Capítulo 14
Cobarde
Mi cabeza daba vueltas al compás de las manecillas del reloj. Tengo todas las ideas haciendo espacio impidiéndome dormir, y la vista perdida en la lámpara de techo de mi habitación que hasta hoy no había descubierto lo compleja que era, eso o que nunca habia estado cerca de una hora mirándola fijamente. Se me escapa un suspiro cuando el reloj me anuncia que son las 3 de la mañana.
Me incorporo y me dirijo a la cocina, necesito hacer algo que aleje a Dylan de mi mente.
Después de una limpieza aguda en mi cocina, y una película que no recuerdo ni el título, regreso a mi cama sin haber logrado mi objetivo, son cerca de las 6 am cuando el sueño al fin me vence.
Me sobresalta el sonido de la alarma, obligándome a abrir los ojos que estoy segura que estarán inyectados en sangre.
Me desenredo de la sábana y voy dando tumbos hasta el baño, es un día nuevo, así que necesito centrarme y comenzarlo con mi mejor rostro, aunque lo único que quiero es que la tierra me trague y me suelte en algún lugar lejano.
Diez minutos antes del cierre de la librería llega una muy embarazada Laura con una sonrisa radiante.
-Hola- dije al momento que mi sonrisa se infiltraba en mi rostro contagiada por la suya- como te lleva ese embarazo
-Me caso, me caso – iba gritando con un baile que se veía un poco ridículo con su gran panza haciéndome soltar una sonora carcajada.
La abracé como pude, uniéndome a su raro baile, hasta que su respiración se agitó y tuvo que para entre risas.
-En serio te casas-pregunte mientras nos sentábamos en una de las mesas de la librería
-Si, Kevin y yo habíamos hablado para que fuera después de embarazo, pero hoy se despertó con una loca idea que no podía aguantar más para que compartiera su apellido
-Pero si estas de seis meses ya, no les va a dar tiempo organizarlo todo-
-Kevin me dijo que solo tenía que presentarme el día de la boda, que él se encargaba de todo, solo puedo elegir a mi dama de honor
-Quien va hacer la afortunada
-Pues tu tonta quien si no
Su respuesta me tomo por sorpresa, cuando Dylan se fue Laura se convirtió en una buena amiga, pero pensé que quería alguna prima o algo que ocupara ese puesto.
-Gracias, prometo ser una buena acompañante
-Pues eso espero porque con estos pies hinchados no puedo hacer mucho, va hacer una boda muy íntima solo algunos amigos y familiares, me imagino que Kevin venga a decirte lo que tengas que hacer vale
-Vale y que día es
Pues dentro de dos meses el 2 de junio- me dijo con un suspiro- esperemos que este niño no decida abandonar mi pancita para ese entonces
-Si esperemos- respondí con mi mente un poco perdida. El 2 de junio era el cumpleaños de Dylan. Y así fue como nuevamente Dylan entro en mis pensamientos para no salir por el resto de la tarde.
Llegue a mi casa un poco más tarde de lo normal por la intervención de Laura en la librería y ya se oían los ladridos de una desesperada Lyta, que ya estaba acostumbrada a que la sacara a pasear después del trabajo. Me cambie de ropa recogí su correa y nos fuimos a pasear bordeando el lago que era la vista preferida de los turistas, no me gustaba acercarme a él porque cuando era niña por poco me ahogo haciendo travesuras con Dylan, pero después que me quede a cargo de Lyta lo frecuento más seguido. Después de trotar un rato, siento la correa jalar, encontrándome con una Lyta acostada que no estaba dispuesta a dar un paso más.
-Vamos nena falta un poco para llegar a casa – dije acariciándole su peluda cabeza
Me miró con su carita de pena y supe que estaba perdida, nuevamente tendría que llevarla en brazos hasta la casa, esto los hacia casi a diario y sabía que mientras yo la siguiera cargando ella no iba a parar eso, me lo repetía a diario que tenía que ser más fuerte pero cuando ponía esa carita me era imposible y nuevamente lo hacía.
Llegue a la casa y después de un baño y cenar, me senté en la tv dándole vueltas a la conversación de ayer sabía que en algún momento tenía que rendirme y meditar lo que Dylan me dijo o sería incapaz de continuar mi día, sin que me atormentara su explosión de sentimientos. Aunque en realidad no quería darle más vueltas al asunto él podía decir lo quisiera y a mi darme igual pero mi conciencia me decía que no me daba tanto igual cuando se me aceleraba el pulso con solo imaginar su mirada nublada por la determinación que me regalo ayer, pero era de locos seguir sintiendo algo por Dylan verdad, es decir me abandonó, se largó por dos años y no hizo una sola llamada y regreso porque su mamá estaba enferma no por ningún motivo relacionado conmigo, de verdad tenía que creerle lo que me decía? No estaba segura, pero algo si tenía claro no podía volver a caer en sus garras, no podía volver a sentir nada más por él, aunque una voz en mi mente me decía que nunca deje de hacerlo.
Me fui a la cama y bloqué mi mente, mañana será otro día.
Pasaron tres días hasta que supe de nuevo de Dylan salía del trabajo y decidí llevarle algunas flores a mis padres, cuando vi su pelo alborotado cerca de sus tumbas, me acerqué un poco más intentando descifrar lo que hablaba en susurros.
-Lo siento tanto, ojala pudiera borrar el tiempo y decirle a mi yo más joven que tenga mas coraje, que enfrente la situación que huir no era la solución a mi problema, quedarme y aferrarme, e intentarlo hasta que diera resultados, pero no, huí y lo siento tanto, siento a ver abandonado a abril cuando prometí nunca hacerlo pero como iba a enfrentarla, como lograba hacerla entender sin que me viera como un completo lunático que se había enamorado de su mejor amiga- soltó una risa carente de humor y continuo- menudo cliché , supongo que no me lo perdonen era mi trabajo cuidarla y fallé, fallé cuando me fui sin mirar atrás, fallé cuando no volví a pesar de darme cuenta del error que había cometido, fallé y lo siento.
Lo vi agacharse y colocar unos girasoles en la tumba de mamá, y después dirigirse a la salida del cementerio, solo entonces salí de mi escondite con la respiración irregular por la adrenalina que corría por mi cuerpo.
-Lo siento mami tengo que arreglar esto- dije a sus solitarias tumbas y eche a correr detrás de Dylan que solo se divisaba su silueta, cuando estuve lo bastante cerca como para que me escuchara grite
-Eres un cobarde- vi su cuerpo como se giraba y su cara tomaba una expresión completa de confusión
-¿Abril? - murmuró caminando hacia mi
-Eres un puto cobarde, por eso te marchaste- volví a gritar, aunque ahora la distancia no era larga y solo nos separaban algunos pasos
-Que dices junio –
-No me digas junio, perdiste el derecho cuando saliste huyendo de mi como si tuviera la peste, por eso te fuiste Dylan porque no fuiste lo suficiente valiente como para plantarme cara y decirme que me amabas- vi como sus labios se abrían para comenzar hablar, pero no lo deje – ahora que lo pienso bien irte fue la mejor decisión que tomaste, nunca estaría con alguien que no podría luchar por mi
-Tú te ibas alejar en el momento que lo supieras, que quería que te dijera, que te amaba
-Pue si- dije segura
-y que ibas a decir abril, que era un error como lo fue besarnos, como lo fue todo lo demás
-no, no tenías ni idea de que iba a decir Dylan, pero preferiste huir antes de comprobarlo
-piensas que no me dolió, que fue una decisión que tome a la ligera – me grito- no tienes ni puta idea de lo que hablas, ni puta idea
-quien no tiene ni idea eres tú, sabes que hubiera dicho pedazo de imbécil, que te amaba- vi su cara de asombro- que te amaba más que a nada, y que prefería tener una oportunidad contigo que nunca intentarlo
-yo... yo no tenía ni idea- tartamudeo
-no tenías ni idea porque no viste más allá de tu ego lastimado, del miedo que te comía, del miedo al rechazo, no viste que mi pulso latía solo por ti Dylan, no lo viste y me abandonaste, porque eres un cobarde que no le importa nadie más que tú mismo.
Me di la vuelta y salí corriendo sin esperar su respuesta. Sentí su voz llamándome, y mi teléfono no dejo de sonar hasta que lo apague. La adrenalina aún corría por mi sangre y cuando logré alcanzar algo de tranquilidad mi mente se vino abajo y comencé a llorar.
Por todos esos momentos en que me sentí inferior, por todas las veces que deseé poder tener a Dylan a mi lado, por todas las veces que me sentí rechazada. Llore y llore hasta que mi cuerpo solo temblaba con espasmos, pero mis ojos estaban secos, y poco a poco me fue venciendo el sueño. Con algo totalmente claro, Dylan se podía ir al demonio.
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