Epílogo.
Terminaron por decidir la fecha de la boda para ese mismo año, casi al final.
Si hubiera sido por ellos se casaban ese mismo día, pero existía el trabajo y Doyoung consideraba que era mejor hacerlo después porque sino sólo tendrían dos días de luna de miel.
Él tenía varios edificios que dirigir y Jaehyun además de un taller, ahora tenía una florería.
Quién diría que podría ser tan terco y bruto para algunas cosas pero tan amable y cálido para otras; las flores eran la prueba más clara.
En especial las gardenias, las cuidaba con su vida.
— Estoy un poco triste. —le habló a Seulgi y Ten que estaban con él en el cuarto donde se estaba vistiendo.
— ¿Por qué, Dodo? —preguntó la chica.
— Realmente quería que los señores Cullen estuvieran presentes... —hizo un puchero.
— El lado bueno es que tienes a Claire para recordarlos. —sonrió Ten.
Claire era la cachorra de los Cullen, quienes desafortunadamente tuvieron que partir. Ambos estaban viejitos y aunque era obvio que en algún momento se irían, Jaehyun y Doyoung extrañarían ir a tomar el té con ellos en las tardes. Eran los abuelos más lindos que alguien podría haber conocido, sin duda alguna.
— La amiga de Jaehyun es linda... Me da miedo. —comentó Ten.
— ¿Lo dices por los tatuajes o porque puede pelear contra cinco hombres y salir ilesa? —preguntó Doyoung.
— ¿Puede hacer eso o es una simple exageración? —indagó Seulgi.
— Oh, en realidad puede contra más. —rió— Es la dueña de un bar, tiene que pelear con hombres a diario. Y a veces contra mujeres... La he visto en acción. —se encogió, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo.
— Es que luce como Jaehyun pero versión mujer, creo que no se ha tatuado los ojos porque no tiene tiempo. —rió.
Bien, quizás Kate lucía espeluznante pero una vez que la conocías mejor, era una agradable chica de pueblo con una mano buenísima para preparar tragos y también postres.
— Entonces... ¿Estás listo? —preguntó Ten.
— Obviamente. —dijo como si nada— Si no estuviera listo, no habría aceptado nada de esto en primer lugar. —hizo una mueca— Pero si lo que querías saber era si estoy nervioso, claro que lo estoy. Es más, ahora mismo podría cagarme encima de los nervios. Voy a llorar. —se lamentó.
La carcajada de Seulgi no se hizo esperar, mucho menos la de Ten.
— Vamos, vas a estar bien...
Y así fue como treinta minutos después, todos se hallaban en aquel salón que estaba en el centro del pueblo. Los papás de Doyoung estaban en primera fila, ambos sonrientes por ver a su pequeño hijo tan feliz.
En especial su padre, quien había comenzado a llorar desde que puso un pie en el salón. El señor Kim ciertamente adoraba a su hijo, era muy sentimental con respecto a él.
— Lucen lindos. ¿No crees? —le dijo Katie a su amigo— Mi Jaehyunie está precioso... —dijo a punto de soltar lágrimas— John, siento como si estuviera perdiendo a mi hijo. —el muchacho comenzó a reír.
— Eres de lo que no hay. —envolvió su cintura con su brazo— No te pongas triste, algún día podremos ser tú y yo.
Katie lloró aún más, porque lo único que daba miedo era su aspecto. En realidad era una bolita sentimental.
— ¿Por qué elegimos a Johnny como el que debía casarlos? Si apenas puede trabajar bien en su estudio. —dijo Chungha a un lado de Seulgi.
— Realmente no lo sé... Pero se le veía emocionado, no quisimos arruinar su felicidad. —le respondió.
— Tenganle un poco de fe... —les dijo Ten— Está medio idiota pero no creo que haga algo mal...
Mientras tanto, el pobre Johnny se hallaba ahí entre Jaehyun y Doyoung, con lo que llamaba la "biblia gay" entre sus manos mientras comenzaba a leer los "votos matrimoniales".
— Nos reunimos el día de hoy para celebrar la unión de estas dos personas tan importantes para nosotros. —comenzó— Espero que los presentes estén pasándola bien y que los aperitivos sean de su gusto. —le sonrió a los invitados, quienes rieron.
Seulgi estaba al borde del desmayo.
— Jung Jaehyun, ¿aceptas amar y respetar a Kim Doyoung en las buenas y en las malas? ¿En lo dulce y lo salado? ¿Lo peludo y lo pelado? —lo miró al castaño— ¿En lo decente y lo indecente?
— S-Sí, acepto. —respondió a duras penas, sintiendo que no podría contener más la risa.
— Y tú Kim Doyoung, ¿aceptas amar y respetar a Jung Jaehyun en las más mejores y las ultra peores? ¿La riqueza y la pobreza? ¿La salud y la enfermedad, de cualquier tipo? —miró a su amigo pelinegro— ¿En lo sexy, grr, y lo no tan sexy?
Seulgi estaba apretando la mano de su novia con la fuerza de diez hombres.
— S-Sí, a-acepto. —después de oír aquel gruñido "sexy" Doyoung trataba de no reír mientras miraba a Jaehyun.
— Pueden lengüetearse, entonces. —finalizó.
Riendo, ambos se besaron y pronto pudieron oír los aplausos llenar el lugar, el padre de Doyoung estaba a punto de ahogarse en sus lágrimas mientras que su madre trataba de consolarlo.
— Te amo mucho... —pronunció el pelinegro en los labios de su, ahora, esposo— Con todo mi ser.
— Eso no es mucho entonces... —lo molestó antes de volver a besarlo— Te amo más, mi medio esposo.
— ¡Jaehyun! —rió bajito.
Dieron comienzo así a lo que sería una fiesta con mucho alcohol, cortesía de Katie y su pareja.
Según Doyoung, la segunda mejor noche de su vida. Porque la primera había sido esa vez luego de que llegaron de su día de campo; su felicidad era tan inmensa que no cabía en su pequeño cuerpo.
— Entonces... ¿Deberíamos ponerle una correa a Youngho? —le dijo Ten a su amigo mientras bailaba con sus dos novios.
— Él sí que tiene una perra en su interior. —rió YukHei.
Allí estaba Youngho, moviéndole el trasero a Andrew, luego a la mamá de Andrew, luego siguió Chungha y luego la novia de Seulgi, quien a su vez le movía el trasero a Seulgi.
La peor parte, aún no estaban ebrios del todo.
— Presiento que todo va a terminar vomitado. —rió Jaehyun, bailando junto a su esposo, quien ya estaba sonriente.
— Espero que no seas tú... —el pelinegro dejó un beso en su cuello— Porque planeo no dejarte dormir en toda la noche, mi dulce esposo.
Jaehyun no quiso decir que tembló desde la cabeza a los pies pero claro que lo hizo; Doyoung ebrio era bastante juguetón, lo que quería decir que iba a ser exprimido cual naranja madura.
Un plan buenísimo a su parecer.
— Sigamos bailando, aún nos quedan barriles de cerveza. —le sonrió Doyoung— Apuesto mi título de ingeniero a que no puedes tomarte una jarra completa. De una sola vez.
— Prepárate, porque esta noche no solamente vas a perder tu título, amor.
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