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Ascensor

Llegaste cuando las puertas ya casi cerraban, pensando que allí se encontraría cualquier persona trivial, pero te sorprendiste al ver quien realmente era.

Lo oiste murmurar un "Buenos días", a lo que simplemente le respondiste en un suave gesto con la cabeza, para luego marcar el número de piso al cual irías y quedarte a un costado de él, lo más alejada posible.

¿Cómo va todo en la familia?.- Preguntó de repente.

Hum... Bien, supongo.- Respondiste sin ganas, y es que lo que menos querías era tener una conversación con tu vecino a estas horas tan tempranas de la mañana.

¿Aún te gusto?.- Su interrogación te dejó helada, ¿Cómo se atrevía a preguntar tal cosa luego de tantos meses sin que ninguno de los dos pudiese siquiera mirarse a la cara?

¿Disculpe?.- Lo miraste con tu ceño fruncido.

No, primero responde y luego te disculpo.- Rió.

Jungkook... Usted es mi vecino, ¿Cómo podría gustarme?.- Te hiciste la desentendida.

Agh... Siempre me puso demasiado  el hecho de que me hablaras de "Usted" y no ha cambiado para nada.- Confesó roncamente.

Sentiste sus pies comenzar a caminar y su cuerpo aproximarse, hasta quedar detrás tuyo y abrazar tu espalda, pegándote a él completamente.

Mhg...- Soltaste un gruñido al sentir su dureza en tu trasero.

Mm... ¿Recuerdas esto, cariño?.- Preguntó mientras comenzaba a rozar sus labios contra tu piel, dando suaves besos.- Cuando nos hacíamos sentir bien mutuamente.

Rápidamente te volteó y se quedó observándote unos minutos.

Quisiera seguir fingiendo, pero te necesito más de lo que te imaginas.- Juntó sus labios con los tuyos en un beso demasiado necesitado.

Sus manos fueron directo al borde de tu falda, donde comenzó a subirla y acariciar aquellas zonas bajas.

Gemiste al sentirlo, pidiendo aún más de su toque, lo que hizo que sonriera de forma obscura, cegado por la lujuria.

Niña sucia ¿Te gusta esto?.- Susurró a centímetros tu oído.

Asentiste frenéticamente.

Dilo. Dí cuanto te gusta que te toque, que te bese y que te penetre tan duramente haciéndote correr una y otra vez.- Te ordenó.

M-me gusta... como  me tocas...
a-agh... como me b-besas...- Frenaste tus palabras al sentir como introducía dos de sus dedos en tu interior.

¿Y qué más?.- Comenzó a mover sus dígitos exquisitamente, haciéndote casi lloriquear a causa del placer.

Y c-como... Me penetras...a-ah..- Tus mejillas se ruborizaron y bajaste tu mirada al suelo para que no viera esa faceta de ti.

Que obediente, bebé. Te recompensaré, ¿sabes cómo lo haré?.- Preguntó con la voz más profunda de lo normal.

Negaste.

Te follaré. Y lo haré tan bien que nunca más intentaras alejarte de mí de nuevo, ¿oíste?.- Y justo en ese momento sabías que estabas a segundos de correrte.

¡Mierda, sí!.- Exclamaste en un susurro cuando llegaste al clímax.

Él quitó sus dedos de tu interior y los llevó a su boca, chupando todo rastro de flujos que hayan quedado en estos.

Luego llevó sus manos a su cinturón y lo desabrochó, como los hizo con sus jeans. Bajó sus boxers y sin más que esperar entró en ti, pero esta vez logrando que sea mucho mejor que la vez anterior.

No sabes lo bien que se siente tenerte mojando mi polla, ¿A ti también te gusta, bebé?.- Asentiste rápidamente sin dejar de morder tu labio inferior.

Te arrinconó más contra el frío metal del ascensor y su cuerpo para comenzar a dar duras embestidas, de las cuales no parabas de pedir más.

No te dejaré ir tan rápido ahora, Hara. Lo prometo.- En un suspiro cansador sonrió.- Te secuestraré si es necesario.





Me disculpo por los errores ortográficos

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