A pesar de la crisis económica a nivel mundial Corea del Sur no ha dejado de crecer y desde que el Grupo Shinhwa se cotizó en la bolsa ha mantenido su estatus como la mejor compañía del país , hasta llegar a ser una empresa de fama mundial.

Desde electrodomésticos, energéticos, automóviles y telecomunicaciones. El conglomerado se ha convertido en una empresa de renombre.

Si usted es ciudadano de Corea del Sur reconocerá con más facilidad el logotipo de la empresa que nombra el Presidente. Al incrementar sus importaciones a un millón de wons diarios, el fundador de la compañía fue invitado a la casa azul y en lugar de Recibir una medalla dijo: "Señor Presidente, permítame construir la mejor escuela para mis nietos".

Nunca antes había existido en la historia académica de Corea, una escuela de esta clase, la cual fue respaldada por el Presidente, quien creía que una buena educación era gran parte del desarrollo económico. Inclusive creó una ley especial para dar cabida a esta escuela .

En la actualidad se dice que si en el curriculum de una persona no se encuentra la escuela Shinhwa, es mejor abstenerse a solicitar empleo, a aquellos que se gradúen de esta honorable escuela, serán bien aceptados en las esferas de la alta sociedad.

Esta institución académica esta hecha solamente para que el 1% de la población asista a ella, por lo tanto, ha mantenido la reputación de una escuela élite. Desde que un estudiante es aceptado en el jardín de niños, tienen el camino asegurado para continuar la primaria, secundaria, preparatoria e incluso la Universidad. Por esta razón, la institución es objeto de celos por parte de los estudiantes.

Sin embargo en esta escuela de ricos y famosos algo extraordinario esta a punto de suceder.

En este momento un estudiante de la escuela Shinhwa esta apunto de abrir su casillero, con un poco de temor y valor gira la llave y al abrirlo sus ojos reflejan un miedo indescriptible, su peor miedo estaba ahí, una tarjeta roja. Pero no cualquier tarjeta, sino una tarjeta de los F4, desde ahí sabe que su vida se convertirá en un infierno.

Cuando cierra su casillero se percata de que los demás estudiantes ya han visto la tarjeta. Asustado decide irse para encontrar una salida, pero cuando ve que unos estudiantes se le acercan se da cuenta que es demasiado tarde.

—¿Qué haremos contigo? —Dijo uno de los chicos para después darle una golpiza.

—No seas cobarde, no intentes huir —Dijo otro chico con diversión.

Después de un tiempo el cuerpo del chico ya no tenía fuerzas para defenderse.

[...]

Por otro lado, se encontraba un lindo chico que montaba su bicicleta. Tenía una entrega de ropa de la tintorería de sus padres. Cuando llega a la caseta de vigilancia se detiene.

—¿Motivo de su visita? —Preguntó el guardia de vigilancia.

—Oh si... emmm, Soy Jungkook, y tengo un pedido de tintorería —Respondió tímidamente al guardia.

El guardia lo escaneó rápidamente y después lo dejó pasar.

—Gracias —Agradeció amablemente para después pasar.

Cuando Jungkook entró al colegio, se quedó asombrado por todo el lujo que había en ese lugar. Dispuesto a buscar al muchacho por el edificio, escuchó entre tanto murmullos el nombre del chico y se da cuenta que es la persona por lo cual estaba ahí.

—¡Oigan! Vamos a la terraza. Jin-young está en la terraza. ¡Se va a aventar! —Dijo un chico que llego.

—¿No será otra de sus bromas? —Preguntó otro chico.

—No lo sé, pero vamos —Respondió otro.

Jungkook decidió seguir a los chicos y cuando llegó al pie del edificio, no pudo creer lo que estaba viendo. En la orilla de la azotea, se encontraba un chico con su rostro ensangrentado, golpeado, su ropa hecha pedazos y su mirada pérdida en el suelo.

Lo peor de todo era que los estudiantes que lo veían desde abajo, en ves de preocuparse, lo alentaban a que se aventara.

«¿Qué es lo que le pasa a esta gente?», pensó Jungkook.

Jungkook agarró rápidamente las prendas de ropa y subió hacia donde estaba el chico, tratando de idealizar palabras para alivianar el momento complicado para ese joven. Mientras que el chico decía sus últimas palabras a todos aquellos que lo han atormentado.

—¿Esto es lo que buscan? —Preguntó el chico hacia los demás alumnos—.  Bien...Les daré lo que me piden.

Jin-young cerró sus ojos dispuesto a saltar pero una voz lo detuvo.

—¡Espere! ¡E-espere! —Jungkook gritó desesperado. 

Eso hizo que Jin-young abriera los ojos y volteará en dirección a Jungkook.

—Disculpe joven —Dijo Jungkook intentando regular su respiración después de haber subido corriendo.

—¿Y tu quién eres? —Preguntó el chico confundido. Nunca había visto a Jungkook por la escuela.

—¿Yo? Soy Jungkook, te traigo una entrega de la tintorería —Jungkook sonrió y le enseñó el paquete que tenía de la tintorería a el chico—. Son 30 000 ₩. ¿No es mucho verdad? —Preguntó Jungkook.

Las risas de los que estaban ahí no se hicieron esperar haciendo que Jin-young se sintiera peor, pero Jungkook no iba a rendirse tan fácilmente.

— Usted tranquilo, que sean 25 000 ₩, su ropa del gimnasio va por nuestra cuenta, siga siendo nuestro cliente —Dijo Jungkook.

El chico suspiró y se volvió a girar hacia Jungkook.

—Ahora que muera, cóbralo en mi casa —Respondió el chico.

—Hay, ahora que muera —Repitió las mismas palabra, hasta que cayó en cuenta del significado de esas palabras—¿M-muera? —Preguntó abriendo sus ojos de par en par—Se va a, ¿m-morir ahora? —Preguntó nervioso, no entendía lo que estaba pasando. 

El chico solo se le quedó viendo y después giró su vista hacia enfrente.

—¿Por qué quiere suicidarse cuando asiste a esta escuela? —Preguntó sorprendido.

—Esto no es una escuela, es el infierno —Respondió soltando un suspiro.

—¿Infierno? —Preguntó—. El infierno esta allá afuera, ¿Conoces los exámenes de admisión? 

—¿Y tu has escuchado de los F4? —Dijo evadiendo las preguntas de Jungkook.

—¿F...F que? ¿F4? ¿Qué es eso? —Jungkook solo estaba confundido. Jamás en su vida había escuchado de esos tal F4.

—En cuanto recibes una tarjeta roja, te conviertes en una presa fácil para la escuela—Respondió el chico. 

Jungkook se quedó pensando hasta que entendió el porque el estado del chico y eso hizo enojarlo.

—¡No...no puedes permitir que te traten así! Solo son un grupo de tipos que se creen la mamá de los pollitos. Ah pero si ellos fueran de mi escuela los mordería y les arrancaría...Odio que se metan conmigo —Respondió Jungkook con un tono que demostraba molestia. Él detestaba a la gente que se metía con otros.

—Tus amigos...son afortunados —Dijo el chico viendo nuevamente hacia Jungkook.

—¿Qué? —Preguntó confundido. 

—Son afortunados de tener a un amigo como tú.

Jungkook soltó una risa nerviosa. La verdad es que él no tenía ni un amigo. Sólo tenía a su mejor amigo, Jin.

Jin-young volvió a cerrar los ojos y sin duda saltó al vacío haciendo que Jungkook soltara el paquete que traía en las manos y en un movimiento desesperado corrió hacia la orilla de la azotea con tal suerte que alcanzó a sostener al chico evitando que cayera.

Un acto que no supo que le cambiaría la vida, ya que en menos de 10 minutos en todas las redes habían fotos y videos de su acto en menos de 15 minutos ya tenía el apodo de "Chico Maravilla".

Jungkook nunca quiso ser un héroe, pero con su gran corazón hará que cambien las cosas.