❅ Jungkook Claus ❅
‧꙳‧
Taehyung arregla las galletas de chispas de chocolate que su nana ha preparado para él en esa tarde, imitando la forma de un perfecto árbol de navidad. La leche previamente calentada con mucho cuidado, es vertida en un vaso de cristal que tiene pequeños copos de nieve en alto relieve en la parte superior. Siendo precavido para no ser torpe y caer, lleva ambos objetos de vidrio en una bandeja de metal hasta a la mesita que está cerca del pomposo y deslumbrante árbol de navidad que él solito se ha encargado de colocar días atrás.
Totalmente satisfecho de que todo esté en perfecto orden como lo ha previsto durante todo el año, salta de emoción en su lugar dejando muchos besos en sus mejillas sonrojadas que no deben envidiarle nada a las coloridas esferas de colores que posee la casa. Un instante después, se coloca el mejor gorro de navidad rosado que posee sobre sus rizados cabellos dorados, y corrige las arrugas inexistentes de su pijama de renos que sus padres le mandaron de Estados Unidos hace unos días.
—Todo está listo, solo faltaría que el Sr. Santa llegue y me de mis regalos por haber sido un niño bueno en este año—asiente completamente satisfecho. No obstante, su sonrisa feliz tiembla al recordar momentáneamente los últimos exámenes que reprobó con su tutora, por estar muy campante con el espíritu de la navidad por doquier—. Oh, s-solo espero que el Sr. Santa no tome en cuenta esos exámenes... No quisiera que me de carbón en vez de lo que le pedí—susurra juntando sus dedos índices con un mohín en sus mejillas—. ¡P-Pero no debo preocuparme de ello! Sé que santa halagará todo el espíritu navideño que tengo y me complacerá en mi única petición de este año—exclama feliz, asintiendo repetidas veces.
Esto refiriéndose a toda la casa en general, casa que tiene más adornos de navidad que la misma tienda donde los compró, cosa que por supuesto él no nota al estar totalmente enfrascado en esta fecha llena júbilo. En serio siente que está a punto de salir a cantar alguna canción navideña para los vecinos, pero la vez pasada le echaron agua, así que no cree que sea lo mejor en esta oportunidad.
—Son... ¡S-SON TAN GRINCH! ¿Por qué no pueden entender la felicidad de esta fecha? En serio quisiera que ellos también celebraran la navidad como lo hacía en Estados Unidos, todo era tan perfecto allá, ¿Por qué mis papás me trajeron aquí? —se queja consentido.
Luego de un pequeño berrinche por vivir en un lugar donde ni siquiera unas lucecitas colocan, corre escaleras arriba para poder dormirse de una buena vez y que llegue su regalo más rápido. Así es que termina lanzándose en su amplia cama y tapándose con su colcha comodita de gatito sonrientes, obligando que sus pensamientos se callen para así poder dormir.
Mientras tanto...
Por la acera que corresponde a la deslumbrante casa, literalmente deslumbrante, al tener más luces que un semáforo mutado con el sol, un chico esbelto totalmente vestido de negro huye con rapidez de algunas linternas y perros que lo persiguen entusiasmados de querer arrancarle un pedazo de piel; solo teniendo la oportunidad de saltar, gracias a la adrenalina, la elegante cerca que corresponde a la casa luminosa, llevándose consigo un santa inflable que repite una y otra vez «Feliz navidad, jo jo jo»
Jungkook aún alerta al escuchar los ladridos más cerca, se aproxima a la vivienda caminando sigilosamente hasta llegar a la puerta corrediza que corresponde a la cocina. Al verificar que la misma está cerrada con el bendito seguro que no puede faltar en la casa de los ricos, opta por la vieja confiable: la ventana que siempre está sin seguro. Luego de buscar por un par de largos minutos, encuentra la ventana que está desprotegida en la sala y logra ingresar como puede a este lugar, haciendo más ruido del que necesariamente debería, al llevarse en su caída algunos adornos que están en una mesita cerca de donde entró.
—Maldita sea—gruñe bajito, desenredando la cinta de colores brillantes que queda atrapada en su bota negra. Luego del martirio de poder librarse de esta, trata con sus mayores dotes de ladrón pasar completamente desapercibido por las personas que en esa casa pueden estar. Con lentitud sube el pasamontaña negro que cubre su rostro para poder observar bien lo que está frente sus ojos—. Pero... ¿Qué mierda es esta casa?—se pregunta sorprendido una vez echa un vistazo rápido por el salón principal—. ¿Acaso me he teletransportado al polo norte... O era el sur?—piensa por un momento—. ¡Qué importa! Ese lugar nor-sur se quedó pendejo con esta decoración tan horrorosa...
Aún sorprendido, da unos cuantos pasos por el lugar abriendo sus ojos cada vez más por los infinitos adornos y arreglos tan elaborados que emperifollan ese hogar tan detalladamente. Como si fuera un niño, se queda admirando el trencito que corre por debajo del árbol, toda la sala y parte del comedor. Esas medias de seda con estrellas bordadas con hilo dorado que están sobre «La chimenea» que en realidad es una pantalla con una imagen de fuego moviéndose, e infinidades de cosas que se verían realmente bonitas si no se percibiera todo tan... ¿Estrambótico? Sí, esa es la palabra.
—Exagerado. Sin ningún tipo de salvación, la persona que adornó esto perdió completamente el control de su vida—asiente con seguridad. Luego de un par de segundos criticando el alrededor, centra su mirada en el imponente pino artificial que ocupa gran parte del espacio disponible del salón—. Vaya, ¿No había uno más grande?—ironiza, colocando los ojos en blanco—. Definitivamente esto es lo más sobrecargado que he visto a un árbol de estos, ¿Cuántas pelotas tiene? Por Dios, tiene unas flores demasiado grandes y ni hablar de la cinta alrededor. No sé si es un árbol o un regalo gigante...
—Umm... ¿U-Usted quién es?
Una casi inaudible voz distrae repentinamente sus críticas mordaces, el azabache al estar distraído apenas y se da cuenta que está siendo observado desde una esquina, así que casi a la velocidad de la luz ubica una ventana para poder lanzarse en caso de que algún adulto lo haya descubierto, pero al esperar unos cuantos segundos, solo es capaz de distinguir los cabellos rubios de alguien que se esconde detrás de la pared que separa el comedor del salón principal.
—¿U-Usted es un ladrón?—pregunta tímidamente Taehyung, haciendo que los ojos de Jungkook vuelvan a ir al cielo.
—No, ¿Cómo crees? Yo soy Jungkook Claus—responde sarcásticamente. Sus brazos fuertes se cruzan sobre su pecho ante los amplios ojos marrones que lo siguen observando como si fueran dos grandes pelotas—. ¿Vas hacer algo o no? No lo sé, llamar a tus padres, marcar el número de la policía...
—¿P-Policía? ¿Entonces... Usted si es un ladrón?—vuelve a preguntar con la boca entreabierta.
Jungkook golpea su rostro con su palma abierta, acción que instantes después comienza a lamentar por no haber medido su estúpida fuerza antes de hacerlo. ¡Es que no puede creer que en serio le esté preguntando eso! ¿Acaso no nota sus características de ladrón?
—Olvídalo—gruñe—. ¿Hay alguien más en casa?—se apura a instruirse antes de que un balazo le dé la sorpresa. Taehyung niega enseguida, moviendo su cabello dorado de un lado a otro con lentitud de forma bastante aniñada—. ¿En serio? Vaya, eso me la pone más fácil—comenta para sí mismo, imaginando la cantidad de cosas que se puede robar de esa forma—. ¿Y bien...? Sal de esa pared, me pones de los nervios—pide ceñudo, con un movimiento de mano. El rubio no sabiendo cómo reaccionar ante un ladrón, hace lo que le pide, saliendo lentamente de su zona segura y mostrándose frente él con temor—. ¿Qué mierda? ¿Tú quién eres? ¿Acaso te escapaste de Sugar Rush versión navideña? En serio, tu vestimenta me está dando cáncer en mis hermosos ojos negros.
—Yo... Umm... Vivo aquí—responde tímidamente con sus mejillas ganando mucho color, y juntando sus calcetines de estrellita.
Es primera vez que Taehyung se encuentra solo con un chico/ladrón en todo lo que va de su vida, tanto aquí, como en Estados Unidos. Jungkook en sucesión a su respuesta, alza una ceja ante la aclaración que por supuesto no está solicitando.
—No me digas... Casi ni me doy cuenta que vives aquí—farfulla con expresión fingida de asombro. Solo logrando que el rubio asienta con mucha seguridad a sus palabras—. ¿Eres una especie de niño... O niña? Disculpa, ¿Exactamente qué eres? No lo sé, tu pecho me dice que eres un chico, pero tu cara me dice que eres una chica. Realmente estoy muy confundido. Aunque claro, ya ni siquiera uno se puede confiar en los pechos—se sincera, recordando ciertas experiencias de su vida. Con frescura, toma una galleta del plato que está a su derecha y la devora esperando alguna respuesta que satisfaga su interrogante—. ¿Entonces?
—S-Soy un chico y t-tengo dieciocho años—responde inquieto, solo pudiendo notar que su hermoso árbol de navidad hecho de galletas, ahora queda incompleto.
El azabache casi escupe la deliciosa mezcla de vainilla y chocolate que comía, al escuchar esa fuerte declaración así de repente. ¡¿Dieciocho años?! Muy bien, basta. Científicamente es imposible que un chico sea tan bonito como él, y mucho menos, que tenga dieciocho y sea tan... Así. ¡Es imposible que existan personas así en este momento que la humanidad se ha desatado a tal nivel inmoral!
—¿Dieciocho qué? ¿Piojos? ¿Teteros? ¿Pañales? Es imposible—aclara en seguida con los nervios de punta, ante tal atrocidad de la naturaleza. Bueno, técnicamente no es que sea una barbarie de carácter universal, porque desde su lugar se ve bastante bonito. ¡Lo hace sentir como un sucio pedófilo!—. En serio, me debes de estar gastando una broma. De seguro tienes once y ya andas deseando ser mayor de edad.
—N-No es broma—se apura a decir con las mejillas llenitas de molestia.
Si hay algo que moleste a Kim Taehyung en ese último tiempo que se quiere comportar como un adulto, es que duden siempre de su edad. ¡Está harto de tener su identificación casi que pegada en su frente cada vez que va a salir a comprar con su nana!
—¿Quieres ver mi identificación?—pregunta huraño.
—Ya, ya, supongamos que tienes dieciocho, entonces... ¿Qué es esto?—con agilidad, toma la carta que está en el arbolito escrita en letra cursiva y muchos corazoncitos alrededor. En seguida la abre con mirada desdeñosa, para comenzar a leer en voz exageradamente suave. Taehyung en ese momento que su petición es tomada, trata de decir algo, sin embargo, el dedo del otro es elevado al cielo callando cualquier réplica—. ''Hola Sr. Santa Claus, espero se encuentre bien, yo estoy bastante mejor. Hoy le escribo para que haga realidad mi deseo de este año; por favor, haga que un chico se fije en mí. Solo quisiera tomar...'' Por favor, ¿Un novio? ¿En serio? Eso es imposible.
Los ojos cafés de Taehyung van al suelo avergonzado, luego del bochornoso momento de haber sido leída su carta que únicamente Santa tenía que haber visto. Su respuesta hiere por completo su corazón de chico inocente que no ha conocido el mundo por haber estado dormido demasiado tiempo. Jungkook al ver la reacción del chico, muerde su lengua sintiéndose un poco culpable de hacerlo sentir mal.
—No vayas a llorar—pide—. Y a pesar de que lo hagas, es la verdad. Además, ¿Qué persona en pleno siglo veintiuno cree en Santa? En el caso puntual de que existiese, ni siquiera tienes una chimenea de verdad para que el marrano entre—hace notar al señalar la pantalla—. ¿Cómo puedes no saber que «Santa» son los mismos papás? Es raro, ¿En serio esperabas levantarte y encontrar un modelo xxx envuelto en papel de regalo para ti? Yo sé que soñar no cuesta nada, pero tampoco se puede vivir de ilusiones.
—¿S-Santa no existe?—pregunta en medio de su hipo, por el llanto suavecito que comienza a llevar en ese momento. Jungkook con resignación niega a su interrogante—. ¿No h-habrá regalos?
—No los vayas a comprar a ver si te van aparecer de la nada—responde lentito.
Con calma, toma el vaso de leche y lo comienza a tomar para pasar las galletas que ha comido hasta ahora. En serio, Jungkook está a dos segundos de salir huyendo de ese lugar y dejar a ese extraño chico en su propio mundo. Sin embargo, hay una cosa en todo esto que le resulta inquietante.
—Oh, Dios—dice de repente con los ojos muy abiertos—. Acabo de entender por qué salí a obtener cosas nuevas justo en esta noche de navidad. Yo... Jungkook Claus, tengo el deber de hacer de ti una nueva persona para que no sigas haciendo mamadas el año que viene.
—¿Así podré tener un novio?—cuestiona lloroso.
—¡Exacto! Te voy a renovar desde cero, va a ser como cuando restauras de fábrica un teléfono robado. Exactamente así—lucecitas parecen brotar de sus poros.
A Taehyung como que no le da mucha buena espina ser renovado por la persona que ha entrado a su casa sin ser invitado, sin embargo, según sus nobles alarmas de emergencia, él no representa ser una persona peligrosa, pero su forma de ser no le termina de agradar.
—Lo primero que vas hacer es cambiarte esa ropa horrorosa—hace sonar sus dedos apurándolo—. Vamos, tira a la basura esas prendas que te hace ver como la muñeca de fresita navideña.
«¿TIRAR A LA BASURA SU ROPA SÚPER ULTRA BONITA DE NAVIDAD?»
—¡Y-Yo no voy a tirar mi ropa!—se apura aclarar, escondiéndose nuevamente detrás de la pared con las mejillas a punto de explotar.
El azabache suspira sonoramente ante el arduo trabajo que tendrá que hacer en esta noche de navidad para reformar a ese rubio de bonitas mejillas coloradas.
—Si quieres que sea por las malas...
...
—¡E-Eres un animal, u-una bestia, un bruto, un BOBO! ¡Ya de-detente!—solloza sonoramente el rubio, cubriéndose con una mullida cobija al haber quitado su ropa como Jungkook pidió.
El azabache, que ríe con maldad con el reno de plástico sin cabeza entre sus manos, no puede evitar la diversión por la forma en que es llamado. Se ve tan tierno así de molesto. Al ya haber conseguido su objetivo, tira el tercer adorno roto al suelo sin darle verdadera importancia.
—¡N-No pu-puedo creer que le hayas hecho eso a Rodolfo! ¡Pobrecito, lo decapitaste y en plena víspera de navidad!—solloza dramático Taehyung.
—Ya, ya... Quedan otros renos, de seguro aún pueden llevar al marrano alrededor del mundo—responde de buen humor—. Ay, es que no puedo creer que incluso tu bóxer sea de santa Claus, ¿Tiene algún fetiche raro por el viejo panzón?
—¿Qué? No tengo nada de eso, solo me gusta mucho—se defiende. Desde que Jungkook ha roto sus tres adornos, el joven se ha mostrado más altivo, incluso, puede jurar que ya no tartamudea tanto como antes—. ¿Es malo que me encante demasiado?—pregunta con seriedad.
—Sí, bueno, es OBVIO que te encanta mucho—hace énfasis en esa palabra con demasiada exageración. Solo haciendo que el rubio llene sus mejillas de aire. Segunda cosa que no soporta Kim Taehyung, que se metan con su gran espíritu navideño—. Por cierto, duendecito, ¿Cuál es tu nombre?—pregunta echándose en el mueble que tiene al menos veinte cojines con estampado—, no me lo has dicho y creo que necesitamos más confianza para que esto funcione... Sabes a lo que me refiero.
—M-Mataste al hombre de nieves, al reno y a un duende bebé, ¿En serio pretendes que te diga mi nombre luego de haber cometido tales injusticias? ¡E-Eres una mala persona!
—No maté a Frozen, porque ninguno de esos objetos tenían vida—aclara en seguida—. No importa, mejor anda y ponte algo de ropa antes de que te dé un resfriado, mira que no es como si esa chimenea de verdad de calor—Taehyung todavía enfurruñado, zapatea en su lugar y comienza a subir las escaleras hacia su habitación—. ¡Ponte algo que no tenga estampado del viejo panzón y que puede cubrirte bien!
...
Pasan exactamente quince minutos, y Jungkook aún espera a Taehyung en la sala cada vez con menos paciencia. Precisamente él no es la persona más tolerante del planeta tierra, y una de las cosas que más detesta en el universo aparte de la cebolla, es esperar. Así que en medio de un ataque de intranquilidad, se levanta como un resorte del sillón y va en busca del condenado mocoso que cree que no tiene otras casas que robar... Otras cosas que hacer.
Como si fuera una clase de aviso, fácilmente reconoce la puerta de su habitación al tener un gran adorno de copo de nieve en ella y otros adornos más pequeños alrededor. Como pedro por su casa, entra al recinto sin tocar la puerta encontrando rápidamente al rubio hecho bolita entre un montón de ropa color pastel, todavía con la manta enrollando su cuerpo como si fuera una bolita de arroz y sollozando cosas como «Es un bobo muy lindo».
—¿Quién es un bobo muy lindo?—cuestiona. Dicha pregunta logra hacer timbrar a Taehyung en su lugar, que enseguida lleva su expresión molesta a él, con gruesas lágrimas cayendo por sus mejillas como un tubo sin llave—. Ah, ya deja de llorar. Tienes mucho más adornos, no es como si el mundo se fuera acabar por unos cuantos rotos. ¿Por qué aún estás sin ropa?
—¡No tengo nada que no sea con estampado bonito y navideño!—solloza más fuerte como si de un bebé se tratara. «Ah, él me dará dolor de cabeza»—. ¡N-Nunca voy a tener novio, santa no existe y tengo mucho frío! ¡Eres muy cruel Jungkook Claus Hyung!—lloriquea en medio de un berrinche.
—¿Hyung?—lo mira de arriba abajo escéptico, tratando de disimular la emoción de que alguien lo llame así después de tantos años de espera, ya que ni siquiera sus sobrinos lo tratan con un poco de respeto. «¡Mocosos de pacotilla!»—. No es como si no fueras a tener novio nunca—tranquiliza. Al ser un costilla, echa un vistazo a la habitación y queda pasmado por la cantidad de peluchitos y afiches tiernos que tiene por todos lados—. Vaya, en serio te gustan las cosas lindas.
Taehyung al saber que posiblemente su edad volverá a ser cuestionada en algún punto, de un movimiento audaz avienta a su dirección su identificación para que no quede ninguna duda de sus palabras. Identificación que casi hace escupir un pulmón a Jungkook al notar que efectivamente esa es su edad.
—Vaya, incluso vas a cumplir diecinueve dentro de poco—farfulla—. Ummm... Kim Taehyung, ¿Eh? Es un bonito nombre.
—¡Espero que ya no me molestes con eso!—gruñe. Enseguida se coloca de pie y le arrebata su identificación para esconderla en una de sus gavetas con mayor rapidez—. Y-Yo ni siquiera sé tu apellido. Exijo saber eso... Y... Tu edad, d-desconocido—pide con una mueca molesta que solo lo hace ver mucho más tierno de lo normal—. No sé quién seas y qué intenciones tengas al venir aquí...
—Soy un ladrón, ¿Cómo sé que no me vas a ir a delatar por ahí cuando me vaya?—ahora es él quien pregunta lleno de seriedad. Taehyung titubea un poco ante esa lógica, pero no quita su mohín molesto por ningún motivo. Así duran un par de minutos, con la mirada fija en el otro esperando alguna respuesta que pueda complacer al contrario—. Puedes llegar a ser bastante insistente. Eso me gusta, tienes en el fondo carácter—halaga entre dientes—. Jeon... Jeon Jungkook y tengo veintiún años. Ahora lo sabes, así que quita esa estúpida mueca de bebé.
Taehyung rabea un poco más antes de complacerlo y lanzarse a su cama esperando que Jungkook diga cualquier otra cosa que tenga que hacer.
El azabache vuelve a poner los ojos en blanco, y observa minuciosamente la habitación más rosa que la misma pantera rosa que podrá observar en su vida. Sus ojos distinguen muchos juguetes como los que usaría un niño en cada rincón del lugar, y la intriga hacia ese rubio solo crece más. Luego de reparar todo y detener su mirada sobre una peinadora del otro lado del recinto, distingue varias fotografías donde se puede apreciar a Taehyung solo siendo un niño y ya luego con la edad que tiene ahora, con la diferencia que en estos retratos tiene el cabello rojo.
«Vaya, el rojo lo hace ver caliente»
—Definitivamente debes cambiar tu cabello a rojo—recomienda Jungkook desde lo más profundo de su corazón, tomando por sorpresa al otro que jugaba con sus pies—. Mira te explico algo; el rubio te queda muy bonito, pero te hace ver más tonto cuando actúas tierno. En cambio si tienes el cabello rojo y actúas tierno, te hará ver como... ¿Cómo puedo decírtelo sin que suene tan vulgar? Umm... Como una persona que definitivamente quiere sexo salvaje, ¿Me captas?
—¿S-Sexo?—susurra sonrojándose—, ¿E-Entonces t-tendré un novio de esa forma?
—¿Por qué es tan importante para ti tener un novio? Te queda una vida por delante, eres joven e iluso, puedes madurar un poco más antes de preocuparte de ello—aconseja con seriedad—. Escucha duendecito, las personas a veces se aprovechan de otros para fines sexuales o hacerles daño, ¿Si sabes que no debes abrir las piernas al primero que te mire bonito? No todos son buenos, hay gente muy mala en el mundo, debes elegir bien a la persona con la que vas a compartir muchos ámbitos de tu vida.
—Es que...Quiero ser querido como los noviecitos que veo en la televisión—farfulla bajito. En un movimiento lento sube su rostro tristón a Jungkook, que lo recibe con ambas cejas alzadas—. Nadie me mira, ¿Es porque soy raro?
—¿Raro? Rarote diría yo—ríe un poco, ocasionando que la mueca triste de Taehyung solo crezca por sus palabras. «Es que eres bien imbécil, Jeon Jungkook»—. Oye, tampoco es como si fuera algo horrible ser diferente, ¿Acaso no todo el mundo lo es?—cuestiona—. Duendecito, debes tener paciencia, algún día el chico que tanto esperas llegará a ti.
—¿Tu persona indicada ya llegó?—cuestiona casi inaudible, haciendo círculos imaginarios sobre la piel perfecta de su rodilla que ha quedado expuesta.
Jungkook después de esa pregunta, analiza con todas las mujeres y hombres con los que ha salido y definitivamente ninguno de ellos cumple con los requisitos que una «Persona indicada» debe tener según él.
—En realidad no, todos han sido relaciones fugaces... Nada importante, ya sabes—con un poco de flojera va hasta la cama y se siente al otro extremo de la cómoda—. He querido preguntar, ¿Por qué estás solo en navidad? Sé que aquí no es como si fuera muy importante pasarla en familia, sin embargo, ¿No se supone que al menos alguien debería acompañarte?
—No estoy solo—asevera—, Jungkook Claus Hyung me está acompañando—dice con ánimo. Solo ocultando un poco la tristeza que le causa estar solo en una fecha tan importante para él—. Umm en este momento mis padres están fuera del país por un trabajo urgente y prometieron que regresarían lo más pronto posible para estar junto a mí.
—¿Y te dejaron aquí solo?
—No, mi nana vive conmigo, pero al ser noche buena le permití que fuera a casa—explica con calma, tratando de disimular un bostezo. Con lentitud se acuesta sobre su cama, mirando su blanco techo fijamente. Jungkook hace lo mismo a pesar de no haber sido invitado, estirándose y sintiendo el cansancio arroparlo por haber tenido que correr por casi diez cuadras para poder escapar de aquellos perros pulgosos—. Yo estuve dormido por diez años—explica con total espontaneidad
» Tenía seis años cuando un accidente de auto en Estados Unidos me dejó descansando por tanto tiempo, era navidad—recuerda como si fuera ayer—. ¡F-Fue increíble dormirme y despertarme siendo grande!—al escuchar eso, la culpa por parte de Jungkook lo comienza a carcomer. Ahora muchas cosas alrededor del rubio tienen sentido—. Se supone que ahora voy a cumplir diecinueve años, pese a eso, yo siento que apenas voy a cumplir nueve. Supongo que por ese motivo aún con esta edad mis padres no me dejan salir sin compañía.
—Eso debe de ser la mierda. Por Dios, y yo hablando de sexo y esas cosas, ¡Soy una bestia!—niega desconcertado, de pervertir a un niño pequeño. Aunque... ¿Se consideraría pequeño? ¡Naturalmente tiene casi diecinueve! Joder, ya es legal físicamente e ilegal mentalmente. Los extraños casos de la vida—. ¿Cómo fue que tenías pintado el cabello de rojo si aún te consideras pequeño? Mejor dicho... ¿Por qué le pedías un novio al viejo si eres como un bebé?—cuestiona ceñudo en desaprobación.
—¡P-Porque no puedo esperar a cumplir dieciocho...! Aunque técnicamente ya los tengo, ¡Q-Quiero decir, ya he perdido diez años! No puedo perder más tiempo, o mi cuerpo se pondrá viejo como el de mi papá—concluye asintiendo con seguridad—. Y el cabello... Pues... ¿Era navidad y quería tener el cabello de ese motivo? ¡En serio me gusta mucho la navidad!
—Debí suponerlo—susurra tapando su rostro abochornado. No es que le encanta la navidad, es que su mente ha quedado congelada en ese momento de su vida, y ahora es lo único que puede mantener ligados ambos mundos—. ¿Cómo te sient...-
—¿Tú tampoco pasas navidad con tu familia?—pregunta velozmente Taehyung, sin querer enfrascado en el mismo tema por más tiempo. Ya suficiente ha tenido con sus padres y sus lamentaciones como para perder un segundo más con este hombre llamado Jungkook que le está haciendo sentir raro en su barriguita—. No pareces ser el tipo de persona que pasa tiempo con su familia, ¿Verdad?
—Pocas veces—Jungkook al entender su punto, decide seguirle la corriente y continuar con otro rumbo en su conversación—. En realidad yo soy originario de Busan, y me la paso yendo a todos partes del país durante el año, ya sea buscando trabajos o algo divertido que hacer.
—Y... ¿En esta oportunidad te tocó venir a Daegu?
—Exactamente.
La conversación continuó por varias horas hasta que el cansancio pudo con Taehyung, quedándose dormido en medio de una historia en la que Jeon, ladrón, Jungkook, era el protagonista. Sin tardar mucho, el azabache también se permitió descansar por algunas horas para seguido partir de esa luminosa casa antes de que los primeros rayos de sol pudieran tocar el horizonte.
Para cuando los párpados de Taehyung comienzan a temblar poco a poco, ya su habitación rosa es bañada de la luz natural del sol, y la cama junto él yace totalmente vacía. Su sábana de gatitos sonriendo cubre su cuerpo desnudo, y un peluche de perrito que estaba al otro lado de la habitación, está haciéndole compañía entre sus brazos.
—¿J-Jungkook Claus?—pregunta tristón al verse completamente solo. Con pasos cortos, anda por la casa con la pequeña esperanza de poder verlo en algún rincón de esta, llevándose la desilusión de que todo efectivamente está desierto—. Hyung~
Al llegar a la sala luego de sollozar por todo el camino, se encuentra con algo que le devuelve la sonrisa casi que instantáneamente; junto al árbol de navidad están remendados los tres adornos que el azabache rompió la noche anterior. Casi que cayéndose, Taehyung se acerca hasta ellos y encuentra un pedazo de hoja mal cortada con una caligrafía bastante mala, que dice:
''No es un novio, pero al menos los frozen han vuelto a la vida en su versión franqueasteis'' Att: Jungkook Claus
—Ah, Jungkook Claus Hyung... Realmente es... M-Muy bonito—sus ojos se llenan de más lágrimas, sintiéndose desolado al saber que posiblemente jamás volverá a ver esa cara tan bonita en su vida—. Y... N-No me dio oportunidad de regalarle nada para que me recuerde. Soy muy tonto...
❅❅❅
Dos navidades después...
Un azabache de ojos oscuros observa totalmente complacido como esa casa luminosa, que casi parece un foco de luz entre tanta oscuridad, aún mantiene su exageración, incluso después de haber estropeado la ilusión de que santa verdaderamente no existe. Su mano derecha dentro del abrigo grueso que lleva en esa oportunidad, toca insistentemente con un poco de miedo un pequeño ángel de escasos centímetros que fue el objeto que robó en su momento de partir de aquella vivienda pintoresca hace dos años atrás.
Sin saber exactamente por qué razón lleva plantado ahí como un estúpido desde hace medio hora, decide entrar por segunda vez sigilosamente a la casa para saber si el extraño «Chico» que conoció en esa navidad hace dos años, al fin se le cumplió su deseo de tener un novio, o al menos ha aceptado que ya es un adulto.
Entre pensamientos que solo lo hacen sentir más nervioso, cruza el patio de la casa con cuidado de no ser completamente obvio. Una vez frente la misma ventana de aquella vez, puede observar que todo parece estar igual que aquel día; la misma melodía suena suavemente, los mismos adornos están en su lugar, y ese gran árbol exagerado está con todo su esplendor deslumbrando el lugar.
Con agilidad logra entrar a la casa, evitando esta vez, que esa odiosa cinta se enrede en sus zapatos deportivos. Una vez puede apreciar todo mejor, puede notar tres cosas importantes que solo le aceleran el corazón hasta casi sentirlo en su mano. 1) la chimenea artificial no está, en su lugar, hace presencia una hermosa chimenea de color blanco que yace apagada y completamente limpia. 2) los frozen franqueasteis están junto el árbol tal cual como los había dejado en aquella oportunidad. Y 3) otra nota hecha en letra cursiva y muchos corazones descansa entre el árbol esperando ser leída.
—¿Eres un ladrón?—la pregunta suave que viene de Taehyung, hace que una sonrisa se forme en los labios delgados de Jungkook por la nostalgia que le da.
Lo puede asegurar, su corazón en ese momento se ha detenido estrepitosamente. ¿Cómo es que su voz, puede darle tanta calma? No es justo.
—No, ¿Cómo crees? Soy Jungkook Claus—susurra.
Al colocar sus ojos negros sobre Taehyung, su aliento se va de su garganta al ver lo más lindo que ha podido apreciar desde que abandonó esa casa hace dos años. Un pelirrojo vestido de rosa, ocultando medianamente su cuerpo tras la pared que divide el comedor de la sala, lo mira con ojos muy amplios de color marrón y mofletes del mismo color de su cabello. Es como un ángel.
—Entonces... Esta vez... ¿Crees que santa podrá cumplir mi deseo? —indaga saliendo de su escondite con timidez. Taehyung se ve mucho más maduro, más grande, muchísimo más hermoso. Claro, dentro de pocos días estará cumpliendo veintiún años.
—Y... ¿Cuál es el deseo de este año?—examina con suavidad. Con un movimiento de cara, el pelirrojo le indica que tome la carta del arbolito para que la pueda leer. Jungkook en seguida toma la hoja entre sus largos dedos y comienza a curiosear sin vergüenza—. «Hola Sr. Santa. En esta oportunidad le escribo para que haga realidad mi deseo de este año, y el del anterior a este. Solo pido una cosa o dos, entre ellas está el poder tomar la mano de la persona que quiero y recibir cariño de su parte cuando me sienta solo o feliz. Quiero poder contar con él en los momentos más felices y tristes de mi existencia, y la suya. Así como papá hace con mamá en las buenas y en las malas. Aunque ahora sé que usted no existe, de igual forma le pido que me devuelva al novio que en aquella oportunidad me envió. Por ello, exijo que Jeon Jungkook vuelva a mi...—la mirada de Jungkook tiembla un poco al leer esa última línea, sin ser capaz de obligar a sus pulmones que sigan con su trabajo—. Y... Si puede cumplir mi petición, me tomaré el atrevimiento de demandar algo más: Yo Kim Taehyung, juro no volver a solicitar nada más, si logra que mi viajero novio no se vuelva a marchar de mi lado otra vez por lo que resta de las futuras festividades, incluyendo navidad. Muchas gracias Att: Kim Taehyung.
—¿C-Crees... Crees que Santa Claus pueda cumplir mi deseo esta vez?—vuelve a cuestionar en voz quebradiza por las lágrimas que ya están cayendo por sus mejillas coloradas como un niño pequeño. Su niño pequeño—, y-ya lo he pedido por dos años consecutivo, ¿Crees que él pueda cumplir con mi deseo, Jungkook Hyung?—el azabache deja caer la carta al suelo y se va acercando lentamente a él, hasta poder fundirse en un abrazo que en aquella oportunidad quiso darle y no pudo—. ¿J-Jungkook?
—¿Qué edad tienes ahora, Taehyung?
—Yo... Yo tengo 20 años... Casi 21—solloza la respuesta, permitiendo que sus dedos se enreden del abrigo que Jungkook viste, manteniéndolo fijo en su lugar sin dejarlo escapar.
—Vaya, cuánto has crecido en solo dos años—bromea, dejando que su nariz olfatee ese olor tan agradable a frutas venir de su cabello—. Escúchame, no sé si santa podrá cumplirte ese deseo... Pero estoy seguro que Jungkook Claus si podrá—susurra cerca de su oído, solo haciendo que el llanto de Taehyung se salga de control—. En serio... En serio tenía mucho miedo de regresar. No pude dejar de pensar en ti durante todo este tiempo, lamento... Lamento haber tardado tanto, es que un estúpido reno se perdió y tardé dos años en darle la vuelta a corea.
—Lo sé, reno-franqueasteis se quedó conmigo; p-por eso sabía que ibas a tardar más tiempo del necesario—ni siquiera sabe por qué le sigue el juego, pero en serio se siente tan malditamente feliz de poder tener nuevamente consigo el último regalo que santa le entregó por el destino haberle arrebatado diez años de su vida—. Gracias por volver, Jungkook. Gracias por robarte mi corazón y devolvérmelo en este momento.
—Gracias a ti por haber adornado esta casa tan horrendamente y haber llamado mi atención aquel día.
El azabache se separa lentamente de él, y deja descansar sus labios sobre los virginales de Taehyung, logrando al fin sellar con un beso suave, todos esos sentimientos que lo acompañaron durante todo ese tiempo que ambos estuvieron separados.
Y desde ahora en adelante, la navidad será la fecha más especial para ambos; porque fue en la época que uno de ellos perdió algo importante, pero también donde ganó a alguien que lo acompañará en las venideras experiencias que no pudo experimentar en su momento.
Así de especial serán cada una de las navidades de Kim Taehyung, siendo acompañado de su incomparable Jungkook Claus.
-Hany
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro