Veinte
Llevaban horas besándose. Horas largas. Habían elegido una película para ver juntos esa noche, pero luego de los primeros veinte minutos de recibir las caricias de SeokJin en su pelo, TaeHyung se había rendido a sus necesidades. Grandes necesidades físicas que no podía complacer porque SeokJin no quería irritar su bonito trasero de nuevo. Era tan adorable como frustrante.
Y mordía el labio de SeokJin robándole un gemido—. ¿Sabes? Me quedé el fin de semana para follar como animales y creo que nuevamente estaremos jugando a "paja entre colegas" —decía con un puchero, levantando la camiseta de SeokJin y bajando su boxer y pantalón de algodón para liberar la polla dura por la que tenía una gran fascinación y aprecio.
SeokJin reía, pero luego un gemido lo abandonaba sin su consentimiento ante las caricias de esa gran mano. TaeHyung encima de él tenía ese rostro de pura lujuria viendolo mientras trabajaba su polla.
—No voy a lastimarte. La pomada es buena, estaba mejor para la cuarta pasada, pero aún así es un no rotundo —mencionaba mientras TaeHyung lo masajeaba y lo miraba con esos ojos oscuros y hambrientos.
—Ya no lo siento irritado... —decía relamiendo sus labios y comenzando a bajar mientras masajeaba a SeokJin.
—Eso no significa que no estés hipersensible si quisiera meter mi polla. Mmm, ah... Tranquilo —gemía, llevando sus manos a la cabeza de TaeHyung.
El azabache reía mientras iba besando su abdomen
—. Me gusta tu cuerpo —susurraba TaeHyung, dejando un camino húmedo de besos hasta llegar a la polla firme sobre dicho abdomen—. Y tu polla —exclamaba con voz ronca mientras dejaba una lamida desde el eje hasta su glande.
SeokJin reía y suspiraba mientras se acomodaba con piernas abiertas para dejarlo a TaeHyung hacer a su antojo, no había resistencia de su parte, sólo entrega, listo para disfrutar el momento y cuando TaeHyung chupaba su glande, sus dientes se apretaban mientras llegaba el aire por sus fosas nasales dilatadas y luego un pequeño temblor lo estremecía cuando TaeHyung pasaba la lengua por allí, como si fuera una paleta que chupaba sin apuro, sólo degustando y simplemente jugaba con su cordura.
—Mmm, quien diría que chupar polla fuera tan excitante —bromeaba el azabache entre sus piernas—. Oh, ya sé lo que quiero intentar —decía poniéndose de pie y quitándose toda la ropa.
SeokJin lo miraba atónito, TaeHyung siempre era una caja de sorpresas, pero le seguía el juego—. No te voy a follar —exclamaba quitándose toda su ropa sobre el sofá, para arrojarla al suelo y ver el bonito desastre que sus prendas y las de TaeHyung hacían.
Luego de eso el azabache caminaba muy despreocupado y excitado con su larga y bonita polla golpeando su abdomen bajo, en dirección al baño y traía consigo el lubricante.
—Fresita... Dije que no.
—Es sólo para hacer la mamada más divertida —decía con una sonrisa traviesa que aceleraba el corazón de SeokJin y se quedaba boquiabierto viendo como TaeHyung bañaba su polla con el lubricante de fresa y luego se acercaba a SeokJin para hacer lo mismo con la suya.
La imagen de ambos desnudos en su living era increíble y su boca salivaba al ver la polla de TaeHyung tan brillante y erecta, así que no podía evitar llevar su mano y acariciarla mientras TaeHyung bañaba la suya con lubricante. El azabache lo miraba y sonreía, SeokJin se veía caliente mirando su polla y tocándola como si fuera la cosa más interesante del mundo. Le gustaba sentirse así para este hombre y no podía evitar robarle un beso intenso que era todo lenguas y dientes, mientras inevitablemente apretaban la erección del otro y luego SeokJin recibía un suave empujón de TaeHyung para recostarse en el sofá nuevamente. Los besos en el proceso eran cortos y constantes. Como si no pudieran dejar de besarse y es que no podían, pero TaeHyung tenía planes y SeokJin no iba a estropearlos así que cuando terminaba sobre el gran sofá recostado (agradecía haber sido excéntrico en su compra) y esperaba.
—Te ves jodidamente comestible ahora, diablo —susurraba TaeHyung con voz grave y luego depositaba un beso más en esos labios carnosos, rojos e hinchados.
—Opino lo mismo ¿Qué sigue? —preguntaba con una sonrisa enamorada en su rostro.
Siguiente a eso TaeHyung subía cuidadosamente sobre él y ponía toda su polla sobre su rostro, SeokJin no se podía sentir ofendido al respecto cuando sus manos salían disparadas a las caderas del otro hombre y de inmediato se tragaba su polla.
—Joder, tú-... Ah —el azabache por poco y rodaba sus ojos por detrás de su cabeza y sus caderas se habían precipitado hacia esa boca hambrienta.
SeokJin no había sido suave, no había sido lento, SeokJin estaba descaradamente ordeñando su polla con su boca y TaeHyung no podía evitar moverse en dirección a esta para follarla sin consideración. Le costaba llevar a cabo sus ganas de chupar la polla de SeokJin por lo que sólo podía gemir, empujar más a fondo en esa cavidad caliente y húmeda, y luego dar unos masajes entrecortados a la polla de sus sueños.
—Ah, se supone que haríamos.... Carajo, Jin —gemía sin dejar de follar la boca ajena, pero cuando sentía que sus bolas se tensaban, detenía el movimiento—. Tranquilo, todavía no empiezo —decía sin aliento y buscando chupar la polla de SeokJin que tenía pequeñas fugas debido a que estaba muy caliente y al borde por tan solo chupar la polla de TaeHyung, eso hacía al azabache sentirse demasiado poderoso y finalmente comenzaba una felación decente con su boca húmeda, listo para chupar a SeokJin y dejarlo sin una mínima función normal de sus capacidades cerebrales.
El departamento de SeokJin todavía tenía los sonidos de la película que habían elegido al inicio de la noche, pero sólo para llenar la habitación donde dos hombres hacían lo suyo en un inmenso sofá, desnudos. Sudados y ansiosos, chupando la polla del otro, muy a punto de explotar. Ambos, al borde. Sonido de lenguas y bocas chupando y salivando mientras gemían en el proceso de forma ronca y TaeHyung ya no lo soportaba cuando su cuerpo temblaba ante los masajes que SeokJin estaba dando a sus glúteos. Los saparaba, amasaba y volvía a repetir mientras chupaba su polla, parte de sus bolas y a la mierda si estaba irritado.
—Jin, estirame —susurraba, sentándose casi sobre el rostro de SeokJin y abriendo sus glúteos para este y así dejarle ver su agujero—. Ahora, por favor.
SeokJin estaba tan caliente o más que TaeHyung, por supuesto que él quería nuevamente estar dentro de ese hombre, pero...
—Ya, por favor —repetía tentandolo y moviéndose sobre él.
—Si no lo soportas me salgo —susurraba con la voz ronca debido a la follada que le había dado TaeHyung a su boca minutos atrás.
—De acuerdo —decía ansioso.
Minutos más tarde TaeHyung estaba gimiendo por tener lengua y dedos de SeokJin en su interior. Quien hubiera dicho que le gustaría tanto ser follado. SeokJin había preguntado cada cinco minutos si estaba bien y jodidamente sí, lo estaba. Ardía un poco, pero no iba a importarle cuando esa polla golpeara su punto dulce una y otra y otra vez.
—Ya —decía en un sollozo quitando las manos de un SeokJin que estaba básicamente siendo aplastado por él, pero no se había quejado ni una vez—. Siéntate —pedía agitado, levantándose con cuidado.
SeokJin obedecía, bajaba sus piernas al suelo y se sentaba, en ese momento TaeHyung se acomodaba de espaldas a él y con sumo cuidado guiaba con su mano la polla de SeokJin justo en su agujero.
—Sss, mierda... —decía sin aliento.
—No sigas si te arde —decía SeokJin con sus manos apretando la cintura de TaeHyung para evitar que bajara más.
TaeHyung chasqueaba su lengua—. No es eso —decía con voz quebrada, luego miraba hacia atrás a un SeokJin que estaba atento a él, con ojos negros ceño fruncido y dientes apretados—. Es que no puedo esperar a tenerte dentro de mí, idiota.
SeokJin aflojaba su agarre ante la sonrisa ladina de su amante y TaeHyung comenzaba a bajar mientras sus ojos estaban conectados a los de SeokJin, sus labios masacrando su labio inferior y luego sus paredes musculares siendo deliciosamente estiradas cuando el glande de SeokJin pasaba el anillo muscular haciéndolo temblar y luego la sensación de ardor se acrecentaba, pero con la necesidad de raspar contra esa polla de piel sedosa y húmeda untada de puro lubricante y esencia de SeokJin.
—Mm, dios... Tranquilo —decía SeokJin besando su hombro, su polla deliciosamente apretada una vez más. Quería cantar de la felicidad, pero el bienestar de TaeHyung era primero.
—Ah, si pasó... Te lo dije —susurraba TaeHyung apoyando su cabeza en el hombro de SeokJin y entrelazando sus dedos a los ajenos—. Joder, me encanta —susurraba moviéndose con lentitud mientras se agarraba fuertemente de las manos de SeokJin.
—Hazlo con calma —ordenaba este en su oreja, besando y tirando de su lóbulo. Bañanadolo de besos en esa zona erógena de su cuello, haciéndolo temblar—. Dios. Me encanta estar así contigo.
TaeHyung reía mientras su pelvis se movía con más ímpetu—. Corrección: te encanta tener tu polla en mi culo —provocaba mirando hacia atrás con una mirada lobuna y sensual.
SeokJin nunca tendría suficiente de ese personaje.
—Sí —decía SeokJin, llevando su mano a la mejilla de TaeHyung—. Me encanta tener mi polla dentro de ti y marcarte desde adentro... —decía empujando repentinamente, TaeHyung veía las estrellas una fracción de segundos que había dejado caer sus párpados y SeokJin lo encontraba tan caliente como divertido—... Hacia afuera —susurraba metiendo su rostro en el hueco del cuello de TaeHyung para chupar una marca cuidadosa allí y TaeHyung se perdía nuevamente.
Esa posición apuñalaba su próstata con exactitud y lo hacía volar tan alto que no podía hacer otra cosa que gemir y jadear mientras continuaba saltando encima de SeokJin y su polla. Sumergido en busca de un orgasmo increíble, sentía las firmes manos del castaño sostenerlo y levantarlo a su antojo y a su tiempo y todo era una combinación increíble de sensaciones y sentimientos. Su cabeza volaba tan alto como su corazón cuando esa boca carnosa de la que SeokJin era dueño dejaba besos dulces en sus hombros y espalda, luego la mano ajena se posaba en su descuidada y olvidada polla a la que jamás había ignorado tanto como en su intimidad con SeokJin y esta comenzaba a ser trabajada por el castaño logrando que sus piernas se sintieran débiles.
—Ah, sí. Sí ,tócame, así. Por favor, por favor —pedía girando su cabeza y buscando la boca de SeokJin en el proceso en el que era correspondido y sostenido con fuerza mientras este golpeaba en él en esa posición. Estaba tan drogado de pura lujuria como impresionado de que SeokJin pudiera moverse en esa pose y con su cuerpo encima hasta que llegaba al éxtasis de la situación con un gemido desgarrador y segundos después sentía la familiar esencia de SeokJin explotando dentro de él.
Su polla seguía siendo ordeñada por la mano de SeokJin y estaba hipersensible al respecto temblando mientras el castaño lo vaciaba y luego tomaba parte de su esencia derramada en sobre su mano y dedos y veía como SeokJin mismo se llevaba estos a la boca y chupaba allí. Él estaba sudado y exhausto sobre su hombro y reía como imbécil ante la imagen sexy que SeokJin le regalaba.
— ¿Estás bien? Deberías levantarte con cuidado —decía SeokJin besando sus labios, era un choque eléctrico que sintiera su propio sabor en los labios ajenos.
—Estoy bien. Lo haremos de nuevo, solo déjame recobrar el aliento —decía asintiendo con su cabeza y cerrando sus ojos.
Estaba cómodo, no iba a moverse aún y mucho menos cuando SeokJin besaba todo su rostro otra vez. TaeHyung sonreía como imbécil ante esa atención. Tan sucio y tan dulce. Tan perfectamente equilibrado. Podía imaginarse siendo mimado por SeokJin siempre y le aterraba lo fácil que era imaginarse a futuro con este hombre.
El cumpleaños de Jimin y Tae-Eul estaban cerca, lo cual significaba que había pasado casi un mes desde que aquella aventura había comenzado para TaeHyung . Casi-un-mes, probablemente el mejor mes de su vida y se sentía insaciable todavía.
— Entonces... ¿Qué tal besa SeokJin oppa? —preguntaba Tae-Eul mientras TaeHyung hacía la lista de las bebidas.
Aún maldecía la noche en que la niña se había enterado.
(Una semana atrás)
—No debiste traerme. Quería caminar y no vivo muy lejos —mencionaba TaeHyung en el auto de SeokJin.
El castaño sonreía—. Te follé duro toda la semana y el fin de semana sin descanso. No deberías caminar cuando no tienes el auto de tu madre si yo tengo el mío —decía de forma burlona.
TaeHyung sabía que en realidad era simplemente atento. Tanto al punto de hacerlo sentir tan especial que volaba alto por ser el centro de atención de este hombre.
—Por suerte para ambos, mi culo encontró su lugar en el mundo —decía con naturalidad intentando sonar divertido, pero fuera de la broma lanzada, había un significado que hacía a TaeHyung sonrojarse y a SeokJin quedarse con el aliento estancado y el pulso acelerado—. ¡Bien! Voy a bajar antes de que Tae-Eul salga al portón —decía con una sonrisa incomoda.
—Seguro. Te mandaré mensaje —exclamaba el castaño como cada vez que se despedían y pese a que TaeHyung lo sabía, le escuchaba oírlo decir eso.
Ahora sus mensajes, no eran tan divertidos e inocentes solamente, había fuego y juegos sucios en ellos y a TaeHyung le encantaba. Así que con una sonrisa tiraba de SeokJin hacia él y sellaba el momento con un beso de despedida dónde sus lenguas se acariciaban sutilmente y luego se alejaban de los labios ajenos con sutiles mordidas. TaeHyung tenía que ser doblemente fuerte para bajarse de ese auto, pero lo lograba, hasta que SeokJin salía del mismo y le llamaba repentinamente:
—Si no bajas con tu teléfono, no podré enviarte fotos de mi polla —se mofaba.
TaeHyung reía y tomaba el aparato mientras SeokJin le sonreía y alzaba sus cejas. Mirando alrededor del vecindario, la cuadra estaba tranquila y cuando volvía sus ojos a SeokJin, el diablo se veía tentador con esa mirada intensa sobre él.
— ¿Ves? Este es mi problema de que me traigas hasta aquí —susurraba acercándose y tirando más cerca, disimuladamente de SeokJin hacia él.
—No entiendo ¿Cuál es el problema? —preguntaba con voz baja y grave.
TaeHyung mordía su labio y lo atraía más cerca—. No hables así de grave, tiene efectos secundarios sobre mi cuerpo —susurraba pegándose completamente a un SeokJin que lo dejaba hacer a su antojo sin presiones y luego TaeHyung lo besaba, corto y rápido—. No puedo dejarte si me traes, quiero volver contigo —susurraba.
Ojos negros brillantes eran protagonistas en ambos hombres aquella noche en esa cuadra silenciosa y para nada concurrida, entonces TaeHyung iba con otro beso, más profundo y esta vez SeokJin si se atrevía a sostener su rostro mientras TaeHyung se aferraba a su cintura y luego lo besaba más lento y profundo. Pero el portón abriéndose hacía que TaeHyung se apartará repentinamente, estaba tan consumido y metido en ese breve contacto con SeokJin que para actuando se había alejado, había sido lento y ya descubierto por una pequeña Tae-Eul que estaba literalmente con la boca abierta.
SeokJin había puesto sus manos en sus bolsillos luego de limpiar sus labios y TaeHyung tenía sus ojos abiertos de par en par mientras tocaba su boca.
— ¡Eomma! —gritaba la niña repentinamente mientras señalaba al par—. ¡Eomma ven aquí! —pedía con otro grito.
—Sshh, deja de gritar —decía TaeHyung.
— ¡Cállate. Eomma! —repetía, dando su pie contra el suelo cuando su madre finalmente llegaba al portón.
— ¿Qué sucede? ¿Qué sucede? —decía mirando a la niña, pero cuando salía notaba que SeokJin estaba allí también aparte de sus hijos—. Oh, SeokJinnie —saludaba acomodando su cabello—. ¿Cómo has estado? No te veía desde Chuseok —decía con una inclinación que SeokJin repetía en forma de saludo.
—Eomma, TaeHyung me robó a SeokJin —decía la niña indignada.
TaeHyung suspiraba y dejaba caer su cabeza, su madre miraba a ambos y se sorprendía haciendo la misma expresión que su hijo minutos atrás, con su mano en su boca y sus ojos bien abiertos.
—Para empezar, mocosa. No era tuyo —decía TaeHyung.
—Para empezar, tenías mal gusto por esa tal Yannie, debiste quedarte ahí ahora que lo pienso mejor —replicaba la niña de brazos cruzados—. Se estaban besando, eomma. Tu hijo es un roba maridos —decía con total seriedad, pero sin sorpresa alguna.
TaeHyung se sorprendía que la niña no se asustara más por verlo besar a un hombre, sino que sólo estaba indignada porque le había robado a su crush. Parte de él reía por dentro. SeokJin estaba por primera vez demasiado sonrojado.
La madre de TaeHyung los miraba con una sonrisa—. Cariño, SeokJin no es tu marido. Es el novio de tu hermano.
SeokJin y TaeHyung se miraban, más que nada el castaño quería asegurarse que no se dijera algo que no habían realmente hablado, en primer lugar y veía la reacción de TaeHyung exasperada ante el momento.
—Eomma, nosotros no-...
—SeokJinah, pasa a tomar una taza de té con nosotras —decía dulcemente la mujer.
Tae-Eul se olvidaba de sus celos y sonreía asintiendo feliz de tener a SeokJin dentro de su casa y TaeHyung suspiraba haciéndole señas de que podía aceptar la invitación. Ninguno había dicho nada sobre que no eran novios realmente, al menos nadie había puesto un título en esas tres semanas. A SeokJin no le ofendía en absoluto, pero no era ingenuo para ilusionarse, TaeHyung le había comentado la verdadera relación de sus padres, la charla que había tenido con su madre y Lee antes de volver con él y como aquello había sido una extraña revelación que le había servido para aceptar que había algo más entre ellos. Pero ninguno había puesto título alguno.
Y así había sido como Tae-Eul sabía que estaba en algo con SeokJin.
—No voy a hablar contigo sobre eso ¿Estás loca? Y no hables tan fuerte —pedía en un susurro, mirando la puerta abierta de su oficina.
La niña resoplaba—. Si te avergüenzas porque ambos son hombres, eres un idiota y no lo mereces —decía alzando su mentón y luego volviendo a su libro.
TaeHyung rodaba sus ojos y suspiraba ignorando la reprendida de su hermana—. ¿Ya hiciste la lista de invitados de tu cumpleaños?
Tae-Eul asentía y sacaba un papel de su bolsillo—. Sólo quiero la gente justa y necesaria más mi grupo de amigos. No quiero algo grande, quiero algo lindo —decía decidida.
TaeHyung tomaba la lista y entre los primeros nombres que salían en ella estaba el de SeokJin.
—Tae-Eul —exclamaba.
—Si vas a decir que Jin Oppa no puede asistir, me encargaré yo misma de darle la invitación —lo enfrentaba—. No tiene porque ir en pos de tu novio si no quieres que la familia sepa que eres gay.
—No soy gay —suspiraba, Tae-Eul fruncía su ceño—. Soy bi.
—Bipolar —decía la niña rodando sus ojos.
TaeHyung evitaba reír, le daba crédito por ese chiste.
—Bisexual —corregía—. Y no, no me interesa que la familia sepa especialmente porque SeokJin y yo no somos nada formal —decía cada vez más bajo.
En realidad, si bien había aceptado que era definitivamente bisexual, no se sentía tan seguro con eso de mostrarlo a su familia. Podrían atosigar a su madre y hablar mal de ellos por culpa de su culo goloso.
TaeHyung se sonrojaba ante sus pensamientos.
—Eres un idiota por dos —repetía la niña sumergida en su libro—. Si yo fuera tú, le pondría el anillo a SeokJin, no lo dudaría. Y mis redes sociales estarían llenas de su rostro presumiendo que es mío.
TaeHyung fruncía el ceño—. No es un objeto y no soy un animal que lo reclama como algo suyo, es una persona con poder de decisión —decía intentando sonar serio, como si la idea de Tae-Eul no fuera jodidamente atractiva.
—Y segura como el infierno que él no tendría problema alguno en decir que es tuyo —hablaba la niña, como si fuera un adulto en el cuerpo de una pequeña metiche—. SeokJin es un gran tipo y se ve muy enamorado de ti. ¿Él si te hace sentir todo lo que debe hacerte sentir una persona con respecto al amor, no? —preguntaba con sus ojos brillantes y una sonrisa desquiciadamente enamorada.
TaeHyung se sonrojaba—. Eres tan irritante. Jin y yo estamos bien y somos buenos amigos.
—Muy buenos amigos al parecer. Incluso estás más delgado —soltaba con una sonrisa pícara.
— ¡Porque estoy a dieta! —TaeHyung le tiraba la tapa de su virome y Tae-Eul salía corriendo entre risas desquiciadas, hasta que se escuchaba como gritaba el nombre de alguien especial—. ¡SeokJin oppa!
TaeHyung alzaba la cabeza y se miraba a sí mismo, no sabía que SeokJin iría esa tarde, estaba pésimo vestido. Un pantalón deportivo y una remera que tenía roturas, pero no a la moda, roturas de tanto uso y los años de vida. Incluso estaba seguro que esa tarde asistió al restaurante sin siquiera echarse una pizca de perfume encima.
— ¿Y qué carajos me importa? Me puso pomada en mi culo irritado —susurraba mientras se miraba al espejo que tenía en la oficina.
— ¿Con quién hablas? —en el marco de la puerta, radiante y hermoso estaba SeokJin.
Su corazón daba un vuelco. Como si fuera un perro con cola feliz de ver a su amo llegar a casa. TaeHyung hacía una mueca ante la comparativa de su corazón siendo un cachorro con cola y moviéndose desesperado por atención entre las piernas de un SeokJin que lo miraba fijamente mientras relamía sus labios.
— ¿Tae-Eul está por ahí? —susurraba poniéndose de pie.
SeokJin reía—. Creo que fue al baño —señalaba cuando repentinamente era atraído hacia TaeHyung, la puerta detrás de él se cerraba y en solo pequeños segundos tenía la boca de ese hombre sobre la suya.
¿TaeHyung desesperado? Sí y qué.
Sus grandes manos estaban acunando el rostro de SeokJin mientras lo besaba con fervor y entrelazaban sus lenguas, habían pasado días, pero él lo besaba como si hubieran sido meses, poco le importaba si fuera de la oficina estaban MinGyu y MoonByul, o si Tae-Eul volvía a entrar.
Dios. Tae-Eul.
TaeHyung se alejaba en contra de su voluntad y estaba tan sonrojado como había dejado a SeokJin quien lo miraba con sus pupilas demasiado dilatadas.
—También te extrañé —decía SeokJin con una sonrisa de ebrio enamorado.
TaeHyung reía con un poco de nervios—. Lo siento, quedé como un desesperado —mencionaba rascando su nuca.
SeokJin sonreía y miraba hacia atrás, no había señales ni ruidos de nadie viniendo hacia ellos así que tomaba el rostro de TaeHyung y le plantaba otro beso, más apasionado. Del tipo de besos que él sabía dar y TaeHyung simplemente recibir de boca abierta de par en par y con su lengua serpenteando por danzar desesperada con la de SeokJin. Sus ojos cerrados en un trance de delicioso placer que expandía por toda su anatomía por un simple beso. Y la forma en que SeokJin empujaba su pelvis contra la suya y él instantáneamente lo presionaba otro poco más para sentirlo.
Joder. Si era un insaciable cuando se trataba de SeokJin.
Con ruidos de chasquidos y lenguas húmedas, SeokJin se alejaba con lentitud, TaeHyung era ahora el de sonrisa borracha y enamorada. Relamiendo sus labios y sonriendo, dejaba que SeokJin se alejara de él mientras limpiaba el borde de sus labios ensalivados, no quería borrar las huellas de sus labios por completo.
—Sí, te extrañé —susurraba.
SeokJin lo miraba sonriendo de esa forma tan hermosa y quería comérselo, llevárselo y tenerlo secuestrado otro fin de semana, sabía que sucedería de todas formas. TaeHyung se había quedado cada finde con él y no podía quejarse al respecto.
—Vine a buscar mi cena, a meterte la lengua en la garganta y a decirte que acepté la invitación para el cumpleaños de Jimin —decía levantando su teléfono.
TaeHyung abría su boca desorientado—. ¿Ya mando las-...? —tomando su teléfono lo miraba y efectivamente tenía la invitación de su mejor amigo—. Claro, mañana.
SeokJin asentía—. No sé que tanto amigos tienen en común ustedes, pero quería asegurarme si iríamos juntos o no juntos —exclamaba con lentitud y sumo cuidado.
TaeHyung lo miraba atónito. El cuidado con el que SeokJin preguntaba si deseaba ser visto o no con él, estrujaba de cierta forma su corazón. No había presionado en absoluto por un título, mucho menos por TaeHyung mostrando que eran algo más en público, aunque poco habían salido de las cuatro paredes de SeokJin en ese casi mes, entendía el mensaje.
Y se preguntaba que era lo que queria, porque no estaba seguro. Y sí, si tenían muchos amigos en común, pero no podría importarle menos, pero le costaba un poco ignorar lo que resto podría llegar a pensar ahora.
—Sí, tenemos algunos amigos en común —respondía con una voz menos animada.
SeokJin pasaba saliva y asentía—. De acuerdo, llegaré con Namjoon, no es problema.
—No —se apresuraba a decir—. Llega conmigo.
SeokJin sentía que su garganta quemaba por preguntar: ¿Llegar contigo como amigo? ¿O llegar contigo de la mano? Porque dios santo querido y los dioses del Olimpo, SeokJin quería ser tan cursi y tan exclusivo como TaeHyung le permitiera, pero esto era demasiado nuevo para TaeHyung, aunque fuera un hombre de relaciones exclusivas en el pasado, esta no era simplemente una relación más. Así que sólo lo tomaba como algo normal.
Llegar juntos, como amigos, nada más.
—De acuerdo, paso por ti. Será en un club —decía lo más relajado que le salía.
TaeHyung suspiraba—. Ah, sí. Será algo grande. Habrá gente conocida y gente a la que Jimin no conocerá en absoluto. Sus cumpleaños son un caos.
SeokJin sonreía—. Namjoon no lo perderá de vista, entonces.
—Jimin no se perderá tampoco. Está muy enamorado de Namjoon —mencionaba con calma y hasta un poco incrédulo, pero Jimin se veía diferente en esa relación.
SeokJin sonreía y metía las manos en sus bolsillos. Quería acariciar las mejillas regordetas que TaeHyung tenía cuando sonreía.
—Eso es bueno, porque Namjoon está hasta los huesos con el pequeño sinvergüenza —exclamaba—. Es genial que se correspondan. Me la deben en grande —mencionaba divertido.
TaeHyung sonreía y de repente recordaba como había comenzado todo esto, su fijación por este hombre y como había sido por haber estado en esa marcha de contrabando meses atrás, gracias a Jimin y había perturbado sus pensamientos luego de besar a su mejor amigo de esa forma en que lo besaba a él ahora, sólo que más intenso y sus ojos fijos en él en nadie más. En ocasiones SeokJin se entregaba con párpados caídos y TaeHyung le gustaba verlo.
Él también le debía una a Jimin por eso.
—Que loco, por haber besado a Jimin de esa forma en aquella marcha, mi subconciente se obsesionó contigo y aquí estamos —susurraba.
Sus manos se aferraban al escritorio detrás de él para no saltar encima de ese hombre.
SeokJin aspiraba por aire y luego sonreía—. Te hubiera besado a ti si no hubieras sido tan "fresita".
TaeHyung reía en su lugar y SeokJin lo acompañaba con las risas cómplices, luego mordía su labio.
— ¿Me hubieras besado realmente? —susurraba TaeHyung con voz ronca.
SeokJin apretaba sus dientes y asentía—. Cómo un demente. Si no hubieras sido tan hetero hubiera intentando más que un simple beso si me dejabas y consentías, eras demasiado provocador incluso en tu forma de rechazarme —añadía SeokJin con voz igual de ronca.
TaeHyung mordía su labio y su pulso se aceleraba con su corazón, mientras su cuerpo estaba caliente por todas partes. Él quería comerse a SeokJin también y estaba a punto de avanzar en dirección a él hasta que la puerta sonaba con unos golpes y un leve empujón.
— ¡Soy Gyu! La sopa de Jin Hyung está lista —mencionaba.
TaeHyung suspiraba—. Entra, MinGyu —ordenaba.
El chico grandote metía la cabeza y sonreía, luego le daba su comida a SeokJin y el castaño se encargaba de pagarla.
—Guarda eso —decía TaeHyung.
— ¿Estás loco, fresita? Puedo pagar por mi comida. Gracia, cariño —añadía.
TaeHyung mordía su labio inferior y MinGyu lo observaba con disimulo.
—Aish, yo te invito. Ya deja eso, Jin —insistía.
SeokJin suspiraba—. No, es tu trabajo y el de tu madre —insistía y pagaba al pelinegro quien se quedaba mirando a su jefe.
TaeHyung lo miraba fijo—. Devuelvelo —MinGyu entragaba el dinero, pero SeokJin empuajaba su brazo en dirección a su pecho.
—No —decía SeokJin, el pelinegro miraba a su jefe otra vez.
—MinGyu, devuelve el dinero a SeokJin —exclamaba TaeHyung.
MinGyu repetía la acción y SeokJin igual, lo divertido era que ninguno miraba al pobre MinGyu. Otro poca más así y TaeHyung no aguantaba acercarse.
—Joder que eres terco —decía entre dientes acercándose a un SeokJin sonriente. Quitándole el dinero, lo ponía en el bolsillo de SeokJin de adelante, cerca de su polla, dónde TaeHyung se perdía un momento—. Si yo digo que lo guardes, tú lo guardas ¿De acuerdo? —susurraba viendo a SeokJin a los ojos y a su boca roja recientemente besada por él.
Jin se le quedaba viendo sólo un poco acalorado cuando sentía esos dedos rozar sutilmente la protuberancia de su polla atrapada en esos jeans.
— ¿Hablas del dinero? —susurraba juguetón.
TaeHyung se ponía colorado, pero sonreía en modo de respuesta, nuevamente perdiéndose en el otro.
—Woah ¿Están saliendo? —preguntaba el grandote de MinGyu que poco hacía por disimular para su propio bien.
TaeHyung caía en la realidad y su mano seguía dentro del bolsillo de SeokJin, provocando al castaño que miraba a MinGyu sin saber que decir, pero repentinamente TaeHyung quitaba su mano.
—No sería de tu incumbencia si salimos o no —respondía TaeHyung cruzándose de brazos.
SeokJin reía bajando su cabeza—. Sí ,eso lo dejó bastante obvio —susurraba para TaeHyung.
TaeHyung abría su boca y la volvía a cerrar, MinGyu cubría la suya y los señalaba.
—Woah, Hyung... Eso explica muchas cosas —decía rascando su nunca.
TaeHyung suspiraba, parte de él estaba muy conforme de que un casi ligue de SeokJin supiera que no estaba solo, sino con él. Y nadie más que él.
—No pienses demasiado, grandote. Te harás daño —decía sobando la espalda de MinGyu.
El chico sonreía—. Bien, eso significa que tengo que dejar de tirar señales de humo en tu dirección —mencionaba a SeokJin.
El castaño alzaba sus cejas y TaeHyung respondía por él, bueno no respondía, daba una maldita orden.
—Sal de aquí antes de que ponga un cartel sobre una vacante libre para camarero los turnos de tarde —luego levantaba su brazo haciendo amague de un golpe y MinGyu salía de inmediato evitando reír—. La juventud está perdida —decía luego.
SeokJin reía—. Sólo es dos años menor que tú ¿Que hacías a los diez cuando él tenía ocho? —se mofaba.
TaeHyung lo empujaba sin fuerzas y SeokJin aprovechaba para tomar su brazo y tirar de él más cerca. TaeHyung contenía el aliento. SeokJin se veía tan bien con su chaqueta de jean y olía fresco y masculino.
— ¿Te veo esta noche? —susurraba.
—Pero es jueves —se burlaba TaeHyung.
— ¿Te veré o no? —insistía SeokJin.
TaeHyung sonreía ladino y se acercaba a su rostro para susurrar sobre sus labios—. Tengo que organizar unas cosas, el cumpleaños de Tae-Eul es la siguiente semana, pero mantén la cama caliente para mí, diablo.
SeokJin sonreía, tomaba su mentón y abultaba los labios de TaeHyung para besarlo castamente, pero fallaba cuando se sentía tentado a succionar esos carnosos belfos y TaeHyung se dejaba. Eran tan, pero tan débil por el otro y hasta el momento, era perfecto.
Un capítulo más y posible epílogo UwU
Iba a cargarlo anoche, pero me dormí 😞
Les dejo bonitas imágenes y la segunda como siempre llevó trabajito extra 🥹
Con amor niñita Nanykoo 💜
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