Una rendija

Había pasado una semana y mi rutina se había convertido ir de la casa al hospital.Y mis músculos pedían a gritos unas horas de descanso, amenazándome con colapsar.

Hoy por fin le habían dado el alta médica a mamá. Tuvo que pasar por varios exámenes para descubrir que su desmayo había sido provocado por una gran alteración en su azúcar. Producto a una diabetes mal atendida.
Estaba un poco preocupado, pero cuando pedí consulta con el médico para entender a que me enfrentaba, éste me alentó diciéndome que mientras siguiera el tratamiento todo estaría bien.

Cuando llegamos a casa tuve que obligar a mamá que se diera un baño y descansara mientras yo preparaba la cena.
La primera indicación del médico fue la estricta dieta que tenía que llevar mamá, su cara fue todo un poema cuando se enteró. Y cuando llegué a casa y revisé los estantes, supe que o me iba de compras o hasta yo sufriría de diabetes.

Subí a su habitación y después de comprobar que se había dormido dejé una nota en la puerta de la nevera dándole mi ubicación y salí a la calle.

El supermercado estaba prácticamente vacío, solo habían algunos chicos haciendo una compra tardía y una pareja que me sacó una sonrisa por la acalorada discusión que estaban teniendo por unos tomates.
Así que me fue fácil realizar la compra. Aunque me tomas tiempo de lo normal escoger alimentos que no perjudicarán mamá .
Pasé por la sesión de bebidas para tomar unas cervezas y fue cuando mi respiración se ralentizó provocando que mi pecho retumbara.

Abril estaba inspeccionado los vinos que había, y se venía hermosa, a pesar de tener el rostro adornado con ojeras delatando horas de vela. Ella no me había visto aún, así que me permití observarla un rato más.
Tenía un jeans que se le pegaba al cuerpo mostrando sus generosas curvas y su pelo estaba recogido en un desordenado moño pero lo que llamó mi atención fue una escandalosa y alegre camisa amarilla con algunos muñecos extraños en la parte de alante. Dirigí mi mirada a su rostro nuevamente y choque con unos furiosos ojos que me miraban amenazantes.

Casi, y digo casi porque no pude esconder la sonrisa que mostraron mis labios, provocando que su molestia aumentara a la par de mi sonrisa.

Era idiota lo sabía, provocar a una mujer en sí, era peligroso, pero provocar a Abril estando molesta era firmar con el mismísimo diablo.
Pero preferí mil veces esa reacción a que me mirara con el rostro vacío sin sentimiento que reflejarar en esos hermosos ojos.
Sin darme cuenta mis pies comenzaron a moverse y me encontraba a un suspiro de ella, que no apartó ni un segundo su mirada de mí.

-Hola Junio

-Mira bastardo de mierda ni se te ocurra dirigirme la palabra- fue su saludo- te crees muy graciosos y no sé quién te ha dado a entender que puedes entrar a mi casa y hacer conmigo lo que te venga en gana-

-Junio, yo… ese día- tartamudee no sabía cómo explicarle que me sentía mal sin pedirle disculpas, porque ya tenía experiencia y pedir disculpas por tener sexo empeoraba la situación.

-Tu qué? - continuó ella, al ver mi falta de palabras- vamos a ver Dylan ya dejaste claro tu punto. Te confundiste al dar un paso conmigo que no te sentías preparado y huiste como el idiota que eres

-Eso no es..- no me dejó terminar poniendo uno de sus delicados dedos en mi boca, haciendo una débil presión que me dejo entumecido

-Mejor cállate, vale- cuando vio que asentí continúo - como te decía, ahora que regresaste por tu mamá, no tienes que demostrarme nada. Estos dos años me enseñaron muchas cosas y entre ellas es que no eres indispensable y si no me crees mírame, no he muerto. Así que sigue por tu camino y haz como si no me conoces. Al fin de cuentas no regresaste por mí, ni para darme una explicación que ni deseo escuchar. Así que ahora no vengas hacerte el caballero e intentar arreglar algo que en primer lugar no tenías la intención de hacerlo - tomó aire y me miro directamente a los ojos- por tanto  te invito cordialmente que te mantengas alejado de mi o me veré en la penosa necesidad de mandarle tu trasero golpeado a tu madre de regreso. Está claro?

Volví asentir como el idiota que era y después de dedicarme una última mirada cargada de odio se alejó.

No fue hasta que la vi desaparecer por el pasillo que solté el aire que estaba conteniendo. La observé alejarse, deleitándome con su trasero que se iba moviendo con el vaivén de sus pasos dándome unos deseos locos de seguirla. Pero mi fantasía se rompió, tenía que ser cuidadoso con mis acciones a partir de ahora. Necesitaba hacerle entender porque me fui y que se quitara esa idea absurda de su cabeza de que no quería dar ese paso con ella. Llevaba años esperando ese momento, descubrí que tenía las hormonas en ebullición en mi juventud solo por mirarla, claro que quería dar ese paso con ella. Por Dios hubieron días que lo único que pensaba era en eso, el problema era el después. Ese temido despertar y sentirme rechazado, sentirme como su jodido error.

Si hace dos años hubiera encontrado alguna pista por muy pequeña que fuera, que Abril sentía algo por mí, no me hubiera ido. Pero por lo visto era más tonto de lo que ella decía,  porque todo ese odio y ese resentimiento solo podía significar una cosa, que ella si sentía algo más que amistad y fui yo el que no supo entender los cambios.

Así que me quedaban dos opciones o me rendía o daba todo lo que tenía para que volviera a sentir, aunque sea una pisca de amor por mí, y realmente no era de los que se rendía. Solo necesitaba una rendija para poder colarme y rezar para que no fuera demasiado tarde.

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Hola chic@s, que creen, logrará acercársele?
Se que fue un capítulo corto, pero espero que le haya gustado.
Un beso grande...:)