero me hacían subir unos cuantos centímetros, combinados con una pequeña cartera donde llevaba mi teléfono, las llaves y un labial.
El maquillaje era algo sencillo, y el pelo lo llevaba recogido en un moño complicado que había echo Laura a base de trenzas, este me hacia ver formal pero no tan arreglada. Terminé con una chaqueta negra y un labial rojo oscuro que se veía muy bien.

Tenía que agradecer a la pequeña llorona porque no sabía que podría terminar tan rápido y lucir perfecta. Di un pequeño salto cuando el timbre sonó y camine a la puerta.
Dylan vestia parecido a mi, no muy formal y agradecí internamente porque no tenia idea de adonde íbamos

-Estas hermosa Junio – alabao y mis mejillas tomaron un molesto tono rosa.

-Tu tampoco estás nada mal – respondí a cambio, porque realmente estaba guapo. Vestía una camisa negra enrollada hasta los codos, dejando ver parte de sus brazos y un pantalón que se amoldaba a todos sus músculos. Y sonreí cuando vi su intento de peinado, que consistía en el pelo algo revuelto.

-Ya estas lista- asentí siguiéndolo al auto. Si usábamos auto era porque no era cerca

-En serio no me vas a decir a donde vamos – negó y resople – no me gusta no saber

-Las sorpresas no se dicen pequeña niña – se burló

-Ni una pista – me miro rápidamente antes de regresar la vista a la carretera.

-Vamos a salir del pueblo 

-Oh vamos hombre eso ya lo sabía- protesté

-Eso es porque eres muy inteligente – volvió a burlarse

Eso es porque acabo de ver el letrero que marca el fin del pueblo – ironice ganándome una corta carcajada que inundó el auto y me hizo seguirle.

Después de eso nos envolvió un cómodo silencio. Ya estaba cayendo la noche cuando el auto se detuvo frente a un gran edificio. Sabía que estábamos en New York, pero no sabía en que parte precisamente, las luces de la gran ciudad me llenaron de alegría como si fuera una niña pequeña que iba a descubrir su nuevo regalo.
Me agarré a uno de los brazos de Dylan mientras caminábamos dentro del edificio de tres pisos . Al entrar  una señora nos resivio en la puerta deceandonos una feliz estancia.

-Aún no me vas a decir  de que trata todo esto

-Descubrelo- contestó a la vez que abría dos grandes puertas.

El lugar estaba lleno de fotografías, las luces bajas enmarcaban cada imagen como encerrándolas en sus propios mundos y creando una sensación de intimidad. Habían pocas personas y me alegré.

-Estamos en una exposición – afirmé más que preguntar

-Estamos en la exposición, lleva abierta varios días al público, por estas dos semanas específicamente hace referencia a literatura clásica.

-Oh dios – chille. Yo amaba los libros clásicos. Era fan de las novelas de épocas y mi corazón latía por poder presenciar algo como esto.

Me acerqué arrastrando a Dylan a una de las primeras fotos y no tuve necesidad de leer la describcion para saber que se  referia a mi obra preferida. Para representarla el fotógrafo había escogido tres fotos. La primera se veían a dos niños jugando, una niña vestida con muchas cintas  y con vestido rosa que se veía hermosa  con todo el verde del campo donde estaban, en contraste un chico vestido con unos pantalones sucios y una camisa echa tirones, la foto lograba captarlos a ambos mientras reían y trasmitía toda la felicidad del momento.

Posé mi vista en la segunda foto donde se encontraban dos parejas, aquí no había ropa que diferenciara las clases, lo impactante era el rostro de uno de los hombre. Ambas parejas estaban besándose, pero la primera compartía un beso sencillo casi tierno y la segunda el hombre besaba a la chica de forma casi animal mientras  miraba a la pareja de enfrente de forma austera y molesta.
Por último me dirigí a la tercera foto, en esta solo había un hombre el mismo de la foto anterior, pero su rostro ya no mostraba furia sino tristeza y algo de locura, sus ojos se encontraban húmedos pero sin llegar a derramar ninguna lágrima, al fondo se veía el mismo campo de la primera foto solo que en esta estaba agregada una tumba.

Me giré en busca de Dylan y sonreí viendo su expresión. Él conocía la obra, me había oído miles de veces hablar de ella, y el artista había sido lo suficiente bueno como para plasmarla en su arte.

-¿Cumbres borrascosas? – preguntó y asentí en respuesta aún aturdida por la tristeza que reflejaba la última foto. Dylan al ver mi expresión me tomó de la mano y continuamos hacia el segundo libro.

– ¿Te gusta la sorpresa?

-Me encanta- dije sincera y dirigí la vista a la siguiente muestra de fotografías.

Recorrimos todos el primer piso deleitándonos y comentando lo que íbamos viendo. Dylan aveces bromeaba sobre lo cursi que eran algunos libros y como yo los defendía, aún así no dejó de comentar  el buen trabajo de los fotógrafos por cactar la esencia de cada uno de ellos.
Al fondo del cuarto había una escalera que nos guiaba a un segundo piso, a un lado había una pequeña barra donde pedimos dos bebidas sin alcohol, Dylan porque era el chófer a cargo y yo porque no quería perderme de nada de lo que había en el lugar.
En este piso habían libros, muchos de ellos colocados en las paredes y en una mesa en el centro. Había varias personas hojeando algunos de ellos y otras leían alguna de las frases que habían en las paredes. Sonreí cuando vi el principio de la carta que manda el señor Darci en Orgullo y prejuicio. Dylan me explicó que podía escoger uno de los libros que había en la mesa y llevarlo. Lo miré extrañada.

-Digamos que es una forma de promover la lectura

-Los libros no son baratos Dylan

- Habló quien los vende – se burló – tómalo como un regalo Junio. Un regalo de un aspirante a novio.- pidió y yo sonreí acercándome a la gran mesa que contenia los libros para obsequiar. Olí uno y me reí cuando oí a  Dylan llamarme rara. Al final escogí Jane Eyre de las hermanas brontë. – lista para subir de piso

-Si señor, no me diras que me espera

-Nop – río

El tercer piso se enontraba oscuro salvo por una pantalla la final de la pared que estaba reproduciendo películas. Tomé a Dylan nuevamente de la mano para no perdernos y nos dirigí a dos grandes asientos que permitían acostarse. Frente a nosotros habían dos chicas más menos de mi edad que reían entre ellas. Nos acomodamos mientras comenzaba la películas.

-Me encanta mi sorpresa Dylan – susurré esperando no molestar a nadie

-Lo sabía , a que he recuperado el puesto de mejor amigo – lo mire con dudas porque no sabía a que se refería – oh ya sabes, laura .

- Estas celoso de Laura

-Eh yo no, solo que …- balbuceo - un poco.

-No lo estés - lo mire – Laura es una buena amiga Dylan, me apoyo en momento duros y realmente la aprecio y la quiero. – me acerque a su oído  como si fuera a decir un secreto.- pero a ti te amo.- susurré y deposité un pequeño beso en su mejilla para alejarme y centrarme en la película.

Sonreí cuando lo oí  murmurando, hasta que se acerco a mi oído imitando mi posición anterior – yo te amo más- me beso en la comisura de los labios y me acurruco a su lado para ver la película. Haciendo mi corazón latir a un ritmo bastante violento.

Salimos de la galería casi dos horas después, ambos con una sonrisa en el rostro y con el hambre atacando nuestro sistema.

-No pensé que la película durara tanto, sino hubiera planeado la cena antes. – se quejó Dylan

-Creo que debemos ir a cenar

-Yo no lo creo  Junio, yo lo sé, y tu estomago dice lo mismo – se río cuando sintió mis tripas sonar. Y yo reí con él. Talvez si fuera otra persona la vergüenza me hubiera quitado hasta el hambre pero con Dylan era diferente. – pongámonos en marcha, se de un pequeño resturante familiar que sirven las mejores pizzas del mundo – me miro-  te gusta la idea o quieres otra cosa.

-Amo la pizza – fue lo ultimo que dije hasta llegar a un pequeño resturante. El dueño saludo a Dylan y nos dio una mesa

-¿Lo conoces? 

-¿Eh?- señalé quien nos atendio – ah, Paul, antes cuando vivia aquí venía bastante seguido.

-Vale, entonces que me recomiendas- pedí para aligerar el ambiente. Estaba consciente que yo había pedido no hablar nada del pasado pero no estaba dispuesta a arruinar la cita. Al final nos decidimos por la especial de la casa a la mitad para ambos junto a unos refrescos.
La pizza estaba realmente deliciosa y cuando salimos del local Dylan me presento a Paul como su chica y éste nos deseo una buena noche después de charlar un poco y sonreí al saber que  Dylan no estuvo completamente solo.

Eran más de las diez cuando salimos rumbo a casa, Dylan puso  música baja en el coche y empezó a tararear, a mi me ganó el cansancio y me quedé dormida escuchándolo. Sentí sus brazos roderme mientras me llevaba a mi  cuarto, después un beso siendo depositado en mis labios y volvi a perder el conocimiento hasta la mañana siguiente cuando me despertó Dylan.

-Vamos pequeña Junio, despierta

- Acaso dormiste aquí o usaste las llaves que te di. Si es la segunda opción creo que te las quitaré si sigues despertándome tan temprano

-No es temprano junio son cerca de las 10 am

- ¿ Qué? – grité levantándome completamente – la alarma no sonó -  mire el reloj y vi que solo eran las 6:00am,  mi alarma sonaría dentro de media hora, entonces mire molesta a Dylan – largo de mi casa mentiroso

-Solo fue una broma – se rió – ya había olvidado tu humor de las mañanas, además estoy aquí por una buena causa

-Ninguna buena causa va a librarte de haberme despertado – le advertí

-Ya lo creo que si, ¿ayer tuviste una buena cita? – preguntó y asentí en repuesta – ¿fuiste feliz? – volví asentir dudando de hacia donde se dirigían sus preguntas – ¿tienes alguna queja sobre mi comportamiento de perfecto caballero? – fue el turno de negar riéndome un poco por su voz dramática – entonces vengo a buscar mi ricompenza – terminó acercándose a mi y besándome, haciendo que el sueño se fuera de un plumazo. – esto no justifica el porque te desperté – negué y me regalo una de sus sonrisas de conquistas – entonces volvamos a intentarlo – y selló nuestros labios en un nuevo beso.

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Aquí está otro capítulo. ¿Les gustó la cita?. Yo estaba enamorada con toda la exposición.
Bss

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