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Treceavo

SeokJin se despertaba con un dolor de cabeza de los mil y un demonios, plus, un cuerpo pesado sobre su pecho que, era similar a un pulpo humano con brazos y piernas enrollados a su cuerpo.

— Ay ¿qué? —el castaño no podía sentirse más confundido al respecto.

No ayudaba no recordar nada de las últimas horas luego de beber como un demente en el balcón de Momo, aunque su memoria si recordaba la mamada del año que le había volado la cabeza y explotado su corazón. SeokJin creía que ya estaba demasiado viejo como para enamorarse solo por una buena mamada, pero al parecer todavía podía sorprenderse.

—Me meo... —susurraba ronco, garganta seca y sabor a alcohol añejo de las horas pasadas.

"¿Mmm?" Tarareaba el bastardo de brazos y piernas largas que se estaba aferrando a su cuerpo como si su vida dependiese de ello.

—Me meo, quítate... Déjame —soltaba con voz rasposa, intentando quitarse a TaeHyung.

—Oh, lo siento... Lo siento —decía la voz adormilada del otro hombre que se alejaba de él y se estiraba centímetros más lejos, aún sobre la cama, cerrando los ojos como si no tuviera ninguna preocupación encima.

SeokJin lo miraba unos momentos, pero poco toleraba la vista porque apenas podía mantener sus ojos abiertos. Con pasos lentos y un tropezón de paso, llegaba al baño y se daba cuenta que estaba básicamente muy ligero de ropa.

—Interesante —pensaba, sacando la dureza de su boxer para descargar finalmente y sentir un poco de placer en ese terremoto de mañana dolorosa por culpa de su cabeza y la maldita resaca que nunca se hacía esperar en momentos como este.

Abriendo la ducha y tomando de su botiquín algo para la jaqueca y el estómago, se metía sin pensarlo dos veces y dejaba que el agua caliente lavara los rastros de saliva que seguro tenía aún vieja y seca sobre su polla latente del hombre que más había deseado en su vida, hasta el momento al menos.

SeokJin recordaba la primera vez que había visto a TaeHyung entrar al restaurante, él venía con TaeEul de la mano en un día lluvioso donde la niña se venía quejando de que conducía como un rebelde y ella quería vivir una larga vida. TaeEul estaba enfurruñada pitando un puchero similar al de su hermano mayor, pero lo que lo había deslumbrado era el hombre que tenía el cabello negro como la noche, medio húmedo con una sonrisa traviesa y rectangular en su rostro, mientras le sostenía la puerta del restaurante a su pequeña y quejumbrosa hermana.

Él estaba leyendo un libro esa tarde lluviosa y nada había llamado suficiente su atención para despegar la vista del mismo, pero las quejas de la niña se escuchaban incluso antes de que entrarán al lugar y la risa grave tambien resonaba de fondo con las quejas, así que no había podido evitar levantar la vista y ver al tipo increíblemente atractivo detrás de la niña que ya conocía por haber cruzado algunas palabras.

SeokJin recordaba que incluso entre sus quejas, TaeEul lo había saludado, pero su hermano mayor estaba demasiado divertido contándole a su madre que había estacionado muy cerca de la vereda a punto de salpicarla con el agua de la misma y luego la niña solo exageraba con respecto a la velocidad. TaeHyung no había volteado a ver a SeokJin ni una vez, ni siquiera ante el saludo de su hermana. Él seguía sumergido en su mundo, revoloteando su cabello de hebras humedecidas y escapando a los golpes que su hermana quería propiciarle.

SeokJin lo había encontrado simplemente encantador y se había distraído el resto del tiempo que TaeHyung había pasado allí esa tarde. Luego lo había visto algún que otra vez más. Usualmente la mayoría de los viernes parecía venir de algún lado con TaeEul y podía decirse que a SeokJin le habían gustado mucho los viernes, después de los jueves y la sopa de algas.

Pero TaeHyung no había volteado ni una vez. Ninguna. Ni de casualidad, ni de curiosidad, jamás lo había visto. Era extraño, usualmente era un hombre que llamaba la atención sin intentarlo, pero TaeHyung nunca lo había notado. Ni una vez, pero no le molestaba, le gustaba disfrutar de la belleza del tipo, él estaba seguro que sería un fuego en la intimidad, así como estaba seguro que era jodidamente heterosexual.

A SeokJin usualmente le gustaban mucho los hombres antes de ligar con ellos, fantaseaba con una conexión perfecta, pero usualmente nunca sucedía y una vez que los tenía y saciaba su curiosidad y ganas, dejaba que el destino decidiera por él. Y siempre había sido "aquí no es" "él no es el correcto" "continuemos con la búsqueda" y un sin fin de desilusiones amorosas. Aún así no se arrepentía de nada ni nadie, pero estaba ansioso de que alguien volara su cabeza. Él había volado algunas, pero había sido sincero con respecto a no poder corresponder.

Ahora, cuando había visto a TaeHyung en la marcha, él estaba más que decidido a ir por el tipo ¿Por qué no? No podía vivir de una fantasía sabiendo que el tipo le encantaba, pero cuando TaeHyung había sido tan seco y tajante, algo en él se había, en cierta forma, encaprichado, porque si bien TaeHyung había negado a muerte alguna atracción y había afirmado ser heterosexual, SeokJin había visto sus ojos cuando se había girado para ver al portador de la voz masculina tras él.

TaeHyung tenía ojos negros, grandes y hermosos. Pestañas largas que iban en caída y sólo uno de sus ojos tenía doble párpado, el izquierdo. Mientras que el derecho poseía un precioso lunar y SeokJin había visto todo ese detalle en medio segundo, mientras que notaba las pupilas del joven hombre ensancharse. A esta instancias, estaba seguro que el subconciente de TaeHyung deseaba algo que estaba oculto para él mismo.

Él había visto esos ojos viendolo más de lo que debían. Quizás TaeHyung nunca lo había notado antes o quizás era algo que el joven intentaba negar, SeokJin no sabía la historia allí, pero podía entenderlo mejor ahora. Aún así, él no estaba dispuesto a sacrificar su corazón para que TaeHyung experimentará un poco y descubriera nuevos horizontes de color arcoiris de su mano. Al inicio, quizás, la idea era atractiva, pero luego el cariño por ese tipo de cero tolerancia a las cosas "gays" había comenzado a nacer. Demasiado rápido en corto tiempo. Estaba seguro que se debía al crush que tenía con TaeHyung de hacía meses de antes de verdaderamente conocerlo que, habían hecho que encariñarse fuera rápido y simple para expandirse en su interior como un cáncer.

—De acuerdo, esa es un pesima comparación —decía bajo el agua, tirando su cabeza hacia atrás y dejando que la misma golpeara su rostro y cuello.

— ¿Con quién hablas? —la puerta del baño se abría y TaeHyung estaba parado al otro lado mirando a SeokJin con ojos hambrientos.

El castaño debería de haber atinado a taparse, pero no se avergonzaba de su cuerpo. Estaba sorprendido de que TaeHyung estuviera allí, semi desnudo fuera de su ducha recorriendo su cuerpo mojado con sus ojos hambrientos y curiosos.

— ¿Te das cuenta de lo extraño que es esto? —atinaba a cuestionar SeokJin con total calma.

Los ojos de TaeHyung estaban mirando abajo, justo a su polla, para nada tímida debajo del agua caliente.

—Sip, me preocupé que no salieras —respondía con sus ojos aún sobre su miembro.

SeokJin suspiraba dejando caer la cabeza hacia atrás—. ¿No escuchaste el ruido del agua? —cuestionaba.

TaeHyung relamía sus labios, mirando fugazmente su rostro y volviendo a bajar la vista—. Llevas aquí un buen tiempo, me preocupé.

SeokJin estrechaba sus ojos—. ¿Estás hablando conmigo o con mi polla?

TaeHyung se ponía rojo de la vergüenza ¿qué estaba mal con él? No se había dado cuenta que no podía quitar sus ojos de ese lugar. De esa cosa larga, gruesa y básicamente erecta. Hacía que la suya propia dentro de sus boxer respondiera alegre a lo que sea que pudieran hacer juntas.

—No me dí cuenta que estaba mirando fijo —exclamaba.

SeokJin suspiraba y se giraba para quedar de frente a TaeHyung—. Lo sigues haciendo. No estás mirándome a la cara, fresita.

TaeHyung relamía sus labios—. Estás desnudo y me desconcentras

— ¿Yo te-...? Ay dios. Estás básicamente interrumpiendo mi tiempo privado. No puedo bañarme con ropa y es por eso que estoy desnudo. ¡Estoy bajo la maldita ducha y tú sólo estás babeando por mi polla, chico hetero!

TaeHyung volvía a ponerse más colorado aún, parándose incómodo frente al hombre desnudo y mojado. Él se sentía pequeño ante la voz elevada de SeokJin, pero a la vez le gustaba. Dios, algo estaba muy mal con él, estaba seguro.

—Lo siento —susurraba SeokJin, llevando su cabello hacia atrás y secando su rostro. Se veía tan perfecto que TaeHyung necesitaba parpadear varias veces—. No quise gritarte.

—Si quisiste —decía el azabache, apoyándose sobre el lavabo y aún viendo a SeokJin, aunque esta vez se concentraba en su rostro—. Te estoy hartando. Lo sé.

SeokJin resoplaba y cerraba el agua, TaeHyung se ponía tenso cuando lo veía salir con sumo cuidado y se dirigía a él. TaeHyung aún estaba con su torso desnudo y recién ahí notaba la mirada de SeokJin sobre su cuerpo. Una mirada fija e intensa que parecía mirar cada rincón y encantarle dichos lugares. La piel de TaeHyung se incendiaba cuando había escaso espacio entre ellos y el cuerpo de SeokJin brillaba por el agua y largaba vapor debido a la misma. Su corazón se detenía, sus labios se secaban así que los relamía y sus ojos miraban nuevamente todo el cuerpo masculino frente a él y no entendía como, por qué o cuando comenzó, pero lo incendiaba de adentro hacia afuera. Le gustaba todo lo que veía, sentía la necesidad de restregarse a esa piel mojada y brillante, no le importaba que él estuviera seco. Él quería sentir todo esa piel contra la suya y el peso del cuerpo de SeokJin sobre el suyo.

—No sé que estás imaginando, pero detente por un momento —susurraba SeokJin, atrayendo su mirada a su rostro y logrando que TaeHyung parpadeara confundido y se tensara alerta y listo, para cuando SeokJin extendía su mano y—... La toalla está detrás de ti.

—Oh... —TaeHyung miraba hacia atrás, pero no se corría. Que lo condenen por desear el calor y la cercanía de otro hombre. De este hombre—. Tómala —decía con voz algo estrangulada.

SeokJin estaba serio, pero su voz ronca y polla erecta, eran indicios de que estaba tan afectado por TaeHyung como este lo estaba por su culpa.

—Bien —decía el castaño, tomando lo que necesitaba, pero dejando escapar un gemido cuando la mano de TaeHyung se posaba en su cintura y apretaba su cuerpo contra el suyo—. Tae~... —el nombre había salido con una exhalación temblorosa que había golpeado el rostro de TaeHyung y ahora ambos sentían la piel del otro.

Piel seca y caliente, contra otra húmeda y cálida. SeokJin apretaba sus ojos y lo miraba luego mientras mordía su labio inferior. El espacio realmente era poco, pero estaba atrapado por la mirada fija y decidida de TaeHyung que, no podía mirar a ningún otro lado. Aunque a su acompañante se le desviaban los ojos a su boca y su labio atrapado entre sus dientes, SeokJin solo podía mirar sus ojos y sentir que la gran mano en su espalda baja que lo presionaba más cerca, era todo lo que tenía su atención y a la vez lo tenía mareado.

TaeHyung miraba entre ellos, sus cuerpos pegados y ambos duros. Sólo que su pantalón de chandal era un impedimento en ese momento y TaeHyung recordaba como se sentía tener la polla de SeokJin restregandose a la suya mientras se masturbaban juntos.

Relamiendo sus labios y respirando con dificultad, TaeHyung exclamaba—. Quiero~... —su otro mano estaba viajando a la cinturilla de su pantalón, cuando repentinamente la gran mano de SeokJin se posaba en su mentón y alzaba su rostro para que sus miradas se encontrarán.

TaeHyung quedaba perplejo ante la fuerza infligida por SeokJin y de como su cuerpo se había pegado más al suyo. Él no debería sentirse tan ansioso y cachondo por eso, pero estaban tan cerca. SeokJin estaba tan cerca de él.

—Lo que tú quieres, es dejar de pensar con tu polla por un jodido momento —susurraba SeokJin, sus ojos aún firmes sobre los negros de pupilas dilatadas de los que TaeHyung era dueño.

—Si pienso con mi polla es algo bueno ¿tienes algún problema con que me caliente contigo? No estaría jodidamente entendiendo, Jin —le respondía TaeHyung.

El castaño mordía su labio y suspiraba, seguía pegado al cuerpo de TaeHyung.

—No recuerdo casi nada luego de que chuparas mi polla, pero estoy seguro como el infierno que no te deje ir más allá de eso otra vez

—No lo hiciste. De hecho, nadie me dejó. Te fuiste a un lado y comenzaste a beber como un demente y-... —TaeHyung resploba cuando el agarre de SeokJin bajaba a su cuello, pero su cuerpo seguía pegado a él—. Hombre, no puedo pensar claro cuando estás desnudo y mojado encima de mí

—Perfecto, te suelto —SeokJin se alejaba y tomaba la toalla para rodear su cintura. La sensación de perdida que TaeHyung experimentaba lo mareaba un poco—. Necesito vestirme —añadia SeokJin, alejándose y volviendo a su habitación—. Me dejaras cambiarme en paz o ¿vas a mirar mientras lo hago? —cuestionaba apoyándose sobre su placard y toda su anatomía se veía demasiado bien.

TaeHyung alzaba sus cejas mirándolo en detalle y relamía sus labios. Algo estaba realmente mal con él, nunca se había sentido así de eufórico y necesitado de poner sus manos y boca sobre alguien.

—Haré el desayuno. Anoche bebiste demasiado y necesitas alimentarte bien ¿quieres sopa para la resaca? —preguntaba caminando en dirección a la salida.

SeokJin lo miraba y apretaba sus dientes, su corazón desbocado y su estómago burbujeante, era todo una porquería.

—Estoy bien, solo quiero café negro y quizás comer algo ligero —decía dándole la espalda.

Y TaeHyung se quedaba viendo allí. Esa zona donde sus músculos se movían cada que SeokJin hacía un movimiento brusco y a él le gustaba. No, no de forma estética y de mera admiración como con post de Instagram sobre el fitness y cuidar tu cuerpo, a él le gustaba para tocarlo, para explorarlo con manos y boca.

—Dios. Sigues mirando —susurraba SeokJin sin voltear.

TaeHyung alzaba sus cejas confundido y notaba que lo estaba mirando a través del espejo, nuevamente se sentía expuesto.

—Iré a... —él señalaba en dirección a la salida de la habitación y SeokJin apretaba sus labios asintiendo—. Sí, eso.

Cuando salía de la habitación y cerraba formalmente la puerta, SeokJin buscaba su teléfono y lo encontraba en su mesa de luz con poca batería. Se preguntaba si era buena idea mandarle mensaje a Namjoon y a Momo para saber que había hecho o dicho, pero eso llevaría a otra confrontación, preguntas y respuestas y dios, no estaba listo para eso. Gruñendo y frotando su rostro, decidía afrontar el primer elefante en la habitación luego de dejar su teléfono cargando, Kim TaeHyung.

El azabache se preguntaba por qué carajos estaba temblando de los nervios. Él no era la clase de tipo que se ponía así de nervioso con las mujeres. Claro, con las mujeres. Carajo.

—Huele bien y solo te di diez minutos —decía SeokJin.

Su cabello estaba húmedo, llevaba una remera blanca ancha y unos pantalones negros. TaeHyung pensaba si le gustaba la vista o prefería menos ropa en el castaño.

—Solo hice un poco de comida. No comiste casi nada, pero te bebiste todo anoche —exclamaba con mirada baja.

SeokJin agradecía y luego tomaba asiento frente a él. Las mañanas en este pequeño apartamento siempre eran agradables y jodidamente tensas al mismo tiempo, pensaba TaeHyung y SeokJin no estaba tan lejos de coincidir.

—Sip, anoche bebí todo lo que no bebí esta semana —exclamaba viendo su taza de café y bebiendo la misma.

TaeHyung alzaba la vista y lo miraba con suma seriedad.

—Anoche me crucé con Jennie en la puerta del edificio —exclamaba.

SeokJin por poco y escupía el líquido negro y caliente. Sus ojos desorbitados mientras buscaba una servilleta y su mirada fija en TaeHyung.

—Lo lamento,. Lamento que hayas tenido que verla por mi culpa —exclamaba con sinceridad.

TaeHyung se encogia de hombros—. No fue tan pesado como esperaba —mencionaba—. Se sorprendió que fuéramos amigos.

SeokJin caía en la cuenta de aquel detalle y su mano salía disparada en dirección a su frente para golpearse justo allí.

—Ay carajo. Lo siento tanto, Tae —decía en un suspiro—. Puedo hablar con ella si así lo deseas

— ¿Para qué? No me ofende lo que pueda llegar a creer. Estaba creído que me incomodaría, pero tampoco. Puede pensar lo que se le venga en ganas, excusa perfecta para  que deje de molestarte y coquetearte.

Bien, eso era nuevo, quizás celar a SeokJin si era algo que le pasaba últimamente. Desde un inicio.

El castaño alzaba sus cejas con sorpresa y luego negaba con su cabeza suspirando.

— ¿Qué? ¿Ya te cansaste de mí? —cuestionaba TaeHyung.

SeokJin relamía sus labios y señalaba su plato con su cabeza—. No has comido. Come y deja de decir incoherencias.

TaeHyung rodaba los ojos—. Pareciera ser que te tengo harto —decía, metiéndose un bocado de comida masticando con un puchero que hacía cosas extrañas con el interior de SeokJin.

—No estoy harto de ti, fresita —respondía SeokJin, decidiendo que era mejor no verlo.

El silencio pasaba y pasaba, hasta que TaeHyung no lo soportaba más y golpeaba la mesa con ambas manos, haciendo que el castaño saltará del susto.

— ¡Carajo! ¿por qué hiciste eso?

— ¿Qué te pasa, Jin? —atacaba primero—. Nos conocimos en la marcha del orgullo y quisiste ligarme, hombre. Incluso hubo algo de coqueteo en la cita con Jimin y Namjoon y ahora que estoy cayendo en esto, pareciera ser que lo detestas. Que me detestas —decía señalándose a sí mismo.

—Yo no te detesto, Tae-...

—Tae, Tae, Tae... Claramente estás poniendo distancia aquí, tú no me llamas Tae, no soy Tae para ti —exclamaba hastiado—. Oye, sé que comencé con esto de una forma indebida —decía con incomodidad, recordando la primera vez que tocó a SeokJin—, pero me gusta lo que sea que, sea esto —decía señalando entre ambos—. Y tú pareciera ser que lo detestas y estoy un poco jodidamente perdido aquí.

SeokJin relamía sus labios, apretando sus dientes y afilando su mandíbula, mientras aspiraba y dejaba salir el aire por su nariz. Sus hombros bajaban visiblemente y TaeHyung sabía que lo había cansado.

—Anoche dijiste que querías follarme —decía TaeHyung con sus mejillas al rojo vivo.

SeokJin abría enormemente sus ojos ¿acaso había repetido aquella frase? Él había dicho eso cuando TaeHyung estaba sobre sus rodillas.

—Está claro que me refería a tu boca ¿no? —decía seriamente, costándole bastante mirar a TaeHyung a los ojos.

Una lengua se escuchaba chasquear a la distancia y notaba que TaeHyung se ponía de pie en dirección a él, iba a mirarlo cuando se corría de la mesa para ponerse también de pie, pero TaeHyung caía entre sus piernas y lo miraba desde allí.

— ¿Qué haces? —dios, SeokJin iba a sufrir una embolia pronto.

—Dijiste muchas cosas anoche —susurraba el azabache. Sus manos descansaban en los muslos de SeokJin.

Parecía relajado y auténticamente interesado en arruinar el estado emocional de SeokJin, quien sentía como esas manos le quemaban los muslos.

—Estaba ebrio, digo muchas cosas ebrio y por eso evito pasarme con el alcohol —exclamaba.

TaeHyung entrecerraba sus ojos—. No tienes filtro, me gusta. No me siento el único bocazas de la relación.

"¿Relación?"

Dios, el corazón de SeokJin se precipitaba y se asqueaba de sí mismo por eso.

—Mira, cuando estoy ebrio digo demasiadas estupideces. Lo sé y por eso no bebo —exclamaba el castaño otra vez, pero TaeHyung lo cortaba.

—Parecias más relajado. Más como el Jin que conocí —se encogía de hombros. Sus grandes manos estaban haciendo círculos sobre los muslos de SeokJin.

Dios, el calor que estas irradiaban sobre el cuerpo ajeno, hacían a su dueño entrar en ansiedad y elevar la temperatura de su cuerpo.

—Sí, bueno... Si dije algo estúpido, pido disculpas —decía, apretando sus dientes y moviendo sus piernas.

TaeHyung no parecía entender el mensaje que decía un fuerte y claro QUÍTAME TUS MANOS DE ENCIMA, contrario a eso, él esbozaba una sonrisa, miraba las piernas inquietas de SeokJin y se encogia de hombros.

—Casi le dices a Jennie "puta" —soltaba divertido.

Las piernas de SeokJin se quedaban quietas y sus ojos se abrían enormemente, para luego cerrarlos y apretarlos con fuerzas mientras mordía su labio inferior. Dios, no recordaba una auténtica mierda de nada, pero podía imaginarse porque le había dicho o había estado a punto de decirle a Jennie tal cosa.

—Por favor dime qué no lo hice —susurraba sin abrir sus ojos.

—Tape tu boca a tiempo —decía TaeHyung, el bastardo literalmente estaba conteniendo la risa.

Un suspiro sonoro abandanoba a SeokJin que caía sobre sus rodillas, movimiento perfecto para que TaeHyung apartará sus manos de sus muslos y dejara de tocarlo o torturarlo, como SeokJin lo veía.

—Por eso no bebo como un demente —añadía con la cabeza casi entre sus piernas evitando hiperventilarse.

TaeHyung fruncía el ceño confundido—. ¿Que ser un bocazas no es tu estilo? Porque te recuerdo así —decía curioso y con una sonrisa ladina dulce.

SeokJin alzaba la cabeza y encontraba a TaeHyung mirándolo, cerca de su rostro a pulgadas escasas  de distancia.

—Soy un bocazas cuando no conozco a la persona. Usualmente soy bastante considerado y me guardo mis malos pensamientos para mí —exclamaba—. Es por eso que no soy exactamente el descarado que intentó ligarte, si no que soy simplemente yo, tu amigo. Un buen amigo.

TaeHyung hacía un leve puchero y sus ojos miraban los labios de SeokJin a escasos centímetros de distancia. Relamiendo inconscientemente sus labios, ese ademán hacía acelerar el corazón de SeokJin.

— ¿Sólo un amigo? Los amigos no se hacen una paja juntos o mutuamente al menos nunca lo hice con Jimin y no me apetece probarlo —exclamaba TaeHyung con seriedad.

SeokJin lo miraba y resoplaba—. No los haces fácil ni siquiera para ti —decía entre dientes.

—No quiero que sea fácil, me gustaría saber que esto es correspondido, pero al parecer mi mamada te llevó a alcoholizarte ¿por qué? ¿tan mal te la chupe?

— ¡Dios, ya! —SeokJin tomaba el mentón de TaeHyung, sin añadir presión, pero era una agarre firme que lo atraía hacia él y le hablaba entre dientes—. No puedes tener una boca tan sucia conmigo.

La presión de SeokJin latía en sus oídos y en su polla, su corazón repiqueteaba y TaeHyung parpadeaba aturdido. Era una locura ver cómo sus pupilas se dilataban un poco más, el bastardo debería estar solo un poco asustado y no disfrutando de la ira de SeokJin.

—Soy un jodido boca sucia desde nuestro primer encuentro, diablo —susurraba TaeHyung con voz ronca. Sus dedos presionando ahora sobre los muslos de SeokJin otra vez—. ¿Que te asusta tanto? Estamos en la misma página — «¿Estamos?» pensaba SeokJin—. ¿No querías eso?

TaeHyung se enderazaba sobre sus rodillas y arrimaba su rostro más a SeokJin, sus dedos presionando y sus manos subiendo más a la zona de su entrepierna.

—Anoche no debió suceder, hay que detenernos —susurraba SeokJin. Su mano seguía sobre el mentón de TaeHyung, bajando sutilmente al cuello del hombre, notando como pasaba saliva y a este le importaba básicamente una mierda cuando hacía oídos sordos a las palabras dichas recientemente y lo empujaba de repente, sentándolo erguido en la silla y subiendo encima de él a horcajadas—. Tienes que estar bromeando.

SeokJin de desinflaba con un suspiro que solo lograba mantener su cuerpo tenso. Estaba entre gritar de la felicidad y empujar a TaeHyung de culo al suelo para que acabará con este experimento.

El rostro del azabache estaba demasiado cerca, miraba los labios de SeokJin con auténtica hambre. SeokJin podía reconocer esa mirada y lo incendiaba al venir de TaeHyung, pero su cabeza daba vueltas y parte de él no podía querer esto, no podía permitirse más.

— ¿Por qué estaría bromeando?—susurraba con sus labios abultados, mirando en dirección a la entrepierna de SeokJin y bajando sus manos para buscar ese bulto nada disimulado—. ¿Por qué tu boca dice que me detenga o que no lo haga, pero tu cuerpo está totalmente a bordo conmigo?

Sus dedos largos levantaban la tela de la prenda superior y bajaban para liberar la polla de SeokJin de los confines de su pantalón. TaeHyung sentía los dedos largos y delgados de SeokJin clavarse en sus muslos. Por alguna extraña razón, le hubiera gustado sentir esos dedos en cada uno de sus glúteos, apretando su culo. La misma sensación como cuando follaba a una mujer y la misma clavaba sus manos y dedos desesperadas por sentirlo más profundo. Quería que SeokJin lo hiciera también para acercarlo más a él.

Cuando esa polla caliente, sedosa y dura estaba en su mano de nuevo con cabeza rojiza roja y líquido preseminal derramandose de la rendija, su boca salivaba. Él la quería de nuevo en su boca, tanto como quería jungarla con la suya propia y aliviar el dolor que ambos estaban sintiendo para entonces. La respiración agitada de SeokJin, su pecho subiendo y bajando eran parte de la vista panorámica de TaeHyung, pero su atención, su foco eran esa polla y como su mano acariciaba verticalmente la misma y sin apuro.

—Eres in-

— ¿Increíble? Si lo sé, puedo superarme —decía TaeHyung, metiendo su mano libre en su pantalón y liberando su propia polla, un gemido frustrado venía de SeokJin y levantaba sus ojos para verlo con su cabeza echada hacia atrás, sus ojos cerrados. Labio inferior atrapado entre sus dientes y sentía sus dedos apretarse en sus muslos, subiendo sus manos un poco más.

TaeHyung sabía cuál era su intención, así que se arrimaba y pegaba sus labios a la oreja de SeokJin, allí cerca, sin espacio mientras juntaba ambas pollas nuevamente. Recordaba la sensación, era familiar. Pero también seguía siendo nueva y vertiginosa. Caliente e increíble.

—Hazlo —decía con voz pesada y ronca mientras los sacudia a ambos con desesperación. El funcionamiento de su cerebro era nulo al lado de SeokJin las últimas veces juntos. Especialmente las últimas horas.

— ¿Qué? ¿Qué cosa? —SeokJin estaba demasiado sensible a las sensaciones, a la cercanía de TaeHyung. A este hombre sobre sus piernas tocandolo y hablándole de esa forma. El rumbo de esta reciente amistad era tan intrigante como caliente y atemorizante.

TaeHyung gemía frustrado y los soltaba a ambos por un momento para tomar las muñecas de SeokJin y empujar sus manos en dirección a su culo. Jodido sea el infierno si SeokJin no se moría por apretarlo y atraerlo más, clavar sus dedos allí, amasar esa zona que había visto en ocasiones en las que se sentía un jodido pervertido por seguir deseando a un tipo que quería una amistad.

O al menos así era al inicio.

—Eso, imbécil —decía TaeHyung, dejándolo ser y volviendo a su trabajo manual en ambos.

—Ah, mierda... Más despacio —decía SeokJin agitado.

TaeHyung no lo quería despacio, ni suave. Lo quería sucio, rápido y desesperado.

—La próxima será despacio, ahora necesito esto y tú también —le respondía mientras comenzaba a mover sus caderas para encontrar dichos embistes con su mano y la polla de SeokJin.

Por supuesto que obtenía lo que deseaba cuando comenzaba ese vaivén sobre las piernas del castaño. Las manos grandes apretaban su culo y esos dedos largos y delgados se clavaban en su carne. Había tela en esa zona aún, le molestaba en cierta forma, pero le daba un poco de control sobre la situación.

SeokJin entendía, él quería piel, quería sentirlo, arañar, apretar, sus manos amasaban el bonito culo del azabache cuando un rayo de placer le atravesaba y tenía que contenerse de mover sus dedos más hacia el centro y querer urgar esa zona por encima de la tela. Eso sólo ahuyentaría a TaeHyung, así que sólo se conformaba en empujarlo más cerca. En la silla incluso sus caderas cooperaban al trabajo de TaeHyung, moviéndose en conjunto. Sonidos graves y roncos por parte de ambos.

TaeHyung podía sentir el sudor acrecentándose en su frente por el trabajo así como sentía la tensión en sus bolas, él estaba cerca y la cabeza hechada hacia atrás de SeokJin, otra vez, le daba un indicio de que el hombre iba a explotar en cualquier momento. Y sentía su boca salivar ante la imagen, joder él quería su lengua sobre esa piel, cualquier parte del cuerpo de SeokJin, él quería saborear, así que se inclinaba y comenzaba a besar ese cuello largo y ancho, muy masculino y sensual. La primera vez que habían hecho esto había atacado la zona erógena de la oreja de SeokJin, tirando de su lóbulo y chupando allí.

Era como si su boca necesitará explorar más, sus manos también, pero estaba fascinado con este juego de espadas que estaba teniendo con SeokJin, tan concentrado en masturbarlos a ambos al ritmo de las embestidas que daban y esas manos apretandolo fuerte y amasando sus glúteos. Las manos de SeokJin abarcaban más que las manos femeninas que estuvieron allí también. Le gustaba, sentía todo un cosquilleo que hacía juego con la tensión en sus bolas y su polla lista para disparar. Pero necesitaba más, faltaba algo.

—Mmm... Jin —gemía, mordiendo la mandíbula del castaño—. Necesito...

— ¿Qué? ¿Qué necesitas? —decía SeokJin, mirándolo por primera vez y cuándo lo hacía, mierda.

El tiempo se detenía y los ojos de TaeHyung eran tan negros y brillantes. Llenos de pura lujuria, curiosidad y necesidad que aturdían los sentidos de SeokJin y no podía detener el camino de su mirada cuando esta caía sobre esos labios rojos y brillantes por haber besado su cuello recientemente. El corazón de TaeHyung latía en sus oídos y el de SeokJin golpeteaba como loco su caja torácica, el azabache estaba seguro que si SeokJin no hacía un maldito movimiento, él arriesgaría todo por un jodido bes-...

"Mmm~"

Un gemido entre frustrado, sorprendido. Caliente y finalmente satisfecho resonaba desde la parte posterior de la garganta de TaeHyung cuando los labios de SeokJin se habían precipitado sobre lo suyos. Él lo quería y eso incendiaba al otro hombre, así que cuando una de sus manos viajaba a la nuca de TaeHyung, abría su boca y el azabache le hacía competencia a la hora de abrir la suya, recibirlo y atacarlo en una misma maniobra y disparar su lengua en el interior de la boca de SeokJin antes de que este lo hiciera.

«Sí, esto era» pensaba TaeHyung demasiado caliente, logrando un ritmo entre sus cuerpos y sus bocas. Él estaba demasiado hambriento por este contacto, esta intimidad que era todo gruñidos desesperados, movimientos desiguales y estaba atacando la boca de SeokJin con lengua y dientes.

La boca de SeokJin. La boca de un hombre.

Él se separaba de repente dejando a SeokJin con su lengua casi al aire, la que finalmente se iba a animar de salir a saludar a la de TaeHyung. Sus ojos negros y llenos de lujuria y a la vez una cautela allí. Todo se había detenido, los embistes, el movimiento de su mano y ahora solo estaban duros, con labios rojos y se miraban fijamente.

SeokJin temía este repentino reconocimiento de TaeHyung y la situación, más caliente de su vida, pero posiblemente también más traumática para el chico sobre sus piernas.

—Lo sie-...

— ¿Por qué sabes tan bien? —soltaba TaeHyung, levantando la mano con la qué se había sostenido del hombro de SeokJin y sostenía el rostro del mismo, acariciando con su pulgar el labio inferior carnoso—. Tú no deberías saber tan bien —susurraba con el ceño fruncido.

SeokJin alzaba sus cejas y relamía sus labios, la otra mano de TaeHyung aún sostenía la polla de ambos y sus ojos se desviaban allí por un segundo—. No sé cómo responder a eso, pero-... Auch, Tae —gemía repentinamente cuando el azabache se abalanzaba para morder su labio inferior.

Estaba atormentando a TaeHyung lo bien que se veían sus labios recientemente besados por él—. Te ves bien —volvía morder—. Sabes bien —otra mordida mientras sus dedos se apretaban sobre la erección en conjunto de ambos y luego comenzaba de nuevo el trabajo manual—. Eres algo fuera de este planeta —decía TaeHyung entre besos.

SeokJin estaba demasiado mareado ante las palabras y la forma furiosa y caliente que TaeHyung tenía para besarlo y tocarlo.

—Lo lamento —decía entre besos, de nuevo sus manos acunando el rostro de TaeHyung—. No pares, no pares~... —pedía con voz ronca y temblorosa.

Su lengua volvía a salir, pero esta vez si se encontraba con la lengua de TaeHyung y comenzaban un beso hambriento y salvaje. TaeHyung se movía encima de él y SeokJin solo podía recibir todo lo que este huracán de hombre tenía para darle. Muy lejos de lo que su lado racional le pedía que, era alejarse de TaeHyung y no seguir cayendo en él.

—Ya...

—Sí, aquí estoy —susurraba la voz grave de TaeHyung mientras sollozaba y gemía moviendo desesperadamente su mano—. Estoy contigo

—Llega conmigo —pedía SeokJin entre besos que lo ahogaban, pero no quería respirar fuera de esa boca de todas formas—. Vamos, vamos —una de sus manos bajaba en dirección al culo de TaeHyung y apretaba justo allí con fuerza mientras su boca besaba la de TaeHyung y luego sus dientes mordían el belfo inferior del azabache y lo sentía.

Lo sentía y lo veía, TaeHyung disparaba su carga y temblaba sobre el cuerpo de un SeokJin que sentía esos dientes clavándose en su labio inferior otra vez y luego él se corría siguiendo a TaeHyung. La mano del azabache los masejaba un poco más y escuchaba los gemidos de TaeHyung volverse una risa relajada mientras los movimientos de su mano se ralentizaban volviéndose caricias que ponían a SeokJin en un estado de babosa enamorada mientras estaba viendo cómo ambos descargaban lo que quedaba y sostenía a un TaeHyung que aún temblaba y sonreía.

El siguiente movimiento de SeokJin, fue el peor, porque cuando levantaba la mirada para ver a TaeHyung extasiado y satisfecho, su corazón se comprimía en su pecho y luego se volvía loco. La sonrisa de satisfacción en ese rostro con ojos soñadores y cansados, pero finalmente drenado de todo, era la expresión más hermosa que había visto en TaeHyung. Junto con sus labios bien besados y con su mano aún sobre el cuello de SeokJin. Era íntimo, era caliente y era dulce. Y SeokJin ya no toleraba verlo cuando se daba cuenta de lo que significaba la revolución dentro de su pecho.

— Levantante —pedía con seriedad, mirando a cualquier lado y acomodando su polla drenada dentro de sus pantalones.

— ¿Qué? ¿Por qué tan rápido? —TaeHyung lo seguía en eso de acomodarse y ponerse decente, pero aún no se levantaba y SeokJin no lo miraba—. ¿Diablo? Hey...

—Recorde que tengo un trabajo que hacer... Deberías irte —decía SeokJin y como si nada tomaba a TaeHyung de la cintura y se levantaba con él con una facilidad que dejaba TaeHyung demasiado shockeado para hablar, porque se había concentrado simplemente en como ese hombre lo había sostenido y se había levantando con él en brazos y ahora lo depositaba en el suelo y su cuerpo se sentía débil ante la mano en su cintura. Su orgasmo haciéndole temblar sobre sus piernas de gelatina y no queria alejarse aún.

— ¿Me estás echando? —preguntaba con su mano en el hombro de SeokJin, aún cerca el uno del otro.

El teléfono del castaño sonaba a la distancia y SeokJin apretaba sus dientes, alejándose de TaeHyung y buscando por su móvil. El azabache lo seguía y cuando lo veía responder escuchaba la conversación:

—Señor Park, sí. Lo siento, estoy en camino a su apartamento —exclamaba mirando a TaeHyung—. Voy en busca de mis herramientas y arreglaré el problema de inmediato —decía esquivando al azabache y tomando la caja de herramientas—. No, no será necesario gastar de más. Yo lo arreglo, no se preocupe. Subo en cinco minutos.

Cuando la llamada era cortada, TaeHyung aún seguía parado ahí.

—Entonces si me estás echando —repetía.

Era demasiado conseguir una mirada de SeokJin que durará más de dos segundos luego de correrse juntos ¿Que había hecho mal ahora?

—Tengo trabajo que hacer, fresita. Te veré luego, hablamos ¿de acuerdo? —decía mientras buscaba sus zapatos—. Por favor no olvides nada al salir —exclamaba y luego de eso, estaba a punto de salir dejando a TaeHyung en pausa y confundido, pero...

— ¿Hice algo mal, Jin? —preguntaba este con una voz extraña, entre apagada y a la vez enojada. Por supuesto que esa pregunta había detenido la huida de SeokJin—. ¿Fue por el beso? Hombre, estaba a bordo de eso por si no te diste cuenta, no me sentí obligado.

SeokJin apretaba sus dientes—. No es por el beso, se que fue consensuado.

—Y estuvo genial —decía la voz ronca de TaeHyung a su espalda.

SeokJin daba una risa seca—. Sí, lo estuvo

—Todo lo que hice contigo —aclaraba TaeHyung—. Pero no entiendo porque bebiste como un demente anoche y ahora estás descaradamente huyendo mientras me echas de tu apartamento con sutileza mal fingida. ¿Qué me estoy perdiendo, Jin?

SeokJin suspiraba y dejaba caer su cabeza—. No te estás perdiendo nada. Solo tengo cosas que hacer, TaeHyung.

—Ahí está otra vez mi nombre —decía el azabache—. Me llamas por mi nombre cuando sucede algo contigo... Algo serio y no me lo dices.

SeokJin se giraba poniendo su mejor cara de poker con una sutil sonrisa—. Estás creando una película inexistente. Sólo soy un poco idiota para relacionarme más allá de una amistad

—Somos amigos.

—Amigos que están rebasando algunos límites —añadía SeokJin—. No tengo ese tipo de amistades, Tae.

TaeHyung se ponía serio y cruzaba los brazos sobre su pecho, incómodo y a la defensiva de lo que fuera que SeokJin quería dar a entender con eso.

—Siempre hay una primera vez para todo. Puedo ser tu amigo con derecho a roce —exclamaba.

SeokJin relamía sus labios—. O eres mi amigo o eres el tipo al que me follo cuando estoy con ganas de sexo. No puedes ser ambos, eso no funciona conmigo. Si quieres experimentar, hazlo, pero no conmigo.

TaeHyung abría su boca y sus ojos—. Pero sólo es contigo con quién siento esa curiosidad, no es con otros hombres —decía con un puchero mientras acortaba la distancia que los separaba.

SeokJin negaba con su cabeza—. Eso es porque tenías una armadura con toda la sutil situación con tu padre y su mejor amigo. Creo que siempre fuiste más que simplemente heterosexual, pero yo no quiero-... —sus dientes se presionaban entre sí. Quería seguir en esto con TaeHyung tanto como necesitaba cuidar su corazón—. Lo blanco es blanco y lo negro es negro para mí. Eres mi amigo o eres mi amante. Si tienes curiosidad, averigualo con alguien más.

TaeHyung lo miraba con esos ojos de cachorro desolado que provocaban a SeokJin a querer besarle toda la cara y daba otros pasos más cerca, pero la mano de SeokJin se posaba sobre su pecho.

—Arregla tu cabeza, cuando sepas que quieres retomamos esto. No puedo seguir siendo tu conejillo de india —el teléfono de SeokJin volvía a sonar y él maldecía entre dientes—. Tengo que correr, por favor cierra la puerta al salir.

Y así como si nada, dejaba a TaeHyung solo parado en su sala. Confundido, enojado y a la vez, podía entenderlo. Sólo un poco, no del todo. Carajo, él iba a necesitar hablar con alguien más sobre esto.

Creando escenas desde el 2019 en Burning Desire.

Ay mi querido SeokJin y mi tonto TaeHyung 💜🤧

Perdón la tardanza, sigo con ganas de descansar, hoy es un pésimo y día triste para mí. Perdon que siempre los haga esperar tanto. Espero les haya gustado, l@s leo.

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